De la noche interminable al largo atardecer de la Corte Constitucional, la
expresión “fast track” se volvió
“in”.
Gracias a Internet, buscar qué significa la palabreja
inglesa es más fácil que aplicar el atajo. Esto es, dejar la pendejada de dilatar, que es
lo que quiere decir atajo en castellano o
español criollos, trátese de la refrendación del acuerdo con las FARC
o de todo aquello que ha producido (con buena o
mala intención) una impaciencia
colectiva.
Para los jóvenes, saturados
de politiquerías y alejados de los fundamentos del derecho, Fast
track no es más que un
protocolo de red de
intercambio de archivos, o, en la vida real, hacerse los sordos y mudos ante la carreta. Para los juristas anglosajones,
supongo (porque ya se me olvidó estudiar derecho comparado), debe tener un significado más preciso.
Pero, en un país bloqueado por la burocracia,
el clientelismo, la mermelada, la discursividad y todos sus afines, lo que
necesitamos los ciudadanos es que todo lo que
tenga que ver con lo público se “faastraquée”.
Frente a nuestra acostumbrada
discursividad, el fast track, ahora in, seamos juristas o no,
magistrados o no, simples ciudadanos exasperados por las leguleyadas y
los trancones, es una
manera de decir que hay que apurarle. Y frente
a la cada vez más desprestigiada Corte, que ésta tiene
que decidir si apurarle o no.
No entiende uno por qué, por ejemplo, la Corte Constitucional no solo gastó doce
horas para decir aplazar su decisión,
sino aplazó hasta
el 12 de diciembre para decidir. Tampoco entiende
uno por qué no aplazó esos otros
compromisos y viajes ante semejante
encrucijada, una demora que
a lo único que conduce es a dejar en
salmuera el país.
Por cierto, más
que aprender a pronunciar la palabreja,
vale la pena estar al tanto de sus significados, que pueden ser
opuestos en términos de chamboneo. Porque apurarle por atajos puede traducirse en
chambonear o no chambonear, es decir, en
el juicio sobre quien chambonea o
no chambonea, que se nos ha vuelto una especie de tic mental, contagiando en este caso a la Corte.
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Foto MTH |
Por ejemplo, para la
oposición, todo es chamboneo; desde
el gobierno, nada es
chamboneo, trátese del Gobierno de
Santos o del de Uribe, del de Pastrana
o del de Gaviria.
En el caso de la Corte Constitucional, el temor es de chambonear o no chambonear, sin
caer en cuenta que sus dilaciones
son más el producto de su politización que de una necesidad de "profundo análisis".
La realidad es que
se chambonea y que las dilaciones no
son remedio para no chambonear. Para citar otro
ejemplo, en el caso contrario,
de aplicación apurada del Fast
track o atajo, el alcalde Petro creyó que lo importante era
rebajar la tarifa del Transmilenio,
de manera generalizada ( con un decreto de julio 2012), cuando apurarle
era mejorar el servicio, lo que deseamos todos los
bogotanos, pero sobre todo los de menos recursos.
¿Mejor inventarnos otros “anglicismos”?
Pero ya que estamos
apropiándonos de anglicismos, deberíamos
entender qué significan
en cuanto a eficiencia.
Por ejemplo, el sistema oral ha sido
malentendido por la administración de justicia,
todavía rezagada en lo escrito-oral
sin hacer cambio de chip.
Y, ya que
parecemos tan ágiles en anglicismos
pero con tantas dificultades de aplicación
de los mismos, deberíamos inventar o buscar
nuevos anglicismos por ejemplo:
Early track. Según
el diccionario de Cambridge , track es "camino,
pista, huella, tema, vía, seguir la pista de" lo que no le quedaría mal
a muchos de nuestros políticos siempre y cuando
dejen a un lado su discursividad.
Unwinding the Winding o vice versa: capacidad
de desenredar lo enredado, de enrollar lo
desenenrollado, pero en todo
caso, de avanzar y no estancarnos.
Pensándolo bien, ante ese trabalenguas, de pronto , y si insistimos en anglicismos, nos sería más útil utilizar una sola expresión que anula todas las anteriores el fair play, que Wikipedia traduce como:
El Juego limpio (en inglés, fair play) es una expresión muy utilizada para denominar el comportamiento leal y sincero, además de correcto, en el deporte, (en todas las relaciones humanas, agrego), y en especial fraterno hacia el contrincante "oponente", respetuoso
ante el árbitro, correcto con los asistentes. También es el buen juego que tienen o la buena
convivencia entre los oponentes".
Sobra decir que hace mucha falta en estas épocas de sobresaltos...
En el
caso de marras es decir la
continuación de lo que no es más que
un acuerdo entre dos partes, el
procedimiento está muy bien explicado por el Heraldo que
http://bit.ly/2hfeqsW