Inerme desde hace días, el cuerpo de Mandela, nacido el 18 de Julio de 1918 en un pequeñp pueblo del Transkei, ya se había despedido de la vida. Pero ha sido tal su dimensión espiritual y humana, que no necesitaba demorarse más en esta tierra para que su ejemplo quedara como una huella imborrable.
Un hombre que pasa 27 años en la cárcel y es capaz de superar los odios del apartheid para crear un cambio radical en los espíritus, tiene una inmensa ventaja sobre sus contemporáneos .
Mucho se escribirá sobre Madiba como le decían algunos utilizando el nombre de su tribu, en señal de respeto. Pero nada igualará su propia autobiografía , escrita en la mayor parte en la cárcel y cuyo manuscrito fue entregado clandestinamente desde Robben Island[1], lo que le valió como retaliación dejar al prisionero cuatro años sin poder estudiar.
Mucho se escribirá sobre Madiba como le decían algunos utilizando el nombre de su tribu, en señal de respeto. Pero nada igualará su propia autobiografía , escrita en la mayor parte en la cárcel y cuyo manuscrito fue entregado clandestinamente desde Robben Island[1], lo que le valió como retaliación dejar al prisionero cuatro años sin poder estudiar.
En ese libro magnífico, de inmensa pero sencilla sabiduría, se refleja toda la personalidad de un hombre que hizo de la paciencia la principal de sus armas, en cualquiera de las circunstancias que tuvo que afrontar, como la de su largo encierro .
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Día a día habíamos ganado una cantidad de pequeñas batallas que, sumadas, produjeron un cambio en la atmósfera de la isla - explica al describir su minuciosa estrategia en la cárcel de Robben Island para conseguir mejorar su situación y la de sus compañeros de cautiverio.
La misma estrategia que también aplicaría para liderar la caída del aberrante apartheid, y en general, la manera de resolver el enfrentamiento de una idea moral versus otra inmoral .
Cuando se escucha el discurso trasnochado de los negociadores de las FARC en la Habana, o crece la indignación ciudadana frente a la violación de derechos elementales como la salud, o se considera “natural” el aberrante hacinamiento en las cárceles, algunas de las muchas frases de Mandela, sacadas de esa autobiografía, podrían suscitar reflexiones constructivas :
* Mi ambición no es casarme con una mujer blanca o nadar con una persona blanca. Lo que queremos es igualdad política.
*Cuando se pone en duda la integridad de un hombre, es de esperar una pelea...
* Una nación no debe ser juzgada por la manera como trata a los ciudadanos de arriba, sino a los de más abajo , y Sur Africa trataba a sus ciudadanos prisioneros como animales.
* Para hacer la paz con un enemigo, uno tiene que trabajar con ese enemigo y ese enemigo se vuelve su “socio”[2] .
*La virtud y la generosidad serán recompensados por vías impredecibles, concluye a propósito de la moraleja de un cuento que escuchó de niño y que lo marcó para toda la vida.
* Trabajar de adolescente en el jardín del reverendo Harris tuvo para Mandela un doble beneficio : plantó en mi un perdurable amor por la jardinería y la siembra de legumbres, y me permitió conocer mejor a la familia Harris . Luego esa afición le permitiría en la prisión sembrar cebolla , alcachofas, coliflor, espinacas, frijoles, cocombros, brócoli, lechugas, tomates, pimienta, y frambuesas.
* Con la misma serenidad que le ponía a sembrar legumbres y flores, descartó el terrorismo, observando cómo se devolvía inevitablemente contra los que lo usaban, socavando cualquier apoyo que hubieran podido tener de otra manera.
* Era tiempo de calmarse, anota cuando la furia se convertía en terrorismo, apareciendo la acción masiva como término medio entre lucha armada y las negociaciones… La gente tiene que tener un escape para su rabia y frustración, y la campaña de acción masiva era la mejor manera de canalizar esas emociones ( refiriéndose a la huelga de 4 millones de trabajadores que organizó el partido African National Congress)
* A su paciencia infinita, Mandela le suma haber tenido siempre lo que describe en su padre, que no sabía leer ni escribir, pero que gozaba del reconocimiento de su tribu : un terco sentido de buena fé.
* Mandela supo a la vez tomarle el pulso, no al país ( lo que es una frase de cajón) sino al ánimo colectivo. Sentía que poca gente en el país estaría dispuesta a hacer los sacrificios que requería la lucha… debemos encontrarnos con la gente en sus propios términos, aun si ello implica aparecer que uno es colaboracionista.
* Varias veces se resistió a ser liberado, cuando el régimen comprendió que lo estaba convirtiendo en un mártir: ¿Qué libertad me ofrecen cuando mi propia ciudadanía surafricana no es respetada?
Cuando De Klerk, (con quien Mandela compartió el premio Nobel de paz en 1993), vino a Colombia este año, y por el afán de mirar nuestro propio ombligo- es decir, el proceso de "paz"- sorprendentemente no se le preguntó: ¿Quien sería hoy De Klerk si no hubiera existido Mandela?
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