domingo, 15 de junio de 2014

¿QUÉ ERRORES NO PUEDE SEGUIR COMETIENDO EL PRESIDENTE SANTOS?

Una vez  consolidada  la manifestación del  voto por la reconciliación y   contra  el retroceso representado  por Zuluaga pero sobre todo,  por su eminencia gris,  el ex Presidente  Uribe, mal sería creer  en una “unidad nacional” caudillista en torno al Presidente.   Sin duda,  se cambió el miedo por la esperanza,  para utilizar las palabras del Presidente Santos.

 De lo que se trata es de votación  por distintos motivos  pero también  de consensos  éticos  que  deberían exigirse, uno de ellos el de ponerle rápido  fin a las negociaciones con las FARC, y otro el de  dejar la peleadera  individualista y estéril  entre los distintos sectores del  país.
A mi modo  de ver, parece   prudente  recalcar cuales son los  aspectos en los cuales  puede haber  consensos mayoritarios:
  • Que no haya triunfalismo  innecesario  y que se  defina en términos sociales  el contenido de la palabra paz, http://bit.ly/1eWMbsa  no solamente con  las FARC.
  • Que el Presidente Santos no se deje atrapar por el clientelismo que le ha pedido y le  va a pedir cada vez más contrapartidas. Ponerle  fin a los   apoyos con mermelada  como los que   obtuvo  del ala más retardataria y clientelista del partido   Conservador.  Eso quiere decir  revisar los nombramientos que se hicieron  en el Incoder, el Banco Agrario,   y   muchos más en distintas instituciones del Estado, no por méritos,  sino por consideraciones   simplemente politiqueras.
  • Reforzar la carrera administrativa por méritos  y no por  clientelismo, única manera de  acabar con la corrupción.
  • Nombrar un Ministro de Educación que    tenga  un conocimiento  profundo y demostrado del sector, que  logre sacar adelante la reforma de la Educación  Superior  y tenga en cuenta las recomendaciones muchas  veces diagnosticadas sobre  calidad de la educación.
  •  Designar un Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural que   reemplace el evidente retroceso que significó   el  disparatado nombramiento del Dr.  Lizarralde.  De toda evidencia, hay un estancamiento del impulso inicial  en un tema trascendental para  el desarrollo rural, y se avecinan épocas más que complejas, en parte por ese descuido  de meses.
  • Enfocar todas  las baterías   al mejoramiento de las vías, en particular las terciarias. Y darle pronta solución  al sistema de salud,   no persistiendo  en la idea de un  solo fondo estatal, de dificil manejo y propicio a corrupción.
  • Mantener un Ministro como  Diego Moreno, que merece un premio de excelencia por la manera como ha modernizado el país en  las TIC’ s.
  • Darle participación en su gobierno a los verdes  y al Polo, pero  con criterio de méritos de los candidatos y su  conocimiento del  funcionamiento de un Estado hoy bloqueado  y  de las realidades  económicas de cada sector.  Evitar nombramientos de líderes  políticos que caen en la tentación  del  clientelismo.
  •   Mantener buenas relaciones con su vicepresidente, lo cual  teniendo en cuenta  la personalidad de éste último, y sus  relaciones clientelistas,  no va a ser nada  fácil y  ha sido para mucho de nosotros otro sapo difícil de tragar.
  • Saber que las roscas palaciegas y la proliferación de Consejerías  de amigos  con o sin semáforo, de  publicistas de   enfoques  mercadotécnicos,  son  el peor obstáculo para enterarse de las realidades; no  darle tanta  importancia a la imagen, vencer  su  indecisión  ysobre todo, insistir en aspectos  relevantes de su personalidad, como la  tolerancia,  la capacidad de  entender los problemas,  la lucha contra la inequidad, su formación de estadista y  un sentido de la grandeza que a veces es opacado por  su deseo de complacer en lo inmediato.
·           Finalmente, desmontar  la  reelección que montó   su antecesor el Presidente  Uribe, pues se ha demostrado que ni es conveniente, ni  saludable. Y acabar con el sistema de clanes, que  ni es conveniente ni saludable para la movilidad social  y la igualdad de oportunidades.


viernes, 13 de junio de 2014

¿Por qué votar por la reconciliación y no por el retroceso?



