miércoles, 26 de enero de 2022

¿POR QUÉ SOY UNA MUJER SIN ATRIBUTOS?



    Foto MTH 

Nota : 

Que el 2022 sea oportunidad para otro estilo, como dicen los  diseñadores y un nuevo "look" como dicen los fans-  para  mezclar, de cuando en cuando,  la realidad con la ficción, como lo hacen  con mucha propiedad   Doñas Tola y Maruja.

El asterisco* indica la referencia al final del artículo.

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Tal vez podemos empezar por el principio. ¿Como  se evalúan los atributos de una mujer?   Durante   muchos siglos y en muchas culturas,  los atributos  se  atribuían – y perdonen la redundancia-  según se fuera hombre o mujer. 

Si era  hombre,  debía tener  ciertos  atributos, como el  “innato”  gusto por el poder  y – claro-,  esa hombría  que por cierto ha tenido  cierta  tendencia a  diluirse, como se verá más adelante en mi estilo 2022. 

 Si era   mujer,  el  mayor  atributo  era el de la maternidad. Eso facilitaba,  para el hombre, nada  menos que   imponerse sobre los demás, y en el  otro caso,  el de las mujeres,  suponía  no  estar  autorizada para opinar  sobre  ciertos  temas  considerados  impropios, como la política y los negocios. 

Existen, eso sí,  destellos fugaces,  mujeres  inolvidables que   constituyen una fuerza  impulsadora  de su hombre, como es el caso de la atrevida e incomparable Manuela Sáenz, libertadora del Libertador*. Como excelente jineta, supo   situarse  por  encima  de la percepción  que  entonces se tenía de las mujeres, y  afrontar el inmarcesible reto.   O el de la  andariega  Alienor  de Aquitania,  reina  consorte de  Francia y luego de  Inglaterra que  además de  una  vida llena de aventuras, cabalgaduras, trovadores y dos cruzadas    tuvo la proeza, para  esa época, de vivir  82 años.

 Pero,  en términos generales,  hasta hace poco y más en Latinoamérica, cada quien debía  estar en su respectivo lugar.

Como  no soy   feminista, (y me refiero  a  no ser esclava del    feminismo` político ), observo   que el papel de la mujer  ha cambiado, pero  no estoy muy segura si  totalmente o para bien del machismo  disfrazado.  Por eso me pregunto si  ganar tanto no significa también  perder otro tanto.  

En términos de  mi querido  Montaigne, que  es mi luz y  mi faro   pero no mucho  en estas materias,   (como es lógico por la época en que vivió,) el  resultado es  tajante :  las mujeres de su época   no  servían para  mucho más que  para callarse, no estorbar,  coger  - como  dicen los españoles - y ser madres,  suegras o  abuelas.  Pero  le  perdono a Montaigne por  ser él  quien es. 

Como lo recalca Madeleine  Valette-Fondo * Montaigne,   por  temperamento, mezcla  en sus  ensayos lo bueno de lo  masculino y lo bueno de lo femenino:  el  estilo  de la lengua   francesa  -  “graciosa, delicada, abundante” ,  revitalizada  por su gascón natal  “bello, seco suscinto y  significante” más    el  “apretado y musculoso”   latín de   Séneca .   

 En todo caso,  así como  en el siglo XX   Robert Musil  (1880-1942 ) *  se  amparó  en  el hombre sin  atributos para    analizar lo que  quería analizar,  también  quiero  recalcar  que , en  el rasero   actual, mis  atributos  no existen. No tengo poder  más   que  el de mi  palabra.  No puedo convencer a la humanidad  de que  a  mis   75   vivo   desenfrenadamente, que supero  a todo el mundo  ciberneuta en likes y  obviamente,   tampoco    que  soy  atractivísima, a pesar de cuanta crema me  echo para  quitarme  arrugas  como lo  prometen todas ( las cremas ) y como lo creemos  todas ( las mujeres que usamos cremas). Tengo apenas la apariencia de   una mujer  que,  o bien se estiró la piel, o bien usa  crema  para estirarse la  piel, como sentencian  en  sus publicidades las cremas rivales.

En todo caso, me complace tener  ciertos   atributos que no sé  si  son femeninos y masculinos,  pero pueden serlo, como la  contundencia  el método,  la ironía,  la pasión por la lectura, el atrevimiento, el análisis crítico.  Y no lo sé  ( si son femeninos o masculinos) porque no se valoran mucho en Colombia.

