Dejar la maleza de peleaderas y odios... |
La nostalgia del poder presidencial lleva a no pocos “ex” a intervenir de manera inconveniente en las administraciones posteriores.
En la historia reciente, ese error de estorbar lo han cometido los ex Presidentes Uribe, Gaviria, Samper y Pastrana. En cambio, no lo cometieron, ni por la interpuesta persona de proponer a sus delfines, los presidentes Betancur, López Michelsen o Carlos Lleras Restrepo
¿Qué pasará con Juan Manuel Santos?
No creo que se catalogue
en el campo de los “metidos” ,
como ya lo demuestra su poco interés
ante la disolución del partido de la U. ¿Se
le aplicará la frase “Después de mí, que venga el diluvio” de Luis XIV? (1)
Si se tratara de resumir en pocas palabras sus aciertos y errores,
a mi modo de ver serían estos:
Tolerancia: el talante de Santos es sin duda de un
demócrata, respetuoso de los seres humanos
cualesquieran que sean su condición y sus
ideas. Como toda virtud encierra algo de su contraria, la falta de contundencia y el
deseo de complacer a todo el mundo lo llevaron a
creer demasiado en el poder de la
mermelada así como instalarse en ciertas indefiniciones
que afectaron su siguiente cualidad.
Grandeza: Para embarcarse en un proyecto de tal magnitud con lo fueron los acuerdos con las FARC se
necesitaba sin duda madera de hombre de Estado capaz de mirar hacia la trascendencia histórica de
su mandato. Su “alcurnia” -para llamarla
de alguna manera-, le facilitó
sin duda dejar a un lado las pequeñeces y apuntársele al Nobel. Pero
no le impidió contagiarse del síndrome
del “ caudillo”, que cree
mas en su destino personal que
en el colectivo.
El lado pequeño : rodearse de personas como el ministro Cárdenas al que todo le parecía bien y que, como en otras ocasiones con Dragacol, no tuvo nada que ver en ésta con las distorsiones de los “cupos indicativos”; encerrarse en una rosca palaciega y celosa, por encima de sus Ministros; nombrar inexpertos como la Ministra de educación, blandos como el de medio ambiente, o fuera de órbita desde su escritorio, como el ineficaz gerente de la implementación de los acuerdos en las zonas de reserva; dar bandazos de impulso y frenadas, que contribuyeron a que se dilataran en los meses cruciales las que se volvieron cada vez más promesas de papel.
El lado pequeño : rodearse de personas como el ministro Cárdenas al que todo le parecía bien y que, como en otras ocasiones con Dragacol, no tuvo nada que ver en ésta con las distorsiones de los “cupos indicativos”; encerrarse en una rosca palaciega y celosa, por encima de sus Ministros; nombrar inexpertos como la Ministra de educación, blandos como el de medio ambiente, o fuera de órbita desde su escritorio, como el ineficaz gerente de la implementación de los acuerdos en las zonas de reserva; dar bandazos de impulso y frenadas, que contribuyeron a que se dilataran en los meses cruciales las que se volvieron cada vez más promesas de papel.
Tenacidad en el riesgo: hay quienes dicen que el Presidente
Santos es un apostador. Le apostó sin duda a romper con lo que pregonaba su antecesor en el cargo, el
Presidente Uribe Vélez .
Resulta evidente su capacidad de arriesgarse en un país en que
la mentalidad pública se
nutre más de mezquindades, zancadillas,
chismes, deseo de que los
funcionarios no acierten. La coletilla
fue su poco interés por el detalle de
la ejecución, el descuido en hacer equipos de seguimiento minucioso en la práctica a lo propuesto. La creencia
de que son más importantes la
imagen y las encuestas que el resultado
terminó por devolverse en su
contra. Como se
devuelve contra la paz teórica, tantas veces pregonada, ante el monstruoso y desenfrenado asesinato de líderes sociales , que poco lo estremeció, al menos en sus declaraciones públicas. Y ni el gobierno ni los medios se han ocupado a fondo de la realidad del microtráfico en Colombia, mucho más grave que la expansión de los cultivos de coca que tanto preocupan a Trump.
