martes, 30 de mayo de 2017

FRASES QUE SOLO PODRÍA ESCRIBIR GARCÍA MARQUEZ

A los cincuenta años de Cien años de  soledad,  el mejor  homenaje son  sus  frases, que cada quien  subrayó en su momento.  Y por supuesto, leer la  genial novela.   Algunas de las que subrayé, hace casi  cincuenta años 

“Si has de parir iguanas, criaremos iguanas- dijo-. Pero no habrá más muertos en este pueblo por culpa tuya” (Úrsula)

“ Lo atormentaba  la inmensa desolación con que el muerto lo había  mirado  desde la lluvia, la honda  nostalgia con que añoraba a los vivos, la ansiedad con que  registraba  la casa  buscando agua para mojar su cajón de esparto.”

“.. fue quien más contribuyó a popularizar esa mistificación, cuando concibió el artificio de leer el pasado en las barajas, como  antes  había leído el futuro.”

…“derrotó  al diablo en un duelo de improvisación  de cantos” ( Melquíades)

“ En este pueblo no mandamos con papeles- dijo sin perder la calma-. Y para que lo sepa de una vez, no necesitamos  ningún corregidor  porque aquí no hay nada que corregir.”

“ Su augusta  cabeza de emperador  atormentado adquirió  un extraño  aire de grandeza“ (Pietro Crespi)

“ Sus asesores  políticos  lo enredaban   con  facilidad en  laberintos teóricos” 
(Gerineldo Márquez)

“Vieron a través de la  ventana   que estaba cayendo una  llovizna de  minúsculas flores amarillas”.

“La mujer  contó que había nacido con los ojos  abiertos  mirando a la gente con  criterio de persona mayor” ( nieto de  Úrsula)

“ Temblaba de  fiebre y de frío  y tenía  otra vez  las axilas empedradas de golondrinos” (Aureliano  Buendía)

“El  Coronel Aureliano  Buendía  rasguñó  durante muchas horas, tratando de romperla, la dura  cáscara  de su soledad”

“Las letras  parecían ropa puesta  a secar en un alambre, y se  asemejaban más a la escritura  musical  que a la literaria.”

“La habían  seleccionado como la más hermosa  entre las cinco mil mujeres mas hermosas  del país, y la habían  llevado a Macondo  con la promesa de nombrarla   reina de  Madagascar”  (Fernanda del Carpio)

“El tiempo había moderado  su primitivo impulso  de crecimiento  y era un hombre  de estatura mediana,  marcado con cicatrices de viruela,  pero su asombroso poder de destrucción manual  continuaba intacto. “ ( Aureliano Centeno )

“El inocente tren amarillo  que tantas incertidumbres  y evidencias,  y tantos halagos y desventuras, y tantos cambios, calamidades y nostalgias  había de llevar a Macondo.

 “Era lo ultimo que  quedaba de un pasado  cuyo aniquilamiento no se consumaba porque seguía aniquilándose indefinidamente , consumiéndose dentro de si mismo, acabándose  a cada minuto sin  acabar de acabarse  jamás.”


“Entonces   empezó el viento  tibio, incipiente, lleno de voces del pasado , de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces”.

jueves, 25 de mayo de 2017

¿LA DEMOCRACIA DEPENDE TODAVÍA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS?



¿Cómo  será la quitada colectiva  de corbata? 

El  ascenso al poder”, un interesante documental sobre  Emmanuel  Macron,   transmitido por  Nelflix, permite al menos  dos conclusiones.

 La primera, que Netflix, al ofrecer  al usuario la libertad de escogencia,  el  on demand [1])  le está  ganando la  competencia  a  los  sistemas rígidos  de TV  por  cable  y abierta. 

Y la segunda,  que  este  documental de excelente calidad por su manejo  de  la espontaneidad, elaborado en tiempo real y   sobre la marcha de una campaña  veloz,  muestra  cómo Macron, más que cualquier otro  Presidente  o Primer  Ministro europeo, le ganó a la manera tradicional  de  hacer política, y le  ha abierto una puerta  diferente  a “lo” político.


