miércoles, 16 de agosto de 2023

¿SABE UD. CUAL ES NUESTRA IDENTIDAD COMO BOGOTANOS?


foto MTH desde TV

Estos días de celebraciones patrias  (20 de julio, 6 de agosto, 7 de agosto) me han llevado a preguntarme,  una y otra   vez,   cual es mi identidad  como bogotana, como creo puede sucederle a no pocos capitalinos.

Claro -me dirán-  lo mismo sucede con  todas las  capitales de  todos los países y sus oriundos, pero eso no es tan cierto, como tampoco lo son las generalizaciones.  Los romanos  son muy  distintos  de los  milaneses o  napolitanos. París no es el símbolo de Francia  y la Torre  Eiffel sí  lo es de París,  pero  no de Francia, como por ejemplo, lo son los quesos y la champaña. Washington es la capital de Estados Unidos y no  Nueva York, la ciudad para muchos estrella de lo moderno “ where the action is”.  Dicho de otro modo, la identidad de las  capitales  está  compuesta   por muchos  factores, a diferencia de lo que puedan  creer algunos de sus ciudadanos.

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BOGOTÁ,  (¿A SECAS?)

Bogotá se ha llamado  de muchas maneras. Para Muiscas y Chibchas era  Bacatá, pero la búsqueda de olvido criollo o la  nostalgia española,  en la colonia a veces  la llamó  Santafé  a secas , a veces Santafé  de  Bogotá,  a veces   Villa de Santiago  de Bogotá,  o Bogotá  a secas, como sucede ahora desde el año 2000.  Muy poco se le dice Distrito Capital ni, como algún decreto llamó a   su antecesora administrativa,  el Distrito Especial. Pero ese “a secas”  de hoy  no se refiere al nombre chibcha- Muisca sino a cierta   irritación que a algunos le   produce:   “es que Bogotá está imposible  … qué hace  ese    HP alcalde … y  los huecos  huecos… “ etc.  etc.

Pareciera entonces  a veces como si  la entonación  incluyera suspiro de  queja, o en todo caso, muy poco de  alabanza. Uno que otro  alcalde  ha  tratado que sus ciudadanos amáramos  mas  a  Bogotá “ I love… 💗“  con pocos resultados más allá del corazón como publicidad   y de los stickers . 

 La realidad   oronda  es que   a  Bogotá muy pocos oriundos  la quieren, sobre todo,  supongo, en los estratos mas  altos 4-5-6. Los 1, 2 y 3  no tienen tiempo siquiera para preguntarse si  están contentos de vivir en ella.

 Pero, al grano.  La  pregunta sobre nuestra identidad bogotana se me  hizo  cada vez más insistente  con ocasión de una visita a  Medellín  y a Santafé  de Antioquia, no por la feria  de las  flores sino por otras actividades,  y  por   haber  visto  de casualidad, por TeleAntioquia,   el  12 de  agosto la retransmisión, en Medellín, de una ceremonia   muy  peculiar :  la entrega  del escudo de Antioquia  en la categoría Oro.

 Recalco : Medellín no es Antioquia,  pero irradia  a todo el departamento y se propone irradiar colectivamente a todo el  país  como colectividad. Recalco tambien :  hay una diferencia entre  entregar medallas (mas  individuales)  y  escudos (de simbología   con mayor fortaleza)

 Fortalecer  la antioqueñidad  es  positivo,  claro,  aunque  puede llegar a unos niveles que   a veces bordean la agresividad verbal. ¿Cómo le parece Medellín?  Es la pregunta frecuente  de los taxistas al detectar un acento  rolo  y vaya  Ud .a insinuar que  algunas cosas podrían no gustarle.  En cuando a Bogotá,   esa  pregunta  no la  haría un taxista  rolo porque no se le ocurre preguntar o espera un rosario de quejas. Pero hay  otro aspecto que explica la  diferencia. Vuelvo a afirmar: Medellín no es Antioquia aunque la  capital paisa irradia  a todo el departamento y se propone irradiar a todo el  país  como colectividad. 

¿Cómo lo logra?  Mediante el trabajo práctico y no  carreta. Ciertamente ahora, además, la explicación no es  racista  pues la mezcla  racial del  desarrollo antioqueño   es hoy mucho mas  notoria ( por fortuna) de lo que pudo haber  sido en  alguna época.  Mirando por TV Antioquia  el ceremonial de la entrega  de los escudos ( ojo : escudos y no medallas)   de oro , encontré dos razones :  1- el sentido de lo colectivo  y 2-  la reafirmación de su identidad. 

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EL HACER Y NO LA  CARRETA

Medellín es Antioquia, y no podría  ser de otra manera, lo que por supuesto  no sucede con  Cundinamarca. 

