La rigidez del enfoque leguleyo (Foto MTH) |
Leído en cartilla o en
mamotreto, el texto del acuerdo
tiene dos características que se observan en mayor o menor grado en todos los puntos, pero
sintomático en el preámbulo : 1- la dificultad
para sintetizar y concretar, y 2-
el reglamentarismo voluptuoso, propio de nuestra herencia del derecho español.
En todo caso, y dadas las oportunidades de todos los colombianos de leer
y decantar sin prejuicios, de lo que se trata ahora es de responder a los miedos
propios y ajenos. De entender la
reconciliación en hechos ciudadanos y
no en discursividades leguleyas. ¿Cómo
hacerlo?
En vez de tanta carreta, me he tomado la libertad de anotar
reflexiones que sugiere un
excelente libro de John
Paul Lederach, que fue para mi un
descubrimiento reciente:
“La imaginación moral, el arte y el alma de la construcción de paz”.[1]
“La imaginación moral, el arte y el alma de la construcción de paz”.[1]
Lo que sigue es una reflexión con base en esos
aportes (las cifras entre paréntesis
indican las páginas).
Experto
mundial en mediación de
conflictos, John Paul Lederach
aporta una mirada diferente, ética y sociológica. Retoma el pensamiento olvidado de Wright Mills, en
el sentido de que lo estructural tiene que ver con los casos humanos.
Y es una mirada inductiva mas que pontificadora, sobre la difícil etapa que se avecina.
Porque más difícil que aplicar los
acuerdos es cambiarle el chip a nuestra mentalidad. Una mentalidad en la que pululan egoísmos,
exclusiones, inequidades, irrespetos,
mezquindades, caudillismos de poca monta, puestos en el foco de los
noticieros de TV, cada vez más
mediocres, cada vez más dedicados a secretos insulsos, al cronograma de la vida social de los acuerdos con presencia del jet set, y por supuesto a peleadera.
Poeta,
Lederach utiliza en su estrategia
de construcción de paz, el kaiku, poema corto, que permite
abarcar la complejidad y la esencia mediante la sencillez, con estrofas
de 5-7-5 sílabas. Comenta :
“Mi impresión es que hemos sobredimensionado
los aspectos técnicos y los contenidos políticos en detrimento del arte de alumbrar y de mantener un proceso relativamente vivo” (146).
Para Lederach, los acuerdos de paz no son “ una línea ascendente y
descendente de la escalada” violenta
(101): “ El ascenso del conflicto se
produce a lo largo de extensos periodos
de tiempo, pero las imágenes de los acuerdos de paz y el
pos acuerdo se visualizan generalmente
en periodos mucho mas cortos” (103),
y para él son “solo son la punta del
iceberg”. Sugiere cambiar las metáforas y las imágenes. “Los
acuerdos son el antiácido: las
plataformas relacionales son más
importantes que las soluciones individuales que generan ( 108)”[2]
Y allí es donde está el meollo:
“plataformas regionales” en las que los funcionarios sean menos escuchados, y las voces reales más presentes. Eso incluye, aunque no nos guste, cooptar a los políticos tradicionales que
han garantizado que nada cambie .
Para Lederach, la imaginación moral se genera : 1- Con
una red de relaciones que deben incluir al enemigo; 2. Eludir
la polarización y reemplazarla por la
curiosidad ; 3- Creer en el acto creativo
; 4. Aceptar del riesgo, lo cual, a mi modo de ver, es
rechazar de plano el miedo que
nos quieren infundir algunos.
El
libro presenta y analiza cuatro casos en
el mundo y concluye que “ no fueron las técnicas ni los
profesionales de la construcción de paz,
ni la presión internacional” sino
lo que llama “la serendípica aparición de la imaginación moral, los que lograron éxito (56). Veamos otros conceptos :
La importancia de las telarañas. “ Si no
tienes a las personas adecuadas en el
lugar y con las conexiones adecuadas, la solución fracasa” (159). Es decir, una estructura estratégica. Por eso es tan aficionado a mirar cómo se construyen las telarañas y a observar los hacedores de redes (que, a mi modo de ver, ya no son las cúpulas políticas sino los sectores sociales).