Que la reconciliación deje ver el futuro
Antes de que el Mundial absorbiera la atención mediática de un país en que  los aficionados  al  fútbol son mayoría cuasi absoluta, han circulado toda clase de  inventos, mentiras, medias verdades, maledicencias, chuzadas, declaraciones.
  •  Enrarecieron el ambiente y  destaparon, como en una caja de Pandora, muchas  fallas de la democracia  colombiana: incapacidad de  argumentar más  allá de lo emocional,  poca profundidad en el análisis  de  las cifras,  desconocimiento de las verdades que  ensalzan al adversario y caudillismo que pretende  imponer la imagen de un Presidente sobre  el equipo que  lo va a acompañar o lo acompañó.
  •  Lo más preocupante es la apatía  del 60%  de colombianos que, por diversas razones, no   votan. Una de ellas,  la educación, que no incluye enseñar lo que es la participación  política  y no contribuye a la madurez de los ciudadanos,  al no  construirla desde la infancia.
  •  Por eso , con la esperanza de que los aspectos favorables de  nuestra identidad colombiana se  sobrepongan a los desfavorables, y sobre todo para no repetir  los errores gravísimos, macabros y demostrados  del pasado uribista, propongo que nuestro  voto sea, más  que motivado  por Santos o  por la paz (término indefinible, ver en el  glosario) por   una  convivencia  razonable: por la reconciliación.      
  • ¿Qué quiere decir reconciliación? Es la capacidad de escuchar al otro, de  no pretender  representar la voluntad divina  (¿cómo el Procurador?)  o la verdad  absoluta (¿Cómo el omnipresente Uribe y sus trinos?), sino un clima en el cual el debate sano y  la oposición  puedan ejercerse sin más cortapisas que la decencia en la argumentación,  el respeto al otro, la superación  de la ley de la ventaja y de la inequidad,  la buena fe, y la aceptación de las diferencias.
  • La reconciliación  de los colombianos  será la única  que permita que los conflictos – y no sólo los  relacionados  con las FARC- se resuelvan de manera  constructiva,  más racional que emocional.
  • En otras palabras, es  reemplazar   el slogan favorito de la  era uribista según el   cual “Colombia es pasión”. ¿Cuándo entenderemos que  el Delirio  es una maravilla  como salsa, y el  entusiasmo en el futbol como espectáculo,  pero  no  como posición política? ¿Que no basta con “amar” a un Presidente y   que la ciudadanía   no solo es pedir y recostarse,  sino dar y no demeritar a los demás?
  •     La reconciliación de los  colombianos pasa por la presión ciudadana, por su capacidad  de  rechazar con nombre  propio los políticos  corruptos, las mermeladas,  las invitaciones a la violencia, las declaraciones  o volteadas para  satisfacer intereses personalistas,   y   los individualismos. Ello  cobija  tanto a Santos como a  Zuluaga, si ganan.
  • La reconciliación implica  la capacidad de  trabajar en equipo  y de  avanzar colectiva, y  grupal pero no  individualmente,  en un clima  de no repetición de un pasado que nos agobia. 
  •  La reconciliación implica  ponerse de acuerdo sobre el sentido  de las palabras (como paz,  diálogo,  verdad, justicia, reparación)  y no tratar de manipularlas según la orientación de cada  quién, como lo ha hecho demasiadas veces  el Uribismo. Implica también   superar las obsesiones radicales,   y  aprender a despegarnos  del caudillismo  para  afrontar las realidades de un futuro que no se construye  con solo presionar un botón.




jueves, 12 de junio de 2014

La cuestión agraria : para despejar distorsiones malintencionadas




De la presentación del  libro, quedó claro :
  • Que la negociación  con las FARC  en La Habana se está haciendo con transparencia, que lo acordado está por escrito  y   publicado, y que no hay negociaciones por debajo de la mesa, a diferencia de lo que malévolamente  insinúan algunos. 
  • Que sería un  grave error  detener un proceso  de negociación con la guerrilla  en el cual tres de los  cinco puntos han sido  acordados.
  • Que en los tres primeros años de la administración  Santos  se  construyó, desde el Ministerio de Agriculura y  Desarrollo Rural y sus entidades adscritas,  una política de Desarrollo  Rural Integral con criterio moderno  de convergencia   entre la Colombia  rural y urbana y  que  debe  consolidarse  la trasformación agraria si se quiere que  la paz se consolide.

El  libro consta de  cinco capítulos: 1. Víctimas  y restitución. 2. La Tierra como fundamento para la paz. 3. Estructura de la propiedad agraria y formalización de la tenencia de la tierra en Colombia. 4.Desarrollo   Rural. 5. Los Acuerdos   agrarios de La Habana.
 Y  como anexos: el texto completo  del  Punto 1 acordado y  preguntas y respuestas sobre la legislación agraria.