Que Macron tenga 39 años  es, desde luego mucho más importante que su mujer sea 20 años más vieja, como  lo han recalcado tanto los poco ingeniosos medios tradicionales .

Porque ese seguimiento audiovisual a la campaña electoral  durante  200  días previos a la primera  vuelta y  algo de  la segunda,  permite detectar  varios indicios sobre cómo  se le ha dado un vuelco  a  lo político. En este caso, a la búsqueda de gobernar. 

 Curiosamente,  Macron tiene un rasgo común con Trump,  en el sentido de que se han saltado  los partidos  tradicionales, al menos en la búsqueda de votos. Pero también, dos  grandes  diferencias de actitud.  Tan   importantes como las notorias que hay entre  Melania y Brigitte, es decir, entre la mujer objeto y  la compañera de todos  los  momentos .

El hecho de que Macron  tenga 39 años y  Trump 70,  o que  Macron  sea  calvo mientras que  Trump  tiene  copetín,  no  puede alejarnos de lo  sustancial,  que lo light mediático  minimiza: el cambio de mentalidad que  Macron  implica y  el atarvanismo  tradicional  que  Trump recalca.  Porque  Trump es un viejo y achacoso modelo  Ford  y  Macron tiene  las características de un fórmula  Uno.

foto tomada  desde mi  televisor  del documental de Netflix
A lo que voy  es a  que Macron está  lejos del esquema  partidista  y le apuesta siempre a un  contacto ciudadano directo,  incluyendo a sus opositores ciudadanos. Donald Trump, como  Uribe,  pero también como muchos líderes escogidos a  dedo por los  partidos Liberal (ver títular de El Tiempo),  o Conservador, o   Polo o Cambio Radical , se basan en criterios de exclusión y cerrados, sean atarvanes o no. 

Por cierto, esa nueva mentalidad, todavía incipiente en Colombia,  no obedece solo a un relevo generacional, es decir,  a la edad ( y  estoy defendiendo mis setentas), sino a  la actitud frente a los problemas contemporáneos.

En efecto, no puede  olvidarse  que  el  francés  Stéphane  Hessel,  (1917- 2013)  fue  quien  encendió, en el 2011 y  a los  94 años, la llama de la indignación, del compromiso  ciudadanos [2].  Y eso gracias  a un librito, no  rojo sino blanco,  que tuvo de inmediato más de un millón y medio de lectores, en su mayoría jóvenes,

Así como  lo inmediato y la cercanía de los  hechos  (a través de internet y del celular)  recalcan el nuevo estilo de comunicarse mediáticamente,  así también los nuevos políticos  como  Macron ya no buscan   “intermediarse” - excusen  el invento de la palabra-  a  través de las estructuras partidistas.

 Estas estructuras,  poco  a poco, se han resquebrajado a tal punto que  se  vuelven tan  desuetas como  cierto sindicalismo de  cúpulas  y  ciertas organizaciones   de periodistas  como  el CPB y , en algo, la  FLIP en el  caso colombiano. (Me refiero a ellas con mucho pesar porque  acompañé  a la primera  durante  mucho  tiempo.)
La gente  del Chocó o  de Buenaventura  ya no cree en los partidos. Los maestros han salido a la calle, más  que por  disciplina sindical, porque  se sienten motivados por causas justas. 

foto tomada desde mi televisor  del documental de  Netflix 
En otras palabras,  ni la  democracia  ni el autoritarismo dependen hoy de estructuras rígidas que no fueron hechas  para  las sociedades contemporáneas, tan bien descritas por un viejo lúcido,  Zigmunt Baumann.

