miércoles, 2 de noviembre de 2016

Estereotipos sobre jueces y periodistas y dos maneras de buscar la verdad

Dedicado a Don Guillermo Cano y a todos los jueces y periodistas que fueron asesinados  por cumplir  su misión y luchar contra la impunidad.

Prensa que se atribuye de Antonio Nariño
Museo Nacional ( foto MTH)

¿A qué lleva el obsesivo  cubrimiento “noticioso” que hace el periodismo sobre las cúpulas del poder  judicial,  sobre  los  que “suenan” y no suenan como candidatos, por ejemplo, a la  Corte Constitucional? ¿A qué lleva el tiempo mediático perdido  en  especular  sobre  la elección-  sabida de antemano- del  Procurador  Carrillo? ¿ Por qué se habla de reforma a la  justicia pero solo se pide la opinión de las cúpulas y  no de los jueces rasos o de sus asociaciones ?

Hay muchos  interrogantes  sobre  las relaciones entre los dos poderes, el de informar y  el  de  juzgar. Y, sin embargo,  ayer como hoy, esos  dos poderes son determinantes para evaluar la  realidad de la democracia y, en general,  de las libertades fundamentales  del ser humano.


                             Daumier
No es de extrañar que el poder judicial en Colombia se encuentre afectado por la tendencia  mediática a generalizar, a  aplicar las lógicas de sensacionalismo a casos  como el de Colmenares,  o a focalizar sobre los jueces corruptos.

 Los jueces  se quejan  porque  el periodismo  no  valora  la dedicación y el mérito  de  esa  mayoría de  jueces que no son corruptos.  Se  irritan  cuando  el periodismo  viola el principio  sacrosanto de la reserva  sumarial y la presunción de  inocencia. Y muchos de estos resentimientos no  son tenidos en  cuenta por el cubrimiento  periodístico.

En el  nivel  regional, hay sin  embargo  iniciativas que  se interrogan  y buscan  cambiar esa imagen  desfavorable  que  tiene la sociedad sobre  la  administración  de  justicia. Hace unos  días asistí a un encuentro  regional  de jueces de Caldas, organizado por  el Tribunal  Superior  de Manizales y  Conjueces en  ese  tranquilo   pueblo de Pensilvania, a  4  horas  de la capital caldense  por una preciosa carretera ,  que  resalta,  en  esa lejanía, otro mundo  colombiano, muy distinto de  lo que  se vive en  Bogotá.

Volviendo al tema, ¿Qué percepciones mutuas  se dan  en Colombia entre  periodismo y  jueces?    Es la inquietud a la que intenté  responder  ante los  reproches de los jueces,  sin duda  válidos  pero también generalizadores, como  son generalizadores los  del periodismo  en relación  con los jueces.

Foto MTH
Con mucha  frecuencia  en Colombia,  la generalización  impide  desmenuzar  la realidad y se queda  en el  terreno gaseoso de los estereotipos.

 ¿Qué son  esos estereotipos  que  inciden tanto en los imaginarios sociales? 

Walt  Whitman  los definía como  “Imágenes que mediatizan nuestra relación con lo real”.  Y sin duda, la distorsionan, bien sea  favorable desfavorablemente.  

Porque estereotipar  es encerrarse en el mundo propio y excluir al ajeno, lo  que ha sido estimulado por los diversos  contenidos  que se le dan a la palabra paz.  



 Toda  percepción  de la realidad  está  influida por  lo que somos, lo que pensamos y nuestro entorno. Pero, sin  duda, en relación  con las percepciones colectivas o imaginarios,  el estereotipo continuamente  machacado  por los medios de comunicación contribuye  al  prejuicio,  a los malentendidos,  a la discriminación y  a la  exclusión,  que propician la incomunicación social  y la violencia.

En cuanto a la administración de justicia, intenté en  Pensilvania buscar  un  punto de partida  desde  las percepciones  no generalizadoras,  que  podría  ser el inicio de una reflexión, tanto   en  los dos sectores como  en las redes sociales, y en los medios,   sobre qué  nos está  pasando como colombianos. Veamos 



PERCEPCIONES MUTUAS  DE JUECES Y PERIODISTAS


PERIODISTAS sobre Jueces


JUECES sobre Periodistas


FAVORABLES

DESFAVORABLES

FAVORABLES

DESFAVORABLES

Protegen DDHH
Han  hecho avanzar  la sociedad y la justicia
 Lenguaje complejo.  Se han quedado en  la era del papel.

