foto MTH desde TV
Estos días de celebraciones patrias (20 de julio, 6 de agosto, 7 de agosto) me han llevado a preguntarme, una y otra vez, cual es mi identidad como bogotana, como creo puede sucederle a no pocos capitalinos.
Claro -me dirán- lo mismo sucede con todas las capitales de todos los países y sus oriundos, pero eso no es tan cierto, como tampoco lo son las generalizaciones. Los romanos son muy distintos de los milaneses o napolitanos. París no es el símbolo de Francia y la Torre Eiffel sí lo es de París, pero no de Francia, como por ejemplo, lo son los quesos y la champaña. Washington es la capital de Estados Unidos y no Nueva York, la ciudad para muchos estrella de lo moderno “ where the action is”. Dicho de otro modo, la identidad de las capitales está compuesta por muchos factores, a diferencia de lo que puedan creer algunos de sus ciudadanos.
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BOGOTÁ, (¿A SECAS?)
Bogotá se ha llamado de muchas maneras. Para Muiscas y Chibchas era Bacatá, pero la búsqueda de olvido criollo o la nostalgia española, en la colonia a veces la llamó Santafé a secas , a veces Santafé de Bogotá, a veces Villa de Santiago de Bogotá, o Bogotá a secas, como sucede ahora desde el año 2000. Muy poco se le dice Distrito Capital ni, como algún decreto llamó a su antecesora administrativa, el Distrito Especial. Pero ese “a secas” de hoy no se refiere al nombre chibcha- Muisca sino a cierta irritación que a algunos le produce: “es que Bogotá está imposible … qué hace ese HP alcalde … y los huecos huecos… “ etc. etc.
Pareciera entonces a veces como si la entonación incluyera suspiro de queja, o en todo caso, muy poco de alabanza. Uno que otro alcalde ha tratado que sus ciudadanos amáramos mas a Bogotá “ I love… 💗“ con pocos resultados más allá del corazón como publicidad y de los stickers .
La realidad oronda es que a Bogotá muy pocos oriundos la quieren, sobre todo, supongo, en los estratos mas altos 4-5-6. Los 1, 2 y 3 no tienen tiempo siquiera para preguntarse si están contentos de vivir en ella.
Pero, al grano. La pregunta sobre nuestra identidad bogotana se me hizo cada vez más insistente con ocasión de una visita a Medellín y a Santafé de Antioquia, no por la feria de las flores sino por otras actividades, y por haber visto de casualidad, por TeleAntioquia, el 12 de agosto la retransmisión, en Medellín, de una ceremonia muy peculiar : la entrega del escudo de Antioquia en la categoría Oro.
Recalco : Medellín no es Antioquia, pero irradia a todo el departamento y se propone irradiar colectivamente a todo el país como colectividad. Recalco tambien : hay una diferencia entre entregar medallas (mas individuales) y escudos (de simbología con mayor fortaleza)
Fortalecer la antioqueñidad es positivo, claro, aunque puede llegar a unos niveles que a veces bordean la agresividad verbal. ¿Cómo le parece Medellín? Es la pregunta frecuente de los taxistas al detectar un acento rolo y vaya Ud .a insinuar que algunas cosas podrían no gustarle. En cuando a Bogotá, esa pregunta no la haría un taxista rolo porque no se le ocurre preguntar o espera un rosario de quejas. Pero hay otro aspecto que explica la diferencia. Vuelvo a afirmar: Medellín no es Antioquia aunque la capital paisa irradia a todo el departamento y se propone irradiar a todo el país como colectividad.
¿Cómo lo logra? Mediante el trabajo práctico y no carreta. Ciertamente ahora, además, la explicación no es racista pues la mezcla racial del desarrollo antioqueño es hoy mucho mas notoria ( por fortuna) de lo que pudo haber sido en alguna época. Mirando por TV Antioquia el ceremonial de la entrega de los escudos ( ojo : escudos y no medallas) de oro , encontré dos razones : 1- el sentido de lo colectivo y 2- la reafirmación de su identidad.
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EL HACER Y NO LA CARRETA
Medellín es Antioquia, y no podría ser de otra manera, lo que por supuesto no sucede con Cundinamarca.
