Esta es una
época en la que
la inmediatez se valora más que
la lentitud reflexiva.
La tecnología, las competencias deportivas, los vehículos, las comunicaciones, tienen una meta común: hay que llegar
primero. A eso contribuyen las
lógicas comerciales del consumismo: consumamos primero, para botar primero y volver a comprar primero. Y aunque parezca increíble, eso se aplica también a las
ideas y propuestas.
Pero a juzgar
por casos concretos, lo importante ya no parece ser que hay que saber llegar, es decir, fijarse más en los resultados que en el impacto de lo inmediato. ¿Cuáles
son las consecuencias colectivas?
- Cuando el Presidente Santos hace anuncios únicamente motivado por una pregunta mediática o circunstancial, desencadena una serie de reacciones contraproducentes.
- En el caso dela ahora llamada “gendarmería rural”, se le olvidó un pequeño detalle: que desde hace rato existe la policía de carabineros. Semejante improvisación soltada al aire contribuye a ponerle el freno y no el acelerador al proceso de negociación con la guerrilla, mal llamado proceso de paz. Produce también malestar en la policía, pues el rey no consulta antes de hablar; pero, además, deja “contaminado” y sin resolver lo que será uno de los aspectos más complejos de la negociación: qué se va a hacer con los que entreguen las armas. Contaminado, porque la inmediatez de las reacciones impide el análisis ponderado.
- Cada vez con mayor irresponsabilidad y presionado por su necesidad de construir imagen de una manera proporcional al desencanto que su gestión produce, va destejiendo el tapiz de su huella histórica.
- Por un efecto de “espiral de peleadera”[1] el Procurador General de la Nación responde con un comunicado, en clara extralimitación de sus funciones ( que no incluyen la de opinar sobre lo que diga el Presidente o las Políticas públicas del ejecutivo ( sean estas improvisadas o no). Ello , a su vez y en la misma espiral, produce una nueva reacción del Presidente, y así nos “entretienen “ el uno y el otro con una tremenda irresponsabilidad social que hace recordar la frase atribuida a María Antonieta cuando le dijeron que le pueblo francés no tenía pan : “Entonces que coman brioches” se dice que respondió. Y parece que tanto el Presidente como las cúpulas de Procuraduría están en el mismo juego.
- Pero a propósito de cúpulas, cuando, nuevamente motivado por el ego mediático, el señor fiscal, en un acto de irresponsabilidad social, y desde la espiral de la peleadera, anuncia mediáticamente que interrogará a Oscar Iván Zuluaga y a su hijo, contribuye a desacreditar tanto a la fiscalía como a la administración de justicia, pues se le olvidó u pequeño detalle : que la inmediatez es contraproducente para la credibilidad de los procedimientos judiciales , que tienen tiempos distintos a los de los medios.
- El aporte de los medios a esta irresponsabilidad social es desde luego sustancial, puesto que le sirven de caja de resonancia. Y lo hacen, en general por una sencilla razón: dentro de las lógicas de consumo de información, es mucho más barata la peleadera que la investigación propia de sus periodistas.
¿Cuándo unos y otros
reaccionarán, en vez de hablar tanto de paz?
RECOMENDADO: a propósito de paz y sobre la
manera como la están entendiendo algunos sectores empresariales, la Silla Vacía http://bit.ly/1ylaJ5n
[1]
Parodiando a la "espiral del silencio" de la politóloga Elizabeth Noelle-Newman, que
mide el efecto del clima “mayoritario”
sobre la formación de opiniones individuales y acalla las voces disidentes.
En estos momentos, en Colombia, el clima mayoritario, a menos mediático y político parece ser la peleadera.
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