Por fortuna, esa  rigidez  extemporánea se está diluyendo ahora  más  rápidamente en  la  democracia que en  los autoritarismos. El costo  social  es  distinto  entre, por ejemplo, la resistencia  democrática  de  la mitad de la población  venezolana a Maduro y  a la manera como este se aferra  al poder. Por ahora y  por no mucho tiempo, lo acompañará cada vez menos la  otra  mitad de los venezolanos, en la medida en que  Maduro pierde poder.  Pero  no cabe  duda que, de tumbar  a Maduro, los oposicionistas  deberán pensar en otro  tipo de sociedad  muy distinto del que motivó, por su corrupción y decadencia,  el ascenso de  Chavez.

CONSECUENCIAS DE LA LEGULEYIZACIÓN


Como es obvio, el  ritmo y  los  matices de  la democracia varían según los países  y sus circunstancias.   

Como se vio en la entrada  de la semana pasada,  la leguleyalización  colombiana ha incidido tanto en lo mediático, como en lo político  y en lo judicial, es decir, en la manera de ejercer la  democracia.  Esa leguleyalización hace perder  el sentido de la realidad,  fomenta la rigidez de los formulismos, postergando peligrosamente la  concreción de los cambios y estancando perversamente el ritmo del país. Y le da cada vez  menos sentido a las  excluyentes  estructuras  partidistas,  o a las encuestas sobre candidaturas,  que teorizan sobre  el derecho pero no resuelven  los problemas sociales.

¿Apoltronados en estructuras rígidas?
Por fortuna,  en  Colombia asoman  también vientos de cambio  en  personas  como Fajardo y  Claudia  López  (más que en  Timochenko Londoño, o Robledo – lo que no le quita la  seriedad a sus planteamientos- , o Clara López). 

Los  esquemas desuetos  del bipartidismo arcaico,  de los   caudillismos tradicionales,   de la manera de trabajar del Congreso; los fundamentalismos de un Ordoñez y una Vivian Morales, van mostrando  su  fragilidad.  Pero no nos digamos mentiras: también  son frágiles los movimientos  basados tan sólo en la protesta  genérica, y las obsesiones  revocatorias que  van poco a poco  desapareciendo  del escenario  político, el cual  ya tampoco es escenario,  sino interacción.  

Eso si, toman fuerza  nuevas  decisiones de la ciudadanía.  En lo local,  por  ejemplo,   en materia de una  escogencia vital  entre  minería y agricultura, que el modelo  de desarrollo  basado en la extracción  había pervertido en desmedro de lo ambiental. 

 Las marchas, no siempre pacíficas, van cambiando de estilo: en vez de  producto del odio, poco a se  vuelven peticiones  que  concretan  “la idea de justicia”  ( para utilizar el título del libro de Amyarta Sen).  Las ideologías excluyentes  se  quedan  encerradas  en  sí mismas  - ensimismadas- ,    pero  no así el  pensamiento de cambio, gracias  al contexto global de revoluciones del siglo XXI,  hace rato  descritas por  Manuel Castells:    movimientos ambientales, étnicos, LGBT y  femeninos. Pero  también,  la  que  Emmanuel Macron  pronostica   como "Revolución" cuando  escribe en su libro:"Estoy íntimamente convencido de que el siglo XXI será un siglo lleno de promesas, de posibilidades  de  cambio,  para   volver a la gente más feliz.  Y  esa  será la lucha  mas bella que  he conocido".  En la trayectoria  de Macron   pesan  Paul Ricoeur,  Jacques Attali,  el haber sido  banquero con los Rotschild, pero también los seis meses que pasó en Nigeria,  y  la independencia  frente a un Roccard y un Hollande,  sus mentores.  Desde luego, todavía queda por comprobar el "como" logrará  sus  metas, y no solo  en su caso, sino  en el de los que construyen país.

¿Cómo responderemos los ciudadanos en general a todas estas  nuevas expresiones de “lo” político? Allí también  hay vientos favorables, pero todavía quedan muchas estructuras rígidas. ¿ Cuales?  En Colombia,  las principales son  creerle  a los caudillos "salvadores" en vez del trabajo en equipo,  y  aferrarse a  las promesas más que   hacerle minucioso seguimiento a los resultados de esas promesas. Eso implica  bajar de  lo general al detalle. 

