sábado, 25 de noviembre de 2023

Reseñas MTH : LA PEQUEÑA PERO GRAVE HISTORIA DE LA DECLARACION BALFOUR




BIBLE  AND  SWORD
BARBARA W. TUCHMAN  
https://es.wikipedia.org/wiki/Barbara_Tuchman
England and  Palestine from The Bronze Age to Balfour
1984 ballantine books

Hoy en día, hay gente que cree que los libros envejecen para peor, como los seres  humanos. Por eso no leen sino los libros o las reseñas de lo último, lo acabado de salir,  como si  fuera  lo mejor .

Por eso   agradezco haberme  tropezado con un libro  (no importa el dónde de la  biblioteca, el  cómo ni el  cuándo) que me  dio luces  sobre aspectos  ignorados  totalmente por los  cubrimientos mediáticos que  hoy solo se refieren a  un puñado de  nombres: Gaza, Palestina, Israel , Hamás,  si  acaso Líbano, Jordania, Irán y  Medio Oriente, o las manifestaciones en favor y en contra.

Barbara  W. Tuchman,  fallecida  en 1989,  es una historiadora   estadounidense cuyo mérito es la audacia en los planteamientos. Por supuesto,   investigados y demostrados. A  mi  modo de  ver, detalló la almendra de lo que es  el conflicto  actual en Palestina y su imposible  solución.

¿Por qué  me pregunto, en las raíces  de lo que es  hoy  el  mas  patente  ejemplo de que  la humanidad no ha superado   la barbarie,  no  figura un  imperio  que tuvo mucho que ver en el desarrollo insensato del   ovillo histórico  -el   británico- ? Pero además,  ¿Cuál fue el peso político y   emocional  de un libro  que , más allá de su enorme  importancia desde el  punto de vista  religioso, ha determinado muchos otros acontecimientos   violentos y  fanáticos: la biblia? Pero vamos   al grano, y entremos al tema.  

LOS PEREGRINOS DEL NORTE DE EUROPA

En el  caso de Inglaterra -hoy  Gran Bretaña-  un  mojón olvidado en los recuentos contemporáneos nuestros  es la llamada declaración de  Balfour  de 1917 . Un  “extraño gesto” -  comenta  la autora,  en la  guerra contra los turcos: voluntariamente, los ingleses  incluyeron  dentro de  su obligación como  país  conquistador y mandatario de un protectorado ,  “que el país estaría abierto a la  repoblación del pueblo  judío”.  

  La  autora señala  dos  aspectos  que  motivaron  esa declaración: el político y el religioso.  El interés  del libro está  precisamente en el por qué de esa  declaración que se volvió un  hecho jurídico, pero también, una cadena  de  consecuencias  que   amordazaron a Palestina   hacia uno de los destinos mas crueles  e insensatos que ha vivido la humanidad. 

En  el  aspecto religioso,  la narrativa  de los orígenes de no pocos pueblos  europeos encuentra   esencialmente su  fuente de fe en la biblia.  A pesar de sus  aspectos reconfortantes y positivos - siempre es importante saber de donde venimos-,  ha sido también el pozo profundo  de las  guerras y de los odios.  “de los 12 apóstoles,   Roma escogió a Pedro, España a Santiago, Francia  a  Felipe (¿?).  El orgullo nacional no  podía quedar satisfecho  con  alguien menos cercano al escenario original” –  escribe  la autora con picante ironía. Y  así fue  como  Britania escogió, sin mucho  éxito,  a  José de Arithmatea, considerado fundador   de la Iglesia  anglicana (1431) “una fábula colectivamente  aprobada por los británicos”  cuando “No hay evidencias de que hubiera  británicos en Judea ni  Judíos en Britania”—sostiene la autora . 

De todos modos,  isleños británicos también fueron peregrinos a  Jerusalén ( capitulo III). La autora les sigue en detalle  los pasos a través de sus cartas y  relatos de viajes lo  mismo que los  de los países nórdicos,  como  el  primer rey  Cristiano  de Noruega  
 (1003),  o  el Duque  Roberto de   Normandía   (1035) padre de  Guillermo el Conquistador ,   entre otros.  Y por supuesto,  es también la  historia de las indulgencias  que se ganaban por viajar a  esos lejanos territorios de la fe.

