miércoles, 24 de octubre de 2018

EL LIBRO DE ESC: ¿LA HISTORIA “CON FIN” DEL SANTISMO?




Las memorias  son quizás  el  género literario  más difícil. Para que  tengan trascendencia, deben estar  bien escritas.   


Requieren honda reflexión sobre sí mismo, a veces  sicoanalítica.  No  basta que el  autor cuente lo que  fue o lo que es.  Las memorias, ejemplares,  que le  valieron a Churchill el Premio Nobel,  deben además reflejar contextos históricos y sociales,  ser anecdóticas o satíricas y,  en una difícil mezcla,   emocionar pero a la vez capturar el interés de los lectores. También, otros ingredientes, particulares  en cada caso.


El  libro de Enrique  Santos Calderón contiene  buena parte de  esas condiciones salvo,  a mi modo  de ver,  algunos  ingredientes.  Los lectores  de “El país que me tocó”  desde sus propias percepciones y apreciaciones,  serán quienes deban  escrudiñar lo escrito  que, en este  caso, se  lee de  un  tirónEmpiezo, entonces,  y como lectora.

No sé si la contracarácula fue escrita por  Enrique  Santos Calderón o por Debate, pero aquello de que  es “un periodista imprescindible”  resulta mi  puerta de entrada  para preguntar: ¿quien es imprescindible hoy en periodismo? [1]

En la medida en que se avanza en edad, uno se da cuenta que esa palabreja  no  se aplica casi nunca, menos todavía  en periodismo, y menos en un  ambiente como el colombiano,  que tan poco respeto tiene por actividades  como escribir y crear. Me temo que buena parte de los imprescindibles  se consolidan por   auto referencias y  roscas mutuas.

LA “LEGENDARIA” ALTERNATIVA

 Este  ambiente  intelectualmente cerrado de valoración, que  ignora a los demás con displicencia,  produce distorsiones y lo que he llamado “egos  alborotados” .  

“ Con SU [2] legendaria Alternativa marcó toda una  generación”- se lee en la  contracarátula.  Desde hace  mucho tiempo, puesto  que somos  de la misma generación,  me ha irritado el  mito de Alternativa, que refleja  mucho  nuestra manera de  contar la historia y se ha   vuelto, sin discusión,  parte de ella.  


Porque  Alternativa no solo   fue “de  Enrique Santos Calderón, como se cree comúnmente, sino una creación colectiva a la que Gabriel García Márquez,  y de varios  otros , entre los  cuales   el  principal , y ahí si me duele que lo ignoren   olímpicamente, Orlando Fals Borda.  

Como sin querer queriendo el -a mi modo  de ver- más importante sociólogo colombiano se va  desdibujando en la aventura, en la que  participó con lo que llamó  “La Rosca”, de eminentes intelectuales. A pesar de las peleas internas que  dividieron a la revista,  tuvo además el  copy  right del  nombre Alternativa.    

Eso le permitió a Orlando  tratar de revivir  la revista  en 1996 con  otro  lema “ Sentir, pensar actuar”,  propio de una época en que la lucha  armada no atraía más la atención y en la que ya no deslumbraba tanto ni producía camisetas  la personalidad del Che. En todo caso,


  su  lema era más profundo  que el  primero (“ Atreverse a pensar es empezar  a luchar)”.  Haber   trabajado  con Fals Borda un año y pico es,  en mi caso, y   el de todos  los que participaron en  esa utopía,  una  historia  inolvidable.[3]



Alternativa, en su primera versión colombiana (pues existió una Alternative creada por el círculo de Camilo Torres cuando estudio en la Universidad de Lovaina, García: 79), fue impulsada principalmente por dos celebres intelectuales de la escena nacional: Gabriel García Márquez y Orlando Fals Borda. A ellos se sumó el periodista Enrique Santos Calderón. García Márquez era ya un escritor consagrado, amigo del cambio social, y ante todo un intelectual que no estaba afiliado a ninguna corriente o partido de izquierda en particular. Fals Borda se había separado de la vida universitaria desde 1969, al calor de la ruptura producida en el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, fundando en 1970 la Fundación Rosca, junto con otros académicos en similar condición. El resultado de esa actividad fue la metodología de la Investigación Acción Participación (Entrevista del autor a Orlando Fals Borda, Bogotá, 6 de abril de 2007). Enrique Santos Calderón era un joven periodista que escribía la columna Contraescape en el diario El Tiempo, propiedad de su familia. La columna se caracterizaba por una argumentación fuerte y crítica, y de evidente tono izquierdista.
En diciembre de 1973 ya era un hecho el surgimiento de la Revista Alternativa, cuyos socios serían la Fundación Pro Artes Gráficas (Enrique Santos), la Fundación Rosca (Fals Borda) y García Márquez. ( prensa rural, articulo encontrado en Internet https://prensarural.org/spip/spip.php?rubrique10 )