De lo que se trata   entonces es  de cambiar tanto los lenguajes discursivos de los viejos, como los  super acelerados  de los   jóvenes. Y  sobre todo,  pasar  del decir al  hacer.

Un   impresionante  resumen  del documental sobre  Macron  es aquella escena  en que  tanto él como  Marie Le Pen  tratan de  “ganarse” a unos trabajadores en  huelga.  Le Pen llegó para  decirles  que estaba con ellos, como  le hemos  escuchado a un Uribe, a un Pastrana, a un Gaviria, o a funcionarios  cuando  hablan de  “mis”  desplazados y “mis” niños” o  un Vargas Lleras  con “sus” 4G.   Macron , al  saber que Le Pen   estaba  allí,  esperó que ella se fuera en vez de controvertirla a los gritos a los que ella aficiona, y mientras tanto ,  escuchó a los  del Comité de Huelga  en un salón  apartado de la empresa.  No se sabe si resolverá los problemas,  pero el  joven  ex ministro de finanzas le metió economía al tema, en  vez de discursividad.  Lo cual  es  similar, por cierto,  a  lo que va  de  una  discursividad económica  que pinta pajaritos de oro  como la del Minhacienda  colombiano,  a  la explicación económica de un Salomón Kalmanovitz.  


[1] El  encanto de escoger calidad, en vez de que  le impongan a uno los  espacios  publicitarios, los  mediocres noticieros,  las ídem  telenovelas,   a la misma hora.
[2] “Indignez-vous”,  dignité,  révolution  et neoliberalisme (2010).   Y “¡Engagez vous!” (¡Comprométanse!) fueron los dos fosforos que prendieron  las llamas de  movimientos ciudadanos  posteriores,   en España  sobretodo.

jueves, 18 de mayo de 2017

¿Por qué cree que hay tanto embrollo leguleyo en Colombia? Análisis de medios (10)


Foto MTH
Haga la siguiente  prueba:  analice lo que sucede  en otros países de condiciones  similares a las nuestras, y verá que ninguno le dedica tanto tiempo mediático y/o político a  lo que  se puede llamar leguleyo.


La discursividad leguleya es una característica colombiana de nuestra manera de hacer política y  de informar sobre ella.

¿Por qué  es tan específica esa  discursividad leguleya? 

¿Por qué a los ciudadanos colombianos  se les hace creer que todo  se resuelve  con  una norma  o un proceso judicial   cuando   la realidad  catastrófica  demuestra que   es más  importante  el hacer y el actuar oportunamente que el  decir o  el  leguleyear


¿Por qué tenemos tan  poco desarrollado  el sentido colectivo de la previsión?  ¿Por qué el tema de la “participación” se vuelve teórico?   ¿Por qué los noticieros dedican tanto tiempo a lo normativo o a los estrados judiciales?

¿Por qué todo lo volvemos una propuesta de reforma constitucional, un  proyecto de ley,  un contraproyecto,  una sentencia  de las cortes  que  casi nunca se  entiende mas allá  de si está a favor o en contra de alguien?  ¿Por qué  todo se reduce a un decreto o una causa penal o, en todo caso, a un trámite procedimental, sin  reconocer que   son más importantes  la eficiencia  y la prevención  que la carreta y  la leguleyización de la noticia?[1] 

LA ÉTICA MINIMIZADA


 En el comportamiento político,  la leguleyización  es ventajosa  para los   avivatos: impide  escarbar  en  la ética de  los comportamientos, que se disfraza  bajo grandes  manifestaciones  discursivo-jurídicas de inocencia o de “cambio”. En el comportamiento  mediático,  poco a poco  se van olvidando los principios  elementales de la   ética, entre los cuales, la independencia.  Se le da un desproporcionado cubrimiento a   temas como la reforma  política, casi siempre con entrevistas a caudillitos,  como si  solucionara  el incrustado clientelismo y  el desperdicio de  recursos por mermelada.

