jueves, 29 de enero de 2015

¿INMEDIATEZ O IRRESPONSABILIDAD SOCIAL?




Esta es una  época   en  la que  la inmediatez   se valora más que la lentitud reflexiva. 

La tecnología, las competencias deportivas,  los vehículos, las comunicaciones,   tienen una meta común: hay que llegar primero.  A eso contribuyen las lógicas   comerciales  del consumismo: consumamos  primero, para botar primero y volver a   comprar primero.  Y aunque parezca  increíble, eso se aplica también a las ideas  y propuestas. 

 Pero  a juzgar  por  casos concretos, lo importante  ya no parece ser   que hay que saber  llegar, es decir,  fijarse más en los resultados  que en el impacto de lo inmediato. ¿Cuáles son las consecuencias colectivas?


  • Cuando el  Presidente Santos hace   anuncios  únicamente  motivado por   una pregunta  mediática o circunstancial,  desencadena una  serie de reacciones  contraproducentes.

  •  En el caso dela  ahora   llamada “gendarmería rural”, se le olvidó un pequeño detalle: que desde hace rato existe la  policía de carabineros. Semejante improvisación  soltada  al aire  contribuye a ponerle  el freno y no  el acelerador al  proceso de  negociación  con la guerrilla, mal llamado proceso de paz. Produce también malestar en la policía, pues el rey no consulta  antes de hablar;  pero, además, deja  “contaminado”   y sin resolver  lo que será   uno de los aspectos más complejos de la negociación: qué se va a hacer con los  que  entreguen las armas.  Contaminado, porque la inmediatez de las reacciones  impide  el análisis  ponderado.

  • Cada  vez con mayor irresponsabilidad y presionado por su necesidad de  construir imagen de una manera   proporcional al desencanto que su gestión produce,   va destejiendo  el  tapiz de su  huella histórica.

  •  Por  un efecto  de  “espiral de peleadera”[1]  el  Procurador   General de la  Nación   responde con un comunicado, en  clara extralimitación de sus  funciones ( que no incluyen la de opinar  sobre  lo que diga  el Presidente    o las Políticas  públicas del ejecutivo ( sean estas  improvisadas o no). Ello ,  a su vez y en la misma espiral, produce una nueva reacción  del  Presidente, y así nos “entretienen “  el  uno y el otro con una tremenda irresponsabilidad social que hace  recordar la frase  atribuida a María Antonieta  cuando le dijeron que le pueblo  francés no  tenía pan : “Entonces  que coman brioches”  se dice que respondió. Y parece que  tanto  el Presidente como  las cúpulas  de Procuraduría están en el mismo  juego. 
  •  Pero   a propósito de cúpulas, cuando, nuevamente  motivado por  el ego mediático, el   señor   fiscal, en un acto  de irresponsabilidad social,  y    desde la espiral de la peleadera,  anuncia  mediáticamente que   interrogará a  Oscar Iván  Zuluaga y a su hijo,     contribuye  a desacreditar   tanto a la fiscalía como a la administración de  justicia, pues  se le olvidó u pequeño detalle :  que la inmediatez   es contraproducente para  la credibilidad  de los procedimientos judiciales , que tienen   tiempos distintos a los de los medios.

  •  El aporte de los medios a esta irresponsabilidad  social  es desde luego sustancial, puesto que   le sirven de caja  de resonancia. Y lo hacen, en general por una sencilla  razón: dentro de las lógicas de consumo de información, es mucho más barata la peleadera que  la investigación propia de sus periodistas.

 ¿Cuándo unos y otros reaccionarán, en vez de hablar tanto de paz?  


 RECOMENDADO: a propósito de paz y sobre la manera como la están entendiendo algunos sectores  empresariales, la  Silla Vacía     http://bit.ly/1ylaJ5n


[1] Parodiando a la  "espiral del silencio" de  la politóloga Elizabeth  Noelle-Newman,   que  mide el efecto del clima “mayoritario”  sobre la formación de opiniones individuales y  acalla las voces  disidentes.  En estos momentos, en Colombia, el clima mayoritario, a menos  mediático y político  parece ser la peleadera.

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