![]() |
Prensa que se atribuye de Antonio Nariño Museo Nacional ( foto MTH) |
¿A qué lleva el obsesivo cubrimiento “noticioso” que hace el
periodismo sobre las cúpulas del poder
judicial, sobre los que
“suenan” y no suenan como candidatos, por ejemplo, a la Corte Constitucional? ¿A qué lleva el tiempo
mediático perdido en especular
sobre la elección- sabida de antemano- del Procurador
Carrillo? ¿ Por qué se habla de reforma a la justicia pero solo se pide la opinión de las
cúpulas y no de los jueces rasos o de sus
asociaciones ?
Hay muchos interrogantes
sobre las relaciones entre los
dos poderes, el de informar y el
de juzgar. Y, sin embargo, ayer como hoy, esos
dos poderes son determinantes para evaluar la realidad de la democracia y, en general, de las libertades fundamentales del ser humano.
![]() |
Daumier |
No es de extrañar que el poder
judicial en Colombia se encuentre afectado por la tendencia mediática a
generalizar, a aplicar las lógicas de
sensacionalismo a casos como el de Colmenares, o a focalizar sobre los jueces corruptos.
Los jueces
se quejan porque el periodismo
no valora la dedicación y el mérito de esa mayoría de
jueces que no son corruptos.
Se irritan cuando
el periodismo viola el
principio sacrosanto de la reserva sumarial y la presunción de inocencia. Y muchos de estos resentimientos
no son tenidos en cuenta por el cubrimiento periodístico.
En el
nivel regional, hay sin embargo iniciativas que se interrogan
y buscan cambiar esa imagen desfavorable que
tiene la sociedad sobre la administración de
justicia. Hace unos días asistí a
un encuentro regional de jueces de Caldas, organizado por el Tribunal
Superior de Manizales y Conjueces en
ese tranquilo pueblo
de Pensilvania, a 4 horas
de la capital caldense por una
preciosa carretera , que resalta, en esa
lejanía, otro mundo colombiano, muy
distinto de lo que se vive en
Bogotá.
Volviendo al tema, ¿Qué percepciones
mutuas se dan en Colombia entre periodismo y
jueces? Es la
inquietud a la que intenté responder ante los
reproches de los jueces, sin duda válidos
pero también generalizadores, como son
generalizadores los del periodismo en relación
con los jueces.
![]() |
Foto MTH |
Con
mucha frecuencia en Colombia,
la generalización impide desmenuzar la realidad y se queda en el terreno gaseoso de los estereotipos.
¿Qué son
esos estereotipos que inciden tanto en los imaginarios sociales?
Walt
Whitman los definía como “Imágenes que mediatizan nuestra
relación con lo real”. Y sin duda, la
distorsionan, bien sea favorable desfavorablemente.
Porque estereotipar es encerrarse en el mundo propio y excluir al
ajeno, lo que ha sido estimulado por los diversos contenidos que se le dan a la palabra paz.
Toda
percepción de la realidad está
influida por lo que somos, lo que
pensamos y nuestro entorno. Pero, sin duda, en relación con las percepciones colectivas o imaginarios, el estereotipo continuamente machacado
por los medios de comunicación contribuye al prejuicio,
a los malentendidos, a la discriminación y a la exclusión, que propician la incomunicación social y la violencia.
En cuanto a la administración de justicia,
intenté en Pensilvania buscar un punto
de partida desde las percepciones no generalizadoras, que podría ser el inicio de una reflexión, tanto en los
dos sectores como en las redes sociales,
y en los medios, sobre qué
nos está pasando como
colombianos. Veamos
PERCEPCIONES MUTUAS DE JUECES Y PERIODISTAS
PERIODISTAS sobre Jueces
|
JUECES sobre Periodistas |
||
FAVORABLES
|
DESFAVORABLES
|
FAVORABLES
|
DESFAVORABLES
|
Protegen DDHH
Han
hecho avanzar la sociedad y la
justicia
|
Lenguaje complejo. Se han quedado en la era del papel.
|
Muestran lo que se quiere esconder.