El hecho de que  mis  atributos no existan para los demás lo puedo demostrar de muchas maneras  y   con muchas razones, principalmente,  a mi modo de ver,  una  en especial :   soy cónyuge  feliz y contenta, desde hace 52  años,  de  un  hombre famoso.  Desde  luego,  eso de feliz y contenta es para  no caer en   los desapacibles detalles, porque  entonces mis lectores y  lectoras  decidirían  abandonarme  de inmediato, pues  el  único   atributo  existente  en mí  es  no  competir por ser “in”.

 Aclaro también que   la envidia  y los celos han sido solo  una parte de  mi proceso de  exclusión,   separación,  diferenciación,   descarte, rechazo,  desprecio, repudio, omisión , destierro social y, en todo  caso, mi existencia  frágil e ignorada de mujer sin atributos.

Pero   el tema  no es de  mis atributos – que  no existen- sino  el de un ambiente en  que hombres y mujeres parecen no notar  lo que se aproxima  como cuando Musil  advertía que  se  aproximaba un  cataclismo   entre  las potencias europeas.  

Hoy   no solo se  avecina un cataclismo   en Europa, entre Rusia y la  CEE  por  la cereza del ponqué   (es decir  Ukrania) sino en la distante Colombia,   convertida en  el primer productor mundial de candidatos.  



MUJERES POSIBLES


Volviendo al terruño, lo que si  resulta evidente, en estas vísperas  electorales: la mujer   en la `política no  cabe  sino cuando ha  sido mártir, cuando es   lesbiana, cuando pertenece a minorías sin posibilidades,  cuando es ministra sin  pedigree, cuando tiene  buenas relaciones políticas,  cuando es representativa de una minoría, cuando no se atreve a decirle  al poder   donde  trabaja sus verdades, cuando solo fue nombrada de afán para cumplir  la ley de  cuotas, cuando es vice presidenta en la sombra de sus  viajes.   Y súmele  usted,  por favor.

En fin de cuentas,   casi siempre se les resalta lo de  mujer, como no sucede  con los hombres.  ¿Se imagina Ud. que  los periodistas dijeran o  subentendieran   “El  hombre presidente  Duque“ ,   cada  vez que  busca  que lo registren mediáticamente?  ¿No ha notado   que muchos camarógrafos latinoamericanos  cuando  se  habla de mujeres enfocan  especialmente  los traseros y las piernas en vez de tapar  la cara?  Sea dicho de paso, eso me produce la misma sensación que cuando   la nota es  sobre Coronavirus:    se  obstinan en mostrarnos el moment exacto en que se clava la  aguja en el  antebrazo

A la fecha,  y  a pesar de que  tanto  se menciona  al feminismo,   con muy pocas excepciones,  muestran sus  ganas las  mujeres  que  si podrían  significar un cambio, pero lastimosamente no  significan un cambio.   Solo les falta el clic mental que las haga posibles.

 En política, todo empieza, claro está  por el Congreso. Y  da  cierta  rabiecita  cuando se recalca que  ellas  ya van avanzando   poco a poco, como si  estuvieran en kínder y no fueran capaces de dar el  brinco. 

Según el diario El Siglo,  se inscribieron para las  parlamentarias  1100 mujeres  frente  a  1704 hombres y eso más que todo por la ley de cuotas . Cuando escucho que una  de ellas  es la metapolítica  Regina Betancur de Liska ,  ( si mis cálculos son exactos ,  mas o menos tiene mi edad) pienso que, sin duda,  todavía  queda mucho camino no recorrido.

 El  ejemplo de  Ingrid  Betancur  es  también  significativo.  Seis  años de cautiverio  fueron un   verdadero  y poco  envidiable suplicio que merece  todo mi respeto.  De no ser por ello, me  detendría  un poco en analizar  su caso.   Solo comento por ahora que, sin duda, eso  no es suficiente para  aspirar a la presidencia. Como no lo es tampoco aterrizar  y esperar que todos – hombres y mujeres, la estábamos esperando. La historia del olvido colombiano es mucho más compleja. como se lo recordó sutilmente  Francia Márquez.

¿ Será que lo que nos sucede no es  cuestión de género?  ¿será  que  en las actuales afugias  una candidata  creíble  debería tener   esa  mezcla  en  que la  feminidad se combina con  la masculinidad en la manera de ver el mundo nuestro? 

