sábado, 12 de febrero de 2022

Anita, un año


El dolor de la muerte
nunca pasa.
Se convierte en tristeza
indecible.
El recuerdo  se instala
con dulzura
en nosotros,  viva  llama:
Anita.

 

jueves, 10 de febrero de 2022

LA NUEVA CAMBIO Y LOS REMOLINOS EN LA ERA DIGITAL COLOMBIANA (1)

Análisis de medios
El análisis de medios empieza  por   reflexionar sobre lo que se ve, se escucha o se lee. 


Se venía venir en la relación mediática:  el salto digital,  estimulado  por la pandemia. Con el encerramiento, creció el poder de la  pantalla.  Llevó, por ejemplo,  al despertar de unos  medios  tradicionales  que  utilizan el  papel  como vehículo principal;  a que otros  siguieran  en lo mismo, es decir, dormidos; otros   dieron el  salto a medias  y  otros nacieron como  digitales.  ¿ Por qué?  Porque  el mundo ya no está en un junco ni en un papel sino  también  en internet.

 En Colombia, la pandemia llevó  a que los  medios llamados  escritos perdieran impulso,  aunque, por fortuna,  alguna gente  volvió a leer libros. La oralidad - de la radio sobre todo-  recuperó algo del tiempo perdido;  y  lo audiovisual  de notas cortas, entrevistas  en   1:30   y otras restricciones  impuestas por la velocidad,   tomó un inusitado  impulso.

Llevó también  a  que los  grupos oligopólicos,  en depresiva  situación, sin saber cómo ni cuando,  empezaran a  entender lo inevitable:   sus inversiones   en  los medios,     que   al principio  creían   muy buen negocio,  no  fueran rentables, por varias razones que   serán tema de  otras  reflexiones.  

 Ni Sarmiento  Angulo, Santo Domingo,   Ardila Lulle  y su discreta vicepresidenta de medios   Claudia Gurisati pero tampoco   los fondos de   pensiones o los capitales golondrina extranjeros lograron   convertirse   en productores de un  producto  favorable para ellos.  Ni siquiera como venta, desde luego, o para  atraer a  la  todopoderosa publicidad,. Y menos todavía  como  influenciadores de lo que la opinión  pensara de ellos y de sus ventajas concentradoras.  Las puertas se abrieron de par en par , y no solo a las llamadas  redes sociales,    atacadas  como pésimas por los  concentradores creyendo que así las podrían  desprestigiar ,  sino  también abiertas  a lo que se esá  haciendo en el mundo,. Espléndidas revistas como The Economist, programas de análisis en  televisiones públicas,  mostraron que el mundo real no es  tan escueto  como  los estereotipos de  nuestras provincianas miradas . Un ejemplo :  que las  Tv  rusas  son   pésimas y no aportan cierto equilibrio a las  gringas.                                                             

  Eso sí,  en Colombia,  algunos  se  pusieron las pilas mediáticas.  Ejemplo:  Caracol y -tardíamente-  RCN . En todo caso,  la noticia virtual y lo inmediato diluyeron  la   posibilidad oligopólica de actuar sobre el poder mediante la presión  mediática sobre  lo político,  lo económico, o  como se quiera llamar.  Todo menos “cuarto poder” que ya no es ni será.  

Eso sí, les tocó   buscar  nuevos caminos,  a veces   tradicionales como Odebrecht para lograr influir   sobre el poder y  seguir  estimulando la desigualdad, pero  no son  el tema de esta reflexión.

Pero además,  los medios  no  van  al ritmo  - y lo escribo  con toda tranquilidad desde mis 75 años y mi   trayectoria en análisis –  que  las nuevas   generaciones. Estas son mas audiovisuales  que  lectoras  lineales , lo que representa un reto   para los contenidos.  Sin mencionar la fragmentación de audiencias   con sus nichos  cada vez más pequeños.

Como todo  va y  viene  en este  mundo, tomaron en Colombia  un auge   imprevisible las nuevas maneras de comunicarse virtualmente .Por ejemplo,   abundancia de foros virtuales de la cintura para arriba   (superficiales,  hondos,  light, insulsos,  educadores, humorísticos, inteligentes,  bobalicones   o   impactantes ). En todo caso, obedecen a la necesidad   que tienen  de expresarse  los  antes llamados "receptores" ( que  hoy ya no quieren  ser meros receptores), intelectuales ( que  ya no  quieren ser meros académicos  y descubren el  encanto  del periodismo),  funcionarios públicos ( que ya no quieren  que se les  interrogue  sino que, como  siempre,  dicen lo que quieren decir ). Todo eso, por  supuesto, ha debilitado  al periodismo.

 En general,  las  redes sociales  - es decir, las gentes en las redes sociales-  descubrieron  con  los mensajes memes y demás bichos,  que podían  que existir de otra manera mediática.  Que podían pensar   más en si mismos que como  creadores de  algo. Por cierto, ya ni siquiera  pensar en  quien  los leerá, sino cómo  impactan.  