Llegan donde la gente no llega.
|
No leen, no estudian, son
brutos
|
Tutela = rapidez
|
Sentencias muy largas
|
Son independientes
|
Son muy
“light”
|
Corren riesgos
|
Son corruptos
|
Corren riesgos
|
Son corruptos
|
Buscan
la verdad
|
Creen en
su
misión
|
Buscan
la verdad
|
Creen ensu misión |
* a los espacios en blanco,
añada sus percepciones
¿A qué se deben estos estereotipos? Propuse algunas causas:
1- CONFUSIONES. Existen
diferencias de arranque
entre el lenguaje jurídico y periodístico. La precisión requerida en
lo jurídico choca con
la inmediatez requerida en
lo periodístico. El resultado: muchas
veces o, bien el resto de los colombianos no acostumbrados a los términos jurídicos se contentan con concluir
que todo lo judicial es leguleyada;
o no van más allá del coloquial
pero reductor lenguaje
periodístico, sobre todo el
proporcionado desde los medios audiovisuales.
¿Solución?
Que los jueces le expliquen mejor a los
periodistas los términos del proceso, del procedimiento, de las sentencias. Y que
los periodistas, sobre todo audiovisuales,
le gasten más tiempo a entender
el significado de cada palabra de contenido jurídico y sepan traducirlo a los receptores o usuarios de las redes.
Eso implica que ambos sectores hagan
un “clic” mental para mejorar la
comunicación no sólo entre ellos sino
con los colombianos.
2-
RITMOS DIFERENTES. Ese “clic” mental predispondría a una mejor interactividad entre jueces y periodistas,
que tienen ritmos diferentes de aprehender la realidad: unos muy lentos, otros muy veloces. ¿Cómo llegar a un equilibrio?
¿Solución?
El
“clic” debe ser de parte y parte. Los
jueces deben acostumbrarse a la realidad de la comunicación contemporánea y de la oralidad de los procesos. Dejar el
lenguaje pomposo y decimonónico, escribir
más corto, evitar repeticiones y reiteraciones innecesarias,
que vuelven kilométricas las
sentencias.
Los
periodistas, a su turno,
deben acostumbrarse a ser más
precisos en el lenguaje. Explicarse
lo que ellos mismos no entienden y mucho menos
entenderán los receptores de su información. El cubrimiento de las sentencias no se debe enfocar
solamente en el fallo
sino incluir la argumentación que lleva
al juez a ese fallo, sopesando
las pruebas. Porque como bien lo
indicaba uno de los abogados participantes en el panel, la prueba
judicial es mucho más
exigente que la periodística por una
razón: el juez juzga, el periodista
informa.
3-INVASIÓN DE TERRITORIOS. Tres temas de discordia evidente entre
periodismo y judicatura son la
reserva del sumario, la presunción de inocencia y la judicialización de la noticia.
¿Solución? Casos como Wikileaks, Snowden y Panamá Papers , así como el desarrollo del llamado “periodismo de datos” muestran que el derecho a la información no necesita perturbar la administración de justicia sino que sus datos provienen de otras fuentes. Un juez o un abogado de las partes que filtra información de los procesos viola la ética profesional, como también lo hace un periodista que no respeta la presunción de inocencia o la reserva del sumario.
4-
LIMITACIÓN
DE RECURSOS EN INVESTIGACIÓN. En muchos países, tanto el
periodismo como la judicatura ejercen
su oficio en circunstancias
desfavorables , duras y meritorias. En
Colombia, La increíble disminución del presupuesto
para la rama judicial para el 2017 por
parte del ministerio de Hacienda muestra
una ceguera comparable a la de los empresarios de medios que, en los
noticieros, favorecen más a las
secciones de farándula que a la
investigación periodística, a los secreticos de rumor que al lento
trabajo de buscar y de
interpretar.
¿Solución? Que tanto en periodismo como
en la rama judicial se le dé más importancia al mérito profesional; que las
asociaciones y sindicatos promuevan
condiciones más equitativas; que
no se focalice tanto en los
caudillismos de las cúpulas.
Frente a esas
distorsiones en el ejercicio profesional, jueces y periodistas tienen
mas puntos en común que diferencias. De tiempos inmemoriales, comparten dos metas esenciales: la búsqueda de la verdad y la
independencia de los poderes político y
económico, ayer, hoy y mañana.