El mejor ejemplo de que ello es posible es el de Angela  Merkel,  que logró  instalarse en el mundo de lo político por una razón  que no  se  suele mencionar. Ella es la mezcla  perfecta de unas circunstancias y de una  larga paciencia, además de  haberse criado en la  Alemania Oriental  y  haber  ejercido  el poder político en  Alemania Federal con una mentalidad de física* Eso  hizo posible  que  lograra finalmente ser lo  que  fue. Me temo  que este  no es el caso ni de la actual vice presidenta, ni  de  Ingrid  Betancur, con  sus respectivos  atributos.

 Por lo pronto,  en  Colombia  empieza   el espectáculo de los debates  en los que  salen a relucir  atributos comunes, como el  “yoismo”  y poco aparecen   atributos  definitorios como la solidaridad   y  pensar en lo colectivo  a pesar de  declararse “unidos”  y ser el símbolo de la  Esperanza.   

Y los medios, recalcando  las pataletas de los ex-presidentes...

Y mientras tanto,  los asesinatos y las muertes  violentas como si no existieran más  allá de enumerarlas...

¡Pobre país!


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RECOMENDADOS: 


 El   gran escritor Javier  Cercas, en su último artículo en el Diario El País de España  no cree en  lo que  acabo de  opinar . Con evidente desbalance, ansía   lo “maternal”  y  se muestra hastiado por la peleadera machista  entre hombres políticos   como si se tratara de quien  lo tiene  mas largo:al poder

“Como recuerda Camille Paglia, no hay ningún Mozart mujer, pero tampoco ningún Jack el Destripador” | Columna de Javier Cercas


PERO, COMO LE REVIRA UNO DE SUS  LECTORES,  EL TEMA  ES MÁS DE CAPACIDAD QUE DE OTRA COSA.

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*MANUELA  SÁENZ, la Libertadora del Libertador.  Alfonso Rumazo Gonzalez, ediciones  Mundial Bogotá, tercera edición* ROBERT  MUSIL

*    Le fourgon et la pelle. Discours sur les femmes  et discours du feminin dans les essais de Montaigne http://www.sens-public.org/IMG/pdf/SensPublic_MValette-Fondo_Le_fourgon_et_la_pelle.pdf

 * https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Musil,

*ANGELA MERKEL,   la física del poder, Intermedio Editores SAS, Bogotá, 2019


domingo, 16 de enero de 2022

RESEÑA : ¿QUIEN ERA SPINOZA?

SPINOZA
STEVEN NADLER *
AKAI BIOGRAFÍAS
2021 @Ediciones  Akal  S.A
443 páginas


Foto MTH

El domingo antepasado,  El Tiempo,  en su sección A Fondo,  reprodujo  una  Entrevista  de Hugo  Alconada Mon, del diario  argentino La Nación, a Enrique Krauze. Una de esas entrevistas que  deberían hacer algunos periodistas culturales colombianos, que se limitan  a mostrar  qué  se  dice pero no  lo que no se dice,  a hablar de novelas pero  desconocen el genero ensayo y mucho más la  filosofía.

Pues  bien,  cuando, como punto  final, le pregunta   entrevistado qué  sugiere para distraerse en tiempos de pandemia,  éste  dice haber encontrado  consuelo  en la lectura del  filósofo Baruch Spinoza.

Me sobresalté porque en tiempos de pandemia,  acababa de leer una excelente biografía de Steven Nadler,  sobre  este  poco  conocido pensador que  representó una  de las mayores revoluciones filosóficas de la humanidad. 

 La noción de  filósofo no se suele asociar  a revoluciones y, sin embargo,   está en el fondo  de  todas ellas.  Algunos   dudan  si   Spinoza  fue o no  fue   filósofo o  teólogo pero en todo caso matemático  ( como Descartes y Leibniz)  ese hombre   que  heredó el  comercio de  su padre, que   fue expulsado  de manera tajante e inusual de la comunidad judía de Ámsterdam en   1656 por un fulminante Herem (anatema) y  que  pasó la mayor parte de su vida  en    una  habitación, ya sea en  Ámsterdam,  en  Rijnsburg,  on Woorburg ( en las afueras de La Haya). 

 Puliendo  lentes, productor de telescopios y  microscopios  y reflexionando  sobre la vida, la naturaleza, Dios, el ser humano y su Felicidad; desmontando intelectualmente el papel de las jerarquías eclesiásticas con,  desde  luego,  una profunda reflexión  sobre la ética y la organización del Estado. Pero eso sí  carteándose con los principales cerebros de su tiempo, impresionados por su  inteligencia y su capacidad de análisis geométrico.