En Medellín-Antioquia, el sentido de lo colectivo es vigoroso: lo público se asocia a lo privado de manera constante y repetitiva. Eso quiere decir que lo colectivo trasciende lo político. No alcancé a detectar si el alcalde estaba en la ceremonia, pero en todo caso no hacía falta porque no era el personaje principal. El discreto gobernador cuya familia sufrió los pesares de la violencia no pretendió ser vitrina porque el tema de fondo era institucional. Es decir, no quién trabajó por el bien común sino qué institución trabajó por el bien común .
CESDE, formadora de técnicos con el propósito de alcanzar menor desigualdad, para que la gente suba gracias a la educación, una prioridad de gran peso en el ADN de la ciudad. Es parte de Confama y reafirma la responsabilidad empresarial como un proyecto de desarrollo y no como la obra personal de un cacao ; la Organización Santa Lucía (oftalmología y pionera en optometría) que irradia a otras ciudades del país, el Jardín Botánico de Medellín, con alianzas público-privadas “todos tenemos algo que decir para conservar todo”; l,a emisora cultural de la Universidad de Antioquia con sus ocho estaciones regionales; y la Facultad de Minas de la Universidad de Antioquia sede Medellín que cumplió 136 años de una “ingeniería para la vida “ como bien la describió el vicerrector de la Nacional Sede Medellín. Todas, instituciones ganadoras del Escudo de Oro, pero no a título personal sino como instituciones.
NO SÓLO EL “QUÉ" SINO EL " CÓMO"
El título de la antes llamada Escuela de Artes y Oficios realza bien la segunda característica de la “medellinenialidad” : siempre la mezcla de lo teórico y lo práctico. El metro de Medellín es otra realidad que, comparada con el proyecto de metro bogotano...
En Bogotá , las escuelas y facultades de derecho, ( porque Bogotá es la ciudad de los abogados) siguen bastante encerradas en sí mismas. En Medellín y Antioquia los ingenieros tienen la voz callada pero cantante de los méritos concretos y palpables. Quizás, en Bogotá eso incide en la necesidad de argumentarlo todo, pero desde el punto de vista teórico, resulta como una especie de maldición que cae sobre la ciudad. Que yo sepa, muy pocas capitales del mundo tienen esa obsesión por lo leguleyo.
¿ Incide la segregación entre Norte y Sur de la ciudad capital colombiana, un tema cultural que poco le interesa a los alcaldes? ¿Inciden las peleas leguleyas entre la capital y sus regiones aledañas , o entre Claudia Lopez y Petro, o entre los alcaldes y sus predecesores, estimuladas por los medios oligopólicos de impacto más cercano? O afecta a lo bogotano la triste decadencia de la Radio de la Universidad Nacional, encerrada en si misma y con muy poca proyección regional en Cundinamarca?
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Ojalá que alguien me contra-replicara. Que Bogotá es a Cundinamarca lo que Medellín a Antioquia, por ejemplo. O que, como Bogotá es Capital de la República no es como Cartagena de Indias ( y sin embargo, con una larga trayectoria histórica similar, a Cartagena no se la traga Barranquilla, como a Bogotá se la traga todo el país, ni siquiera chupando su sangre sino por inercia propia ). O que Museo del Oro no hay como el de Bogotá y todos los bogotanos lo conocen, o que el problema real está en el péndulo de creernos el ombligo colombiano o subvalorar la importancia de nuestra ciudad. ¿Será que no hay estímulo de identidad para ser nosotros mismos?
En todo caso, los bogotanos ahora tampoco le podemos echar la culpa a nuestras montañas o a la migración desde las regiones cuando no pocos oriundos descubren que empiezan a querer salir y echar raíces en otra parte.
Que se recuerde, salvo Mockus, ninguno de los alcaldes ha tratado de reforzar nuestra identidad con medidas tan concretas y perdurables como las que hacen de Medellín la meca de la antioqueñidad.
¿No será más bien que el problema es cultural, de los bogotanos y sus instituciones, de no saber identificarnos como parte de la ciudad sino de equipararla a sus miedos, sus trancones, su desesperanza y su falta de visión hacia el futuro?