domingo, 25 de septiembre de 2016

PLEBISCITO: ¿ESTÁ SATURADO? APLIQUE LA FILOSOFIA DE PAMBELÉ A LOS ACUERDOS

 


Foto y obra MTH

La frase de Pambelé “Es mejor ser rico que pobre”, arrolladora por  su simplicidad,  se ha vuelto un símbolo de la sabiduría popular colombiana más allá de las discursividades,  de nuestras maneras emocionales de argumentar o de mentir. Por supuesto,  hay que aclarar,  muy distinto  si esa   frase  viene  de  Pambelé  a  si es el lema  de  Sarmiento Angulo.



 Pero vale  la pena  retomar el enfoque de Pambelé y aplicarlo al plebiscito  del próximo domingo. Porque los indecisos están saturados de  verborrea,  especialmente si son  jóvenes. Veamos lo que aconseja  ese enfoque :

Es mejor   mirar hacia adelante que  hacia atrás.

Es mejor no decir  mentiras  que argumentar con ellas.

Es   mejor  que un país se abra  al pluralismo   y no se cierre  con fanatismo.

Es  mejor incluir a los conciudadanos  que excluirlos por  razones de fe o de política.

 Es  mejor  el  Si con peros…  que el  No  que se plantea  solo con  peros…

Es  mejor no depender de  los  egos de caudillitos,  que   obedecerles ciegamente.

Es mejor aplicar el  realismo  que  instalarse  en los fundamentalismos.

Es mejor trabajar por el posconflicto que  no hacer  nada y quejarse.

Es mejor la  actitud  reconciliadora  de las víctimas que los  alaridos  de la Cabal  y  la Paloma.

Es mejor  un Procurador que   haga su  tarea   que otro que  utilizó el  cargo como trampolín  político para predicar el NO.

Es mejor que  cada  cual  se afiance en sus  propuestas de cambio que esperarlas de un  gobierno  o de un partido .

Es mejor  participar que   limitarse  a la indecisión y a la indiferencia, dejando que   otros empeoren lo que uno no  asume.

Es mejor  aceptar los riesgos que quedarse en  los miedos.

Es mejor   un acuerdo en mano que  otros  prometidos desde hace  veinte años.

Es  mejor  el SI que  el NO, por  los  contextos de un país que no puede  seguir encerrado  en sus odios y  amores, en sus virulencias y  en sus  insultos,  en  sus  iniquidades,   en  su culto a la muerte guerrera, dedicado  a  ignorar los errores del pasado predicando  repetirlos.


 Pero  si queda con dudas,  siga leyendo más abajo la entrada:    Plebiscito: ¿La mentira como estrategia política?








jueves, 22 de septiembre de 2016

Referendo: ¿La mentira como estrategia política?


En este  pre- plebiscito - para llamarlo de alguna manera "neutra"- las mentiras abundan en grados, matices, formas, autores y tamaños.

Sería iluso creer en el maniqueismo según el cual solo dicen mentiras los del "NO". Implicaría concluir, dada la polarización existente,  que solo dicen verdades los del "SI", lo cual tampoco es cierto.

No solo desde las mentiras, sino desde  las intenciones de voto, las conclusiones se pueden sacar con un enfoque emocional:  “Los partidarios de la paz  no mienten, los de la guerra mienten”. O "me gusta el Si porque me gusta Santos" o " me gusta el NO porque no me gusta Santos" .  O vice versa, poniendo a Uribe en el lugar de Santos.

Ese lado emocional es el que explotan mayoritariamente  las encuestas polarizadoras  que  ponen a los ciudadanos a escoger entre el sí  y el no sin que quepa la posibilidad de argumentar el "si, pero… " o el "no, pero…" que, en el fondo,  configuran  la esencia de un debate democrático. Un debate, además,  en que la  transparencia  y el análisis deberían ganarle a lo emocional.

Porque la realidad de las temáticas públicas no es  tan tajante como para ser  evaluada en un 100% como buena o en un 100% como mala. Un ejemplo: el Programa Ser Pilo Paga  no es tan impactante  como lo promociona su abundante publicidad, (proyección cuarenta mil estudiantes beneficiarios en  4 años); pero el programa  es positivo ( estimula estratos 1 y 2),  si bien no resuelve el problema del acceso a la educación superior.

Poco a poco  nos hemos acostumbrado a ser "radicales" y a no analizar lo que la sabiduría define como "ni tanto que queme al Santo, ni tanto que no lo alumbre".

La intolerancia empieza cuando no se aceptan los matices y se incrusta en los planteamientos radicales.

