martes, 30 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
EL AMBIGUO LEGADO DE CAMPO ELÍAS TERÁN: BONACHÓN, PERO ¿UN MODELO A SEGUIR?
Campo Elías Terán y su familia merecen todo el respeto como personas que han sufrido el padecimiento de una enfermedad tan dolorosa como el cáncer. Sus hijos, su esposa y sus amigos lo recordarán con afecto respetable.
También merecen respeto sus apasionados seguidores desde la época en que despertaba
adhesiones radiales por su facilidad de expresión y su capacidad de
entusiasmar a los desesperanzados cartageneros de los barrios de miseria, esos que no
visitan ni los turistas ni el jet set.
Como muchos “caritativos” que pululan en el ejercicio de la política, conseguía audiencia aliviando – emocional y momentáneamente- las necesidades
insatisfechas de los más pobres sin dimensionar
los factores estructurales de la
miseria. Y como todos lo “querían” –
incluido los García y otros políticos corruptos, así como los voraces inversionistas
urbanizadores, logró hacerse elegir. Un
buen corazón no es ni mucho menos la garantía
de eficiencia y capacidad.
Pero su
propia esposa, Doña Nereida, a quien
escuché este martes 23 por la mañana en RCN, reconoce
que “cometió el error de estar rodeado de algunas personas… no conocía lo
que había detrás de cada político”.
Contrasta entonces
la sensatez de la viuda, que pide escuelas en vez de corrupción y que reconoce
como logró haber sacado a su hijo “de un ambiente
contraproducente para darle
así oportunidad para desarrollar su propia carrera” como
periodista deportivo.
Contrasta
con los exuberantes elogios a este
controvertido personaje, no solo por la manera
como utilizó el trampolín de la
radio para lanzarse a la política sin saber
en lo que se metía, sino por caer con enorme facilidad
en las garras de políticos
corruptos.
Campo
Elías Terán puede ser
considerado buen padre, lo cual
pertenece a su intimidad familiar, pero no es precisamente el modelo que recomendaría para las generaciones de nuevos periodistas. Tuve hace
los años de Upa – como supondrán- , una
experiencia desagradable que me dio la medida de su ética.
Siendo jurado
de un premio de periodismo de la Ciudad de Cartagena, que le
adjudicamos por su entrevista a un
boxeador, después de la ceremonia me dijo que,
con su señora y su hijo me quería
invitar a almorzar al día siguiente. Se presentó solo e intentó propasarse, lo que,
según le escuché al director local de noticias de RCN en ese
entonces, era una manera habitual de
comportarse. Pero lo que más me pareció
inaudito fue no tener el
más mínimo respeto ético por
mi calidad de jurado.
No me sorprendió por lo mismo
su dudosa moralidad cuando fue elegido Alcalde
de Cartagena, investigado por
cuestionables contrataciones y desde luego,
como lo reconoció Doña Nereida, por las aves de mal agüero que nombró a su alrededor.
De allí
que resulten inauditas expresiones tan laudatorias que lo convierten en el máximo ejemplo del periodismo
radial y social “popular” colombiano. ¡Por favor!
Ojalá que quienes votaron por él no vuelvan a
caer en las garras de las
promesas discursivas de los que , en nombre de
ese ambiguo legado de
“una buena persona” o “intérprete del pueblo” mantienen a la ciudad
en el más aterrador estado de pobreza y descomposición social.
martes, 16 de abril de 2013
EL TONTO ERROR DE FRANCISCO SANTOS (¿Por qué se equivocó con la estrategia de la valla?)
Una twitera (¿se dirá trinadora?), de cuyo nombre no sabré acordarme, buscó emular con el protagonista de la excelente película chilena “NO” [1]al decirle NO a la marcha del 9 de abril por la paz y las víctimas.
Su NO tiene contenido de intolerancia.
