En Colombia, la pandemia llevó a que los medios llamados escritos perdieran impulso, aunque, por fortuna, alguna gente volvió a leer libros. La oralidad - de la radio sobre todo- recuperó algo del tiempo perdido; y lo audiovisual de notas cortas, entrevistas en 1:30 y otras restricciones impuestas por la velocidad, tomó un inusitado impulso.
Llevó también a que los grupos oligopólicos, en depresiva situación, sin saber cómo ni cuando, empezaran a entender lo inevitable: sus inversiones en los medios, que al principio creían muy buen negocio, no fueran rentables, por varias razones que serán tema de otras reflexiones.
Ni Sarmiento Angulo, Santo Domingo, Ardila Lulle y su discreta vicepresidenta de medios Claudia Gurisati pero tampoco los fondos de pensiones o los capitales golondrina extranjeros lograron convertirse en productores de un producto favorable para ellos. Ni siquiera como venta, desde luego, o para atraer a la todopoderosa publicidad,. Y menos todavía como influenciadores de lo que la opinión pensara de ellos y de sus ventajas concentradoras. Las puertas se abrieron de par en par , y no solo a las llamadas redes sociales, atacadas como pésimas por los concentradores creyendo que así las podrían desprestigiar , sino también abiertas a lo que se esá haciendo en el mundo,. Espléndidas revistas como The Economist, programas de análisis en televisiones públicas, mostraron que el mundo real no es tan escueto como los estereotipos de nuestras provincianas miradas . Un ejemplo : que las Tv rusas son pésimas y no aportan cierto equilibrio a las gringas.
Eso sí, en Colombia, algunos se pusieron las pilas mediáticas. Ejemplo: Caracol y -tardíamente- RCN . En todo caso, la noticia virtual y lo inmediato diluyeron la posibilidad oligopólica de actuar sobre el poder mediante la presión mediática sobre lo político, lo económico, o como se quiera llamar. Todo menos “cuarto poder” que ya no es ni será.
Eso sí, les tocó buscar nuevos caminos, a veces tradicionales como Odebrecht para lograr influir sobre el poder y seguir estimulando la desigualdad, pero no son el tema de esta reflexión.
Pero además, los medios no van al ritmo - y lo escribo con toda tranquilidad desde mis 75 años y mi trayectoria en análisis – que las nuevas generaciones. Estas son mas audiovisuales que lectoras lineales , lo que representa un reto para los contenidos. Sin mencionar la fragmentación de audiencias con sus nichos cada vez más pequeños.
Como todo va y viene en este mundo, tomaron en Colombia un auge imprevisible las nuevas maneras de comunicarse virtualmente .Por ejemplo, abundancia de foros virtuales de la cintura para arriba (superficiales, hondos, light, insulsos, educadores, humorísticos, inteligentes, bobalicones o impactantes ). En todo caso, obedecen a la necesidad que tienen de expresarse los antes llamados "receptores" ( que hoy ya no quieren ser meros receptores), intelectuales ( que ya no quieren ser meros académicos y descubren el encanto del periodismo), funcionarios públicos ( que ya no quieren que se les interrogue sino que, como siempre, dicen lo que quieren decir ). Todo eso, por supuesto, ha debilitado al periodismo.
En general, las redes sociales - es decir, las gentes en las redes sociales- descubrieron con los mensajes memes y demás bichos, que podían que existir de otra manera mediática. Que podían pensar más en si mismos que como creadores de algo. Por cierto, ya ni siquiera pensar en quien los leerá, sino cómo impactan.
Se rompieron las talanqueras del periodismo en su sentido temporal y espacial, lo que al parecer no han entendido ni las agremiaciones tradicionales del periodismo ni la “escuelas” de comunicación social. Pero ese es otro tema en este nueve de Febrero que recuerda a un insoportable pero insistente lagarto, Don Manuel del Socorro Rodríguez. Sin duda, mas valdría recordar mejor a don Antonio Nariño, su desdichada trayectoria y su obsesión por defender la libertad de expresión.