 Nosotros , atados  a Roma,   sabemos  muy poco de esas regiones  europeas  que la autora muestra de una manera muy  agradable,  así como los juegos de poderes  y los algo torvos  episodios  de las cruzadas. Por ejemplo,  el antisemitismo de la  segunda  y con  particular detalle,  la explicación de la   tercera (1187)  después de la captura de Jerusalén por   Saladin.   Cruzada,  según  el relato del cronista de Saladín (  Al-Nasir-Salah-ad-Din Yusuf), en la que, estima,   participaron 5000 caballeros y 100000 soldados europeos.   


CATACLISMOS

 De todas maneras, el  fin del Medioevo en el  siglo  XV inicia  una nueva  era en que que  se producen  cataclismos culturales como la imprenta (1454), el descubrimiento de  América (1492)   y la caída de Constantinopla – Hoy  Istambúl-  en  poder   del    imperio Otomano (1453) y el islam,  que cambian  el mapa del  mundo. 

Pero  volvamos  al grano es decir,  a Inglaterra en esa época.

“La biblia reemplazó  al Papa como autoridad espiritual”- escribe  Barbara W. Tuchman sin asomo de duda y,  para ella,  ningún otro  libro penetró tan  hondamente en la vida  inglesa . Así fue. Se aprende  hebreo como hoy  el Papa  aprende italiano porque  al decir  de Bacon,  fue  el idioma  de la palabra de Dios· ( capitulo V)
   
El énfasis en   nuestro SER  católico  ha minimizado  la  importancia  de  la biblia  en la Europa  protestante  y judía,  así como  las historias que se tejen alrededor de ella  para  explicar el origen de la humanidad  y cómo,   al ser traducida   al inglés ,   en sus  diversas ediciones  relatadas  con detalle en el libro,   se volvió un  relato familiar, leído en casa,  mientras nosotros   seguíamos enredados  con la misa en latín. 

LOS INTERESES COMERCIALES …Y OTROS

Volvamos a los ingleses, a la  expansión de la   reina  Elizabeth I.  Volvamos a  cómo luego se dispara la actividad comercial inglesa,  a los peregrinos   ingleses y sobre todo , a la historia de los mercaderes,  y la  Levant  Company, ( antecesora de   la East  India   Company),   cuyos intereses comerciales  terminan suplantando a España. 

Lo que determina la política británica en el Medio  Oriente  ( Cap VI),  es  su interés  por el Levante  por ser la ruta hacia India, sumado al  interés por el  Canal de Suez y por supuesto, Palestina.  Todo esto mientras crece en el resto de  Europa el estereotipo de los “terribles turcos” . 

En la trama de esa  fascinante historia de Inglaterra  y Palestina, relatada  por  Barbara Tuchman, se va poco  a poco tejiendo el papel del puritanismo como una persistente corriente  subterránea.  

 Luego, con la decadencia  del interés por  las sagradas escrituras, “la  seguridad  de la fe  cede el paso a  la  inseguridad del conocimiento” ( capítulo VIII). Se mantiene  flotando  la  idea del retorno judaico, entre  los celos  de los comerciantes de Inglaterra respecto de  los judíos holandeses  radicados en Londres.  Va creciendo  tambien  la falsa  suposición  de que , si se les facilita el  retorno, los judíos  se convertirán al catolicismo o al protestantismo, reforzada en el siglo 19.

 Una  suma  de pequeñeces  comprobadas son relatadas por la autora  y muestran como,  ”desde tiempos  de  Cromwell, y   10 generaciones  despues, con Lloyd Georges…condicionaron a Inglaterra   a la   restauración de  Israel.  ( 143) Motivaciones que  van  sobre todo por la  “silenciosa utilidad” que podían  sacar,  fuera  comercial, militar, imperial,  además del interés  religioso  heredado de la biblia  (146) .

