Foto MTH
El otro día, ( El Espectador, jueves 25/I/ 2024) me llamó la atención un artículo de Catalina Ruiz-Navarro, en el cual la autora no utilizaba el plural corriente “los hijos” sino les decía “les hijes”.
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Foto MTHEl articulo se refería al falso síndrome de alienación parental” ( con cuya falsedad estoy de acuerdo y que consiste en manipular en juicios -echándole la culpa a uno de los padres de todo lo que le pasa al niño, desconociendo el llamado interés superior, su capacidad y la necesidad del libre desarrollo de su personalidad-). En otras palabras, tratando a veces a los hijos de una disputa matrimonial como un paquete, en medio de una peleadera entre padre y madre, que a veces tiene dimensiones shakespeareanas.
A mi modo de ver, la igualdad de género no se logra así (con ies en vez de “o” y “a”) sino ahondando en el contenido mismo del derecho.
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Volviendo al tema, pensé que se trataba de un error tipográfico, pero cuando comprobé que la autora seguía escribiendo “les niñes víctimas” y explicaba que el tal síndrome era un sesgo de género que iba en contra de les intereses de les niñes, comprendí que lo suyo era una pancarta feminista, a mi modo de ver bastante ridícula. Entre otras cosas, porque llevaría a extremos de tener que decir “les infancies “ en vez de las infancias . Ojalá algún día ella nos explique a sus fervientes lectores no machistas ni patriarcales el por qué.
Pero a propósito de la sentencia de la Corte Constitucional, citada por Catalina Ruiz -Navarro, cuyo link es
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2023/T-526-23.htm
A mi modo de ver, en un país de gramáticos, como se nos llamó alguna vez, la sentencia es un claro ejemplo de cómo debe modificarse la manera de redactar para facilitar el entendimiento popular de las sentencias, lo que no le quitaría su carácter de decisiones trascendentales, sobre todo si son de la Corte Constitucional.
Porque, más allá de la obsesión por lo jurídico , Colombia padece otro tipo de alienación además de un lenguaje demasiado jurídico (leguleyo lo llaman algunos): esa la manera obsesiva de tener que citar en vez de explicar.
Sin duda, el periodismo colombiano, que por estos días celebra su día, le da un papel excesivo a números de leyes, incisos y artículos, que no se explican sino que se citan, tal vez por la pereza de leer. Se ha producido así una dependencia del lenguaje jurídico, como si eso sirviera para para darle la solemnidad que requiere, o como si eso mejorara la mediocre información que se proporciona a veces sobre los contenidos.
¿Por qué lo hacen? a mi modo de ver, porque es mas fácil leer números – inclusive en redes sociales- que leer incisos, preguntar, investigar. Se traduce en una valoración del número de páginas ( treinta cien, doscientas nos aclaran las notas de radio o televisión ) como si con eso se garantizara su seriedad.
No nos digamos mentiras: somo un país en el que lo “jurídico” formal ocupa demasiado espacio, como si así se mejorara nuestro problema esencial : una mejor “convivencia” y aceptación del “otro·.” Poco se sabe argumentar, debatir y, por supuesto, preguntar más allá de buscar la espinita de la peleadera.
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OTRA PRÁCTICA "DOCTORAL" ...
Lo mismo sucede con otra práctica corriente mediante la cual terminamos sobrevalorando el conocimiento: la del “doctorado”.
Por lo que llaman “asociación de ideas”- me refiero a esa curiosa práctica colombiana ( que proviene del mundo abogadil) según la cual no sólo “todo el mundo es doctor mientras no se demuestre lo contrario”, sino que a las mujeres de alto turmequé* se las llama doctoras y, en cambio, a las demás se nos dice “señora”.