Comparto totalmente la definición de comunicadores profesionales que merece reemplazar al desueto "periodismo" y que plantea el profesor Juan Carlos Garzón :: "feliz día ... a los profesionales que practican la comunicación para la dignidad humana; el pluralismo social, cultural y político; el contrapoder crítico para el Leviatán y el mercado, y la circulación responsable de contrastadas verdades incómodas"
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En la Colombia multifacética de las redes sociales, la necesidad de herir o de admirar suele confundirse con el análisis. Los nichos se alimentan mucho de “Me gusta” pulgar arriba y pulgar abajo “no me gusta”, que atrofia la capacidad de análisis , sobre todo el político y sobre todo en vísperas electorales.
El reto evidente de una re-vista como Cambio o Semana no es Like o no Like sino por qué me gusta lo que me gusta y por qué no me gusta lo que no me gusta. Se trata entonces de combatir la voracidad emocional para interpretar lo que nos sucede.
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Pero vamos al grano …
La revista Cambio resucitó de su vida entre dos siglos (1998-2010) con el peso histórico ( palabra de moda) de haber sido impulsada por nuestro Nobel, con un equipo de lujo que le gastaba tiempo y energías a la investigación. Ahora, con bombo y platillos, ( esto no es una crítica) nace totalmente digital https://es.wikipedia.org/wiki/Cambio_(revista) , Con la presidencia de Daniel Coronell, la dirección de Fernando Gómez Lara, pensada en digital, lo cual es una ventaja indudable, siempre y cuando se pierdan los rezagos mentales del papel y perduren las ventajas de no pegarse de una a la velocidad.
La diagramación del nuevo Cambio es impecable pero tradicional, como las caricaturas. Y no escasea el yoismo, como el de Carolina Sanín en su “columna”, o espacio virtual al que le falta todavía mucha técnica, pero cuyo contenido siempre resulta interesante, sobre todo cuando habla de lo medieval. Aunque como ella bien lo sabe, una cosa es el yoismo literario a la Montaigne, y otra el de una columna-pedestal.
Ahora renace también Cambio con el impulso decisivo de Patricia Lara. (Ambas hicimos nuestros primeros pinitos en Nueva Frontera bajo la dirección del doctor Carlos Lleras, por supuesto y de Luis Carlos Galán, ella en la difícil tarea de gerencia. y la suscrita como jefe de redacción y luego como asistente del director. Siempre sentí su talante y vocación de periodista, que se ha demostrado tanto en El Espectador como en la propia revista Cambio. Faltará ver si el hijo sigue la misma ruta en este país de delfinazgos).
(Patricia y yo seguimos rutas diferentes. Para mi trabajar con Orlando Fals Borda en la segunda etapa de la revista Alternativa fue una experiencia corta pero inolvidable, lo mismo que mis saltos a la academia, por la que siempre he estado atraída, tanto como por el periodismo, y, una vez abandonado éste, por el análisis de medios, que incluye un lado ético, uno económico, y otro, las interacciones de los poderes en la sociedad, desde la ciencia política. Sin duda Patricia Lara comparte la necesidad de permanencia a través de los libros).
Ese contexto, entre paréntesis para explicar desde donde analizo, con qué prejuicios, y por qué considero que es bienvenida la llegada de Cambio para poner un aire de pluralismo en el espacio cibernáutico originado en Colombia, que se iba quedando con una sola Semana al estilo Vicky.
Por cierto, como si fuera el primer día de la creación ( de Vicky) la gente olvida la trayectoria inicialmente no virtual de una directora de mucha madera como Cecilia Orozco (Noticias Uno); o de una regional como Luz María Sierra ( el Colombiano), paisa que despegó de Blu Radio desde Bogotá a Medellín; la muy ducha Erika Fontalvo ( directora de El Heraldo). En el campo cultural, desde Armenia, también brilla con una diagramación novedosa y artística, la pequeña pero bella revista virtual Letras Liberadas, dirigida por Samaria Marquez . Eso demuestra, a mi modo de ver positivamente, que a ellas no se les podrá ya evaluar por ser mujeres como si sucede en los ministerios, sino por su competencia en dirigir un medio.
CAMBIO DE RUMBO POR EL "SALTO"?
