jueves, 25 de junio de 2015

Sexto de diez mitos[1] creados a través de los medios de comunicación y del periodismo, que contribuyen a la “guerra social”.


Obra Antonia Foto MTH
El sexto  mito, en este caso  originado  desde los medios y el periodismo,  consiste en hacernos creer que presentan una   información equilibrada.
 
¿Pero qué es exactamente el  equilibrio?  Según el diccionario,  es: “Estado o situación en que se encuentra un cuerpo al contrarrestarse o  compensarse de forma exacta las formas que actúan sobre él” [2]

 En sicología, según el mismo diccionario,  es  una  armonía,  y  la  valoración justa   para  la consideración de  todos y cada uno de los datos. 

A mi modo de ver,  el equilibrio  es también  armonía para la comunicación  en general.  En un   trabajo periodístico, el “cuerpo”   informativo es  equilibrado  cuando produce  armonía social  y propicia  consensos en vez de polarizar o de estimular  una  estéril peleadera. 

Por eso, tanto  la  valoración ética  como la del derecho a informar y  a ser informado  en relación con el equilibrio,  desarrollan   conceptos como  el de transparencia  y  de acceso a la información pública.  ¿Para qué?  Para que los gobernados  puedan  saber  cómo se toman las decisiones de gobierno que los afectan, y sacar  conclusiones “equilibradas”,  que indican madurez política  y no apegos o desapegos  emocionales y  caudillistas.

 Pero en  periodismo y comunicación  sometidos a  los dictámenes del rating o de los gobiernos de turno,  el problema radica en que la  valoración  del equilibrio se ha  vuelto  muy  subjetiva .  Se basa  en prejuicios arraigados  sobre  la  manera de cubrir los acontecimientos.

 Dos ejemplos recientes: el domingo 21  de junio, Noticias Uno le  hizo en La Habana una entrevista a Marcos Calarcá,   de la delegación de las FARC,  sobre el tema específico de  los atentados contra la  población civil. Este rebatió  teóricamente (“¿equilibradamente?”)  El argumento del   Consejero Presidencial   Sergio  Jaramillo,  cuando afirmó    en un foro que   dejar sin luz   a  ciudades enteras  no  era un “acto de guerra”, sino un atentado contra  la población civil. No,   replicó en su entrevista  Marcos  Calarcá: es un acto de guerra.

Obviamente,  la discusión   planteada puede  durar una  eternidad   pero  no les deja a los televidentes  una sensación de  “equilibrio”, sino de  discursividad. Porque el equilibrio, para los receptores,  es mucho   más complejo  que   preguntarle  al uno y  al otro, aún en el mismo  espacio,  si para  ellos   es o no un acto de guerra.

En sentido  contrario, la  rueda de prensa (  por cierto como todas  las ruedas de prensa) del nuevo ministro   de defensa  L.C. Villegas  tampoco   trae una sensación de  equilibrio cuando  advirtió  que de  ahora en adelante llamaría  las cosas por su nombre:   acto humanitario , como el  de quien ayuda a una  anciana a cruzar la  calle y terrorismo el acto   de tumbar una  torre de energía  que  deja sin luz a toda una población civil . Las consecuencias,  por supuesto,  dejan incertidumbre y refuerzan la ambigüedad,  porque  se supone que uno   no  negocia la paz con terroristas.
  
Pero  ni   el periodismo  ni los  medios pueden  salirse   por la tangente  diciendo que    quienes  son    desequilibrados  son las fuentes. ¿Por qué?  Porque  las fuentes    (Marcos   Calarcá y el  nuevo Mindefensa  en  este caso)  son  por naturaleza   “desequilibrados”   en cuanto a lo que  consideran  su verdad.  Pero  eso no  justifica que el  periodismo  deba serlo.

Obviamente,  el  equilibrio   en periodismo es mucho  más complejo que  abrirle micrófonos a  sus fuentes. En Colombia y en muchos países,  el  equilibrio es un  mito  cuando  se delega a  las  fuentes   definirlo,   cuando se cree que   basta con  preguntarle al uno y  al otro. 