La mayor mentira de algunos partidarios del SI es  la ambigua afirmación de que si no hay paz,  habrá guerra. Esa antítesis es mentira por punta y punta  porque, por un lado, el enfrentamiento entre el ejército regular de Colombia y las FARC  no es propiamente una guerra, sino un conflicto armado interno. No es ni siquiera lo que algunos podrían llamar una guerra civil interna porque las FARC no han reclutado ni interna ni internacionalmente en forma masiva pues sus efectivos son apenas  17500 ( o 15 500 segun las fuentes), con círculos de colaboradores que tampoco son sustanciales.

No es Guerra civil, porque la población de zonas con conflicto armado no necesariamente está dispuesta  a  dar la vida por la causa FARC.  La ideología  de las FARC o de  los paramilitares,  no es la del grueso de la población  que está ocupada,  o bien en  sobrevivir en medio de la desigualdad, la crisis de los servicios públicos y la corrupción ( caso aberrante de Guajira y Chocó);  o bien recuperándose de los daños  y el impacto  de la conflagración con las FARC, o lo que es peor, de las bandas criminales, el ELN y  el microtráfico.

 Por eso, el acuerdo con las FARC no es LA PAZ como lo creen muchos y lo  promocionan muchos más, sino un  respiro.  Porque  es evidente  y angustioso el clima de impunidad y el  crecimiento de las bandas criminales,  (anteriores por cierto a los acuerdos, otra mentirita de los partidarios del NO cuando  alimentan los miedos , sugiriendo  que se agudizarán  con  los acuerdos.

A mí modo ver, la ventaja  de los partidarios del SI no está en que la mentira sea menor que las de los partidarios del no, sino en los contextos. Porque los contextos traen  más ventajas que desventajas  en el caso del SI que en los del NO.

Un ejemplo está en los argumentos de Fernando Londoño Hoyos para votar NO , que contienen generalizaciones mentirosas. Analicemos sus 10 razones para votar NO:  http://www.las2orillas.co/author/fernandolondono/

1- Porque - el profesor  y "periodista" Londoño- se opone a una Constitución " blindada"  de 297 páginas  a espacio sencillo: es una mentira tan grande como la de la "Paz" por la de la orilla del “si”.  Nuestra Constitución sigue siendo la del 91 con todo y sus retazos. Los colombianos  podemos cambiar por la vía legal lo aprobado por medio de leyes. Y en gracia de discusión, el país  tiene instituciones para  reformas  constitucionales que garantizarían el  autoritarismo estilo Chávez,  como lo quería Uribe cuando pregonaba la necesidad de un  " estado de opinión".         

2- Para Londoño Hoyos, los acuerdos crean un sistema de impunidad detestable. La palabra detestable es sintomática del análisis emocional  y la impunidad existe mucho antes  de los acuerdos, en particular por las fallas en nuestra administración de justicia.

3- Porque, escribe Londoño Hoyos, los acuerdos no son  un acto de paz sino una declaración de guerra:  de nuevo el uso de antitesis generalizadoras no desmenuza  el análisis ni  probar la afirmación.

4- Porque se niega a vivir en una Patria Comunista.  En primer lugar,  la ideología de las FARC no es hoy Comunista sino socialista. Confunde  las dos ideologías, lo cual es por lo menos curioso en quien  ha sido profesor de ideas políticas. Pero esa frase, de su puño y letra, da por sentado que el Partido creado por las FARC seria  vencedor en unas elecciones, lo que ha sido lejos de ser el caso con el fracasado M 19 .

5- El profesor Londoño miente también cuando dice que  se despojaran las tierras dando a entender que inclusive las bien habidas, cuando se ha dicho hasta la saciedad que  los  propietarios de estas  últimas nada tienen que temer. Desconoce además que un elemento crucial  del desarrollo rural integral es  formalizar las tierras de personas que no han escriturado sus bienes pero las han poseido lícitamente y de buena fe.

6- Porque, escribe también, se niega a vivir en el tiempo de las FARC. De nuevo una ostentosa mentira.  Mezclada con verdades como la minería ilegal de las FARC,  otras verdades no cuantificadas  como los dineros de las FARC  ( que por cierto empezarán a ser investigados en EEUU,  que  ni el gobierno de Uribe ni el de Santos averiguaron).

7- Piensa y escribe Londoño Hoyos  que el acuerdo arruina  definitivamente al país  y no queda un centavo para el resto.  Mentira sobre mentira:  el sector rural ha sido abandonado por este gobierno  ( en su segundo mandato, cuando se entregaron  los recursos y los puestos institucionales  a la mermelada[i] ) y los gobiernos  anteriores  (con populistas consejos comunitarios).