Muestran  lo que se quiere esconder.
Llegan donde  la gente no llega.
  No leen, no estudian,  son brutos
Tutela = rapidez
Sentencias  muy largas
Son independientes
Son muy  “light”

Corren riesgos

Son corruptos

Corren riesgos

Son corruptos

Buscan 

la verdad

 Creen en

 su misión

Buscan 

la verdad

Creen en 

su misión

















* a los espacios  en blanco,  añada sus percepciones


¿A qué se deben  estos estereotipos?  Propuse  algunas  causas:


1- CONFUSIONES.  Existen  diferencias  de arranque entre el lenguaje jurídico y  periodístico. La precisión requerida en lo  jurídico  choca con  la inmediatez requerida  en lo  periodístico. El resultado:  muchas  veces o,  bien el resto de los colombianos  no acostumbrados  a los términos jurídicos se  contentan con  concluir  que  todo lo judicial es  leguleyada;  o  no van más allá  del coloquial  pero  reductor  lenguaje  periodístico, sobre todo  el proporcionado  desde los  medios audiovisuales. 

¿Solución?  Que los jueces le expliquen mejor a los  periodistas  los términos  del proceso,  del procedimiento, de las sentencias. Y que los periodistas, sobre todo audiovisuales,  le gasten  más tiempo a entender el significado de cada palabra de contenido jurídico y sepan traducirlo a  los receptores o usuarios de las redes.

  Eso implica que  ambos sectores  hagan  un  “clic” mental para mejorar la comunicación  no sólo entre ellos sino con los colombianos.

2- RITMOS  DIFERENTES.  Ese  “clic” mental predispondría a una mejor  interactividad entre jueces y periodistas, que  tienen ritmos  diferentes  de aprehender la realidad: unos muy  lentos, otros muy  veloces. ¿Cómo llegar a un equilibrio?

¿Solución? El  “clic” debe ser de parte y parte. Los  jueces deben  acostumbrarse  a la  realidad  de la comunicación contemporánea  y de la oralidad de los procesos. Dejar el lenguaje pomposo  y decimonónico,  escribir  más corto,  evitar  repeticiones y reiteraciones  innecesarias,  que  vuelven kilométricas las sentencias.

 Los  periodistas, a su  turno, deben  acostumbrarse  a ser más  precisos en el lenguaje. Explicarse  lo que  ellos mismos  no entienden y mucho  menos  entenderán  los receptores de  su información.  El cubrimiento de las sentencias no se debe enfocar solamente  en el  fallo  sino  incluir  la argumentación que  lleva  al juez a ese fallo,  sopesando las pruebas.  Porque  como bien lo  indicaba uno de los  abogados  participantes en el panel,  la prueba  judicial  es mucho más exigente  que la periodística por una razón: el  juez juzga,  el periodista  informa. 

3-INVASIÓN DE TERRITORIOS.  Tres  temas de discordia  evidente  entre  periodismo y  judicatura  son  la reserva del  sumario, la presunción de  inocencia  y la  judicialización de la noticia.

¿Solución?  Casos  como  Wikileaks, Snowden  y  Panamá  Papers , así como el desarrollo del llamado “periodismo de datos” muestran que  el derecho a la  información no  necesita  perturbar la administración de justicia  sino que sus  datos  provienen  de otras fuentes. Un juez o un  abogado de las partes que filtra  información  de los procesos  viola la ética profesional, como también lo hace  un periodista que no respeta  la presunción de inocencia o  la  reserva del sumario.


4- LIMITACIÓN DE RECURSOS EN INVESTIGACIÓN. En  muchos países,  tanto  el periodismo  como la judicatura   ejercen  su oficio en  circunstancias desfavorables , duras  y meritorias. En Colombia, La increíble  disminución del presupuesto para la rama  judicial para el 2017 por parte del ministerio de Hacienda  muestra una ceguera comparable a la  de  los empresarios de medios   que,  en los  noticieros,  favorecen  más a  las secciones de farándula  que a la investigación periodística, a los secreticos de rumor  que al lento  trabajo de buscar  y de interpretar.

¿Solución? Que  tanto en periodismo como en la rama judicial  se le dé  más importancia al mérito  profesional;  que  las asociaciones y  sindicatos  promuevan  condiciones más equitativas;   que no se focalice  tanto  en  los caudillismos de las cúpulas.



Frente  a esas  distorsiones en el ejercicio profesional, jueces y periodistas  tienen  mas  puntos en común que  diferencias.  De tiempos inmemoriales, comparten dos metas esenciales: la  búsqueda de la verdad y  la independencia  de los poderes político y económico, ayer, hoy y mañana.