El periodismo  solo puede   encontrar equilibrio  mediante  una actitud proactiva y no simplemente pasiva de “registrar” lo que dice el uno y  el  otro, y tratar de balancear en las   estáticas  “mesas de trabajo” o en los  “programas de opinión” lo que no se consiguió  con  la investigación periodística.

Sin duda, uno de los retos mayores para medios y periodistas  es cubrir   el conflicto armado   con un equilibrio propio  y  sin  recostarse sobre sus  fuentes,  por  cierto muy escasas y casi todas oficiales.  Advierto que  lo “oficial” se refiere tanto  al gobierno, como a la oposición, como  a la subversión.

Recomendado

La acción de los medios
Los medios de comunicación y el interés  público
Denis  MCQuail
Amorrotu  Editores, 1992


No por ser viejos, los  clásicos, como  este de libro de Denis Mcquail dejan de ser fundamentales. Si así fuera, nadie leería a Platón o Aristóteles.
 McQuail  analiza la tradición  investigativa en medios   en  relación con  criterios de evaluación ,  métodos y  modelos de evaluación, aspectos como  equilibrio,  relevancia,    “objetividad” ( que por supuesto no existe),  estructuras   valorativas de la libertad , la diversidad y,  en general,  todo lo que  constituye la “acción de los medios”.  Bien  valdría la pena  un repasito del periodismo  colombiano sobre el tema.



 Mientras  llegamos el próximo jueves  al   séptimo mito, ojo con el cumplimiento de la “ley de Garantías”




[1] Mito, en  dos de sus acepciones se  aplica 1.  a cualquier  tipo de invención o relato fantástico que desfigura o se aleja de  la  realidad 2.fig  persona o cosa que han sido idealizados  por atribuírseles  cualidades o virtudes extraordinarias que exceden a la realidad y entran en lo fantástico. ¿Hay  mitos   que crea o refuerza el  cubrimiento mediático?  Desde luego, y son más de  diez, por lo cual espero sugerencias.
[2] Gran diccionario del español actual, SGEL

jueves, 18 de junio de 2015

¿Cuáles son los mitos[1] creados o reforzados a través de los medios de comunicación y del periodismo que contribuyen a la “guerra social”?






    Espere los otros  cinco a partir del jueves  25 de Junio. Hasta el momento  llevamos: 

 

1.Polarización  presentada  como inevitable por medios  de comunicación   y periodismo  cuando   nos ponen a escoger  entre dos extremos o caudillos,  desconociendo matices;  cuando  abusan    de    encuestas reductoras de la  expresión ciudadana,  que  pretenden  resumirnos  como ciudadanos y coartan la posibilidad de debate.  Cuando se estimula  la polarización mediática por lógicas de confrontación  entre  buenos y malos,   como Uribe vs. Santos,  o la peleadera entre  los  mismos  invitados de siempre  etc. etc.  

2. Judicialización de lo noticioso  y  sobresaturación   de lo  “leguleyo”  que centra  la  noticia  en  procesos judiciales, proyectos de ley, incisos y artículos   en desmedro de lo sustancial del derecho o de otros aspectos  de las ciencias sociales.

 3. Reducción de lo  cultural a  lo farandulero, a los publireportajes sobre  las telenovelas y series de las propias cadenas y a  los bienes “mostrencos”  de las presentadoras  (piernas y pechugas)

4. Reducción de  lo político  a las cúpulas, en particular con el   excesivo   cubrimiento de  la actividad  presidencial  ( sin  análisis de las disensiones   internas que, por ejemplo, motivaron la   renuncia del General  Naranjo),  de cúpulas Ministeriales ,

Congresistas,  caudillos  de oposición  lo cual  minimiza la importancia de los movimientos y dinámicas  sociales  y caudilliza el concepto de verdad, haciéndonos tragar mentiras de todos los calibres.

   5. Seudo pluralismo  mediante el cual los medios de comunicación  con lógicas comerciales  se limitan  a  “ convencernos”  de pluralismo cuando lo que hay  es una  limitación  de las voces  que supuestamente   representan nuestra  diversidad, pero no la degradación de  las instituciones y de los partidos políticos tradicionales. Ejemplo: discusión   sobre los avales  cuando  ya  se han  otorgado por las  cúpulas  partidistas.  Discusión en el seno del  partido  liberal   entre  el nieto  e hijo  de los  ex presidentes  López,   que, como  gran “democracia” propone a su  prima pálida  Clara , sobrina de los anteriores ,  como ejemplo del "verdadero" partido  liberal, frente  al candidato  auto avalado  Rafael   Pardo etc. etc.

