El 3 de mayo es - nos dice el calendario,- el día de la libertad de “prensa” . Para algunos , entre los cuales me cuento, sería mejor, en este año 2021, hablar del día de la libertad de expresión. Y por si hace falta precisar antes de que salte el gremio, también se creó el día del periodista, el 9 de febrero.
¿Por qué es necesario hoy precisar? Porque la libertad de expresión es una libertad que las contiene a todas, como una madre a sus hijos, así como la dignidad humana contiene todos los derechos llamados humanos. Concierne, se aplica y debe ser defendida por todos los colombianos.
La libertad de expresión contiene: la libertad de expresar pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de comunicar a través de medios.
Todas esas libertades, materializadas en derechos fundamentales, están en el artículo 20 de Nuestra bien amada Constitución Nacional de 1991, que cumple este año sus treinta años.
ART. 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación.
Éstos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.
Ya entrando en detalles, y como desarrollo minucioso de los anteriores derechos, es adicional el derecho a ejercer la - a mi modo de ver -profesión de periodista. Con cierto desorden en la elaboración del articulado, ( pero este no es el tema de hoy), por el papel tan decisivo del periodismo en una democracia, los constituyentes de 1991 consideraron con razón que el periodismo merece protección especial como bien lo establece el articulo 73:
“La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional”
En las batallas que son tan frecuentes en nuestro leguleyo país, una sentencia de la Corte Constitucional zanjó de manera, a mi modo de ver desafortunada, la peleadera. Aclaro que fue, a mi modo de ver, el único desafortunado error de mi admirado magistrado Carlos Gaviria Q.E.P.D. ponente de la tumbada de la ley 51 de 1975 de que instauraba la tarjeta profesional :
“no se puede comparar el periodismo con otras profesiones a las que se les exige la tarjeta profesional, como el derecho, la medicina o la arquitectura, pues éstas aplican conocimientos específicos de la respectiva ciencia, mientras que el periodismo se desenvuelve en el manejo técnico de la información de otras disciplinas, y no en el marco de un único conocimiento”.
Hoy en día considero que esa sentencia fue la puerta abierta para desprofesionalizar al periodismo, con la consecuencia sobre los salarios y la gremialización, sobre todo en los medios regionales o pequeños, en relación con los corresponsales y otros etc. Una consecuencia, imprevista por el magistrado , que se caracterizaba por un sentido muy claro de justicia.
¿Y DE LAS REDES SOCIALES QUÉ?
Los blogs como el de esta abuela cibernauta, que hace rato dejó de llamarse periodista, son ejercicio ciudadano de la libre expresión y no del periodismo, que es una profesión ( además de vocación) y no un oficio, como lo sostuvo Carlos Gaviria.
Sea dicho de paso pueden ejercer esa profesión, por cierto, no solo los egresados de facultades de comunicación, sino de cualquier otra carrera. Un ejemplo ahora es el de la doctora Fernández de Caracol, que ha informado con profesionalismo y conocimiento médico todo los relativo al Covid 19. Supongo que le pagan lo justo y espero no equivocarme.
Porque el periodismo merece salarios justos y debidos, trátese de reporteros, presentadores, unidades investigativas pluridisciplinarias etc. No sé hoy cuanto ganaran chicas como Valentina de CM& que se limitan a mostrar piernas y a leer lo que los periodistas escriben, entremezclando promociones y publicidad comercial, práctica que desde luego crea ilusiones pero que contraría absolutamente la ética periodística.
Los que o son periodistas son quienes escriben esporádicamente, y en especial los - cada vez más presentes en medios escritos y radio- funcionarios públicos, ministros, congresistas que desde un cuestionable punto de vista ético utilizan su cargo para “informar” u “opinar”.
Dentro de estos limites éticos y jurídicos planteo dos inquietudes en 2021, para un debate tranquilo :
1- ¿ Son las redes sociales medios de comunicación? Creo que si, lo que no implica que los usuarios sean periodistas . A mi modo de ver, los usuarios, como ciudadanos, deben tener responsabilidad social - y ojalá civil- en la expresión de sus opiniones cuando causan daño a terceros. Y el periodismo digital debería tener reconocimiento profesional por parte de las empresas, con los salarios justos que amerita.
2- ¿Son atribuciones abusivas de las GAFA suspender trinos y similares, como se hizo con el señor Álvaro Uribe Vélez? El debate apenas empieza aquí en Colombia, y será interesante (siempre y cuando no se alimente de estéril polarización en favor y en contra de amigos o enemigos)
3- En todo caso, algo es evidente: las libertades de expresión y de opinión no son absolutas. Tanto desde el punto de vista jurídico como sobre todo ético , tienen los límites del respeto a los demás y de la responsabilidad social de en un país que tanto la necesita, como Colombia.
NOTA : Y FELICITACIONES A LA FLIP POR SU PODCAST
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