Porque si bien en la marcha participamos
muchos de distintos sectores, y aunque debe
reconocerse que hubo mayoría de gentes
de la UP que viajaron de los más remotos
lugares de pobreza y desesperanza, así como de
seguidores de Piedad, ese no es motivo para descalificar esa manifestación de ciudadanía.
O la trinadora no entendió la
película o la interpretó al revés de lo que el joven publicista pretendía cuando en Chile logró efectivamente convencer a la
gente de que el NO tenía que cambiar el régimen de Pinochet por la democracia.
http://bit.ly/119yGQc
http://bit.ly/119yGQc
El equipo de publicistas de los partidos de la
oposición en Chile (representados por un arco iris en la campaña por el NO, en vez de las ladrilludas siglas
partidistas) le agregó un signo más al NO, (NO+), que lo convertía en un
mensaje positivo. Pero la mayor gracia de esa estrategia publicitaria, que jugó un papel
decisivo en el plebiscito de 1988 para
convencer a la gente de acabar con la dictadura,
es otra.
En vez de mostrar torturas y
desapariciones, como lo pedían los
publicistas tradicionales de la oposición a la dictadura, su eje fue describir un futuro alegre y creativo, con música roquera,
mimos y bailarines, similar al en ese entonces innovador estilo de la
publicidad de Coca Cola. Por lo mismo, un estilo que capturara a la gente joven,
que hoy como ayer siempre mira hacia adelante y le tiene desgano al pasado.
En el caso del plebiscito para mantener o no a
Pinochet en el poder, mientras la campaña por el SI fue reactiva
y tradicional, y se basó sobre todo en el miedo de lo que vendría si se caía Pinochet. La del No implicaba alegría, un cambio positivo, que le daba la
connotación positiva a un futuro distinto.
Por eso la trinadora tampoco convenció. Porque
su “NO” tenía una connotación de
intolerancia en un país hastiado de muertes, de miedos y de la división fundamentalista
entre los buenos (como yo) y los malos (como ellos).
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Pero ¿qué tiene que ver la valla de
Pacho Santos con todo esto? Pues que representa una estrategia publicitaria simplista y primaria[2],
parecida a la de la trinadora. Seguramente se le debió ocurrir a él, como le sucedió en su paso por la radio,
cuando pretendió reducir el periodismo a tener buenos contactos. Y lo de la valla ni siquiera se le ocurriría
al hoy bastante caído Jota Jota Rendón, por más aficionado que sea a la
publicidad negra, es decir, basada en desprestigiar al adversario.
Doctores tendrá la santa madre
Publicidad que sepan explicar las consecuencias lánguidas de la valla de marras
desde el punto de vista del mensaje aterrador que implica la comparación.
En todo caso, esa estrategia, al basarse en la
identificación comparativa de Pablo Escobar con Iván Márquez, también cobija al que firma, es decir, el propio Francisco Santos.
No sé si les habrá sucedido. Si
por algún motivo salen en televisión unos segundos, sus amigos o parientes exclamarán, seducidos:
-“ ¡lo vi en televisión!" y si Ud. pregunta cuál era el tema, lo más probable es que no
se acuerden de lo que habló y si de la imagen que Ud. proyectaba: despeinado, con un traje gris o una corbata de puntos, despeinado
o muy serio.
Conclusión: Francisco Santos,
esté o no en campaña, y que se defiende como león de hacer política con esas vallas, debería revisar su estrategia.
Subliminalmente, quitada o no la valla, no pocos la asociarán con ese pasado
que tanto nos fastidia y que tratamos de superar
[1] Dirigida por Pablo Larraín, con
Gael García en el papel del publicista.