Espere  mañana :  ¿ POR QUÉ  VOTAR POR LA RECONCILIACIÓN Y NO POR EL RETROCESO?


[1] Por si alguien no lo sabe, Juan  Camilo Restrepo  está casado desde  hace 45 años con la suscrita.

viernes, 6 de junio de 2014

Mi voto será por la reconciliación más que por la paz. ¿Por qué?

El reto : recomponer al país sin odios

  • En los últimos días, la palabra PAZ se  ha manoseadodándole diversos contenidos. Una cosa es la paz de Mockus y otros  profesores ,  de   los sectores progresistas,  del polo no recalcitrante, de los verdes  no  oportunistas,  de los  seguidores  de la actitud de  Clara López , de Iván Cepeda y Aida Abella   de la Marcha  Patriótica,  pero otra es la PAZ de María Fernanda Cabal y el Presidente  Uribe et al, delas FARC y del ELN como proyectos políticos guerreristas.
  •   Parodiando a  madame  Roland  ( que  dijo  “Oh libertad , cuantos crímenes  se cometen en tu nombre” antes de  subir al cadalso)    muchos no admitimos  que en nombre de la paz se justifiquen    regresos  reaccionarios  o que la paz  sea  la piel de oveja con la que se cubren los  oscuros lobos.
  •     No aceptamos que   en aras de supuestos debates democráticos y de ideas  improvisadas como la de Petro en relación con  el  posconflicto,  se afecte la credibilidad  de instituciones  necesarias como las Fuerzas Armadas legítimas, que todo país debe tener.
  •  ¿Por  qué  han estado tan callados en los últimos días  los furibistas  y en particular el  trineroexpresidente? Porque se han dado cuenta  del efecto negativo  que tiene  ese lenguaje de palabras armadas y vituperantes.
  • ¿Por qué  el voto en blanco no   sabe defenderse sino con fotos de “caudillos” como Jorge Robledo y mediante posiciones   radicales  del nada vale?  Porque más allá de las encuestas  (y ese es otro tema)  han sentido que   el  termómetro del país no  denota la necesidad de  inventarse  mundos  abstractos, sino de   actuar en los mundos posibles.


·         ¿Qué quiere decir reconciliación? Es la capacidad de escuchar al otro, de  no pretender  representar la voluntad divina  (¿cómo el Procurador?)  o la verdad  absoluta, sino un clima en el cual el debate sano y  la oposición  puedan ejercerse sin más cortapisas que la decencia en la argumentación,  el respeto al otro, la buena fe, y la aceptación de las diferencias.

·          La reconciliación  de los colombianos  será la única  que permita que los conflictos – y no sólo los  relacionados  con las FARC- se resuelvan de manera  constructiva,  más racional que emocional.

·          En otras palabras es  reemplazar   el slogan favorito de la  era uribista según el cual “Colombia es pasión”. Nos gusta el Delirio  como salsa, no  como posición política.

·         La reconciliación de los  colombianos pasa por la presión ciudadana, por la capacidad  de los colombianos de  rechazar los políticos  corruptos, las mermeladas,  las invitaciones a la violencia, las declaraciones  o volteadas para  satisfacer intereses personalistas,   y   los individualismos.

·          La reconciliación implica  la capacidad de  trabajar en equipo  y de  avanzar colectiva  y no  grupal o  individualmente en un clima  de no repetición de un pasado que nos agobia. 


martes, 3 de junio de 2014

¿Cómo vencer el ”confuSionismo” en la segunda vuelta?



¿Cuál es la consecuencia de la  discursividad  en  la construcción de  imaginarios  en una cultura  como la contemporánea,  en  la que se impone lo audiovisual?  Se elude lo conceptual, que  pasa a un segundo plano frente al impacto emocional.

Una comparación más sencilla: si yo desarrollo mucho el ver  y el  oír, los sentidos  como el tacto, el gusto y el olfato  pierden importancia. 

En el  caso del “tacto”, obviamente, el “clic”  desarrolla el pulgar,  pero se pierde la  capacidad sensorial de descubrir a partir de la piel;

En cuanto al “gusto”, se va perdiendo la capacidad humana  de  percibir que  hay  sabores distintos de  la comida chatarra;

Con el  olfato, perder la capacidad sensorial  es olvidar que  el ser humano, como el animal, tenía un olor que hoy se diluye en la  marea de desodorantes y perfumes que  buscan ocultarlo.