En Medellín-Antioquia,  el sentido de lo colectivo es vigoroso: lo público se  asocia a lo privado  de manera constante y repetitiva. Eso quiere decir que lo  colectivo trasciende lo político.  No  alcancé a detectar  si el  alcalde estaba  en la   ceremonia, pero  en todo  caso  no   hacía  falta porque no era el personaje  principal. El  discreto gobernador cuya familia sufrió  los pesares de la violencia no pretendió ser   vitrina  porque  el  tema de fondo era  institucional. Es decir, no    quién trabajó por el bien  común sino qué institución  trabajó  por el  bien común .

 CESDE, formadora  de  técnicos  con el propósito de alcanzar menor desigualdad, para que  la gente   suba  gracias a la educación, una prioridad  de  gran peso en  el  ADN de la ciudad.  Es  parte  de Confama  y reafirma la  responsabilidad empresarial como un  proyecto de desarrollo y no como la obra personal  de un cacao ;   la Organización Santa Lucía  (oftalmología y pionera en optometría) que irradia a otras ciudades del país,  el Jardín Botánico de Medellín, con alianzas público-privadas “todos tenemos algo que decir  para conservar  todo”; l,a  emisora  cultural de la Universidad de Antioquia con sus ocho estaciones regionales; y la Facultad  de Minas  de la Universidad  de Antioquia sede  Medellín que cumplió   136  años  de una “ingeniería para la vida “   como  bien la describió  el vicerrector de la  Nacional Sede  Medellín. Todas,   instituciones ganadoras del Escudo de Oro, pero  no a título personal  sino como instituciones. 


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NO SÓLO EL “QUÉ"  SINO EL " CÓMO"

 El  título de la   antes llamada  Escuela de Artes y Oficios realza bien la segunda característica de la “medellinenialidad” :  siempre  la mezcla de lo teórico y  lo práctico. El  metro  de Medellín  es otra realidad  que, comparada con  el proyecto  de metro bogotano...


Con cierta nostalgia me pregunto: ¿Cuáles  son  nuestras  instituciones   bogotanas que irradian a las regiones?  ¿La despedidora  y lánguida  biblioteca Nacional? Quizás   la  Cinemateca Distrital, pero…. ¿ La Universidad  Nacional,  la primera  entre las   colombianas  citadas en el mundo? Sin duda la mejor del país,   pero  que irradia, mas que todo  a través de sus sedes regionales. 

 En  Bogotá ,    las  escuelas  y facultades de derecho, ( porque   Bogotá es la ciudad de los abogados)  siguen bastante  encerradas en sí mismas. En Medellín y Antioquia los ingenieros tienen la voz callada pero   cantante de los méritos  concretos y palpables.  Quizás, en Bogotá  eso  incide en la necesidad de  argumentarlo todo, pero  desde el  punto de vista teórico, resulta  como una especie de maldición que  cae  sobre la ciudad.  Que  yo sepa,  muy pocas  capitales del mundo   tienen esa  obsesión por lo leguleyo.

 ¿ Incide  la segregación entre Norte y Sur de la ciudad  capital colombiana,  un tema cultural que poco le interesa  a los alcaldes?   ¿Inciden  las  peleas leguleyas entre la  capital y sus regiones  aledañas , o entre  Claudia Lopez y  Petro,  o entre los alcaldes y sus predecesores,  estimuladas por los medios oligopólicos de impacto más cercano?  O afecta a lo bogotano la triste decadencia de la  Radio  de la Universidad  Nacional, encerrada en si misma  y  con muy poca  proyección regional  en Cundinamarca?

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Ojalá que  alguien me  contra-replicara.  Que  Bogotá  es  a  Cundinamarca  lo que   Medellín a Antioquia, por ejemplo.  O que, como Bogotá es Capital de la República  no es como Cartagena de Indias ( y sin embargo,  con una  larga trayectoria  histórica  similar,   a Cartagena no se la traga   Barranquilla, como a Bogotá se la traga todo el país, ni siquiera chupando su  sangre  sino por inercia propia  ). O que Museo del Oro  no hay como el de  Bogotá  y  todos los bogotanos lo  conocen, o que el problema real está en  el péndulo de  creernos  el ombligo colombiano  o subvalorar la importancia  de  nuestra ciudad. ¿Será que no hay estímulo de identidad  para ser  nosotros  mismos?

En todo caso, los bogotanos ahora  tampoco le podemos  echar la culpa a nuestras   montañas o a la migración desde las regiones cuando no pocos oriundos descubren  que empiezan a querer  salir y  echar raíces en otra parte.  

Que se  recuerde, salvo Mockus,   ninguno de  los alcaldes ha tratado de reforzar nuestra identidad con medidas tan concretas y perdurables  como las que hacen de Medellín la  meca de la  antioqueñidad.

¿No será  más bien que  el  problema es cultural, de  los  bogotanos y sus instituciones, de  no saber identificarnos  como  parte  de  la ciudad  sino  de equipararla a sus miedos, sus trancones,   su desesperanza y  su falta de visión  hacia  el futuro? 








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