Sin duda, el salto digital marca un definitivo cambio de rumbo del periodismo que, como lo he repetido tantas veces, no debería llamarse así en la era digital puesto que la palabra periódico ( que viene de periodo) no se adapta a las velocidades digitales. Tampoco libertad de “prensa” que era una máquina para imprimir. Tampoco “columna” los artículos ; y los “columnistas” como personas en un pedestal, menos aún.
Por cierto, en ese mar inmenso cibernáutico, han surgido en Colombia con menos ruido de aplausos por parte de sus colegas pero mucha profundidad, medios de contenido como Primera Página, especializada análisis económico, materia que le da pereza al periodismo tradicional mas allá de los datos y los cuadros. (¿será cierto que la compró Gilinski?).
En todo caso, surgen medios digitales de investigación como La Vorágine que asume también un papel educativo, o plataformas pioneras que extienden desde hace rato sus ramas en temas específicos como La Silla Vacía y La Otra Orilla, por cierto muchas impulsadas por mujeres. Sea dicho de paso, ya no necesitan ley de cuotas sino esforzarse en ese mar perturbador de lo cibernaútico.
Ese nuevo mundo digital se caracteriza por multitud de sitios que surgen cada día, por la insaciable vocación periodística o intelectual de expresar, investigar, denunciar, mostrar, explicar el mundo, que distingue a la especie humana de las demás. Esa vocación no depende del vehículo sino, como lo he dicho tantas veces, de las ganas a las cuales le agrego ahora, por supuesto, de la técnica. Reemplaza la pluma y el papel, que podían guardarse en el bolsillo o al menos en el escritorio. (Un ejemplo de apertura al mundo digital y exterior es la volcánica y sulfurosa María Jimena Duzán, que cubrirá elecciones para al País de España.)
Pero volviendo a la técnica y al contenido, ahora -me dirán- también se puede cargar en el bolsillo el celular, como se cargaba la pluma. Hay una diferencia: el celular carga también la inmediatez. El problema: a veces los jóvenes ( y lo dice una abuela celosa por la rapidez de sus nietos) se pueden quedar en la mera técnica y la velocidad, sin ganas o ánimo para el contenido.
Conclusión a eso de las ganas: la cantidad de seguidores va mucho más allá de los mal llamados influencers. Muestra que el nuevo mundo digital es menos malo que definido por quienes no lo comprenden y menos bueno como lo creen quienes consideran que todo tiempo actual es mejor que el pasado.
Y allí precisamente está el nuevo gran reto de la revista Cambio, impensable en la época del primer Cambio, como ha sucedido con la apresurada revista Semana, en manos de la “espectacular” directora y desde luego, del Grupo Gilinski.
Ventaja es el excelente Daniel Coronell, Presidente de la Junta, a pesar de que arrastre el pésimo nombre que le pusieron a Los Danieles como si fuera una marca exclusiva y no un propósito.
El primer riesgo, por ahora, a mi modo de ver, es que Cambio se quede obsesivamente con el mero punto de comparación con la revista Semana y otros medios de la "rosca" sin demostrar su personalidad mediática.
SECCION PREGUNTAS SOBRE CAMBIO
¿Marcarán el sesudo affair de la Merlano, o detalles como las groserías de la Cabal un sello diferenciador del estilo de la Nueva Cambio?
¿Se obsesionará Cambio con la “competencia" de un esquema cultural de polarización a la colombiana?
¿El tema de fondo será detallar la corrupción en concreto para lograr cambio de mentalidad política de los colombianos? ¿O simplemente se contentará con producir impacto sobre temas trajinados, como la corrupción en general y no los concretos que obliguen a los jueces a actuar?
¿Serán las filtraciones el principal alimento investigativo o se darán temáticas como las de Caracol? ( eutanasia etc.) y de otros medios que empiezan a estimular a las antes medio abandonadas unidades investigativas ?
ESPERE LA PROXIMA SEMANA
El reto de la velocidad en la comunicación interactiva
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El pluralismo digital...
https://voragine.co/cuarto-taller-voragine-periodismo-contracorrient
https://www.revistaletrasliberadas.co/
PERO, OJO :
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