Por  eso, no es  saludable  para la memoria atenuar la importancia  de un personaje de las dimensiones de Orlando Fals: “de este  grupo de fundadores recuerdo a  Jorge Villegas,  Orlando Fals Borda, Bernardo  García, Cristina Latorre, José Vicente Kataraín Diego Arango, Norma Zárate y Carlos Duplat. Y por supuesto, a   García  Márquez, a quien   yo embarqué en esa  aventura  y en la que el no creía y sin la cual   la revista  no habría alcanzado la dimensión que tuvo” ( pág. 94).


Una carta ilustrativa...
Interesante, por cierto  la  carta crítica  dirigida en  1974  a  Enrique Santos por  Gabriel  García  Márquez, con un   amable  jalón de orejas, puesto que consideraba la revista  visualmente  fea, además de que “ideológicamente crea una  sensación azarosa” (pág. 108-111).  

También, llama mi atención  la   parte más “suculenta” – excusen el término- del libro:  la franqueza con que  ESC cuenta   las luchas de  poder  al interior de El Tiempo; la venta del periódico (aunque hace falta mencionar  quien se quedó finalmente con el  diario, es decir  Sarmiento Angulo, que   también  se quedó con la ñapa del  agachado   Roberto Pombo, muy  sagaz esposo de Juanita Santos  y muy poco  escritor a pesar de ir tanto  al Festival Hay) .

 Sin duda,  el santismo  ignora  olímpicamente: años después, la Revista Semana, bajo la dirección de Alejandro  Santos,  sistemáticamente "olvidó"  reconocer y dar el crédito al primer artículo de investigación sobre las Convivir y el papel  del  entonces gobernador de  Antioquia  Álvaro Uribe Vélez, que fue publicado en   la segunda etapa de Alternativa. Nos valió una  denuncia por injuria y calumnia de Pedro Juan Moreno,  ya que no  aceptamos rectificar y por  fortuna no prosperó, pues la Fiscalía precluyó la investigación.  Ese "olvido",  a mi modo de ver, es escribir la  historia desde el santismo.

PERO ... ¿ QUÉ ES  EL  “SANTISMO”?


 El libro   de Enrique Santos Calderón,  sin citarlo con  nombre propio , describe   al  santismo descarnadamente y con valentía – hay que abonárselo-  a través  de  un repaso  de su dinastía y de un entretenido anecdotario. El Presidente Santos (pág. 31) era “mesurado, cerebral y esencialmente político” (¿ Como los primos  Juan Manuel y Francisco?).  Su abuelo, Calibán, en cambio,  “le sacaba el quite a la política y detestaba hablar en público”  (¿ como  Enrique y Fernando?) . Todos , sin duda, muy inteligentes  y,  como  se dice hoy, emprendedores.  Casi  todos rutinarios de almuerzos, uno  no sabe muy bien si  importantes o no. Algunos  Santos con vocación  pedagógica (¿Como Rafael  y  Alejandro?).  Otros, como el propio Enrique,  con  aficiones por los BackChannels, es decir, misteriosas  conexiones que  se muestran  como decisivas y que se  saltan los canales institucionales en los procesos de paz, como  Enrique  en  relación con las FARC y   Samper, con el  ELN.  Pero, eso sí, todos con un potosí:  el Tiempo, que  les permitió tambien entrar a la Semana de Felipe López, una alianza en la  que los negocios terminaron valiendo  tanto como  el periodismo. Una  revista que sufre su propio proceso de deterioro ahogada por   “revistas” colaterales  que  muy poca gente lee y  financiadas prácticamente por publicidad.

