¿DISCURSIVIDAD, LEGULEYADAS, INTERNET Y PRAGMATISMO
COMERCIAL? (1)
En la formación
de nuestra idiosincrasia, todavía
detectable a pesar de la
globalización, es muy clara la herencia española de verbalidad
y del apego a la norma. Según un viejo chiste europeo, el inglés descubre la
verdad, el alemán la explica,
el francés la complica, el italiano la adorna y el
español la defiende.
Las manifestaciones positivas de esa característica son el histrionismo y la seguridad jurídica, tanto como
lo son el desarrollo
del sentido del oído en las
montañas andinas y, además, en las
regiones de influencia africana, del
tacto sensual por medio de la
piel.
¿Tenemos incrustado todavía tan profundamente el síndrome de la Malinche[i], madre violada, tan distinta de las deidades africanas,
griegas ? Me
resisto a creerlo, pero sí conservamos
muchas características del
laberinto que señaló
con profunda emocionalidad el genial poeta Octavio Paz cuando se propuso sacudir a los
mexicanos del complejo de inferioridad ante los conquistadores pasados
y actuales. En Colombia, ese complejo llevó en la conquista y la colonia a que las que llama inteligencias fueran
descritas así , con evidente sico-rigidez, por Don
Miguel Triana:
Esas dos inteligencias enfrentadas
no se entienden: el indio piensa
que se le engaña y se anticipa
a engañar. A todo responde con
embolismática o dubitativamente, con una
astucia y con una fingida simplicidad
que asombra. Cuando el interés
le hace hablar en intimidad, se muestra zalamero, sugerente y
graciosamente embustero y deja ver a las claras que busca, en su interlocutor,
por medio de la seducción halagüeña un
instrumento de sus pasiones o un
cómplice de sus picardías “[ii]
No sé
ni quiero saber qué porcentaje de
la una y de la otra hay en el colombiano
de hoy, pero sí que pueden conjugarse
en diarreas mentales y apego a la grandilocuencia , ineficiencia de los procesos y demora en los
resultados; fatalismo , imaginarios distorsionados, y en
el sentimiento colectivo de
que se valora más el decir que el hacer.
En Colombia lo discursivo, es decir, el exceso verbal y
lo leguleyo entendido como el apego a la maraña de normas incumplidas,
convierten en negativa nuestra habilidad comunicacional, al utilizarla colectivamente
- sucede con frecuencia-, como el camino
más fácil y cómodo para “solucionar”
(entre comillas por supuesto) los problemas sociales.
En la era
digital, esas raíces culturales
que formaron nuestra colombianidad se
suelen diluir, aunque mantienen
curiosas manifestaciones como
el insulto soez en los
comentarios a los columnistas de la prensa escrita, en vez de la calmada
argumentación . En la realidad real , el histrionismo sigue siendo más
valorado que sus contenidos
y que el hacer, no solo
en la arena política, sino también en los liderazgos sociales, incluido el que se ejerce a través
de lo mediático
En lo mediático, y salvo casos que se cuentan en una mano, la
investigación periodística queda relegada al último lugar y se privilegia la entrevista sobre cualquier otro género. En el periodismo
radial programas de “opinión” se caracterizan más por
el intercambio de espadas verbales
que por la profundidad del razonamiento y el conocimiento detallado del
tema.
El formato de los noticieros radiales es todavía el de los “caciques” del
periodismo como lo fueron Juan
Gossaín ( maestro también de la forma escrita) y Francisco Santos y lo siguen siendo Darío Arismendi y Julio
Sánchez, o Néstor Morales .
No se trata de demeritar sus
capacidades oratorias o descriptivas, por cierto tan diversas como lo
es su respectivo bagaje cultural,
sino de recalcar que la capacidad investigativa es mucho menos cotizada que la
forma en que se presentan los hechos y lo testimonial.
La similitud de contenidos y el formato de los noticieros
televisivos, que obedece a la
estructura oligopólica de los medios, no
es pura casualidad. También trasluce esa
mayor valoración de la forma que de los
contenidos. Solo hay unas cuantas excepciones a la
regla general, notorias por lo escasas, como lo han sido
las notas televisivas de Mauricio Gómez, que analizan sistemáticamente
temas como la minería en el municipio concreto de Segovia, o la utilización de las
regalías en el Meta, o los problemas específicos del río Bogotá en todas las fases de su recorrido, o el estado real de los puertos
.
Tanto en periodismo como en política y como por desgracia se empieza a
presentar en lo judicial,
la discursividad es el criterio
predominante en la construcción
de la opinión de los públicos[iii]. A
mayor discursividad, menor capacidad de razonamiento, y mayor
uso del formalismo histriónico. Acudo a Diarreas verbales para describir la
valoración de la fogosidad que luego se diluye, y la
manera como se aplauden las lógicas de confrontación[iv].
Es decir,
el predominio de lo formal sobre lo
argumental; del efecto inmediato sobre las consecuencias a mediano y largo plazo.