 En otras palabras,  se llega a que  lo seudo jurídico reemplace  lo ético. Y en un aspecto tan  decisivo  para  el país  como   el acuerdo con las FARC,  la posibilidad de convivencia   queda  enterrada   bajo una  avalancha de disquisiciones jurídicas. Eso  permite que, nuevamente ,  asome sus narices la violencia, con 46 homicidios de lideres sociales en lo que va corrido  del  año.  

Ya se analizó aquí  una  causa histórica de la preponderancia  de la discursividad  y de lo leguleyo en la  información:  haber  sido  conquistados por los  españoles porque,   como bien lo expresa  el viejo   dicho ,   “ el inglés  descubre la verdad , el alemán  la explica, el francés  la  complica  y el  español la defiende”. Y la defensa  implica hablar de   derechos, o instalarse discursivamente en  sus procedimientos.

Eso, por supuesto,  no es  suficiente   explicación en las circunstancias  actuales de Colombia y en   el terreno resbaladizo de lo económico, lo político y lo social. Hace  mucho tiempo que dejamos de ser colonia,  pero seguimos   percibiendo  el cambio  y la información a través del vehículo leguleyo. El embrollo con el  fast track  es un buen ejemplo, que  explica en detalle La Silla  Vacía   http://bit.ly/2riy2W6

El vidrio empañado  (Foto MTH)
¿Cuales son las consecuencias en lo mediático?   Así como las ramas impiden ver el bosque y el vidrio empañado, el camino, así también el leguleyismo  y la discursividad      (ésta última reflejada  en  el  casi absoluto predominio de las entrevistas sobre otros  géneros del  periodismo )  impiden valorar   cambios. Así, se promueve  el  “todo cambia para que todo  siga igual” Salvo algunas  excepciones  (como, por ejemplo,  el equipo de noticias  Uno)  el cubrimiento de lo político-jurídico  se limita  discursivamente a corrupción  ( en  general investigada por otros), procesos judiciales,   garrotera  del uribismo con los demás,  rating  por  polarización .

 Los  sondeos  que  manipulan opinión  con preguntas para   que “ califique  y participe” o   el  “si” o “no”  de RCN TV , pretenden   convencernos  de que hay  debate y  que  los medios propician  una  democracia deliberativa. Pero la realidad  es muy distunta y asfixiante, al menos en temáticas. Y esa  mentalidad  nos bloquea  como  país desde lo leguleyo y lo  informativo.

 Un buen ejemplo es el de la las revocatorias  que  se convierte  en EL gran tema.    Hollman  Morris, antes excelente periodista  y  ahora primíparo  político,  insiste en que la revocatoria   es   “democrática” y no  pura y simple  revancha. En todo caso , ya  sus  ex colegas  le preguntan mediática y obsesivamente sobre el tema, y más que a Petro, a cuya  sombra no  florece. Sin duda, un efecto bumerán y esterilizador  de lo político. 

No pocas veces,   las teorías interesadas, llevan a  discursear   de manera populista sobre  posiciones para defender lo propio,  argumentando  jurídicamente  sin remontarse a los derechos fundamentales. A propósito de la fiebre revocatoria, y mientras se espera  el pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral,  cuyos   miembros - elegidos políticamente  se convierten  en  jurisconsultos  Cum  Laude,  les  recomiendo   leer a la profe   Cristina de la  Torre, que sí  sabe de   filosofía del   derecho y de la  relación entre  autoritarismo y   “voluntad popular”. http://bit.ly/2rfvCHq

Además  de interpretaciones acomodaticias de  principios  jurídicos  como los de ponderación de  derechos humanos,  el  cubrimiento periodístico  se está  acostumbrando   a considerar  el dolor y las tragedias, la desigualdad y la  muerte,  con  la misma vara que las emociones   deportivas. Pero, eso si,  a todo se le  acomoda una interpretación “jurídica”.  ¿Qué tal  la protesta de dos periodistas y  un columnista que consideran   “censura”  un protocolo  difundido por la ONU, elaborado por  comité de familiares  de las víctimas  de Bojayá  que no   permitieron   que los  periodistas   cubrieran  la  misa  y la exhumación de los restos?  ¿ Donde está la proteccción del derecho a la intimidad frente al ego periodístico? http://bit.ly/2riy2W6