Volviendo al tema, en  ese  agradable libro, que  hará  además las delicias de los cachacos  santafereños,   hacen falta algunos “detalles” como  el que menciono   sobre Alternativa y   la ausencia total  de mujeres en esos  cincuenta años, o solo nombradas  muy de paso,  como es  el caso de su  amiga  María Jimena Duzán, que merece  algo mejor.  ¿ No hicimos nada?- se pregunta  la ex Ministra  y combativa  Cecilia López al anotar,  basada en los trozos que publicó la revista Semana,   que “ los principales  protagonistas de la historia  de Colombia  en uno de los periodos más convulsionados” fueron  doce hombres y ninguna mujer.

Pero más  allá  de  episodios de Alternativa,  de  la válida inquietud de Cecilia López,   que también quien esto escribe  había anotado a lo largo y ancho de la lectura del libro,   se  llega  a una  pregunta de fondo:  ¿ Cómo  se  fragua  el santismo,  muy bien descrito, sin llamarlo  así por Enrique Santos Calderón?   Es una actitud,  una valoración  más  allá de  lo familiar, de ser, por cierto como otras familias,   un elemento  clave de nuestro destino como país. ¿Lo es o es un clima que  construyen  los  propios  Santos pero  también, que se  construye desde  afuera,   a pesar  de ellos o   de su  visto bueno,  si se mira  el otro  lado  de la moneda.

Recuerdo:   hace  “marras” -diría   el autor   con su lenguaje agradable y coloquial-   alguna  vez un  profesor   de la Nacional   muy de “izquierda” me comentó  que,  en las reuniones “duras”,  había gente  a la que  le gustaba sentarse  al lado  de Enrique,   pero más por  ser Santos que por ser Enrique.  

 El hecho de que  existan  Enriques, Franciscos, Hernandos,   Alejandros, Rafaeles,  y que tengan   una preponderancia   que no tienen , por ejemplo, los   Cano,  es producto de ese  espíritu santista  que  tiene   que  ver con el poder, con sentirse   elegantes  y per sé  destinatarios del poder.  Mi madre, francesa,   oriunda  de La Bastilla,   tenía  una   frase característica   para  describir, no a los Santos, a sino a ciertas actitudes de  cierta  élite  colombiana: “tout leur  est dû”  (todo  lo dan por debido).   Para ella,  implicaba que tenían todo  dado  de antemano y  que  eso se aceptaba  en Colombia como  inamovible. O   imprescindible, para utilizar  el  término  de  la  contracarátula.

Lo que sucede  es  que ahora  el Tiempo ya  no es de los Santos  y el  Presidente  es  ex Presidente.  Eso marca,  creo, el fin de la  historia, por lo  menos  de lo que les es  dado por el apellido.


¿ QUÉ ES LA  CRÍTICA, LITERARIA EN PARTICULAR? 

No pocos   colombianos que escriben sobre libros  deberían  hacerse  las preguntas, que ahora   esta abuela   cibernauta,  mas bien dedicada al análisis de medios,  se hizo  a propósito del libro “El país  que me tocó”.

Quizás  lo primero es   aclararse a uno mismo que  un libro no es bueno o malo,  sino que  lo interesante de la crítica  - en la que son expertos  los franceses, los gringos o los alemanes,   está    en los  matices.  A veces uno añoraría que excelentes revistas  como  Arcadia  ( por cierto de Semana) que contienen muchos artículos  profundos   y sesudos, promoviera   el análisis  de los libros mas allá. Y  eso marca,  creo, el fin de la  historia, por lo  menos  de lo que les es dado.s   ex-ana  an   una trscendencia   que no t  de sus descripciones y  de sus alabanzas  como si, a veces,  fuera un requisito  indispensable de la  crítica excusarse o no mencionar las partes  criticables.
 Según me dicen   en el caso de  la  música,  por supuesto como tema,   sucede algo  similar.   ¿Querrá decir eso que nos falta  mucho análisis y nos sobra publicidad?



¿Sólo Santos en las paradojas de la paz?
 [1] Sospecho que es de Debate, pues en la última Arcadia, en el  comentario de Camilo Gómez sobre el libro de María Jimena  Duzán,  observa: “La presentación del libro  es desafortunada: la mueca  indescifrable  del ex presidente debajo del impopular  apellido   ( Santos) no le hace justicia al contenido”.. etc.
[2] Las mayúsculas  son de MTH. Aclaro que fui directora de Alternativa , y que  junto  con unos   fundadores variopintos en términos ideológicos,  el jefe de redacción  Oscar Iván  García ,  investigadores de la talla de  Mariela   Guerrero  ( a la que  se le deben los artículos sobre el entonces Gobernador de Antioquia, su secretario de Gobierno  Pedro Juan Moreno y  su papel en las  Convivir ), un equipo de jóvenes  entuisasmados periodistas, sudamos también  para  sacarla adelante , por poco tiempo, pues también   fracasó  financieramente. 


jueves, 18 de octubre de 2018

SEIS FRASES DE CAJÓN QUE YA NO CABEN EN EDUCACIÓN"

¡Esta no es de cajón! ...