Eso me ocurre con frecuencia con mi esposo, a quien todo el mundo llama doctor, pero en cambio a la suscrita, la miran a veces hombres y mujeres con cierto tonito despectivo como si uno no existiera durante la conversación, diciéndole señora. Gajes- tal vez - de llevar 54 años casados, aunque hicimos la misma carrera y nos graduamos el mismo año, por cierto con un diploma (ver foto) en el que se nos decía doctor y además en Latín .
foto MTH
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Lo reitero : Pocos países hay en el mundo como en Colombia, en donde el título de doctor desvaloriza a los hoy a los verdaderos PHD. Advierto, por lo demás, que es justo aplicar el título de docto r a los médicos, como mi fallecida hermana patóloga, (cuyos estudios toman once años), pero no a cualquiera que se considere de ”alto Turmequé”.*
Se le planta en Colombia el título de “doctor” a toda persona que ocupe cualquier cargo a pesar de haber trepado a los mismos -me refiero, por supuesto a los cargos, en general públicos, - de manera bastante rápida. Por cierto, para ser equitativos, a no pocos cargos privados también se les coloca el doctor, a veces aliñado como “mi doptorcita”. Y los colombianos no podemos negar que nos gusta el “doctor, seámoslo o no.
Por supuesto, en materia de capacidades y conocimientos, tampoco se puede generalizar. Pero más que inventarnos fórmulas anti patriarcales y anti machistas, o pañitos de agua tibia como utilizar la e para no discriminar por género ¿no creen que valdría la pena analizar ¿por qué diablos o diables somos así? Es decir, alienados y adictos a tanta polarización, a atizar las peleaderas, a reforzar “ideas machistas y preexistentes”, a ponerle incisos y leyes a las conversaciones o notas periodísticas. En fin, a mi modo de ver, a no buscar resolver los reales problemas en casa caso.
Pero además, si de alienación se trata, bien valdría la pena, por ejemplo, enfocarla también hacia la privación que implica la cada vez mayor dependencia de los celulares en las nuevas generaciones.
En todo caso, a juzgar por la peleadera colombiana, amplificada en las redes sociales y el mutismo de las nuevas generaciones sobre lo que sucede en este bajo mundo, más nos valdría aprender a opinar con más sustancia , más contenidos del derecho y menos doctorados.
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•Ver alienación en Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Alienaci%C3%B3n
•Turmequé es un pueblo boyacense en donde los de arriba eran los más notables y ricos y los de abajo, no. Su origen es muisca ( la palabra quiere decir "jefe vigoroso") y su uso corriente se fue españolizando de mala manera, a mi modo de ver.
https://es.wikipedia.org/wiki/Turmequ%C3%A9
LECTURA RECOMENDADA
Gustave Flaubert tiene una muy recomendada guía en estos momentos de efervescencia y calor anti-Petrista y Petrista. No me refiero al libro de la señora Bovary sino a su “Diccionario de las ideas preconcebidas”, que no alcanzó a terminar antes de su muerte.
¿Qué son ideas preconcebidas?
https://context.reverso.net/traduccion/frances-espanol/id%C3%A9es+re%C3%A7ues
“ Todo el mal – le escribía Flaubert a su amiga George Sand- Viene de nuestra gigantesca ignorancia…lo que debería ser estudiado es creído sin discusión… En vez de mirar, se afirma”- se lee en el prólogo de la edición Tallandier (2018). Y se recuerda el origen griego de la palabra idea idein ( mira, forma visible) .
Dicho de otro modo, el diccionario de los clichés.
Es decir, la manera de ver que, en el caso de las ideas sobre el petrismo o anti petrismo, se vuelven fijas e inamovibles. Casi tanto como ese doctor o doctora que, más que sapiencia, puede llevar, a veces, a profundizar las brechas de la ignorancia.
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* ¿qué quiere decir "alienación ?
https://es.wikipedia.org/wiki/Alienaci%C3%B3n
*¿Qué son ideas preconcebidas?
https://context.reverso.net/traduccion/frances-espanol/id%C3%A9es+re%C3%A7ues
Turmequé es un pueblo boyacense en donde los de arriba eran los más notables y ricos y los de abajo, no. Su origen es Muisca y su uso corriente a propósito del pueblo, (como se hizo en Gran Bretaña entre "los de arriba y los de abajo") se fue españolizando de mala manera, a mi modo de ver.
https://es.wikipedia.org/wiki/Turmequ%C3%A9
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