A mi modo de ver,  en el caso de  Spinoza, los contextos  son  necesarios, no solo de los ires  de  la familia  Spinoza de origen español y  Sefaradí, sino de la historia de los Países Bajos españoles,  de la Europa de las religiones y de las migraciones, en las que  Nadler ahonda de manera impecable.

Spinoza es  históricamente  también,   producto de  ese desastre que  fue  la inquisición de la Reina Isabel la Católica que de católica tenía muy poco, pues  era una   de las fanáticas más aberrantes. Si,  así es  como  deberíamos leerla y verla  sus  vasallos  en  América, sin   tumbar   estatuas  pero averiguando su papel en la historia. Porque,  en el mismo  año en que  España  descubrió por   casualidad  a América, estos precursores del nazismo Don Fernando y  (sobre todo) doña Isabel expulsaron a los  judíos y acabaron con la  España Mudéjar. 

En  1537, Carlos  V,  como  gobernador de los Países  Bajos,  facilitó  la  migración de los no conversos  a Ámsterdam. Todo ese contexto   de  Askenazis y  Sefaradíes  en los Países Bajos  es  explicado con detalle por Nadler, lo mismo que la vida interna de sus comunidades, el papel de los rabinos,  las relaciones comerciales  con    América, especialmente Brasil. Y   la magnitud de  la peste que asoló a Europa. 

Lo mismo hace  el autor   con Spinoza,    cuya  vida es hasta cierto punto un misterio. Con  fuentes primarias, especialmente cartas y cotejo de fechas,   hace  una serie de deducciones impecables.


Foto MTH


Solo en ese minucioso contexto europeo se entiende la almendra de la revolución intelectual  Espinosista, que fue demoledora  contra las jerarquías  religiosas. De allí su permanente  sigilo y el real  temor de  ser  asesinado, lo que no impidió que,  desde la soledad, sus ideas  tuvieran  una serie de   discípulos  y admiradores en la sombra, regados por  toda Europa. 

El  contexto explica por qué  su ética y sus  escritos fueron de tal dimensión  explosiva que se resistió en un comienzo  a publicarlas   con nombre propio y de la  editorial. Pero fue tal la conmoción  que  terminó creando  esa nueva interpretación del mundo,  que sus  amigos   publicaron  sus  escritos como obra  póstuma cuando murió a los  39 años de tuberculosis, causada en parte por  herencia genética y en parte  por  la pulida de los lentes.

El mérito de esta  biografía es  dejar  para lo último  la explicación de  una obra difícil.  Difícil porque se explaya con  criterios  matemáticos y no de carreta.

Para Spinoza,  Dios  es sustancia  infinita y única.  Es decir,  que no  regaña,  no es a imagen y semejanza del  ser humano, no  castiga, no  incide en mediaciones. Difícil de aceptar en una tradición española y católica que se basa sobre todo en  actuar  “Dios mediante” o  “Gracias a Dios”.

Spinoza   cree que  Dios es producto ( hasta  cierto punto ) de la razón.  Si esto es hoy  revolucionario,  como lo sería  en  el siglo  17 viniendo de un habitante  de los Países  Bajos,  que además  seguía  la huellas de los  geómetras  y matemáticos en medio de las guerras  entre protestantes y católicos. Un hombre llamado despectivamente  el  “judío de  Voorburg”, que terminó  atacando  las supersticiones  y los clérigos, que no cree en los milagros. Un hombre que  argumenta  que  el infierno  es  causa de la superstición y clama por la libertad de las ciencias y de las artes. Un determinista que,   sin embargo,  no implica para  Spinoza  la pérdida de la libertad humana.

Un filósofo  cuyo tratado fue   condenado por “blasfemo y peligroso,  corrupto y detestable” escrito   además en latín para evadir represalias. Y eso en un ambiente  sacudido  por Descartes,   una lucha que se  vivió  también  por las universidades  de los Países  Bajos, entre los enemigos de Descartes, los protestantes conservadores, los fundamentalistas  de todas las religiones  y los liberales.

Sin duda, Akal biografías, editorial de Argentina da en el clavo   con esa colección de  biografías,   escritas  por especialistas para no  especialistas. 

*Steven Nadler  es  el seudónimo de William  Hay,  profesor de filosofia y de  estudios  judíos  de la Universidad de Wisconsin-Madison