[2] Lo primario “es tosco y primitivo;
no es lógico; no existe la negación ni
la contradicción; coexisten simultáneamente
pensamientos e impulsos opuestos…
es asociativo” ( citado por Joan
Ferrés, Televisión subliminal,
socialización mediante comunicaciones
inadvertidas). Aplicable también a las valla “primarias”…
domingo, 14 de abril de 2013
DOS EJEMPLOS DE LO ADMIRABLE EN LAS RELACIONES COLOMBO- VENEZOLANAS: DUDAMEL Y RESTREPO
Frente a los atarvanes colombianos y venezolanos, así como en reacción al desperdicio de inteligencias de quienes emocionalmente se han manifestado en favor de uno u otro de los contendores de los comicios en Venezuela, lo mejor que podemos hacer los colombianos es quedarnos callados.
El silencio es importante en momentos como este, para analizar, observar y luego
debatir sin pelear. Iniciativas como
la del Presidente del Congreso
colombiano demuestran la importancia de
derrotar a los compatriotas de ego
alborotado que proponen sandeces sin
sopesar lo contraproducente que
resulta para Colombia
su apasionamiento.
Al tiempo perdido
en el Gobierno anterior colombiano ( sobre el que, por cierto, no rinde nunca
cuenta y razón un twitero conocido de marras) no se puede
agregar el que se perdería
con reacciones que vuelvan a encender
la hoguera.
Gane Maduro o
gane Capriles, siempre nos convendrá
tener unas buenas relaciones y respetar al vecino.
Hoy, al lado del insulso
artículo de la corresponsal de El
Tiempo en Venezuela, que entrevista
a los
mismos de siempre, Ronal Rodríguez, profesor e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario
señala, en la misma página, como “la acción coordinada de los Estados”
en materia de seguridad y en
particular de las Bactrim
en la frontera, es el reto concreto
y prioritario de las relaciones colombo-venezolanas.
***
Si de emociones
se trata, mejor entonces entusiasmarnos, como sucedió
en Bogotá el jueves pasado, durante el apoteósico concierto de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, dirigida por
Gustado Dudamel.
Esa
extraordinaria presentación demostró hasta el éxtasis cómo
la mejor manera de comulgar con nuestros
vecinos no es a través de la política, sino del arte.
Dudamel y todos los integrantes de la Sinfónica de Venezuela emocionaron a los asistentes al Teatro Mayor de una
manera tal, que no podrá
hacerlo nunca la política. Nos recordaron
que colombianos y venezolanos nacieron a la orilla
del Arauca vibrador , que
somos barrocos hasta los tuétanos, que cada
fibra de la identidad de los dos
países vibra con la música en todas
las acciones de la vida sin
necesidad de la discursividad patriotera. Y que , más allá del lenguaje común
que nos une a los latinoamericanos, un compositor como el mejicano Silvestre
Revueltas pudo ser tan innovador con su Noche de los Mayas como
Igor Stravinski con su Consagración de la Primaver.
Dudamel no
solo es un genio de treinta y dos años,
con la calidez sencilla de los verdaderos sabios y la creatividad de su ímpetu renovador. Es el ejemplo mismo de lo
que significa hacer algo por su país,
independientemente de quien lo
gobierne, integrando
ese hacer como un elemento esencial de su propia
trayectoria vital y de su identidad.
Director de la filarmónica de los Ángeles,
renombrado por mérito hasta 2019,
y a la vez director musical de
la Sinfónica Simón Bolívar,
impregna y transmite a cada instante de sus presentaciones un profundo
sentimiento de pertenencia y
raigambre no solo venezolana sino también latinoamericana .
Gustavo Dudamel debe ser el
modelo a seguir, como lo es en Colombia
Álvaro Restrepo, Creador del
Colegio del Cuerpo, que presentó en Medellín, esa misma semana el extraordinario
Inxilio, y como lo son muchos
otros colombianos y
venezolanos subvalorados por la
tan sobreestimada política.
Recomendado:
El
programa de Film and Arts en el que Dudamel enseña, con metáforas, qué es vibrar
con la música sus, ritmos y movimientos, y la manera como contagia a
los músicos cuando los conduce.
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