Transformar el entorno (fotoMTH) |
A juzgar por las redes sociales y por la manera como reaccionan los partidarios del No y los del Si, la temperatura del apasionamiento ha subido de manera preocupante en los últimos días.
Como dicen los expertos climáticos, es probable que sigan en aumento los nubarrones. Por cierto, para detectar el impacto de esa inútil -por lo rabiosa- disputa emocional, no se necesitan encuestas inocuas que lo único que hacen es echarle leña al fuego, porque atizan la competencia por el rating del No y del Si. Ni se necesita que todos los días los medios de comunicación y sus periodistas vayan propiciando los enfrentamientos emocionales entre las palomas y los cuervos, los santistas y los uribistas.
Por un lado, casos como el de la manifestación frente al Club el Nogal muestran hasta qué punto , con carteles
de fotos de los miembros del Secretariado como argumento
de protesta, se suben los niveles
de intolerancia, sin políticas sustitutivas más allá del odio, el rencor y del
enfrentamiento.
Por el otro lado, la Ola
del SI corre el riesgo de volverse un
circulo vicioso de los mismos y
las mismas con los mismos y las mismas. Tampoco propicia la reconciliación a pesar de
que la reclame y la pinte
muy bonita. Ofrece una visión romántica de algo que sin duda producirá
un impacto en las relaciones
sociales de los que dejan las armas y los que los
deben recibir, no siempre de buena
gana. En ese clima los medios de comunicación juegan un papel fundamental, propiciando el matoneo social cuando privilegian la peleadera en vez del intercambio de argumentos.
No nos hagamos ilusiones: surgirán
nuevos conflictos sociales que, si bien no tienen la gravedad del enfrentamiento armado, si pueden
producir resentimientos
futuros de los que hay que ser conscientes
para prevenirlos en vez de esperar que estallen.
Y por el comportamiento de los adultos se transmiten
a las nuevas generaciones intolerancias que después se reproducen en las
escuelas y colegios.
¿Y qué tiene
que ver el proyecto KiVa?
Una de las
experiencias que me han parecido más interesantes desde el punto de vista pedagógico (si de cambiar de mentalidades se trata) para lograr una verdadera
reconciliación (que no implica
ni perdón ni olvido como única solución )
es la finlandesa de KiVa (acróstico de Kiusaamisen Vastaan,
acoso escolar).
Se trata de una metodología que al
parecer ha tenido éxito en la lucha contra el matoneo escolar. Pero ¿ cual es la relación entre lo que
sucede en las escuelas y el clima
que se vive hoy en día en Colombia en vísperas del plebiscito? http://bit.ly/20BEsrN
Más
allá de la víctima o el
victimario, el matoneo social tiene
con el matoneo escolar dos aspectos
comunes : el irrespeto al otro,
que lleva a la necesidad de excluirlo, y
el círculo de “espectadores” que tacita o expresamente aceptan o estimulan el matoneo. Porque el
matoneo necesita de quien , en cierta
forma lo admire , lo aplauda y como a los gallos de pelea
encuentre en ese lance un
estimulo morboso.
Como experiencia pedagógica
que tuvo su origen en Finlandia , parte de un
enfoque original: más que en la víctima
o el victimario, se focaliza en
cambiar la mentalidad del entorno. De quienes en el fondo aplauden el matoneo, la intolerancia y
el irrespeto. De quienes, de buena
fe, tienden a victimizar
a la víctima , lo que la termina
estancando ; o satanizar al victimario
sin tener en cuenta sus circunstancias.
No reconcilia el irrespeto al otro por ser diferente |
En la reconciliación, el perdón juega un papel
mucho menos importante de lo que se cree al
equiparar la convivencia con el perdón que es un acto intimo, casi
siempre religioso. La capacidad
de convivir con el otro y respetarlo, que pasa por no aceptar el matoneo social intolerante,
es un campo de prevención que debería tenerse más en
cuenta para impedir que continúe por siglos de los siglos la cadena de odios.
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