En la
medida en que se aproxima la concreción del último punto del Acuerdo de La Habana, y
como una caja de Pandora, empiezan a salir a
flote más odios, más fundamentalismos, más empeños
en polarizar, más distorsiones y
exclusiones, con todas sus
macabras facetas. Van desde el
encuevamiento del “no me quiero involucrar” hasta
el insulto y la obsesión por acabar con el otro.
Muchos hemos expresado
que los principales retos para la solución pacífica de los conflictos (que
otros llaman con la cómoda palabra ”PAZ”) no están ni en los acuerdos, ni en las leyes. Están en el
clima sicosocial creado por
la poca disposición individual en ceder posiciones, privilegios, estereotipos. Dicho de otro modo: en la poca
disposición en cambiar el “chip”.
Somos un país
en el cual muchos ciudadanos están
instalados en el miedo. Ese miedo,
distinto del que proviene del horror cuando se ha padecido la violencia,
produce mediocridad. Impide el análisis
no emocional de las circunstancias. Alimenta
la anomia social, la voluntaria ignorancia frente a
lo que viene, todo lo cual lleva
a encuevarse en sus posiciones.
Por eso mismo, el estímulo al cambio de chip debe sacudir a todos los colombianos. Una prueba será el
referendo, como bien lo analiza German Ayala
Osorio en su blog La otra tribuna http://bit.ly/1nu7ax0
No se puede
dejar que los
vociferantes se apropien del debate público,
mientras el resto se limita a observar el lamentable espectáculo. Así ha
sucedido entre Fiscal y Procurador, con
el Defensor del pueblo, con la peleaderas de los partidos.
Por eso mismo, es apremiante
concretar la responsabilidad
social de los medios de comunicación. No
solo los tradicionales, sino los nuevos medios, como Blogs, twitter, Facebook y similares. El
odio que destilan algunos twitter, la manipulación mediática de quienes se inventan “amenazas” por parte de las FARC para minimizar
sus descalabros administrativos, la utilización de redes en las que el odio al otro y su
exclusión son el pan de cada día, deben ser contrarrestados mediante el “destape”
de sus intenciones.
¿Cómo se logra
ese destape? No respondiendo con el odio,
sino a lo Gandhi. Despertando los abstencionistas que se nutren de fatalismo.
Analizando y debatiendo. Penetrando en
las “zonas grises” de nuestra Colombia
que son las que ameritan la mayor atención, sobre todo entre los
jóvenes. Observando lo que sucede en el
allá de las FARC y en el acá de la
democracia y sus fallas.
FARC, MEDIOS Y
PERIODISMO
Si nos proponemos no cometer los errores
del pasado, hay también que analizar las propuestas y actitudes de los
firmantes del acuerdo. ¿ Cómo se
están comportando las FARC frente
al tema de la comunicación social?
No se puede desconocer su actitud de
expresarse mediante
comunicados, voceros ( hoy los de La Habana), entrevistas a periodistas
amigos. En todo caso, de expresarse públicamente siempre y cuando ellos pongan la condiciones de tiempo, de quien va a
pronunciarse y el tema. Generalmente hablan desde un atril.
Al
parecer, el periodismo en general acepta
esas condiciones y los receptores están
acostumbrados a ellas. No se
han escuchado más voces
que las de cúpulas de las FARC.
Por cierto, casi siempre, producen una escalada de violencia verbal como
reacciones de los vociferantes.
No hay entonces espacio para el debate público
de las ideas , y se acepta como
válida una cierta manera autoritaria de comunicarse para informar y opinar. Es decir, en forma piramidal y desde las cúpulas. Los
miembros de las FARC distintos del secretariado, que los políticos llamarían las bases
no cuentan cuando se comunican
opiniones sobre temas públicos .
¿Continuará siendo así
después de la firma de los
acuerdos?¿ Cómo se adaptarán las FARC convertidas
en partido político? ¿ Seguirán en su encuevamiento mediático? ¿ como serán la revista, el periódico , el canal o el programa de radio y
televisión que piden en sus
100 propuestas? ¿ Un ladrillo en el cual se escuchen solo la propaganda y sin debate alguno? ¿ Una mala copia
de los actuales programas supuestamente de opinión en los canales
oligopólicos pero con un solo invitado
¿?[1]
¿Entenderán las FARC el reto del
pluralismo, que incluye también el reto de
la calidad del periodismo y de
sus valores fundamentales? ¿Se propondrán el equilibrio
con versiones opuestas en la interpretación analítica de los hechos,
el interés público, la
información veraz y suficiente, la rectificación, la prevalencia de los derechos
fundamentales ( a la honra, a la dignidad, al buen nombre , etc.)?
Conclusion:
1-El
esfuerzo deberá entonces provenir tanto de los
medios actuales (evitando
desequilibrios a lo Gurisati) como de los
medios que surjan del Acuerdo, pues ya pasó la época en que el
Estado era el que financiaba a los
medios para que dijeran lo que un gobierno autoritario quería decir.
Foto MTH |
2- El
chip mediático debe cambiarse en todos los sectores de los medios de comunicación. Eso incluye nuevos compromisos de financiación del sector privado y público a través de la publicidad.
En
el caso del sector público, no se
puede atar de una
vez y para siempre, el tercio de la
publicidad, sino que deben
prevalecer criterios de innovación y calidad Esos mismos criterios deben prevalecer
en el sector privado. Y la publicidad no
puede seguir atada a
medios oligopólicos si aplica lo
que predica, es decir, la responsabilidad social.
Si se cambia el chip en materia de comunicación y de medios, se apaciguarán los
espíritus, se propiciará
la convivencia y los colombianos tendrán
mayor madurez política. Ni mas ni menos.
[1] Ejemplo, el de Juan Lozano y la propia entrevista
(que no reportaje) de Yamid Amat
en CM&. No se trata de demeritar la
excelente capacidad de preguntar
de Yamid Amat sino de fortalecer el
pluralismo. Y una pregunta sobre lo público en lo privado : ¿por qué la ANTV auspicia un programa tan light y pendejón como Panorama?