jueves, 26 de septiembre de 2019

¿QUÉ PREFIERE: ¿PUBLICIDAD O “INFORMACIÓN COMERCIAL”? (PARTE III)




Cuando la publicidad se traga la primera página... (Foto MTH)



Tranquilícese: no se trata de hacer uno de esos sondeos  a través de  los cuales un número cada vez mayor de medios de  comunicación están tratando de demostrar que  son capaces de medir nuestra opinión, cuando de lo que se trata es de dividir al mundo entre el si y el no, y en  este caso la publicidad o  la  información  comercial. Es decir,  con el resultado  de polarizar. 

Los grises, es decir  los que  no somos ni tan tan  ni muy muy, tendemos a desaparecer, y no voy a contribuir a nuestro entierro agregando un sondeo más, que algunos tienen el descaro de  llamar  encuestas.



No creo  tampoco  que, en el caso colombiano,  estemos  llegando -al menos en lo que a  consumo  se refiere-  a la sofisticación que, en  el caso de la política, llevó a Cambridge Analytica a  manipular  desde adentro la  voluntad de  los electores, llegando por algoritmos a  enviar los mensajes que  reforzarían en la mente de  cada individuo  población objetivo, su intención de   comprar o de votar. Quizás no estemos lejos.
https://www.youtube.com/watch?v=HVHKYXJq7qo

En todo caso, después de ver  ese muy recomendado y excelente documental transmitido  por Netflix, (Cambridge Analytica, en español “No hay vida privada” )  http://bit.ly/2m0wwa7   que sin duda debió  tomar mas de un año o dos para producirse, uno lamenta que  en Colombia ni el periodismo, ni  las universidades  ni   los medios de comunicación tradicionales  parecen  entender que la buena calidad  de los documentales  existe en potencia  y se puede  lograr.

Y dcspués de apasionarse por esa  la excelente  serie colombiana  La Frontera Verde,  dirigida, entre otros por Ciro Guerra  https://www.youtube.com/watch?v=WqNmSbd-p88  uno  concluye que, para los creativos, los canales tradicionales  no son una opción.

El asunto no es tanto de dinero como de criterio. Por ahora nos toca quedarnos  con un  un Bolívar (analizar su  guión y sus actores será otro  tema). Un Bolívar costosísimo,  no asesorado  por  la academia, en el que las toallas higiénicas  cortan  sin piedad  el hilo conductor  de la serie. Esto último, desde luego, sería  considerado  pecado  mortal  en  canales  canadienses, franceses o ingleses.

Pero a lo que  voy es a que  la obsesión por conseguir publicidad, como si la cantidad de  comerciales demostrara la calidad  de los contenidos, muestra las limitaciones culturales tanto de los anunciantes como de los dueños de canales.

 Poco a poco vamos  llegando a la  gran pregunta: Así como  la mayoría de los medios de comunicación  colombianos y su  periodismo se han quedado  en  su  mayoría (y salvo  excelentes excepciones) en  la pre-revolución mediática, ¿sucede lo mismo  con lo que se entiende por publicidad?

Hoy como ayer y probablemente  como mañana, la publicidad es la estrategia  de  aumentar el consumo  y/o la marca.  Pero, ¿qué pasa  cuando el  producto es el contenido y  el valor de ese ese contenido se ve  demeritado por la publicidad misma de  marcas  y productos?  Dicho de otro modo:  ¿termina la  publicidad de productos  aminorando la calidad de los contenidos?  Netflix  entendió el reto y por eso  no le interesan los avisos, lo que garantiza   su éxito comercial y marca la diferencia  con la posibilidad que tiene, por ejemplo, la televisión por cable , que además de los programas graba los comerciales, lo que afecta los  contenidos o/y obliga a pasar con rapidez  los comerciales sin beneficio para el contenido.

La  inversión en pauta publicitaria en internet ha sido fulgurante en los últimos años. No voy a citar cifras[1]  ni dejaré  caer   a Opinar Es Debatir  Sin Pelear   en la trampa de  incluir  publicidad porque  yo ya no   quiero ser millonaria. ¿Por qué trampa?   Por pensar que   lo que escribo es productivo   en  signos $...  para los demás.

En cambio, las preguntas que  sí debemos hacernos  tienen que ver con la manera “tradicional” de   entender  lo  publicitario frente  a  la revolución que ha significado internet:

Anunciantes y sus agencias:
¿Creen realmente  en el impacto de  su manera tradicional de  promover consumo?
¿Son creativas las agencias  de publicidad colombianas ( o extranjeras que se meten en nuestros medios) y  tienen sentido del  humor?
¿Creen que  para insertarse en el medio digital  es necesario  invadir  las pantallas?
¿Creen que  es   necesario y  productivo invadir  series  y, en general,   contenidos?    ¿Existen maneras de estimular  patrocinios?

PARA LOS MEDIOS DE COMUNICACION

¿Ante la crisis   que atraviesan tanto los medios  escritos  (papel) como los audiovisuales  y por ende  los  que producen sus contenidos, en este caso  el periodismo, la “solución” es saturar  páginas y programas? 
¿Creen   que  es  rentable   disfrazar a la publicidad  con el pomposo nombre de “información comercial”, de anular  el impacto de la primera página  periodística  en el caso  de la versión en papel? 
¿No es  hacerse un harakiri dándole prioridad a la envoltura que  opaca  la primera  página?
Conclusión: para los medios de comunicación y menos para los periodistas a  sueldo, la salida a sus problemas económicos no es  dejar  que la publicidad trague  sus contenidos.     Es más :  la publicidad  incrustada en   trabajos  creativos (  columnas,  reportajes , entrevistas  crónicas), sean  digitales,  audiovisuales  o en el  moribundo papel,   poco a poco le hacen perder  calidad a los contenidos.  

Lo mismo  ha  sucedido en Colombia  con series supuestamente históricas como  la ya mencionada, en las que  se corta  el hilo  con todo  tipo de publicidad. Es, en un caso como en el otro, una falta de respeto. Pero, además, tiene otra consecuencia   de la  que no se percatan  ni publicistas, ni agencias, ni  anunciantes, ni por supuesto, los  dueños : la pérdida de valor de los contenidos por más  calidad y esfuerzo de creatividad que tengan.

Sugerencia  para los anunciantes: unas sesiones de sicoanálisis comercial, a ver si cambian de perspectivas y  sacuden  sus  inconscientes colectivos de lo que creen es  nuestro país y la producción creativa  de contenidos.



[1]  Su mercé: tómese el trabajo de buscar por Internet los  estudios  que se han hecho al respecto. Y le sugerimos, para tener la versión completa,  leer a continuación, las dos primeras partes:  ¿Qué pasa con los medios de comunicación colombianos? (I); ¿Qué pasa con  el periodismo colombiano? (II)

No hay comentarios:

Publicar un comentario