Pero sucede  algo similar con  la capacidad de análisis, es decir,  la parte  racional de nuestro “ser”.

El impacto se  busca -y se logra- a partir de lo audio-visual, es decir, del  gesto  y de la sonoridad  de la  palabra, no de su contenido.

El  gesto  se vuelve preponderante,  gracias a la televisión, que  implica  ver.  Los ojos detectan  la  “personalidad” en el  vestir, en  la  sonrisa política  como garantías de confianza y capacidad, en la mirada  frentera  que,  se pretende, sustituya la honorabilidad y la  transparencia, en la facilidad de expresión, que no pocas veces es pura carreta.

La oralidad pierde  su  sentido original  de narración gracias a la importancia de los sonidos  de audio que  diluyen el sentido de  lo verbal.  El karaoke se  vuelve  la pista que define a los candidatos; la pomposa  entrada y salida de los debates televisivos nos  impregnan de una sensación de seriedad; las alturas y bajezas de las voces  nos definen  lo que se discute en el ring.

¿ Y el miedo  existencial?  ¿El miedo a no ser torturado, a no ser masacrado, a no ser  callado, excluido,  borrado  de la faz dela tierra?  Bauman el sociólogo  (ver entradas anteriores) y otros  nos destapan el subterfugio:  la preocupación por la gordura, la obsesión por adelgazar o el deporte,  refugiarnos de la inseguridad en conjuntos cerrados son maneras de no  preguntarnos qué realmente está en juego.

En lo político, lo que  está  en juego se diluyó con la peleadera,  las malas prácticas de chuzar al adversario y de chuzar al chuzador, las  especulaciones sobre quien se iría con quién,  en si  el partido  conservador de  Martha Lucía se  iba con Santos o el partido de Gerlein con  Zuluaga; si los claristas  aceptarían el inútil voto en blanco o los peñalosistas  autodefinieran su verde.

“Dejar en libertad a los electores " se volvió un acto de heroísmo o de grandeza , pretendiendo así esconder  la desestructuración  de partidos que son sumas de egoísmos y de inercia ciudadana o su afición por las diarreas mentales.

El  miedo  profundo se oculta en los medios  con  la  “debateadera”  emocional  propiciada por la política “sucia”, las filtraciones, los escándalos, los insultos mutuos, las acusaciones y la irresponsabilidad periodística.

En lo político,  el miedo se  arropa  con la indiferencia, con  la sábana de un dudoso voto en  blanco que ya ni siquiera servirá,  con  la verborrea y los manifiestos inocuos que todos  firmamos para  tener la conciencia “limpia”.

Entonces  ¿qué es lo que nos  produce  miedo “existencial” en este momento en Colombia?

A unos, la inseguridad.  Por eso  buscan la seguridad en el radicalismo autoritario y creen que  excluyendo al contrario se la garantiza.

En otros,  los que quizás más se abstuvieron,  el miedo  profundo está en volver hacia atrás,  en repetir  la historia por incapacidad de luchar por el tan  cacareado  cambio.  Miedo impronunciable  al mundo oculto de las masacres y las motosierras,  miedo a las autodefensas ,  sus  ubérrimos, y sus apóstoles,  miedo  silencioso  a las intolerancias  de una guerrilla  instalada en  el  narcotráfico,  miedo estético  a la cultura del paraíso de tetas ,  y , sobre todo,  miedo al retorno a la intolerancia  política.

Miedo, en fin, a esa incapacidad de ser  colombianos en el actuar colectivo, creyendo que basta con alabar “nuestros"  Nairo y Rigoberto,  nuestros futbolistas,  LA Shakira o  el sensato Falcao (al que le  imploraban que  fuera al  Mundial, aunque perdiera la rodilla).

Y sobre todo,  el  confusionismo (con ese) como  manera de  envolver  colectivamente  el miedo existencial en una  cortina de humo. 
         
Pero vencer el miedo existencial no es taparlo con el fatalismo, o con  la “blancura” de un  voto supuestamente izquierdista. No es  abstenerse, una vez más, avalando eso mismo que nos produce  miedo.    

 MI VOTO NO SERÁ POR LA PAZ, UN  TERMINO AMBIGUO, SINO POR LA RECONCILIACIÓN  (VER PROXIMO  VIERNES POR QUÉ)