¡Verguenza y mediocridad! El periodismo audiovisual no investiga sobre las amenazas a líderes sociales. Se limita a promover macabros espectáculos mediáticos. Luego de haber puesto a Santrich en un pedestal con el dilema de Hamlet (¿vendrá o no vendrá a la cita con la Corte?), ahora la obsesión audiovisual colombiana es con homicidios de niños, niñas o adolescentes.. Y ahora, el de violencia sexual. Eso si, mantuvieron vivo el otro tema , al anunciar que el actor Santrich "valía" una recompensa de 3000 millones de pesos para quien lo encuentre. A propósito: ¿Ya nadie lo busca?
Por supuesto, sin investigación periodística, sin aplicar los términos adecuados (La Convención internacional de los derechos de los niños sugiere no utilizar el término·"menores", lo que los fragiliza.) Pero como no leen....
Los canales abiertos se quejan en privado de su pérdida de rating. Pero bien merecida la tienen. Compiten con "concursos", o estúpidos programas de chismes en los que grotescas excantantes decadentes hacen un show porque "lo saben todo" y competencias infantiles como las de "Guerreros", por el cual infortunadamente, el canal Uno lleva las de ganar.
Los canales abiertos se quejan en privado de su pérdida de rating. Pero bien merecida la tienen. Compiten con "concursos", o estúpidos programas de chismes en los que grotescas excantantes decadentes hacen un show porque "lo saben todo" y competencias infantiles como las de "Guerreros", por el cual infortunadamente, el canal Uno lleva las de ganar.
Como "solución", el periodismo de presentadoras vuelve a poner en escena debates ya superados. Con irresponsabilidad social, se dedicará a cubrir un -ya anunciado- debate en el Congreso sobre la pena de muerte que se debatirá en el Congreso, para dar la impresión de que se trabaja. Y así nos mantendrán alimentados de miedos, haciéndonos creer que la otra realidad no existe
Los colombianos no nos podemos seguir dejando manipular con la desinformación de canales y programas audiovisuales que cuestionan las redes sociales o Netflix pero eluden mirarse su propio ombligo.
Los colombianos no nos podemos seguir dejando manipular con la desinformación de canales y programas audiovisuales que cuestionan las redes sociales o Netflix pero eluden mirarse su propio ombligo.