Del  capitulo  VIII al  XIV, el libro va mostrando   poco a poco por qué  surgió la  declaración de Balfour  que  en el fondo   fue, como otros episodios  a mi modo de ver fracasados ,  una “ English solution, ilogical but  workeable “  (145)

LA OBSESIÓN DE LORD  SHAFTSBURY

Como   excelente  ejemplo de la frase anterior, En el capítulo X,  Barbara W. Tuchman se ocupa de la extraña obsesión  de Lord  Shaftesbury  ( luego llamado   Lord  Ashley): una   Israel  anglicana, emblema en cierta forma  de la era  victoriana. Shaftesbury ,   “cuya   vida se basó en la literal aceptación de la  biblia” (hasta  ahí, todo bien),  prestó  un apoyo  al restablecimiento de los Judíos en Palestina (hasta ahí todo bien) . Pero lo increíble  fue  su certeza obsesiva de que los judíos se convertirían -lo que  por supuesto no estaban dispuestos hacer- y que  esa conversión produciría el segundo advenimiento de un mesías. 

Hombre de mucha riqueza ,  Shaftesbury fundó   La    Sociedad Londinense   para  la Promoción  de la  Cristiandad entre los judíos, y apoyó un colegio. Resultado : Despues de  30 años de operación, la Sociedad  solo obtuvo  la conversión de 207 personas. Su hija siguió el mismo rastro y la misma obsesión,  muriendo   a los   96 años, y   fue ·el  vínculo entre   su padre y  Balfour (  en noviembre  1917, como se verá, favorable  al establecimiento de un “hogar nacional para el pueblo Judío”) .  Luego, alcanzó  a tocarle  la  culminación:  que Gran  Bretaña asumiera   el Mandato Palestino .  Pero no nos adelantemos.  

LIVE AND LET LIVE

En el capítulo  VIII, Barbara Tuchman analiza como,  de la seguridad de la fé y en la  biblia,  se pasa  en  la Inglaterra  del siglo XVIII a la inseguridad del conocimiento, al  usufructo de la esclavitud ( como  Francia y  otros países),  al metodismo que compite con el   anglicanismo,  al racionalismo  como  nuevo interés  por Palestina   y al espíritu no  fanático  de “ vivir y dejar vivir”  ( Live and  let live),  al turismo  y los testimonios de los muchos viajeros que pasean sin afán por Palestina, leídos  ávidamente por  el público inglés.  

En el siglo 19    fue  el  turno  de Napoleón  ( según la autora, el primer   jefe de  Estado en  proponer  un   Estado para los  judíos y no por razones religiosas, pues no era creyente), (162) y llamó a los  judíos  “herederos legítimos de Palestina” .

Es el  siglo de las querellas entre imperios,   de las rivalidades  entre  Inglaterra  y Rusia ,así como de los revoloteos de  Francia e Inglaterra por la región.  Poco a poco  siguen estrechándose   los vínculos de Inglaterra y  Palestina   esta  vez  con la  Palestine Association  de Exploraciones Arqueológicas.

LA ESPADA Y LA BIBLIA

Por el mismo sendero que llevará  al mandato inglés,  el  Primer Ministro y vizconde  Lord  Palmerston ( que  representa la espada) estimula  la idea  del retorno  a Palestina,  obviamente por razones  geopolíticas,  y sugiere  a su embajador  que le sople la idea  al Sultán.  El séptimo conde  de  Shaftesbury  ( que representa la   biblia y sueña  con   un Israel  anglicano) “realmente creía  que la caridad y  el amor predicado por los evangelios era  la suma total de lo que los  seres humanos  necesitaban saber o practicar”… “ y es dudoso  que  pensara alguna vez  en ellos  ( se refiere al pueblo judío) como un pueblo con su propia  lengua y tradiciones, su propia Torah, su - propia ley   y  sus propios  guías espirituales honrados durante un centenar de  generaciones”.  (178)

A ese “neopuritanismo” que  vuelve a  sacudir   a   Inglaterra, - comenta la autora -  lo representan Shaftsbury ,  Gladstone,  el cardinal Manning , Florencia Nightingale,  https://es.wikipedia.org/wiki/Florence_Nightingale    frente  al  para ellos “terrible racionalismo”. Por esa  época empiezan también a circular las ideas  de compras  de tierras apoyadas  no sólo por el  millonario  barón de Rothschild  sino por otro  filántropo   judío,  Moses Montefiori,  quien  se lo plantea al   sultán Mehemet  Alí.

