Hay un
nuevo mundo mediático que los prejuicios y estereotipos no
dejan descubrir, lo que muestra las deficiencias de lo que entendemos por globalización.
No sé
si a Ud. le habrá pasado, pero cuando me mencionaban al medio televisivo Al
Jazira, de inmediato pensaba
que ese trataba de un pariente de
Al Quaeda o de Osama
Ben Laden. En todo caso, la percibía
con un tufillo de fundamentalismo musulmán.
Comparativamente, esa percepción equivaldría
a que a algún oriental creyera que
RCN es pariente de Tele Sur, o
que el Comercio de Lima es
comunista o que las FARC son dueñas
de El Espectador.
A finales del 2012 , por el tv cable de un hotel londinense
y a falta de otras
cadenas tradicionales,
empecé a sintonizar la versión inglesa de Al Jazira Me sorprendió por su calidad noticiosa,
el aporte analítico de sus documentales y la excelente pronunciación de sus locutores,
algunos británicos rubios de ojos azules, otros hindúes y árabes de negros ojos
rasgados.
Por azar entonces, se me
reveló la existencia de otro mundo y de otras realidades que hasta entonces me habían sido filtradas tanto por la versión occidentalizada de los problemas del medio y lejano oriente, como por
nuestro provincialismo criollo que
nos lleva a creer
que con FOX y CNN estamos
perfecta y suficientemente informados.
No se
trata de afirmar que los canales de Al Jazira
sus versiones en diferentes idiomas
son poseedores de la verdad, porque ningún medio de comunicación lo es. Aunque
su información es tan equilibrada
como la de RCN o Caracol, es evidente su
interpretación pro árabe del
conflicto israelí-palestino y de los
conflictos del medio y lejano oriente.
Eso no implica, ni mucho menos, que sea partidario de los déspotas.
Si creemos, como en la época de las cruzadas,
que lo árabe es incivilizado y obra del mismísimo diablo,
buen ejercicio sería despojaros
de los fundamentalismos y no solo en lo interno.
Se trata, entonces, de recalcar la importancia de miradas, perspectivas y enfoques distintos. Y de preguntarnos sobre el resto de mundo, en vez de obsesionarnos con nuestros ombligos. No sobra
recalcarlo con motivo de la visita a Colombia del Emir
Hamad Bin Kalifa Al Thami, de la
que solo se nos informó que había hecho
compras en el centro Andino.
En Occidente en general, hay muchos ejemplos de la ceguera frente a culturas ignoradas y del gueto informativo en el que solemos encerrarnos. El “veto” de Direct TV a TV Cinq, aunque obedezca a otras razones, es un síntoma de esa dependencia mediática de bastante mediocres versiones de la realidad mundial. http://aje.me/123ThsL
Nuestro
cable nacional incluye poco más allá de programas como el de
la peruana Laura (
pornografía , no del cuerpo, sino de
la miseria de las relaciones humanas,
al destapar frente a las
cámaras las disfuncionalidades de las
familias pobres).
A pesar de hablar el mismo idioma, ni siquiera conocemos las televisiones argentina o chilena, o el papel que juega lo público en ellas, ni
los documentales latinoamericanos que
han ganado por cierto
premios internacionales.
Nuestro punto de referencia es la TV española con jet set incluido.
¿Cual
es la audiencia de Al Jazira, cuyo fundador
es miembro de la familia que
gobierna el emirato? De 30 a 40
millones de personas. Empieza a incursionar en EU con la compra del canal de Al Gore con no pocas resistencias gringas,
como lo recuerda Le Monde[1]
. Su accionista principal no es un terrorista
sino el Emir de Qatar, que precisamente
la fundó en 1996 para frenar el
fundamentalismo musulmán.
Pero mientras me asombraba
Al Jazira, el tema en Londres era el del
informe Levenson, cuya
primera parte “Cultura, ética y prácticas de la prensa”, publicada
en noviembre del 2012 es motivo de
candentes debates parlamentarios
y del debate sobre la manera de regular
a los medios más allá de la auto-regulación.
En
Colombia no hay interés
o conocimiento sobre el escándalo
y las peripecias de ese tsunami que
el grupo de Murdoch creó en el Reino Unido. Seguimos pensando que la prensa inglesa es el
paradigma y Wall Street, modelo y meca de la libertad
de prensa.
Sin
embargo, Carl Bernstein compara la magnitud del escándalo de chuzadas, sobornos, encubrimientos, y demás delitos cometidos por los directivos del Grupo Murdoch con Watergate. No duda en afirmar
que Murdoch logró “un grado importante
de control sobre las instituciones
esenciales de una sociedad libre: la
prensa, la policía y los políticos”.
El informe Leveson,http://www.levesoninquiry.org.uk/about/the-report/ si bien tímido en sus propuestas sobre concentración oligopólica de medios hace un detallado ( 2000 páginas) examen de la situación de la prensa inglesa a partir del caso del News of the Word ( 8 millones de ejemplares), cerrado por su dueño Murdoch, gracias a la reacción de los afectados( que pusieron denuncias); de los otros medios ( que rehusaron ser cómplices ) ; de la policía que se auto investigó la corrupción; del Congreso que publica los informes; de la justicia, ( que actuó con rapidez , condenando a los autores materiales) y de los ciudadanos , que se indignaron hasta lograr el cierre del periódico. Las ansias de éxito rápido de directivos como Rebekah Brooks, yuppy pelirroja del jet set Ingles que incluye al Primer Ministro Cameron [1]
El informe Leveson,http://www.levesoninquiry.org.uk/about/the-report/ si bien tímido en sus propuestas sobre concentración oligopólica de medios hace un detallado ( 2000 páginas) examen de la situación de la prensa inglesa a partir del caso del News of the Word ( 8 millones de ejemplares), cerrado por su dueño Murdoch, gracias a la reacción de los afectados( que pusieron denuncias); de los otros medios ( que rehusaron ser cómplices ) ; de la policía que se auto investigó la corrupción; del Congreso que publica los informes; de la justicia, ( que actuó con rapidez , condenando a los autores materiales) y de los ciudadanos , que se indignaron hasta lograr el cierre del periódico. Las ansias de éxito rápido de directivos como Rebekah Brooks, yuppy pelirroja del jet set Ingles que incluye al Primer Ministro Cameron [1]
Recomendado
entonces:
Alegrarnos de que se pueda seguir por Internet
a Al Jazira y
averiguar en qué va la investigación
criolla sobre las chuzadas. Estamos tan centrados en lo que no
sucede que somos, a veces, marcianos del mundo.
[1] Dial M for Murdoch, News Corporation
and the corruption
of Britain, Tom Watson & Martin Hickman, Penguin Books, 2012.