viernes, 6 de junio de 2014

Mi voto será por la reconciliación más que por la paz. ¿Por qué?

El reto : recomponer al país sin odios

  • En los últimos días, la palabra PAZ se  ha manoseadodándole diversos contenidos. Una cosa es la paz de Mockus y otros  profesores ,  de   los sectores progresistas,  del polo no recalcitrante, de los verdes  no  oportunistas,  de los  seguidores  de la actitud de  Clara López , de Iván Cepeda y Aida Abella   de la Marcha  Patriótica,  pero otra es la PAZ de María Fernanda Cabal y el Presidente  Uribe et al, delas FARC y del ELN como proyectos políticos guerreristas.
  •   Parodiando a  madame  Roland  ( que  dijo  “Oh libertad , cuantos crímenes  se cometen en tu nombre” antes de  subir al cadalso)    muchos no admitimos  que en nombre de la paz se justifiquen    regresos  reaccionarios  o que la paz  sea  la piel de oveja con la que se cubren los  oscuros lobos.
  •     No aceptamos que   en aras de supuestos debates democráticos y de ideas  improvisadas como la de Petro en relación con  el  posconflicto,  se afecte la credibilidad  de instituciones  necesarias como las Fuerzas Armadas legítimas, que todo país debe tener.
  •  ¿Por  qué  han estado tan callados en los últimos días  los furibistas  y en particular el  trineroexpresidente? Porque se han dado cuenta  del efecto negativo  que tiene  ese lenguaje de palabras armadas y vituperantes.
  • ¿Por qué  el voto en blanco no   sabe defenderse sino con fotos de “caudillos” como Jorge Robledo y mediante posiciones   radicales  del nada vale?  Porque más allá de las encuestas  (y ese es otro tema)  han sentido que   el  termómetro del país no  denota la necesidad de  inventarse  mundos  abstractos, sino de   actuar en los mundos posibles.


·         ¿Qué quiere decir reconciliación? Es la capacidad de escuchar al otro, de  no pretender  representar la voluntad divina  (¿cómo el Procurador?)  o la verdad  absoluta, sino un clima en el cual el debate sano y  la oposición  puedan ejercerse sin más cortapisas que la decencia en la argumentación,  el respeto al otro, la buena fe, y la aceptación de las diferencias.

·          La reconciliación  de los colombianos  será la única  que permita que los conflictos – y no sólo los  relacionados  con las FARC- se resuelvan de manera  constructiva,  más racional que emocional.

·          En otras palabras es  reemplazar   el slogan favorito de la  era uribista según el cual “Colombia es pasión”. Nos gusta el Delirio  como salsa, no  como posición política.

·         La reconciliación de los  colombianos pasa por la presión ciudadana, por la capacidad  de los colombianos de  rechazar los políticos  corruptos, las mermeladas,  las invitaciones a la violencia, las declaraciones  o volteadas para  satisfacer intereses personalistas,   y   los individualismos.

·          La reconciliación implica  la capacidad de  trabajar en equipo  y de  avanzar colectiva  y no  grupal o  individualmente en un clima  de no repetición de un pasado que nos agobia. 


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