Bajo el  impulso de Lord  Ashley, Se concreta así la  idea, aprobada por el parlamento,   de    un   episcopado protestante  de Jerusalem,  sin mayores repercusiones, ni  tampoco avances  de los judíos  hacia la tierra prometida,  pero si con la idea,  expresada por los visitantes   ingleses,   del retorno del pueblo de Israel.    Un retorno    “ en el que los  sacerdotes, hombres de la biblia,  y los militares , hombres de la espada,  dominan  las discusiones ” (217). El Cónsul  británico   continúa con su esfuerzo de persuadir   “unos 4000 Sepharadies , descendientes de los  españoles… y unos tres mil Azkernazis de   Europa  Central (216) y a la vez, de   crear  la Society for the  Promotion  of Jewish  Agricultural labor in The Holy Land “   que continuó  a existir bajo varios nombres hasta el Mandato”.  (219)

LA CONSTRUCCION DEL RETORNO

Otro  nombre  excepcional aparece   en ese recorrido: el de Disraeli,   primer   Ministro, que si bien se salió  del judaísmo  y poco  se conmovió   con el  catolicismo que adoptó por conveniencia,   sintió sin embargo una especial atracción por Palestina (220 )“¿ en qué queda su  Cristiandad si no creen   en su judaísmo?” preguntó en un discurso en el parlamento.

“En fin de cuentas, no fue de ninguna manera como judío sino como constructor del imperio (británico)  como contribuyó  al progreso de  lo británicos   hacia  Palestina” – aclara la historiadora sobre Disraeli. … “Su compra de Suez  en  1878 hizo el avance   inevitable  “ (221) 

Mientras tanto, y despues de un segundo  auxilio de 1800 años,  con Torah y Talmud para sobrevivir como pueblo,  “el pueblo judío llega a la conclusión de que debe ser su propio  Mesías” escribe  el historiador Heinrich Greatz en  1864,   citado por   Tuchman (225) y   Hess  recalca : “ha llegado  la hora  del restablecimiento en la  ribera del   (río) Jordán”. A  la vez,   como “criatura del  siglo  19”,  resurge  el  antisemitismo  en Alemania y Rusia.

En 1860  se   funda la Alianza Universal Israelita en Paris y poco a poco  la colonización  de Palestina se vuelve la base  para la regeneración del judaísmo. En ese  mismo siglo entonces  se produce  lo  que  la autora llama   “la convergencia  de los  exilados ( judíos)  y el poder intermediario” ( Inglaterra). (239) En  este  ultimo,  el   evangelicalismo es  sustituido por    “saucy  rationalism”* , bastante crítico de la Biblia (243).  

Los racionalistas muestran una  nueva comprensión del judaísmo  como la  fuente  humana de la  cristiandad   por boca de Dean Stanley , profesor de la historia de la Iglesia en Oxford, otro viajero por  Palestina que  publica libro. En  medio de esa maraña de viajeros  y escritores de  libros,  los  jueces   ingleses   sentencian  tambien    que no es delito  afirmar que   los autores de los libros bíblicos son humanos, no divinos.

El ya mencionado Primer Ministro conservador Disraeli sobresale en el siglo 19  por  ser el constructor metódico del   Imperio británico, y  además   de comprar el canal de Suez,  logra   adquirir  un millón y cuarto de millas para  su país en la década   1869 -1879.  