(Del libro en preparación “Colombia y
sus inteligencias inútiles, desperdicios
de pasión y de procesos”. No citar
la fuente lo demerita a Ud., no a
mí)
(Continuará)
[i] Octavio paz, El
laberinto de la Soledad, posdata ,
vuelta al laberinto de- la soledad”, Fondo de Cultura Económica, México,
tercera edición pág. 237 , “
Gente de las afueras, moradores de los
suburbios de la historia, los
latinoamericanos somos los comensales no invitados que se han colado por la
puerta trasera de Occidente, los intrusos que han llegado a la función de la
modernidad cuando las luces están a
punto de apagarse -llegamos tarde a todas
partes, nacimos cuando ya
era tarde en la historia,
tampoco tenemos un pasado o, si lo tenemos hemos escupido sobre sus resto, nuestros pueblos se echaron a dormir durante un siglo y mientras
dormían se los robaron, no lo
gramos conservar siquiera lo que los
españoles nos dejaron al irnos, nos hemos apuñalado entre nosotros…
[ii] Percepción de Don Miguel Triana, citado por Diego Montaña Cuéllar, en Colombia País Formal y país Real, Editorial
Platina , Buenos Aires, y Ediciones
Suramérica Bogotá, 1963, Buenos Aires, pág 47
[iii]
“Yo soy bastante radical, como siempre, en el sentido de que
te decía que, para mí, la opinión pública
no existe, utilizando la frase de Bourdieu. En todo caso, es una ficción, o
es ambigua. Primero, se habla de la
opinión pública como si fuera una sola opinión, un consenso generalizado sobre
algún tema. Segundo, porque el concepto mismo de opinión pública ya no obedece
a las realidades históricas, como sí sucedió en su momento. Opinión pública,
como voluntad general, se consolida en
épocas de la Revolución Francesa. Antes, en el
siglo XVII, en la
Inglaterra de Locke es un control social
positivo. Obedece a unas circunstancias históricas muy particulares: el
nacimiento de lo que podríamos llamar las democracias liberales, muy centradas en el individualismo. Así se va desarrollando
el término de opinión general, que tiene la intención de proteger al
individuo de los excesos del gobernante.
El concepto de opinión pública ha sufrido una serie de modificaciones
históricas de acuerdo con los contextos históricos. Hoy me sugiere varias inquietudes.
Por ejemplo: ¿Qué sentido tiene la opinión pública frente a temas
que me parecen prioritarios como
inclusión y exclusión, términos que a la vez cuestionan otro: la “masa”
, propio de la hoy superada ficción de la “ sociedad de masas”. Masa
era la opinión pública, o al revés y viceversa, porque en el fondo, la opinión pública es una masa. En el siglo
XX, la masa todavía opina de tal o cual manera,
en todo caso como pretexto y
manipulación. Hoy en día, la
interactividad, inclusión o exclusión de las redes hacen que un término como opinión pública sea impreciso
para describir lo que sucede. Me parece
también, además de permitir manipulaciones, puede llamar a reflexionar sobre otras
palabras como “pueblo”, que nada le dicen a las nuevas generaciones y que
todavía utilizan los políticos. ¿Qué es
el pueblo? ¿Es válido hoy en día ese concepto cuando términos como nación están
siendo revaluados en favor de identidades nacionales, que son mucho más concretas y cuando predomina el “yoismo” (yo digo, yo opino, yo
creo)? Opinión pública es un término , a
mi modo de ver completamente inadecuado y objeto de enormes manipulaciones,
entre otras por las encuestas que pretenden
concretarla estadísticamente y
recortan la capacidad de debate“
MTH en “ conversaciones de
sobremesa” , Javier Darío Restrepo,
María Teresa Herrán, inédito2010-
[iv] Mediante las cuales
la discrepancia o pelea verbal y
gestual alimentan el rating, del cual depende la venta de publicidad.
Estimada María Teresa
ResponderEliminarAporto al debate los siguientes argumentos.
1- La construcción de lo público es tardía en América Latina si se compara lo sucedido en USA y Europa.
2- Una causa ya estudiada de dicha construcción posterior estriba en la función de la estructura política y de la industria mercantil. Hace cinco años, en voz de Carlos Monsiváis se lamentaba de la extinción de los llamados intelectuales públicos. Habría que empezar anotarlo como tercera razón de la construcción moderna de lo público.
3- La razón de ser expresada de manera simple, efectivamente desde los contenidos mediáticos, se lee así: el lenguaje de la lógica razonal giró hacia la lógica emotiva manifestada en el imperio de la imagen audiovisual.
4- Luego de la alerta de Francois Lyotard sobre la caída de los grandes relatos, lo público, la política, se interna en la industria del espectáculo mundial (veamos otra vez las imágenes de CNN desde las convenciones de los burros y elefantes norteamericanos) y cómo las bombas con las girnaldas, las flautas con los pitos, se han incorporado a lo colombiano en los salones de hoteles para el cierra de campañas locales politiqueras.
5- Sobre la Espiral del silencio de los mass media, la sociedad y todo cuanto hay en ella existe, adquiere sentido, si y solo si hay información publicitada.
6- Los políticos y por extensión los Estados se han acomodado y fascinado con la política espectáculo, y ya conocemos al respecto de la TV como cool mass media por estudios del gran Mashall McLuhan, que narcotiza.
7- Lo que otrora teníamos como Grandes Relatos y que nos permitieron asegurar los vínculos sociales de la Nacionalidad, ahora llamada identidad nacional, como en efecto lo menciona Javier Dario Restrepo (mi saludo y abrazo cordial), se ha pasado a los no-lugares donde la inmediatez y la economía del lenguaje son la necesidad discontinua de la gente.
8- Finalmente, como punto y aparte, hay que recodar el pensamiento de Noam Chomsky en cuanto a su idea de sociedad mediada por ser "rebaño desconcertado": la gente es demasiado estúpida para comprender cosas y por ende requiere del arte de la democracia: la fabricación del consenso a través de los medios de comunicación, igualmente apartados de las escuelas y la cultura popular.
Recomiendo leer o releer -si lo hacían- en las academias de Comunicación Social. Chomsky y el control de los medios de comunicación y de Daniela Vicherat "La construcción de lo público en los medios de comunicación".
Abrazos!