Sintomático: la primera reacción de muchos (y de muchas) compatriotas frente a la tutela interpuesta por la
profesora Carolina Sanín implicaba sugerir que no merecían ser
protegidos sus derechos por “grosera”. Medios como Semana.com y redes sociales reprodujeron con cierto morbo la cita de sus groserías.
Como sucede
mucho en nuestro país, la grosería
parece más importante que los derechos
fundamentales. Pero esa reflexión, como
hubiera dicho alguien, es “ori… fuera del
tiesto”. Yo simplemente escribo que las
ramas impiden ver el bosque.
Porque en
Colombia, por cierto tan grosera, la
grosería no solo es de palabra sino de obra, cuando se observa cómo se trata a los enfermos, los viejos y
los niños. El rasero no parece depender del respeto a la dignidad humana,
sino si la persona es grosera o
no, si cae bien o no, si es amiga o enemiga, si tiene o no palanca.
Sin embargo, en un país que respete los derechos humanos y le dé verdadero sentido a la
democracia, el respeto a la dignidad proviene de considerarla esencia misma de todo
ser humano, trátese de hombre o de mujer, de
LGBT, de viejos o de niños
(cuya protección es prioritaria),
de antagonistas políticos, religiosos o ideológicos, de educados o maleducados.
Sea dicho de paso, resulta increíble la actitud de personas religiosas como Vivian Morales, que prepara un referendo para excluir a seres
humanos como regla general, es decir por ley,
en una sociedad en la que hay tanto maltrato y abuso de niños.
Por eso mismo,
también en el caso de la tutela
interpuesta por la Profesora Carolina Sanín,
y a mi modo de ver, el análisis no se debe
focalizar solamente en el derecho
a la igualdad de género. Un fallo sobre el cual se pontifica pero que nadie ha leído completo (sólo su parte resolutiva ) en mi caso por más esfuerzo que hice para conseguirla. (Mala maña de un sistema judicial que todavía no sabe poner sus fallos por internet). ¿Será que la tutela solo la puede leer e interpretar quien interpone el recurso o la institución que quiere pasar agachada?
Otros
aspectos merecen reflexión: el
papel de las universidades privadas que privilegian el negocio, o
de las públicas, la politiquería, sin preocuparse por los contextos sociales del país; la libertad de cátedra y el respeto a los docentes; o la educación ex cátedra.
Vale la pena sopesar en qué consiste la igualdad. Por ejemplo, en la Universidad de los Andes, si es una igualdad teórica y casi que "caritativa" la que ofrece a los estudiantes
“pilos” del estrato 1 y 2, casi que limitándose a otorgar cupos y a nivelarlos académicamente y exponiéndolos sin prevención. Porque la
responsabilidad social de las universidades, más allá de acoger a los pilosos de estratos bajos, es educar a la comunidad estudiantil
en la igualdad y evitar matoneos entre
los compañeros o a profesores. La igualdad es asumir
que la institucionalidad también debe ocuparse de los contextos de estos "pilos" para lograr que se adapten a una universidad
con estudiantes de “alto turmequé”
es decir privilegiados, a veces exhorbitantemente ajenos a la realidad
social, por su estrato. Eso sin mencionar las limitaciones del programa en sí, que tiene mucho de publicidad y poca cobertura a un costo demasiado alto, y de las cuales me ocupé en otra ocasión.
Como
bien lo reafirma Carolina
Sanín en relación con
los derechos fundamentales violados :
“Hoy el juez primero penal municipal de
Bogotá determinó que la Universidad de Los Andes violó mis derechos
fundamentales (y los de ustedes) a la libertad de expresión, al debido proceso,
al libre desarrollo de la personalidad, al trabajo y a la dignidad humana. Esto
deja claro que nadie está por encima de la justicia y que las colombianas
seguimos luchando por la igualdad de género en todos los espacios. ¡Viva la
ley, viva la libertad de pensamiento, vivan los estudiantes y viva la
universidad verdadera, vital y libre! Hemos ganado todas. Sin miedo"
Gracias
a no haberse conformado con la echada, le debemos a la
profesora Sanín la oportunidad de ir más allá
de la igualdad de género (aunque
si hubiera sido un hombre, por supuesto, la
reacción del rector y de ciertas
personas iba a ser diferente). Porque no se puede quedar allí la proyección
de la tutela, sino que debe avocar
muchos otros aspectos, como el
comportamiento de la Universidad.