“  The English-Speaking race  is one of  God’s chief  chosen  instrument  for executing coming improvements in the lot of  mankind”* (La raza de anglo parlantes es uno de los instrumentos escogidos por Dios para el  mejoramiento de la humanidad) es decir,  el alimento espiritual del Imperio se lee en el manifiesto de  W.T. Stad  (253)   Del otro  lado, los “Little Englanders”  del  ala de Glasdstone   lo  creen “Fatal lujuria por el imperio” , “manía acaparadora” y por cierto,  preludio de los mandatos posteriores, de los que tan poco se habla  hoy, como poco se habla de la voracidad de las  grandes  potencias, que contribuyó al caos.

En ese  contexto revolotean las  otras  grandes potencias occidentales para  “resolver  the   Eastern  Question”*: Rusia , a la que hay que  trancar  ( como lo  hace la  convención de Chipre   firmada al  escondido por Inglaterra  con el  sultán para ponerle  “tatequieto” a Rusia ), Francia (  en el Líbano) que también tendrá mas adelante “mandato” en   Siria  ;  Alemania y el sultán. Todos en un patético  juego de  cartas  en donde   aparecen las rivalidades de siempre -  entre Francia e Inglaterra , por ejemplo-.  Y eso   frente  a los turcos,  que   el  despreciativo Gladstone   califica así :  “el turco,     uno de los  mayores especímenes  anti humanos de la humanidad”   (261)

Toda esta  “pequeña  historia”  relatada por  Barbara   Tuchman  contrasta  con los silencios   de las otroras  grandes  potencias (hoy, con  el síndrome  del “yo no fui”) . En el caso concreto del Reino Unido,   las manifestaciones pro   palestinas en Londres  son -en parte -el  resultado.

En cuanto al sultán, vaya  dilema   que no  supo resolver ( capitulo XV)  al aliarse  nada menos que con Hitler.  Pero volviendo al tema del  libro ,     el apoyo de Alemania   a Turquía tuvo consecuencias      en el destino  de   Palestina, como lo explica la autora en el capítulo XV. 

La Alemania post  hitleriana por su parte, debe cargar  con la  cruz    (excusen  el símil ) del   nazismo y lo hace  hoy de manera por  cierto muy  profesional  en   la  Deutsche Welle   como Francia también  con la  cruda historia de Palestina  en las  emisoras de Radio France ,   cuando hurga  hasta el más mínimo detalle histórico a fondo  , como debe hacerlo el  buen periodismo,  va  mas  allá  de todo lo  que   se puede encontrar en Wikipedia,  que no es poco pero   que    brilla por  su ausencia  en las noticias  colombianas sobre la guerra .  

Volviendo  al libro y al siglo 19, todas las potencias  europeas se lanzan  en   el Medio Oriente  a  lo que saben:  comercio y  ferrocarriles. Y   producen también    curiosos personajes como  el   viajero    Laurence Oliphant, dedicado   a la “regeneración de la  humanidad” que merecería una telenovela pero que, para nuestro tema, fue  impulsador de los asentamientos .
 https://en.wikipedia.org/wiki/Laurence_Oliphant_(author) 

Y -escribe la  autora  ( 273)   Oliphant “víctima  de los  errores  de apreciación compartidos por todos los no judíos,   a saber que los    judíos estaban unidos en el deseo  de ir a Palestina  y  que la riqueza  judía   financiaría   su retorno”.  (253)  

Otro error  fue, desde luego , la relación  con  el “enfermizo, sensual, aterrado y voluble sultán “ como lo calificaba   Lord  Salisbury, cuyo imperio  empezó  a desmoronarse ( el del  sultán,  no el de Salisbury ).   En cuanto  al  pueblo judío,  “las condiciones  estaban hechas para el éxodo pero el  éxodo no estaba listo para Palestina “-concluye (280),  y  las primeras colonias judías   de Chovevé (277)  empezaron  a padecer la precaria realidad de su   sueño. 
Mientras los   asentamiento crecían  y   el    sultán prohibía cualquier compra de tierras, crecía la división  entre  los propios  judíos – favorables o no  a la política de   colonización.