8- Porque , escribe, va a vivir en un Narco  Estado. Extraño que el profesor Londoño confunda Estado con gobiernos o clase política. Sobran comentarios sobre la grotesca exageración que ignora olímpicamente el sacrificio de jueces, magistrados, ministros, líderes políticos , periodistas etc, cuando los narcos buscaron cooptar al  Estado y cree que las FARC  tienen el poder de recrear un Narco Estado.

9- Porque- escribe- se niega  a vivir en una dictadura. Igualmente grotesca y mentirosa  caricatura de nuestro sistema en el que por fortuna no prosperaron las dictaduras o los intentos de rereelegirse. Aclara que no va a votar por Santos y por Tímochenko : nuevamente el profesor universitario confunde  mentirosamentre al decir que votar por los acuerdos  es votar por santos y Tímochenko, lo que ignorar a los que  no aceptamos la polarización.

10- Porque no quiere vivir en un desierto empobrecido en poder de delincuentes.  Esta y otras afirmaciones  de los fundamentalistas del “NO” muestran que definitivamente el país  no puede  encerrarse en el inmovilismo  cada vez más cerrado y en un asfixiador ambiente de radicalismo.




Más allá de las utopías mentirosas,  más vale el realismo del "sí, pero…" que acepta los esfuerzos ya hechos, recibe con beneficio de inventario las críticas de parte y parte, pero rehusa aceptar el inmovilismo asociado con el miedo y creado por sectores más reaccionarios de nuestra sociedad, cuando  argumentan emocionalmente  por el NO.






[i] Como  se ha  mencionado  varias  veces en este  blog, soy esposa  del exministro de Agriculura  Juan Camilo Restrepo

jueves, 15 de septiembre de 2016

HORROR, DOLOR, VERDAD, MEDIOS , SOBREDOSIS, IRRESPONSABILIDAD


obra y foto MTH
El excesivo énfasis que el Presidente Santos le ha puesto a la imagen del  acuerdo con las FARC,  tanto en el escenario internacional como en el interno, tiene unas consecuencias:  se  maximiza la importancia de lo inmediato y se minimizan las  proyecciones  a mediano y largo plazo, así como los  contextos reales. No me refiero  a la labor  discreta y diligente de Humberto De La Calle y  de  Sergio Jaramillo, de  los generales y  en general del  equipo negociador, sino del  protagonismo presidencial.


Personas como  la suscrita nos hemos  identificado con las zonas grises [1] , esas  que no aparecen en las encuestas por el “si” y por el “no”.   Eso nos permite  analizar lo que es fantasía, inmediatez, imagen. ¿Para qué? Para que  no se sufran desilusiones  sobre  el  impacto no  inmediato de los acuerdos. Para que no se identifique el  “sí” con avalar  deficiencias del Gobierno  Santos, ni  impidan  la crítica a algunas  prioridades que no han  sido debidamente  atendidas,  como  el sector  salud y  el  rural, cuyos  presupuestos han sido  últimamente  contradictoriamente  recortados.

 Tanto el papa Francisco, como la ONU, la Unión Europea y nuestros países garantes o  aliados han  recalcado, con mayor o menor discreción  y sutileza que  es de los colombianos la  responsabilidad  primordial,  tanto en  lo  financiero como en asumir la “implementación ( palabra bastante fea)  de  los acuerdo. No como simples  espectadores o pedigueños de recursos,  sino como actores, tanto en lo nacional como en lo regional.

 A  decir verdad, la discursividad colombiana ha sido más preponderante  que  la concreción.  Y eso es grave, porque los contextos reales  del  pos acuerdo requieren, sin duda,  un  mayor  hacer que  decir o prometer .

Concretar el mamotreto implica además una responsabilidad  especial de los medios de comunicación y del periodismo.  Bruce MacMaster, el  Presidente de la Andi,  no se refiere  directamente  a  ésta ,  pero si la sobreentiende:   

 “Los ciudadanos merecemos debates informados, debates respetuosos, información completa e intelectualmente leal…Estamos sometidos a una sobredosis de política, todas las sobredosis hacen gran daño, y muchas de ellas matan al paciente”


Sin  duda, hay  medios y periodistas que  empiezan a entender  el inmenso compromiso  de responsabilidad social  que adquieren  frente a los  acuerdos  y  sus  contextos.

 Curiosamente,  muchas son mujeres. Por ejemplo , Yolanda Ruiz, como directora de noticiero,  ha entendido que  la verdad  no  la buscan solamente  las víctimas de las FARC, sino también las del paramilitarismo; y que son víctimas también  las que  provienen de errores de estrategia militar, como  fue el caso del abandono de los  que  cuidaban la isla de  Gorgona.  En televisión,  Noticias Uno sobresale  - y por eso ha ganado tantos  premios-  mientras que  el absurdo  “si o no”  del José Manuel Acevedo  solo contribuye a polarizar y  a  simplificar argumentos. Ni hablar de las  secciones de  secretos, que  ser pueden  volver  rumores  light  sobre la vida social de los acuerdos.