Ellos son los que concretan lo impredecible en un entorno
(168). ¿Cómo se trasciende?
Descubriendo los espacios
relacionales, comprendiendo las conexiones, y con flexibilidad (172).
No puede descartarse tampoco la importancia
de la construcción de opinión. Pero cuando
se observa lo que estan destacando los
medios audiovisuales (sobre todo la TV), no solo no hay capacidad para relacionar
sino que no buscan trascender la
peleadera inmediata. Van en sentido
contrario. Pero diarios como El
Espectador con su serie Colombia
2020, el Siglo, y en menor
medida, Semana, hacen una concreta
pedagogía de construir pais
sobre otros temas y protagonistas del
posconflicto.
Estímulo a procesos |
Teoría
de la levadura crítica: “unas pocas personas, estratégicamente
conectadas tienen mayor potencial para
estimular el crecimiento social de una
idea o proceso que grandes cantidades
de personas que compartan las mismas
opiniones” (185). En ese sentido, me parece que debería reflexionar esa ola
por el “si” que va formándose por las redes y que corre
el peligro de convertirse en el
“diálogo” de los mismos con las mismas para convencerse de lo mismo.
Serendipia: Esa extraña palabra (explicado el origen en 225) es
para Lederach el don de la
sagacidad accidental: “ las personas con una visión de túnel,
solo ven hacia delante” (233). En
cambio, la sagacidad accidental
permite visiones periféricas en ambientes insospechados.(239)
El pasado se extiende al futuro. El pasado no está
atrás sino que forma parte de
nuestro futuro (259). Eso, a mi modo
de ver es todo lo contrario de lo que hacen no pocos periodistas, o la oposición o el propio
gobierno de lo inmediato,
por ejemplo cuando
Planeación nacional se basa en
encuestas sobre la felicidad para construir políticas sociales.
Sin duda, Uribe Santos nunca
analizan el pasado en función
del futuro . Vuelvo a Lederach :
“¿ Quienes somos? ¿ A qué lugar pertenecemos? ¿Adonde vamos? ¿Cómo caminaremos juntos?… La imaginación moral nos exige desarrollar el arte de vivir en múltiples esferas temporales u espaciales” (280) . Porque “ la reconciliación no es perdonar y olvidar, sino recordar y cambiar “
“¿ Quienes somos? ¿ A qué lugar pertenecemos? ¿Adonde vamos? ¿Cómo caminaremos juntos?… La imaginación moral nos exige desarrollar el arte de vivir en múltiples esferas temporales u espaciales” (280) . Porque “ la reconciliación no es perdonar y olvidar, sino recordar y cambiar “
La enseñanza insospechada del flautista de Hamelin. les
dejo la inquietud de averiguar
cual es. (289)
La vocación y el misterio del riesgo. ¿Por
qué la gente le teme a la paz? – se pregunta Lederach.
Puerta al cielo, pero con serendipia |
Los
caminantes de la voz . Son aquellos que, como lo muestra Lederach
“ no confunden su trabajo o actividades
con quienes son como personas. No confunden tener méritos con el éxito o el reconocimiento con la autoestima. No confunden la crítica con la enemistad. No
confunden la verdad con el poder político o
social. No confunden su trabajo con la
salvación del mundo. No confunden
la culpa con la motivación “ (316)
Pero
el poder de los caminantes de la voz, como los llama, es buscar y encontrar en las comunidades
los verdaderos lideres. “ la
capacidad de incitar la imaginación
moral… escarba en el origen de lo que
posibilita el cambio trascendente: la capacidad de arriesgar” (319)
[1] La imaginación moral,
Signo libros, primera edición por
Semana Libros 2016, con un
montón de © Lederach obviamente,
Sergio Jaramillo para el
prólogo, Semana, la versión ordiginal en Oxford University Press
2005 y la excelente portada.
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