En todos los países occidentales insatisfechos  con  la política tradicional, las causas  ciudadanas  se han vuelto otra manera de entender la política, por cierto con mayores o menores resultados .



Ya lo habían previsto politólogos (como Ulric  Beck, enemigo de categorías  y conceptos  zombies o desuetos),  sociólogos como   Manuel  Castells  (que  Antony Giddens  califica como el  Max  Weber de la era de la información) o Zigmunt Bauman (que analizó  la liquidez  efímera  en la política, el  amor y  la educación en un mundo líquido.

En  la Colombia de aquí y ahora , las reacciones de   estudiantes, docentes, y rectores,  en relación con  los problemas económicos de la Universidad pública es un buen ejemplo de cómo esas expresiones ciudadanas no tienen más dueños -aunque   algunos lo quisieran- que  aquellos que participan en ellas.

 Las causas no tienen  dueño porque son tan  evidentes y reflejan un sentimiento social de  injusticia,  que le pertenecen al sentido común. Por ejemplo, la  igualdad de salarios de las mujeres en puestos  antes   privilegio de los hombres (causa que todavía tiene un  camino  largo  por recorrer).  Ejemplo también, la injusticia evidente de que, mientras la financiación tradicional de las Universidades públicas por el Estado crece  atada al IPC,  los gastos no.  En un caso como  en el  otro,  quienes pertenecen a la política tradicional  tienden a querer  acaparar  esas causas y  sobre todo, a los futuros votantes. 

 Por eso, en relación con  las universidades públicas,  reacciones como la de  Gustavo Petro pueden politizar las causas en el sentido  destructivo de la palabra.   Por un lado, es una radicalización innecesaria atar la causa a un resultado político ( estilo :  “si no es conmigo, la  universidad pública desaparecerá;  por el otro , “Es mejor ser pilo paga  que fortalecer universidades corruptas”.

Por  fortuna, la  teoría del mercado, en la  que nos embarcaron  no   solo los derechistas  sino algunos “progresistas” como  el Presidente Gaviria,  ya está   comenzando a mostrar sus deficiencias, injusticias y sinrazones. 

Por fortuna también, ser de izquierda  (como se llamaba  lo revolucionario)  no implica  necesariamente  ser progresista ; y ser de derecha  (como se llamaba  el  conservadurismo)  tampoco implica necesariamente ser    un  Maduro ( por cierto  auto-calificado de  izquierda).

Pero así como  los  meta discursos ya  no tienen cabida (lo que trae un sinfín de   consecuencias, pero ese no es el tema) así  también hay   que desmenuzar las frases  de cajón que intentan  encajonar las causas  sociales. Veamos  algunos   ejemplos.

1. La más alta inversión en educación en la  historia del país. No es  ninguna gracia  sino una  evidencia:  avanzar en el tiempo implica , tanto por aumento de población,  de crecimiento de los estados,  como de progreso y de prioridades globales,  va  obligando a la humanidad a  invertir más, pero no necesariamente mejor.

2. La  Universidad pública gratis. Proponer la gratuidad  parte del supuesto que  la educación superior universitaria  es la  única posibilidad   de futuro para   los egresados de secundaria.

En   su  estudio comparativo  de la educación en  países como  Singapur ,   Andrés  Oppenheimer   muestra como los institutos politécnicos  (parecidos   al  Sena  pero de  mayor calidad ) o los tecnólogos  no se consideran  - a mucho  honor-  académicos , sino que son “graduados  para  la industria”, y como “ uno de los  principales motivos de orgullo de los politécnicos es que  están generando cada vez  más patentes comerciales"

La universidad gratis,  al  garantizar el ingreso,  desestimula  la evaluación por  méritos y esfuerzo.  Lamento decirlo -porque  conozco una y otra- ,  carreras  como   derecho y  comunicación  social  son el escampadero  de no pocos  universitarios ,  con, a mi modo de ver y en términos generales,  un nivel de calidad que deja  mucho que desear.

