Nota :
Que el 2022 sea oportunidad para otro estilo, como dicen los diseñadores y un nuevo "look" como dicen los fans- para mezclar, de cuando en cuando, la realidad con la ficción, como lo hacen con mucha propiedad Doñas Tola y Maruja.
El asterisco* indica la referencia al final del artículo.
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Tal vez podemos empezar por el principio. ¿Como se evalúan los atributos de una mujer? Durante muchos siglos y en muchas culturas, los atributos se atribuían – y perdonen la redundancia- según se fuera hombre o mujer.
Si era hombre, debía tener ciertos atributos, como el “innato” gusto por el poder y – claro-, esa hombría que por cierto ha tenido cierta tendencia a diluirse, como se verá más adelante en mi estilo 2022.
Si era mujer, el mayor atributo era el de la maternidad. Eso facilitaba, para el hombre, nada menos que imponerse sobre los demás, y en el otro caso, el de las mujeres, suponía no estar autorizada para opinar sobre ciertos temas considerados impropios, como la política y los negocios.
Existen, eso sí, destellos fugaces, mujeres inolvidables que constituyen una fuerza impulsadora de su hombre, como es el caso de la atrevida e incomparable Manuela Sáenz, libertadora del Libertador*. Como excelente jineta, supo situarse por encima de la percepción que entonces se tenía de las mujeres, y afrontar el inmarcesible reto. O el de la andariega Alienor de Aquitania, reina consorte de Francia y luego de Inglaterra que además de una vida llena de aventuras, cabalgaduras, trovadores y dos cruzadas tuvo la proeza, para esa época, de vivir 82 años.
Pero, en términos generales, hasta hace poco y más en Latinoamérica, cada quien debía estar en su respectivo lugar.
Como no soy feminista, (y me refiero a no ser esclava del feminismo` político ), observo que el papel de la mujer ha cambiado, pero no estoy muy segura si totalmente o para bien del machismo disfrazado. Por eso me pregunto si ganar tanto no significa también perder otro tanto.
En términos de mi querido Montaigne, que es mi luz y mi faro pero no mucho en estas materias, (como es lógico por la época en que vivió,) el resultado es tajante : las mujeres de su época no servían para mucho más que para callarse, no estorbar, coger - como dicen los españoles - y ser madres, suegras o abuelas. Pero le perdono a Montaigne por ser él quien es.
Como lo recalca Madeleine Valette-Fondo * Montaigne, por temperamento, mezcla en sus ensayos lo bueno de lo masculino y lo bueno de lo femenino: el estilo de la lengua francesa - “graciosa, delicada, abundante” , revitalizada por su gascón natal “bello, seco suscinto y significante” más el “apretado y musculoso” latín de Séneca .
En todo caso, así como en el siglo XX Robert Musil (1880-1942 ) * se amparó en el hombre sin atributos para analizar lo que quería analizar, también quiero recalcar que , en el rasero actual, mis atributos no existen. No tengo poder más que el de mi palabra. No puedo convencer a la humanidad de que a mis 75 vivo desenfrenadamente, que supero a todo el mundo ciberneuta en likes y obviamente, tampoco que soy atractivísima, a pesar de cuanta crema me echo para quitarme arrugas como lo prometen todas ( las cremas ) y como lo creemos todas ( las mujeres que usamos cremas). Tengo apenas la apariencia de una mujer que, o bien se estiró la piel, o bien usa crema para estirarse la piel, como sentencian en sus publicidades las cremas rivales.
En todo caso, me complace tener ciertos atributos que no sé si son femeninos y masculinos, pero pueden serlo, como la contundencia el método, la ironía, la pasión por la lectura, el atrevimiento, el análisis crítico. Y no lo sé ( si son femeninos o masculinos) porque no se valoran mucho en Colombia.
El hecho de que mis atributos no existan para los demás lo puedo demostrar de muchas maneras y con muchas razones, principalmente, a mi modo de ver, una en especial : soy cónyuge feliz y contenta, desde hace 52 años, de un hombre famoso. Desde luego, eso de feliz y contenta es para no caer en los desapacibles detalles, porque entonces mis lectores y lectoras decidirían abandonarme de inmediato, pues el único atributo existente en mí es no competir por ser “in”.
Aclaro también que la envidia y los celos han sido solo una parte de mi proceso de exclusión, separación, diferenciación, descarte, rechazo, desprecio, repudio, omisión , destierro social y, en todo caso, mi existencia frágil e ignorada de mujer sin atributos.
Pero el tema no es de mis atributos – que no existen- sino el de un ambiente en que hombres y mujeres parecen no notar lo que se aproxima como cuando Musil advertía que se aproximaba un cataclismo entre las potencias europeas.
Hoy no solo se avecina un cataclismo en Europa, entre Rusia y la CEE por la cereza del ponqué (es decir Ukrania) sino en la distante Colombia, convertida en el primer productor mundial de candidatos.