Se rompieron las talanqueras  del periodismo en su  sentido temporal y espacial, lo que al parecer  no han   entendido ni las  agremiaciones tradicionales  del periodismo ni la “escuelas” de comunicación social. Pero ese  es otro tema en este  nueve de  Febrero  que recuerda a un insoportable pero insistente lagarto,  Don Manuel del Socorro  Rodríguez.  Sin duda, mas  valdría recordar mejor  a  don Antonio Nariño, su desdichada  trayectoria y su obsesión por  defender la libertad de expresión.

Comparto totalmente la definición  de  comunicadores  profesionales que merece reemplazar al  desueto "periodismo" y que plantea el profesor  Juan Carlos Garzón :: "feliz día ... a los profesionales que  practican la comunicación para la dignidad humana; el pluralismo social, cultural y político; el contrapoder crítico para el Leviatán y el mercado, y la circulación responsable  de contrastadas verdades incómodas"




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En la Colombia  multifacética  de las redes sociales,  la necesidad de  herir o  de admirar   suele confundirse  con el análisis. Los   nichos  se alimentan  mucho de   “Me  gusta”  pulgar arriba y pulgar abajo “no me gusta”, que  atrofia la  capacidad de análisis , sobre todo  el  político  y sobre todo en  vísperas electorales. 

El reto evidente  de una re-vista como Cambio  o Semana  no es  Like o no Like  sino por qué me  gusta lo que me gusta y por qué  no me gusta lo que no me gusta.  Se trata  entonces de  combatir   la   voracidad  emocional para  interpretar lo  que nos sucede. 

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Pero vamos al  grano …

La revista Cambio resucitó  de su vida  entre dos siglos    (1998-2010) con el peso  histórico  ( palabra de moda)  de  haber  sido impulsada  por nuestro Nobel,  con un equipo de lujo   que le   gastaba tiempo y energías a la investigación.  Ahora, con bombo y platillos, ( esto no es una crítica) nace totalmente digital https://es.wikipedia.org/wiki/Cambio_(revista) ,  Con la presidencia de Daniel  Coronell, la dirección de Fernando Gómez Lara, pensada en  digital, lo cual  es una ventaja indudable, siempre y cuando se pierdan los  rezagos mentales del papel  y  perduren  las   ventajas de no pegarse de una a la velocidad.

 La diagramación  del  nuevo Cambio es impecable pero  tradicional,  como las caricaturas. Y  no escasea   el yoismo, como el de Carolina Sanín  en su  “columna”,  o espacio virtual  al que le falta  todavía mucha técnica,  pero  cuyo contenido  siempre resulta interesante, sobre todo cuando habla de lo medieval.  Aunque  como ella   bien lo sabe, una cosa  es el  yoismo literario a la Montaigne,  y otra  el de  una columna-pedestal.

Ahora  renace  también Cambio con el impulso  decisivo de Patricia  Lara.  (Ambas hicimos nuestros primeros pinitos  en Nueva  Frontera bajo la  dirección del doctor Carlos Lleras, por supuesto y  de  Luis Carlos  Galán,  ella en la difícil  tarea de  gerencia. y la suscrita  como  jefe de redacción y luego como  asistente del director.  Siempre sentí  su talante  y vocación  de periodista, que se ha  demostrado  tanto en El  Espectador como en  la propia  revista  Cambio. Faltará ver si el   hijo sigue la misma  ruta en este país de delfinazgos).

 (Patricia y yo seguimos  rutas diferentes.  Para mi trabajar  con Orlando  Fals  Borda en la  segunda  etapa de  la revista   Alternativa fue una  experiencia corta  pero inolvidable,    lo mismo que mis saltos  a la  academia,   por la que  siempre he estado  atraída,  tanto como  por el periodismo, y, una vez  abandonado éste, por el análisis  de medios, que incluye un  lado ético, uno  económico, y otro,  las interacciones de los poderes en la sociedad, desde la ciencia política.  Sin  duda Patricia Lara comparte la  necesidad de permanencia a través de los libros).

Ese  contexto, entre paréntesis  para   explicar  desde donde  analizo, con qué prejuicios,   y por qué considero que es bienvenida  la llegada de Cambio para  poner un  aire de pluralismo en  el   espacio   cibernáutico  originado en Colombia, que se iba   quedando con una  sola  Semana al estilo Vicky.

 Por cierto, como si fuera el primer día de la creación ( de Vicky)  la gente  olvida  la trayectoria inicialmente  no  virtual  de  una directora de   mucha madera  como Cecilia Orozco (Noticias Uno);   o  de una regional  como Luz María Sierra ( el Colombiano),  paisa  que despegó  de Blu Radio desde   Bogotá a Medellín; la muy ducha Erika  Fontalvo  ( directora  de  El Heraldo).   En el  campo cultural, desde Armenia, también  brilla con una diagramación  novedosa y  artística,  la  pequeña pero bella  revista virtual Letras Liberadas, dirigida por Samaria  Marquez .  Eso demuestra,   a mi modo de ver positivamente, que a ellas no se les podrá ya evaluar por ser mujeres  como si sucede  en  los ministerios, sino por  su competencia  en dirigir un medio.

