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análisis político del Senador Ariel Ávila sobre sobre lo sucedido ayer, con el cual estoy totalmente de acuerdo.
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LOS DELFINAZGOS Y SU PAPEL EN LA POLÍTICA COLOMBIANA.
Uno de los fenómenos más curiosos en la política colombiana es la proliferación de delfinazgos, que se observa con cada vez más intrepidez -para calificar el fenómeno de alguna manera- en las próximas elecciones regionales del 29 de octubre.
No me referiré aquí a las monarquías económicas, que no es el tema , aunque sí lo sea, por los laditos, en el caso de los Char, por ejemplo.
Sigamos. En @NoticiasUno se mostró el domingo el caso grotesco, sin mayor vergüenza, de la hija de PonchoZuleta, y del entorno del condenado Araujo Molina. Un delfinazgo sin mayores ni comprobadas capacidades, específicamente admirado por el ex Presidente Uribe.
https://www.noticiasuno.com/politica/uribe-entrevistador-inventa-programa-para-hablar-con-sus-candidatos-hija-de-poncho-una-de-ellos/
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En términos generales, hay ejemplos en los que se instaura poco a poco una especie de “monarquía en democracia” (obviamente después de los López, los LLeras – Vargas Lleras- , los Santos, los Turbay, ) que, como todas las monarquías del siglo XXI, se van poco a poco volatilizando en su propia decadencia.
Me refiero a algo más triste. Porque también se ha vuelto “normal” que los hijos de nuestros sacrificados piensen que tienen una especie de misión que los lleva a presentarse como candidatos, o también porque, sin malas intenciones pero si como realidad del caudillismo, se les facilita el camino de la política, como ha sido el caso de Miguel Uribe Turbay, entre muchos. y de la nueva cosecha, como Petro Nicolás. Desde luego, lo mismo sucede, ya no con los sacrificados sino, por ejemplo, con los Pastrana padre e hijo que heredaron ese derecho "natural" a ser sucesores políticos, para citar un ejemplo entre muchos.
Esa “normalidad” que aparece con más presencia en las próximas elecciones, tiene varios aspectos, a mi modo de ver mas negativos que positivos. Notarán que no uso el término “bueno" o “malo” que me parece incide en no pocos analistas colombianos de esa realidad: “bueno“ es quien es como uno; “malo·” es quien no es como uno.
Los aspectos positivos de la “normalidad” del delfinazgo político son en general del ámbito privado de las respectivas familias, y en todo caso, emocionales, sentimentales, afectivos ( creyendo que los herederos de los héroes o famosos heredan sus capacidades y genialidades).
Los aspectos negativos son , en todo caso, un reforzamiento de las puertas de acceso a quienes, sin tener mas que su valor propio, sus propios méritos, su propia trayectoria, se encuentran con la barrera de los supuestos herederos de la valentía, la sabiduría, el don de mando y la capacidad de ser hombres de Estado. ( Utilizo el masculino pues no se habla - todavía- de mujeres de Estado que tengan ese poder de perpetuación.
Todo lo anterior explica por qué no votaré por candidatos delfines o parientes de políticos. Concretamente, no votaré por Galán o Lara et al , sino que aspiro a que, para bien del país, se le dé la oportunidad a Colombia de una renovación de las capacidades de dirigir nuestros destinos políticos colombianos.
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Una manera de honrar la memoria de los sacrificados es hablar de lo que hicieron y aún de lo que hacen, cuando sobreviven. Por ejemplo, el Nuevo Liberalismo no habría persistido de no ser por personas como Enrique Parejo Gonzalez, de 93 años, que lleva, con sus descendientes, con gran discreción y modestia su trayectoria ejemplarizante.
https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Parejo_Gonz%C3%A1lez
Carlos Andrés Parejo, nieto del doctor Enrique Parejo González, escribió un excelente libro reportaje que pronto se consigue en Amazon. A mi modo de ver, representa una manera de honrar la memoria de uno de los mas representativos héroes de épocas aciagas, pero también un homenaje discreto que merecen quienes son calificados como número 2, nunca suficientemente reconocidos en nuestra Colombia caudillista. Este es el prólogo que con gusto escribí :