 De otro lado,  muchos sectores  del   periodismo  y   en particular , los medios oligopólicos  de radio y televisión (léase Caracol, RCN TV y radio  y sus   satélites como   Blu, o los respectivos W’s prefieren la  discursividad  por razones  que  ya analizamos:  la  mesas de trabajo son más  agradables  y fáciles que el trabajo de campo,  el cual   se le deja a los  anónimos principiantes o a los pasantes;   se pagan más  los secreticos del rumor  que mezclan publicidad  con “información” de farándula ;   se paga   menos a  los  corresponsales regionales,  a los que no se les estimula investigar. Y la sentencias de las Cortes o  la elección de sus magistrados  se vuelven un  tema light.

El periodismo  de micrófonos se  ejerce desde  Bogotá y con  las cúpulas. Por lo general,  se les paga también pésimo a  los periodistas que se le pegan  como sanguijuelas  a esas  cúpulas. Cuando algunos llegan a un escalón  de  más alto  turmequé,  se  vuelven uña y mugre con el poder respectivo, como es  el caso de  quienes  acompañan, por ejemplo, al Presidente  de la  República   en sus  recorridos  internos y externos. En este último  caso,  sin  más  oficio que   describir  qué   hizo  en  Nueva York   o  donde sea, con muy poco  contexto,  y ni siquiera de análisis  del clima  político en esas  ciudades.

 Sin duda,  a Francy Sepúlveda et al, por ejemplo, les daría lo mismo hacer su nota  desde Bogotá, que  “informarnos” sobre cada  paso que da el  Presidente y dónde estuvo comiendo o almorzando. Además, como por lo general los medios no pagan el viaje – si acaso el hotel-   la información es puramente social  y  la que  quiere dar  el poder.

¿SOLUCIONES?


La de siempre:  que el  ciudadano cambie  de canal (o de político),  lo que  es  positivo pero  no  logra cambiar la   mentalidad colectiva de políticos y periodismo.

La utópica:   que a los Sarmiento  Angulo,   Ardila Lulle,  Santo domingo et al , les  dépor interesarse por el derecho a informar y ser informado, y no   se limiten  a ver en periodismo  un apéndice de sus propios  intereses

La posible:   que los  directores, editores  y  jefes de redacción  sigan el  ejemplo de un Jorge  Cardona,  o un Fidel Cano, y  entiendan que,    de  no cambiar la mentalidad  de   tertulia  y acomodo en mesas de trabajo, cada vez se irá  desprestigiando más  el  oficio .

La real :  que los propios  periodistas reaccionen, sepan decir  NO a algunos  temas,  se unan,  sigan el buen  ejemplo del grupo  “Sala de Redacción”, dejen de  sentirse cooptados por los   dueños de los medios y  comprendan  que   el verdadero  reto está  en  sacudirse.

Lo útil:   Hacer,   como  ciudadanos , receptores  y  usuarios, el   análisis  crítico    de medios ( incluidas por supuesto las redes sociales)  y  lo político y del periodismo. No tragar entero. Y, por supuesto,  enterarse  de qué pasa más allá de nuestro ombligo y qué hay detrás de las  “noticias”.




[1]  La judicialización  de la noticia consiste en  el exagerado  cubrimiento de los estrados judiciales,  de las órdenes  de  capturas, de las demandas  civiles y denuncias penales,  de lo que  promete la fiscalía pero no de sus resultados. Es  la trivialización  de los  nombramientos de magistrados de las  altas Cortes  ( con especulaciones sobre posibles candidatos que “suenan” como si fuera  un reinado de belleza). Todo lo anterior contribuye al desprestigio  de la rama judicial, a veces estimulado por los propios magistrados.