“Despues de Napoleón que, por pura estrategia, lanza una   proclama    que  aclama a los judíos  como  los verdaderos herederos de   Palestina”… “se volvió axiomático que  siempre   que los poderes se quedaron cortos en   el   medio Oriente  alguien propondría la restauración de Israel  e igualmente axiomático que alguien se   quedara en el   feliz sueño, no solo de adquirir por  ello una esfera de influencia sobre un área estratégica, sino tambien  poner de su lado las supuestas  riquezas e influencias del  mundo judío “( 164)


Y POR EL OTRO LADO, EL ESTADO DE   HERZL

El   vienés Theodore  Herzl  era   favorable  a la  colonización judía  y fue  nombrado Presidente  del primer  Congreso  de  Basilea (1887).  Barbara  W  Tuchman hace un  excelente perfil de Herzl como ser humano,  detalla  la manera como entendía  el Estado de  Israel (“esencial para el mundo”) en el  documento  Der Judenstaat ,  pero también de sus frustraciones ,   su fracasado encuentro con el   Kaiser y los turcos,  la incomprensión   de su propio pueblo,   su madera  como líder,  y  su  deficiente salud ( murió de un  infarto a los 44 años).( 280 -295)

 Por la  misma época,  la autora  detalla  la subida del anti-semitismo,  el   estallido  y los debates  del llamado asunto  Dreyfus en Paris (1894) donde  era    corresponsal de su periódico ). Para la  autora,  Herzl “pensó ingenuamente” que el  antisemitismo impulsaría  la emigración.  Le tocó afrontar las    continuas discusiones  internas,  la no cooperación del sultán  y el poco entusiasmo de financiadores  como el Barón de  Rotschild y el   propio Kaiser que,  como decimos en   Colombia, “se hizo el pendejo” omitiendo su  proyecto   en sus comunicados (291)

Otros,   británicos como  Kilpling y Chamberlain , asumieron el liderazgo  del sueño sobre la base de que “los nativos, al recibir los beneficios de la Cristiandad y de la civilización  comprarían los  productos de  algodón hechos en  Manchester”  y otros artículos de exportación  lo que,  escribe la autora  con su genial ironía,  le  encantó a los manufactureros, comerciantes y  trabajadores ingleses.  

¿ QUIEN ERA  BALFOUR?

A Lord Salisbury lo  sucedió como Primer Ministro  su  sobrino  Arthur  Balfour.   Dos años después, Chamberlain , que seguía en el Colonial Office, y mas   como instrumento  útil de   expansión  de la influencia británica  en Palestina,   fue   quien   impulsó la idea y la debatió  con Erzl. 

No hace falta detallar los  episodios  que relata la autora,  de las reuniones entre Chamberlain y Herzl, pero en fin de cuentas  las negociaciones hablaban de todo menos  del pueblo  palestino viviendo allí  y tratado como si  fueran piedras. 

Además   Chamberlain propuso   como solución que los  judíos se fueran más bien para  Uganda.  Si, como Ud  lee. Por cierto, el   biógrafo de Chamberlain  dice que éste  se equivocó de nombre  y  quiso  decir   Kenya  “ que era más propicio  para asentamientos  de  gente blanca”.(Sic)

Pero  mientras  Herzl  se esforzaba en  vano para  explicar la  importancia de la Tierra Santa  se produjo la negativa egipcia a la opción  de  recibir a los  judíos del retorno,  que  había sugerido  Inglaterra  como solución  transitoria ( 305) .   

De memorando  en memorando , uno de los  negociadores observa en lápiz sobre el texto propuesto:  “ me  temo que  esto será   un  imperio dentro del  imperio”, es decir, un encarte.   Y otro  escribe  “ no habría objeción  para  una  colonia  judía, pero si los promotores  buscan algo más y      quieren su  Estadito ( petty  state of their own*), me temo  que  habrá mucha objeción.  (305)

Mientras   Herzl,  cada vez más angustiado,  sigue negociando con  un Chamberlain  elusivo, el 24 de abril de 1904 se empiezan  a conocer  en los periódicos las masacres   de judíos en los progroms  de  Kisinev.   En el    Foreign OIffice,  sin embargo, en los memorandos,  Lord  Lansdowne , el    secretarios de  asuntos  exteriores ha  escrito  a lápiz  sobre el posible pequeño Estado Israelí  “ me  temo que  esto sería un  “imperium  in imperio” (Imperio  dentro del  Imperio).