 

El análisis de medios  permite no dejarse manipular por mitos,  distorsiones, tendencias mediáticas,  confusiones entre periodismo , propaganda y publicidad.

Jueves  25 de junio: sexto mito 

Para comentarios blog
Si quieren hacer un comentario, favor seguir  los siguientes pasos: 1- Escribir comentario  2- Oprimir  "publicar" 3- Hacer clic en aviso "no soy  robot" 4-  escribir   el código que salga  5- verifique si se publicó.
 Gracias y saludo

 







[1] Mito, en  dos de sus acepciones: 1. Se  aplica a cualquier  tipo de invención o relato fantástico que desfigura o se aleja de  la  realidad. 2. fig  persona o cosa que han sido idealizados  por atribuírseles  cualidades o virtudes extraordinarias que exceden a la realidad y entran en lo fantástico. ¿hay  mitos   que crea o refuerza el cubrimiento mediático? Sí, y son más de  diez, por lo cual espero sugerencias.

jueves, 11 de junio de 2015

Quinto mito alimentado por medios y periodismo: ¿Somos pluralistas?



 Con gran estruendo de equipos - y no propiamente  de fútbol- desplazados  a Chile para cubrir  la  Copa América, el país se apresta a meter  la cabeza como el avestruz en el mundo idílico  de los  partidos, que tiene la  ventaja de no  acabar con medio  departamento – el Putumayo , para  más señas..

Las niñas pechugonas ya  están alistando su  camiseta amarilla,  los almacenes están  trémulos de  patriotismo comercial, el pobre James  tiene  sobre sus hombros la propaganda según la cual “es posible un mejor país” gracias a sus  futuros goles. En época de  mayores discrepancias y zozobra sobre el  proceso de negociación  con las FARC,  todos estamos  unidos en  torno a  nuestra selección.

 Obviamente,  se habrán dado  cuenta, no soy  una  fan del fútbol,  aunque si  respeto a todos los que lo son.  Pero  en ese  unidimensionalismo de la copa América,  tal vez sea  oportuno, no para “aguar “ la fiesta,  preguntarnos  si somos un país pluralista , quienes son pluralistas , que es el pluralismo y  de que depende. 

 Cuando se empieza a escarbar sobre el sentido de la palabreja,  es sin  duda  parte de nuestro mito  fundacional  a partir de la  constitución del 91:  Art.1: “ Colombia es un Estado Social de Derecho, organizado en forma de República unitaria… democrática, participativa y pluralista.  Aunque palabras  como participativa,  o Estado Social de derecho  y por desgracia, ya están  más que desgastadas,  el pluralismo  poco interesa  a la mayoría de la gente, que  percibe  que el concepto no es muy útil en una sociedad  desigual como la colombiana. Porque  pluralismo tiene  que ver con igualdad de oportunidades, que poco se  ve, a decir  verdad, en nuestro país, a  juzgar por el papel de roscas y clanes de poder, nacional o regional.

Foto EE  Garavito
 Sin embargohay ejemplos  concretos  de pluralismo  que demuestran  cómo se construye un concepto  vivo: a través de la  acción ciudadana y de la persistencia de unos liderazgos  que no son caudillistas sino temáticos. Es el caso de la comunidad LGTBI  que logró nada  menos que  la expedición de un decreto  según el cual   las  adormecidas notarías pueden, mediante un  procedimiento  expedito de declaración juramentada ,  cambiar el  sexo  de los trans  en su  cédula de ciudadanía . Y  ya se  concretó en  10 casos  que le abren una posibilidad de  pluralismo en la búsqueda de identidad, impensable hace  algunos  años.

 Otro caso, ese si trágico,  es el del suicidio del muchacho  homosexual “matoneado” por las directivas  de  su colegio, que  ha  permitido combatir la futura  intolerancia través de las vías judiciales.