Al mismo  tiempo,  la explicación del alto  nivel de deserción  no se  debe   limitar a la falta de recursos  sino también a la desmotivación por  exceso de teoría  y superfluas materias:

En cuanto a las tasas de deserción, los indicadores revelan una situación preocupante. En efecto, del seguimiento a las tasas de deserción por período y por cohortes se concluye que en promedio uno de cada dos estudiantes no culmina sus estudios superiores (MEN, 2009)18. Por nivel de formación, para el año 2015, la tasa de deserción por período fue del 32,6% para el nivel técnico,18,0% para el nivel tecnológico, y 9,3% para el nivel universitario; por su parte, la tasa de deserción por cohorte representó un 56,9% para el nivel técnico, un 52,1% para el nivel tecnológico y 46,1% para el nivel universitario. Ligia Alba Melo-Becerra,Jorge Enrique Ramos-Forero,  Pedro Oswaldo Hernández-Santamaría
 https://bit.ly/2rkyCBn

3. La Universidad  pública  debería  ser financiada por los egresados.   Por fortuna la congresista  Paloma Valencia reconoció que  solo  había  sido  una “idea” – absurdamente significativa por lo demás- proponer  y comparar   los estratos  1, 2, y  3  de  los estudiantes las universidades públicas  con  los multimillonarios  donantes egresados de Harvard y similares.  

 La fuente de financiación  debe ser sólida y no,  como sucede con los pañitos  actuales de agua tibia.   Bien definidos  por  un estudiante,  son como ofrecerle una  cucharada  de  milanta a un paciente que  sufre de   gastritis . En cuanto a las regalías, presentan  todo tipo de dificultades y  no tienen  en cuenta la  dudosa  definición  que en Colombia  tiene  aquello de descentralización territorial.


4. Ser pilo paga favorece a la universidad pública. Ya por lo menos este gobierno   ha tomado una decisión tajante, reconociendo la prioridad de   ocuparse de  las finanzas de la Universidad pública. 
¿ Qué tal si “cacaos” se  encargan más bien  de financiar a los pilos?

5. Las mesas de trabajo   como  conclusión de protesta son eficientes.  La discursividad  colombiana lleva a pensar que las “mesas de trabajo”  son    una manera  eficiente de   construir políticas públicas.  Tanto en el sector   educativo como   en el agrario,     son reuniones  interminables,  el resultado de compromisos apresurados  del  gobierno de turno  que   raras veces    cumplen.   Le falta  todavía   al país   el aprendizaje de construcción de políticas publicas   sólidas,  que no se  anuncian   antes de construirse y  que  se construyen  con representantes  de instituciones, no   de personas que se auto-representan

6- La mujer  es mejor ministra de educación.    No nos digamos  mentiras: tanto la  educación como la salud fueron consideradas durante mucho tiempo “costuras”   como lo fue también durante mucho tiempo  ( lo es todavía?) la ética en   muchas carreras universitarias.   Gina Parodi o ministras que venían  de  cámaras de Comercio,  improvisaron más de lo que  aportaron.   
                                                                                 Jorge Enrique Ramos-Forero, ría4                                                                               como costunrasece
La actual Ministra,  María  Victoria   Angulo , conoce el sector  y eso es una garantía, por lo menos de que no llegará a improvisar.

"Es economista social de la Universidad de los Andes, con maestría en Desarrollo Social de la misma universidad, y maestría en Análisis Económico Aplicado en Política Social de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (España).
Ya ha trabajado en el Ministerio de Educación como directora de fomento de la educación superior. Además, ha trabajado en el Departamento Nacional de Planeación y la Secretaría de Hacienda del Distrito.
Entre sus últimas actuaciones como secretaria de Educación de la capital, el pasado 12 de julio Maria Victoria Angulo lanzó el programa Emociones para la Vida, una estrategia de educación en Bogotá “para el fortalecimiento de competencias socioemocionales de los estudiantes de primaria, que ayudará al mejoramiento de la convivencia escolar y a la construcción de una Bogotá en paz”.

RECOMENDADO


“Entre los millones que están siendo castigados, hay cientos de miles de jóvenes convencidos- seguramente no se les dio otra  posibilidad que la de actuar  como si estuvieran convencidos- de que en lo alto del escalafón social había un espacio infinito para todos y que  un título universitario era todo lo que se necesitaba para entrar en el  sistema”.  (página 53)


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