 La autora   demuestra entonces  la  deliberada imprecisión que  luego  impregnaría la  Declaración Balfour . Y  concretamente,  precisa la estrategia de que “entre  menos  preciso  sea  el   texto,  mayor  será el margen de maniobra” de tal manera   que se “prefiere dejar lo  mas posible no dicho” ( 306).   

En el lado opuesto,  los sionistas están   cada  vez   apasionadamente argumentativos  en  cuando  al Estado  como  fuente  de  fortaleza espiritual  para   recrear un  sentido de nación judía. Chamberlain renuncia  en  1903    sin haber prestado  mucho interés  al tema   y el  angustiado   Herzl    muere   a los  44 años, en  julio de  1904. 


LA (OLVIDADA) DECLARACION BALFOUR

La  autora retrata   a Balfour,  personaje  aristocrático, sobrino de Chamberlain,  cuyo nombre   figura    en la  Declaración,  como  mente profunda y filosófica, perezoso,    imperturbable,   tenista, soltero,  que deja los  detalles a  sus subalternos,  artista en política exterior .  Churchill lo  describe  como  bastante  intrépido  “ cuando lo llevaron al frente para ver la guerra ,  admiró  blandandamente los estallidos  a través de su monóculo” .  En otras   palabras,  otros más lo describirían  como  el   típico inglés “push”  (creído,) pero “ posiblemente el único interesado  en el retorno   desde el punto de  vista judío.” (312) . 

  Este fué uno de los periodos mas confusos  de las guerras europeas,  en el  que “ todo el mundo estaba negociando con  alguien y nadie tenía todos los hilos  en una mano  y al mismo tiempo”,   relata Barbara Tuchman. Conclusión :   todos fallaron en   precisar exactamente  qué  futuro intentaban  los  británicos  para  Palestina. “Y tampoco los británicos lo  sabían “(321) 

Lo que si sabían las potencias  era repartirse   el  derrotado imperio Otomano.  El   tratado Sykes  - Picot de 1915, secreto entre   Inglaterra y Francia,  y la propia Declaración Balfour     fueron  el  resultado:  definir  sus áreas de  influencia.  Pero  sus detalles  merecen otro libro, pues  terminan explicando,   entre otros aspectos catastróficos, el resentimiento del mundo árabe con el   europeo. 

Y concluye la autora  , otro  hecho   “claro ” :  a  “Palestina se le reservaba un  “tratamiento  especial” y no se le prometía nada  a nadie (328)

Mas adelante,  se  empezaron a ver las consecuencias cuando Gran Bretaña sobre todo  , tuvo  que  esforzarse en emendar  y justificar lo que yo llamaría  su metida de pata  o  su encartada, pero también  a la luz de  su   avance  militar:   “Cuando  se  expidió la declaración -  recuerda la autora, el ejercito ( británico) ya había  empezado  su  avance   hacia  Palestina.” (335)  y la  declaración  fue   expedida para  “dignificar”   ese momento  no  ante el   el mundo  sino ante ellos mismos-sostiene.  

 Para la historiadora norteamericana, eso  muestra el peculiar sentido  británico de  justificar  la rectitud,  más allá de  sus  buenas   o malas actuaciones.      El  irlandés Georges Bernard  Shaw  lo explica  aun mejor :  “   his watchword  is  always duty … He is never at a loss for  an  effective moral attitude …  There is nothing  so bad o so  good that  you will not  find an  Englishman  doing it , but  you will never find  an  Englishman  in the  wrong” (pero  Ud nunca  encontrará  un  inglés  en  lo indebido” )*