MUJERES POSIBLES
Volviendo al terruño, lo que si resulta evidente, en estas vísperas electorales: la mujer en la `política no cabe sino cuando ha sido mártir, cuando es lesbiana, cuando pertenece a minorías sin posibilidades, cuando es ministra sin pedigree, cuando tiene buenas relaciones políticas, cuando es representativa de una minoría, cuando no se atreve a decirle al poder donde trabaja sus verdades, cuando solo fue nombrada de afán para cumplir la ley de cuotas, cuando es vice presidenta en la sombra de sus viajes. Y súmele usted, por favor.
En fin de cuentas, casi siempre se les resalta lo de mujer, como no sucede con los hombres. ¿Se imagina Ud. que los periodistas dijeran o subentendieran “El hombre presidente Duque“ , cada vez que busca que lo registren mediáticamente? ¿No ha notado que muchos camarógrafos latinoamericanos cuando se habla de mujeres enfocan especialmente los traseros y las piernas en vez de tapar la cara? Sea dicho de paso, eso me produce la misma sensación que cuando la nota es sobre Coronavirus: se obstinan en mostrarnos el moment exacto en que se clava la aguja en el antebrazo
A la fecha, y a pesar de que tanto se menciona al feminismo, con muy pocas excepciones, muestran sus ganas las mujeres que si podrían significar un cambio, pero lastimosamente no significan un cambio. Solo les falta el clic mental que las haga posibles.
En política, todo empieza, claro está por el Congreso. Y da cierta rabiecita cuando se recalca que ellas ya van avanzando poco a poco, como si estuvieran en kínder y no fueran capaces de dar el brinco.
Según el diario El Siglo, se inscribieron para las parlamentarias 1100 mujeres frente a 1704 hombres y eso más que todo por la ley de cuotas . Cuando escucho que una de ellas es la metapolítica Regina Betancur de Liska , ( si mis cálculos son exactos , mas o menos tiene mi edad) pienso que, sin duda, todavía queda mucho camino no recorrido.
El ejemplo de Ingrid Betancur es también significativo. Seis años de cautiverio fueron un verdadero y poco envidiable suplicio que merece todo mi respeto. De no ser por ello, me detendría un poco en analizar su caso. Solo comento por ahora que, sin duda, eso no es suficiente para aspirar a la presidencia. Como no lo es tampoco aterrizar y esperar que todos – hombres y mujeres, la estábamos esperando. La historia del olvido colombiano es mucho más compleja. como se lo recordó sutilmente Francia Márquez.
¿ Será que lo que nos sucede no es cuestión de género? ¿será que en las actuales afugias una candidata creíble debería tener esa mezcla en que la feminidad se combina con la masculinidad en la manera de ver el mundo nuestro?
El mejor ejemplo de que ello es posible es el de Angela Merkel, que logró instalarse en el mundo de lo político por una razón que no se suele mencionar. Ella es la mezcla perfecta de unas circunstancias y de una larga paciencia, además de haberse criado en la Alemania Oriental y haber ejercido el poder político en Alemania Federal con una mentalidad de física* Eso hizo posible que lograra finalmente ser lo que fue. Me temo que este no es el caso ni de la actual vice presidenta, ni de Ingrid Betancur, con sus respectivos atributos.
Por lo pronto, en Colombia empieza el espectáculo de los debates en los que salen a relucir atributos comunes, como el “yoismo” y poco aparecen atributos definitorios como la solidaridad y pensar en lo colectivo a pesar de declararse “unidos” y ser el símbolo de la Esperanza.
Y los medios, recalcando las pataletas de los ex-presidentes...
Y mientras tanto, los asesinatos y las muertes violentas como si no existieran más allá de enumerarlas...
¡Pobre país!
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RECOMENDADOS:
El gran escritor Javier Cercas, en su último artículo en el Diario El País de España no cree en lo que acabo de opinar . Con evidente desbalance, ansía lo “maternal” y se muestra hastiado por la peleadera machista entre hombres políticos como si se tratara de quien lo tiene mas largo:al poder
“Como recuerda Camille Paglia, no hay ningún Mozart mujer, pero tampoco ningún Jack el Destripador” | Columna de Javier Cercas
PERO, COMO LE REVIRA UNO DE SUS LECTORES, EL TEMA ES MÁS DE CAPACIDAD QUE DE OTRA COSA.
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*MANUELA SÁENZ, la Libertadora del Libertador. Alfonso Rumazo Gonzalez, ediciones Mundial Bogotá, tercera edición* ROBERT MUSIL
* Le fourgon et la pelle. Discours sur les femmes et discours du feminin dans les essais de Montaigne http://www.sens-public.org/IMG/pdf/SensPublic_MValette-Fondo_Le_fourgon_et_la_pelle.pdf
* https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Musil,
*ANGELA MERKEL, la física del poder, Intermedio Editores SAS, Bogotá, 2019
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