Y, a mi modo de ver, es “imperdonable” ( es decir,  no se  sanea  con pedir perdón) desde el punto de vista  de la responsabilidad  social de los medios y del periodismo  lo que sucedió con Sigifredo López.  Ojalá no se produzca ahora  un rosario de  perdones  periodísticos para   matizar la irresponsabilidad social del cubrimiento.  Porque una cosa es que las  víctimas  perdonen  y otra  que los irresponsables no  respondan  y reconozcan sus errores,  que todos podemos  cometer.

A propósito,  sobre la  -a mi modo de ver- descabellada  propuesta de firmas para  un debate entre  Uribe  y  De La Calle ,  recibí la  siguiente  petición:

Acabo de firmar la petición de "Humberto : ¡Que Uribe y De La Calle debatan en vivo sobre el #AcuerdoDePaz!" y me encantaría que me ayudaras sumando tu firma.

Nuestro objetivo es llegar a 100 firmas por ahora y necesitamos más apoyo. Para obtener más información y firmar la petición puedes abrir el siguiente link:


 Respondí lo siguiente :

No estoy de acuerdo con esta petición pues creo que este tipo de "debates" no lo son pues promueven la polarización, la peleadera, el predominio de lo audiovisual espectacular sobre los contenidos y desconocen que en tv. , imagen  y gesto  con solo dos personas fomentan lo anterior. Distinto es la conversación entre académicos y expertos  o su aporte  para  profundizar  en contenidos.


 Sin duda, hace falta  mucho más análisis, pero  también  formación de los periodistas que  van a asumir  el cubrimiento  y  el cumplimiento de los acuerdos. Una formación  que  no sea de foros, sino de talleres  y  en la que participen las  facultades de comunicación social, por lo general sumidas  en  el  teoricismo  y  una concepción  más  de  tecnología audiovisual que de contenidos. Lo he comprobado  por las temáticas de los “foros” o con estudiantes  que a veces me consultan pero que no  tienen  ni idea  de qué y como preguntar , por una sencilla  razón:  las preguntas son  el resultado de un  contexto previo de lecturas  y de asimilar temas tan densos como  son el  farragoso  contenido de los acuerdos  o el lenguaje todavía  decimonónico  de las sentencias.


 Hay  aquí  un gran reto y por lo mismo, una gran oportunidad  para  las universidades  regionales.  Pueden cumplir un papel fundamental  de integradoras  de  comunidades  locales  fragmentadas  y polarizadas  o  incluidas y excluidas. Para ello  deben abandonar los  modelos  educativos pasivos,  y pasar a la interactividad que propicia  la política pública de las TIC,  obligar a los educadores a  seguir  cursos de actualización, entender las lógicas de los reintegrados, y de la reconciliación  que van mas allá de esas pedidas y dadas de perdón  que están saturando el ambiente  y  encerrándonos en  nuestras intolerancias .

RECOMENDADO


foto MTH
 El libro  de  León  Valencia y Ariel Ardila, “ los  retos  del posconflicto”,  es  un valioso  análisis de los contextos.  Un aterrizaje  a la realidad que nos espera  una vez  firmados los acuerdos.

Es el  resultado, no de  improvisaciones (tan frecuentes en este  tema en los espacios de opinión)  sino de  investigaciones profundas  desde el  enfoque  territorial.

Parte de  realidades para proponer  soluciones desde lo vivido por las comunidades. Así por ejemplo, en el caso de la administración  de justicia, capítulo  a cargo de  Ariel Ávila  y Juan  Diego Castro, no se ocupan de la  justicia transicional  sino  que  analizan cómo se pueden impulsar  embriones de    participación  de jueces de paz en la administración elemental y  más  expedita  en las zonas rurales,  como  funcionan  en las  zonas  rurales institucionalidades  paralelas  que son más efectivas que las absurdas tramitologías  en la resolución de conflictos menores de veredas  o barrios.  Así mismo detalla las particularidades  regionales de la minería  y de la  informal, que no siempre coinciden.  Eso es  lo que  los grises nos debemos proponer, en particular en los medios y el periodismo:  Dejar  un poco a las cúpulas y  escarbar en  las raíces de los conflictos  buscando a quienes han  intentado  solucionarlos por  medios distinto de la  violencia y la inequidad. 




[1]  Ver entrada en este  blog : “Es Ud. colombiano?  ¿Conoce el discreto encanto
 de las  zonas grises?