viernes, 5 de julio de 2019

¿Por qué hay que ver "El sendero de la Anaconda?




Porque es una excelente película. Pero, para todos los colombianos o ciudadanos del mundo, además de la impecable fotografía, el guión produce un impacto ético y cultural, más allá de ensalzar nuestras bellezas naturales.

El documental recalca la importancia de buscar en nuestros orígenes el sentido de nuestro porvenir. La importancia de recuperar el tiempo perdido por esa disociación del ser humano con la naturaleza. De cuestionar los atropellos de la supuesta modernidad. De valorar el trabajo de un Martín Von Hildebrand, Nobel alternativo, y de muchos científicos colombianos como él que entienden la biodiversidad, no como algo teórico, sino profundo, trascendente, humano y real.

A mí,  me suscitó dos tremendas reflexiones adicionales:

La primera: cuando se escuchan las alabanzas de ciertos pontífices  que exaltan al Fracking y al Glisofato como antes se exaltaba al caucho y  siempre a la búsqueda de oro, ¿será que los colombianos indiferentes seremos los indígenas de las voracidades que con sus fauces implacables se apropiarán las energías no renovables y despedazarán otros entornos , además del amazónico.

Y la segunda: cuando se ven las hordas de turistas en la Capilla Sixtina y cuando ciudades como Florencia se vuelven una desgracia para sus habitantes, ¿será que proponer al turismo como motor del desarrollo es una estupidez?

En todo caso, una plegaria: ¡Roguemos que el turismo no profane el sendero de la Anaconda!

https://www.youtube.com/watch?v=shDEZdDKGZs


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