CAMBIO DE RUMBO POR  EL "SALTO"?

   Sin duda,   el salto  digital marca  un definitivo  cambio de  rumbo del periodismo que,  como lo he repetido tantas  veces,   no  debería llamarse  así   en la era  digital  puesto que la  palabra periódico  ( que  viene de  periodo) no   se adapta  a las velocidades digitales.  Tampoco  libertad de “prensa” que era una   máquina  para imprimir.   Tampoco “columna”  los artículos ;  y los “columnistas” como personas en un pedestal, menos aún.

Por cierto,  en  ese mar inmenso   cibernáutico, han surgido en Colombia  con menos  ruido de aplausos   por parte de sus colegas  pero  mucha  profundidad,   medios  de contenido como  Primera Página,  especializada  análisis económico, materia que le da pereza al periodismo  tradicional mas allá de los datos y los cuadros. (¿será cierto que la compró Gilinski?). 

 En todo caso, surgen medios digitales  de investigación  como La Vorágine que asume  también un papel educativo, o plataformas  pioneras  que  extienden desde hace rato sus ramas en temas  específicos   como La Silla Vacía  y  La  Otra Orilla, por cierto  muchas  impulsadas por mujeres.  Sea dicho de paso, ya no necesitan ley de cuotas  sino  esforzarse en ese  mar perturbador de lo  cibernaútico.    

Ese nuevo mundo digital  se caracteriza  por multitud de sitios que surgen cada día, por la insaciable vocación periodística o intelectual de   expresar, investigar,   denunciar,  mostrar, explicar el mundo,  que  distingue a la especie humana de las demás.   Esa vocación  no depende del vehículo  sino, como  lo he  dicho tantas veces, de las ganas  a las cuales le agrego ahora, por supuesto,  de la técnica. Reemplaza la pluma y el papel, que podían guardarse en el bolsillo o al menos   en el escritorio.  (Un ejemplo de apertura al mundo  digital y exterior  es la  volcánica y sulfurosa María Jimena Duzán,  que cubrirá  elecciones  para al País de España.)




Pero volviendo a la técnica y al contenido, ahora  -me dirán- también  se puede cargar en el  bolsillo el celular, como se cargaba la pluma. Hay una  diferencia: el celular  carga también  la  inmediatez. El problema:  a veces  los  jóvenes  ( y lo  dice una abuela celosa  por la rapidez de  sus  nietos)  se pueden  quedar en la mera técnica  y la velocidad, sin ganas  o ánimo para el contenido.

 Conclusión a eso de las ganas: la cantidad de  seguidores  va  mucho  más  allá de los  mal llamados influencers. Muestra   que  el  nuevo mundo  digital  es menos malo que definido  por  quienes  no lo comprenden  y   menos bueno  como lo creen quienes  consideran que todo  tiempo actual es mejor que  el pasado.

Y allí  precisamente  está  el  nuevo gran reto  de   la  revista Cambio, impensable  en la  época del primer Cambio, como ha sucedido   con la apresurada  revista  Semana, en manos  de la    “espectacular”  directora  y   desde luego,  del Grupo Gilinski.  

 Ventaja  es el excelente  Daniel  Coronell,    Presidente de la  Junta, a pesar de que  arrastre el  pésimo nombre que le pusieron a  Los Danieles como  si  fuera   una marca  exclusiva y no un propósito.

El  primer  riesgo, por ahora, a mi modo  de ver,  es que Cambio se  quede  obsesivamente  con el mero  punto de  comparación con la revista Semana y otros medios de la "rosca"   sin    demostrar su personalidad mediática. 

SECCION  PREGUNTAS SOBRE  CAMBIO

¿Marcarán  el  sesudo  affair de la  Merlano, o  detalles como  las groserías  de  la Cabal un sello diferenciador del  estilo de la  Nueva Cambio?

¿Se obsesionará   Cambio  con la  “competencia"   de  un esquema cultural de polarización a la colombiana?

¿El tema de fondo será  detallar  la corrupción  en concreto  para lograr  cambio de mentalidad política de los colombianos?  ¿O simplemente  se contentará  con  producir impacto sobre  temas  trajinados,  como la corrupción en general  y no  los concretos que  obliguen a los jueces  a  actuar?

¿Serán  las filtraciones el principal  alimento investigativo  o se darán temáticas como las de  Caracol?      ( eutanasia etc.)  y de otros medios que empiezan a  estimular a las  antes  medio abandonadas unidades investigativas ?


ESPERE LA  PROXIMA SEMANA

El reto de la  velocidad en la comunicación  interactiva

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El pluralismo digital...



https://voragine.co/cuarto-taller-voragine-periodismo-contracorrient

                              https://www.revistaletrasliberadas.co/

PERO, OJO :

https://www.larepublica.co/empresas/gilinsky-tambien-compra-el-portal-primera-pagina-y-lo-fusiona-con-dinero-2828463