En resumen, eso le permitió  a Gran Bretaña  adquirir la Tierra Santa con  buena conciencia, concluye doña Barbara, más  que  hacerlo por los judíos.  (336-339)  Y sin embargo, la declaración fue  aprobada  por el presidente Wilson,  (  formalmente por quien lo sucedió, en la presidencia,   Hardin,  en  1922)  , por Francia e Italia  ( en 1918).  En el  fondo, el mandato no fue más que  el reconocimiento de un hecho cumplido ( por las armas) . “pero  al asumirlo, Gran Bretaña  se    comprometió   a una obligación  internacional.  De hecho,   cayeron  en su propia trampa” (341)

En todo caso,  en  Abril de 1920 , se le  confirió efectivamente el  mandato a Gran Bretaña, que solo entró en vigor en el 1923.  Y a pesar de la  ficción legal de que   fue otorgado el mandato por la     Sociedad de las Naciones, para la autora, la lógica de la  espada había   finalmente llevado  a Gran Bretaña a Palestina, pero a la vez  fueron  ellos los que, por   los términos del  mandato,   no   podía implicar  que  ese “home” también aceptada  la creación de un Estado judío.   

Hasta esa época     cubrió  la historiadora  Barbara  Tuchman https://es.wikipedia.org/wiki/Barbara_Tuchman   . Y  se pregunta  uno  ¿  se imaginaría  en que  tragedia humana caería Palestina? Pienso que si por  su rigor en el  análisis del  desarrollo de la  Historia.

 La autora  le agregó una posdata antes de fallecer,    en la que reitera  que   no solo no fue    exitoso el mandato,  sino que  para los británicos resultó   “un perpetuo dolor de cabeza”;   para los árabes  “significó un  insulto”,  aunque solo representara un 1% del área   “sobre la cual le fue dada  independencia  por   el Reino Unido”;  aunque  para los  judíos  representó, “la única  esperanza de  recuperar un hogar y un estado”.

Como sucedió  con los    Estados Unidos, salir  del    británico  llevó   primero a sentar    las bases  de  los futuros   estados “ y luego   el   lógico desarrollo  de lo que había empezado”  terminó    en   amargura  y espada para utilizar el título del libro.   

La  autora encontró difícil saber  si  Israel existe hoy    gracias a los  británicos o a pesar  de ellos. La respuesta    puede ser  ni lo uno  no lo otro  sino   los dos aspectos,    debido ,  -  concluye- “a  esas  insatisfactorias  verdades   en las que la  historia  tantas veces   derrota a sus intérpretes”.    

Mas allá del problema de conciencia que,  según la autora,  implicó  para la  mentalidad estricta de  los británicos,  a mi modo de ver, actuar  como potencia   fue un ejemplo más del desinterés de las potencias por  los pueblos raizales.  

En todo caso,    además   de recomendar el libro,  y al  presenciar la tragedia  de Palestina en el  2023, solo podemos   agradecer a nuestros   queridos  españoles  y  a nuestros admirados  libertadores Bolívar y San Martin,  el haber  soltado  las amarras  hace  ya  dos siglos y pico. 

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 * les dejo a ustedes la inquietud de   una mejor traducción

 Nota:  para quienes  quieran profundizar sobre  el tratado  Sykes- Picot  que  no es el tema de esta  reseña  del libro de Barbara  W.Tuchman, una primera aproximación  en
 
https://www.google.com/search?q=wikipedia+acuerdo+sykes+picot+tratado&oq=wikipedia++acuerdo++Sykes+Picot&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUqBwgBECEYoAEyBggAEEUYOTIHCAEQIRigATIHCAIQIRigATIHCAMQIRigAdIBCTE1ODgxajBqN6gCALACAA&sourceid=chrome&ie=UTF-8


https://es.wikipedia.org/wiki/Mandato_brit%C3%A1nico_de_Palestina_(instrumento_legal)#:~:text=El%20acuerdo%20Sykes%2DPicot%20de%201916,-Mapa%20presentado%20por&text=Lawrence%20al%20Comit%C3%A9%20Oriental%20del,%C2%ABPalestina%C2%BB%20como%20enclave%20inte

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