Desde el punto de
vista sociológico, por ejemplo,
esa actitud del rector implica unos enfoques y decisiones que no se compaginan
con la comunidad universitaria. Lo primero es no haber seguido el conducto
regular
académico con la profesora y violar por lo mismo su derecho al trabajo digno y al debido proceso. En Colombia, muchos docentes, tanto de
primaria como de media y
universitarios, reciben un tratamiento
que va contra su dignidad y su
papel fundamental, que tanto se
resalta publicitariamente, de una educación
de mejor calidad, al cortarles
abruptamente sus contratos.
En el caso universitario y concretamente
en la Universidad de los Andes, se debe reflexionar, por
ejemplo, sobre su impacto real sobre el país. Demasiado ocupada por posgrados rentables, Los Andes se queda en su cima y no parece aportar elementos convincentes de análisis interno. Como sucede con los PHD colombianos de las universidades norteamericanas ( para no citar a la -según dicen en EEUU- decaída Harvard), sus decisiones cuando aterrizan tienen un cierto desentono con lo que necesita la otra Colombia. Un tanto acartonados frente a nuestras complejidades.
Lo importante
en el caso Sanín, entonces, en vez de convertirla en una Juana de Arco, es el comportamiento de las autoridades universitarias: no es aceptable permitir
por ejemplo que un sector de la comunidad universitaria la matoneara[1] y no reaccionar cuando lo hacen por Facebook. Uno no solo es estudiante de una universidad dentro, sino fuera de ella. Es reprobable también que la
Universidad no siguiera el conducto que
merece la libertad de cátedra, y la dignidad
de un profesor. De allí los compromisos que debe
adquirir en relación con la
tutela, pero más allá: no solo con una
campaña en los próximos tres meses, como la pide el juez de primera instancia, sino como parte integral de la educación que imparte.
Cuando se habla tanto y discursivamente de reconciliación, casos como esta tutela
deberían llevar a mejorar las
relaciones entre los seres humanos con
base, más que en el perdón, en el respeto a los demás y en la manera
de convivir .
RECOMENDADO LEER ANTES DE JUZGAR
A OBAMA
El viernes 20
de enero
termina una era y comienza otra en la que, por lo que ahora parece, el periodismo puede jugar un gran papel de contrapeso, incluso hasta motivar el empeachment. Pero veremos hasta donde se ha contaminado en el mediatismo.
En todo caso, resulta casi risible que, desde nuestro rincón provinciano, algunos se arriesgan a escribir o a decir que a Obama lo recordará la historia solo por ser negro y por dos periodos en que poco o nada sucedió.
En todo caso, resulta casi risible que, desde nuestro rincón provinciano, algunos se arriesgan a escribir o a decir que a Obama lo recordará la historia solo por ser negro y por dos periodos en que poco o nada sucedió.
Algo parecido está sucediendo con el Presidente Santos, en dos sentidos: El primero, desconocer
la importancia del primer premio
Nobel de Paz colombiano, logrando lo que sus
dos envidiosos colegas ex
presidentes no lograron: un acuerdo de Paz con las FARC. El
segundo, en sentido contrario, inflar tanto a Santos que se
le iguala a Obama. La diferencia no está en el
premio Nobel que comparten, ni en sus méritos al
haber logrado cada cual
resultados a pesar de las dificultades, sino en una ventaja adicional
de Obama: su madera de escritor y
su profundidad.
Leído y releído... |
Obama será
recordado por sus escritos,
por la profundidad del análisis de los valores norteamericanos, y como se construyeron sus
propias concepciones sobre aspectos como raza y racismo , igualdad de oportunidades, la fe en
EEUU, la familia, la proyección de la democracia en el mundo .
Por eso, en
vez de tanta discursividad light a
favor o en contra, la historia contrastará a Obama con sucesores como Trump, que poco valor
le dan a las ideas y a los
escritos y mucho valor a la
efímera y hueca imagen publicitaria.
Seguramente, Obama seguirá con su
estilo de liderazgo intelectual y literario, para satisfacción de sus lectores.
[1] Como sucedió ,
en sentido contrario, al permitir que se matoneara la dignidad del suicidado hijo de Piedad Bonnet
sin ninguna observación al profesor.
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