Sin
duda, la historia será más benévola
con el Presidente Juan Manuel Santos
de lo que lo es ahora. Sus
implacables contradictores no impedirán
que se le recuerde por el
proceso de paz con las FARC, ahora
irreversible. No pudieron los vientos,
mareas y
esfuerzos Palomísticos, Joséobdulianos, Rangelianos y, por
supuesto, Uribistas, por
hundirlo.
Pero
siguen siendo ciertas las
palabras con las que
el Papa Francisco describía nuestra nación como “original”, y que le
llamó fuertemente la atención: “ no ha sido nunca una meta
completamente realizada, ni un destino totalmente acabado, ni un tesoro
totalmente poseído”.
… Y ERRORES Y ACIERTOS QUE PODRÍA
TENER EL ARRANQUE
DEL PRESIDENTE DUQUE.
Conciliación vs Intolerancia. El
Presidente Duque parece tener personalidad de conciliador, al menos en teoría. Por eso mismo, no puede olvidar que sus votos no solo provinieron del fundamentalismo
uribista, sino que alguna parte de los
electores de centro - fajardistas y delacallistas-
votaron por él por miedo, y como mal
menor en la segunda vuelta.
Por
eso mismo, el mayor desacierto del Presidente Duque sería
escuchar los cantos de sirena de
quienes disfrazan su intolerancia y
su reticencia por cualquier cambio con
palabras grandilocuentes como familia,
tradición, propiedad, religión o patria.
Cambio de mentalidad (obra y foto MTH) |
Y su mayor debilidad podría ser tratar de conciliar los variopintos apertrechados en su partido o en una dudosa coalición, olvidándose en esa tarea de la otra mitad del país que es a la que hay que convencer .
Independencia vs
caudillismo. Así de sencillo. Está claro por la manera
como adelantó su campaña , que Iván Duque no tiene
madera de caudillo, lo cual
es una ventaja y no una debilidad por los tiempos que
corren. El país está aburrido de
las peleillas caudillistas tanto en el Congreso como
en las altas esferas. De allí que el
mayor reto del futuro Presidente será
cambiar la mentalidad colectiva,
demostrando con hechos más allá de las frases hechas, que será
el presidente de todos los colombianos.
No ceder al caudillismo ajeno (del “innombrable”), pero
tampoco a las presiones que intenten abrumar y convencer al inexperimentado
Presidente que todo está en sus manos, sería un evidente acierto.
Equipo
nuevo para una generación nueva. La única manera como el
Presidente Duque puede
dar el salto generacional que propone es construir un
equipo sólido y saltarse a los que contribuyeron de maneras
diferentes a su elección.
Por
ejemplo, saltarse al Presidente
Gaviria y a su delfinazgo latente, reconociendo que las bases
liberales son otra cosa que sus caciques. Otro ejemplo: saltarse al fundamentalista de cargaderas y sus lafauries, o darle gusto a los religiosos que quieren acabar con la realidad
humana LGBT.
Esta tarea representa el mayor reto que
debe afrontar. Y, por supuesto, apoyarse en la Constitución. Recordemos :
Artículo 1. Colombia es un Estado
social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada,
con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la
dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran
y en la prevalencia del interés general.
Artículo 2. Son fines esenciales
del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los
principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la
participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida
económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la
independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la
convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.
Si el Presidente Duque, desde un enfoque más ético que de discursividad leguleya, empieza a construir confianza demostrando claridad sobre esos aspectos, evitará desgastarse inútilmente.
Mas allá del discurso, liderar una ética colectiva |
NOTA:
este blog se interrumpirá por un mes y medio. “Masticaré”
la intención de renovarlo de alguna manera
diferente porque, como bien decía el padre Ulcué Chocué, “si no
queremos agonizar, no nos instalemos”.
(1) No sobra advertir, aunque es un
hecho conocido, que mi
esposo fue Ministro de Agricultura en parte del primer cuatrenio y luego
Jefe de la delegación
del gobierno Santos en las negociaciones
de paz con el ELN hasta enero 9 del
2018. Esa circunstancia, ni hoy ,
ni ayer, ni mañana, me harán perder el
derecho fundamental a opinar, en este caso como abuela- ciudadana-cibernauta.