
En medios de
comunicación como en todo, llega un
momento de saturación colectiva que,
bien enfocado, podría producir el deseo de cambiar. Es un primer paso hacia la solución
colectiva de problemas que
distorsionan la democracia colombiana, en este caso, en la comunicación mediática.
Algo de esto ha
sucedido con la que llamo la
pornodelincuencia, similar a la
pornomiseria en el cubrimiento de los noticieros del mediodía de Caracol y
RCN que, con amarillismo,
apoyo de videos de la Policía, y ahora con las cámaras de inseguridad,
sin mayor esfuerzo de reportería, patrocinan el miedo colectivo
y la pereza mental.
El hecho
de que desde hace meses estemos hablando
del tema en las redes sociales,[1] y
que ahora, María Isabel Rueda
y la WRadio se sumen a las críticas, es una
muestra de lo que puede la acción ciudadana.
Desde
luego, la crítica desde los medios
es limitada. No se puede esperar que
los directores de otros
noticieros de radio y televisión
y los periodistas sensatos – los
hay y muchos- cuestionen a sus colegas.
Pero sí lo podemos hacer, no solo los gomosos del tema, sino
todos los ciudadanos.
También podemos- palabra de moda- contrarrestar una nueva modalidad que
tapa la mediocridad del periodismo colombiano: interponer a cualquier crítica, como la del Presidente cuando pide
más responsabilidad social, el
argumento según el cual se
está “censurando a la prensa”[2]
Ya sería hora
también de que los empresarios de
medios, no solo audiovisuales sino los
Sarmientos Angulo y los Santo
Domingo, nos cuenten qué es para ellos la responsabilidad social de
sus medios y qué se proponen hacer
al respecto. En otras palabras que, más allá de las fotos sociales, muestren la cara de
su deseo de participar
en la convivencia
y superación de los conflictos.
¿Le darán
una cara mas
palpable a esa
responsabilidad social consagrada
por la Constitución y por fortuna
no todavía peluqueada, como sucedió con la autonomía
de las entidades encargadas del sector? Ojala que lo hagan, pero de manera directa y no escudándose en gremios
cadavéricos, como Andiarios, Asomedios et al.
¿Y los cambios de chip en regulación, en el sistema de medios públicos, y por lo acordado en La Habana...?
Desde
luego, esa reacciones ciudadanas no van a cambiar la estructura
oligopólica o las lógicas comerciales de
los medios de comunicación
audiovisuales que, por cierto, utilizan un bien público,
el espectro electromagnético.
Y ojalá algún día la
hasta ahora eficiente Superintendencia de
Industria y Comercio se ocupe de investigar el cartel mediático, uno de cuyos
múltiples síntomas es que Caracol TV y
RCN tienen los espacios de
publicidad sincronizados, lo que
obliga a los televidentes a atragantarse
de publicidad.
Sin mencionar,
desde luego, la invasión de publicidad
en el contenido noticioso, y
en la programación de los canales o los publirreportajes, tema ya tratado
acá.
Del otro lado,
como bien lo ha analizado en el libro recomendado Juan Carlos Garzón [3],
se ha producido la “regubernamentalización” de la televisión que nos
lleva cerrar el círculo, iniciado
bajo la dictadura de Rojas, de una televisión para el gobierno. El patético
funcionamiento, los vacíos de las entidades reguladoras, la falta de liderazgo del actual Ministro de TICS, que desconocía por completo el tema, [4]las
directivas con enfoques leguleyos son algunos de los malos síntomas de un medio crucial.
Pero
tampoco se puede desconocer el pésimo tratamiento mediático,
en el que poco se habla de
tecnología y mucho de leguleyadas y
mitos como el que se
crean sobre el tercer canal.
Todo aquello
demuestra la urgencia de cambiar el chip.
Pero ese cambio de mentalidad no solo
debe darse por parte del gobierno, de las empresas
mediáticas y del propio periodismo.
También, por parte de los sectores que se
van a integrar a la sociedad
colombiana en el mal llamado
posconflicto. Es decir, las FARC.
¿ Cómo
analizaran las FARC los errores cometidos
por la administración Petro? ¿ Como
se integrarán con tantos años
pasados en el monte los que estarán en
las zonas restringidas y qué han pensado
hacer sobre el tema? ¿Es el acuerdo
sobre medios decimonónico o de
avanzada?
Por lo
pronto los invito al
video de la entrevista del
vice-Presidente de Bolivia , que
plantea el debate sobre el
cambio de chip
para la – a mi modo de ver- mal llamada “izquierda” . Es decir para los partidarios del cambio y no del status quo. https://www.youtube.com/watch?v=YjjHSHgidwk&feature=youtu.be
Espere
el próximo jueves, 27 de enero : Análisis de los acuerdos de la
Habana en materia de medios y de algunos estereotipos sobre pluralismo.
[1] Además de lo escrito en
este blog, y
de la creación de un grupo
efímero pero significativo de “ NO a noticieros amarillistas”
[2] prensa es un
término decimonónic que no corresponde
a la realidad contemporánea : derecho a informar, pero también a ser
informado, y responsabilidad social.
[3] Televisión y Estado en Colombia 1954-2014, cuatro momentos de
intervención del Estado, Externado de Colombia , 2015
[4] Diego Moreno , a quien, a
pesar de que fue uno de los artífices
de la gubernamentalización , tuvo muchos
aciertos, no solo por conocer el tema sino por
hacer el salto tecnológico digital.
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