La ley de cuotas que  amplía a  la mitad en vez de un  cuarto la ocupación de cargos  públicos por mujeres es  un tercer  ejemplo positivo  que  va a cambiar las muy machistas  mentalidades partidisto-machistas.
 
Esos casos  demuestran  entonces que el pluralismo  se  logra al  andar y no con  frases altisonantes que lo proclaman.  Porque al pluralismo lo definen dos  componentes : el reconocimiento del derecho a la diversidad, tanto en las características de la población, como en las opiniones que se tienen  sobre la manera de conducirlo y el debate  constructivo [1] que surge de esas opiniones diversas.

 Pero  vamos al grano: ¿son pluralistas los medios de  comunicación y sus periodistas?   Como  bien lo ha descrito Jesús Martín Barbero, los medios son reflectores  puestos sobre la realidad. Esa  realidad, ahora con la Copa América, se  vuelve absurdamente monotemática.

 ¿Son las FARC y el  Uribismo pluralistas?  En general, los  medios no detectan estructuras rígidas de lado y lado, que distorsionan  la percepción que se tiene del  conflicto y que  el periodismo  refuerza con un  obsesivo  cubrimiento de cúpulas .  Pero ¿serán las FARC tan monolíticas  como  nos las muestran medios y periodistas?  ¿Son las FARC ( o milicias ) urbanas  como las del Sexto frente en el  Cauca?

 La  percepción de  “pluralismo” que  transmiten  los medios  es tan   reductora  del término cuando se trata de los extremos  FARC  como del  Uribismo. Se  cree por ejemplo que se es  pluralista  en los mal  llamados debates  o programas de opinión, se invita  siempre a los mismos  como representativos de  sectores sociales o políticos.  Lo mismo  se  dice del  Uribismo,  representado mediáticamente como monolítico.  Se sabe  que  una  parlamentaria renuncio a su curul  por  no compartir esa  versión  unanimista, ese temor reverencial frente al caudillo,  que se observa también en torno al Presidente de la República.

En otro capo,  el laboral,  el  paro de Fecode ha demostrado que  estamos lejos en la realidad  partiendo del  unanimismo.  En el propio Uribismo  que tanto  se refirió  en  la pasada administración a un “estado de opinión” existe un temor reverencial hacia   el caudillo que ha llevado a  ignorar las diversas tendencias.

 ¿Pero  cómo  contribuyen los medios a un mito  ficticio pluralista?  Entrevistando a las  cúpulas  como lo vimos al describir  el  cuarto mito, al  presumir que la verdad está  en las cúpulas.  Hay  uribistas que se han poco a poco alejado  por el  clima  unanimista .  El caudillismo de las FARC,  su rigidez se  observan en cómo  Márquez  es el principal opinador,  por  cierto  representativo de la rigidez,  con  todas las mañas  del  congresista,  pues  no se puede  olvidar qu e otrora  fue  parlamentario .

 Sin  duda,  al pluralismo hay que  buscarlo en otra parte, en  los nuevos  pluralistas : LFBTI, en  los ambientalistas  jóvenes, en  movimientos universitarios, en los indignados que  sean consistentes y no  suban y bajen como espuma.

 Es decir, para  utilizar la expresión del  Leonardo  Padura en su excelente  libro  “ los herejes”   son los que buscan  nuevos  caminos , distintos de los fundamentalismos, y no se quedan  en la Copa América, con perdón de los fans (Esto último, obviamente, no lo dice  Padura).


Recomendado:



Herejes  , Leonardo Padura, Tusquets 2013


Los lectores voraces de Leonardo Padura nos  alegramos  del premio Princesa de Asturias  que se le acaba de otorgar a este  magnífico   escritor  cubano, que vive  en  Cuba, que se ha  ganado  el derecho a decir  lo que quiere, a punta de calidad  literaria  pero, también, de mantenerse en su  herejía  intelectual.  Como bien lo dice  en  Herejes “porque   el arte es poder”.




[1]  MTH  “Acallar la opinión,  cuatro  Araujos  versus  Alfredo Molano, Un  tris de libro- Taller de edición 2010 pago 134