jueves, 26 de enero de 2017

TOROS: LA SINSALIDA DE UN DEBATE CIEGO Y LAS OTRAS REVOLUCIONES


El fallo de la Corte Constiucional  sobre maltrato animal es una muestra patética de la  falta de contundencia en la protección de los derechos y /o la  fijación de sus límites.

No solo se produce  por la presión de la protesta violenta y de lo mediático. Además, no es clara su  argumentación jurídica,   que  habríamos aceptado los unos o los otros porque es  un deber ciudadano aceptar los fallos. Fallos que por cierto, en este caso, ni siquiera están redactados  en  la parte motiva.

Nuevamente pierde credibilidad  la Corte Constitucional. Y es lamentable que en vez de pronunciarse sobre  las libertades de  escogencia o  los límites de  los  derechos  humanos  (si hubiera  argumentado que  la protección de los animales es de jerarquía superior a los derechos culturales, con lo cual no estoy de acuerdo)  se limita a postergar  la   solución  del conflicto entre  animalistas y  corridistas y a  chutarle el balón  al Congreso, amenazando además que si este no se pronuncia mediante una ley,  quedarán prohibidas las corridas  y otros  espectáculos.
http://bit.ly/2kZQTlZ

Seguirá entonces  la manera emocional y ambigua de argumentar sobre el tema,  que  se analizó la  semana pasada:

Primero lo primero:  el  debate  entre  aficionados a las corridas y  protectores de los  sobre  animales es un debate ciego. 

Ciego  por el punto de partida de unos contra  otros,  y por la manera como se argumenta, que no permite llegar a consenso alguno.



 Es un  buen ejemplo de lo estériles que resultan los “debates” en  radio y televisión  (RCN y Caracol, para más señas) que pretenden un supuesto “equilibrio”  de opiniones gritonas  entre los  que  están “a favor” y “en contra” ¿Por qué? Porque interpretan de manera equivocada dos principios  fundamentales  de  la libertad de expresión y de opinión: equilibrio y pluralismo.

 

Un punto de partida erróneo:  


1-  El uso de los términos: Culturalmente,  corrida no equivale a toros.  Así por ejemplo, en  países  como Francia está prohibido  matar al toro, pero las corridas son parte esencial de la  cultura del Sur  de Francia.  La polarización impide pensar siquiera en este camino.

2- Una política pública (permitir o no permitir  las corridas en Bogotá) no se puede formular  desde  gustos y deseos. En ese  sentido, tanto el  ex Alcalde Petro  como el Alcalde Peñalosa  han pretendido  liderar el tema  con posiciones personales  en contra  de las corridas  pero no con sentido de interés público o de construcción colectiva de  política pública.

Cuando de emociones  y sensaciones  se  trata, surgen de inmediato los radicalismos de la intolerancia. Es decir, el egoísmo de la propia posición, con todo tipo de argumentos ambientales o  culturales .

Por  ejemplo, en mi caso,  voy a las corridas y me  gustan. Desde  pequeña, y como  a nadie más  le gustaban en la casa,  era  una oportunidad  única de ir con mi padre, al que le encantaban.  El me enseñó a verlas como arte, como un  encuentro  de torero y toro entre vida y muerte. Me gusta el romancero gitano de García Lorca y soy  sensible a la manera  como  el torero se  juega la  vida a  cada instante de su enfrentamiento.

 Tengo entonces una motivación  personal que me hace difícil entender que a otros no les guste, aunque, a mi modo de ver,  comerse  los  pollos  o los cerdos  hacinados y engordados en  producción en serie  podría  considerarse cruel.  Como ustedes detectan, con esta  última  afirmación  sobre pollos y cerdos, estoy a un paso de  estimular  la peleadera. También estuve a punto de  caer  en lo mismo con un chistecito malo  cuando mencioné a Petro y a Peñalosa:  “los siguen como  terneros”- fue lo primero que se me ocurrió. En ambos casos,  muy frecuentes en  las redes sociales,  hay  escalada de agresividad con puntillazos  personales, no con  ideales.

Si sigo por  ese camino, podríamos entonces  alegar  ad infinitum sobre  el tema que, como cualquier debate  emocional exacerbado, tiene una particularidad: las emociones se caldean en espiral y se  amparan en argumentación  como . Me decepcionas Ma. Teresa. Pensé que eras una mujer inteligente y sensible. UF”.

¿Quiere lo  anterior  decir que porque  me gustan las corridas  ya dejo de ser  “mujer, inteligente y sensible”?  ¿Tengo la percepción  suficiente para entender  que ese es un  pensamiento que no  afecta el resto  de lo que  soy como ser  humano?  No  creo. La desilusión  con esta  “amiga” desconocida es mutua. Lo importante es no  estimularla.

¿Puedo conciliar los dos  aspectos, de protección,a los  animales y de gusto por las corridas, con  una tercera  percepción  que  busca  mitigar  la   fuerza  intransigente  de mi  opinión?   Pues si:  creo que las corridas van a  desaparecer por razones culturales  y van a perder sentido para las nuevas  generaciones.  Mientras tanto, podría moderar las polarizaciones,  como lo logra el siguiente trino

react-text: 934 Arturo Grueso /react-text react-text: 937 /react-text Soy animalista, pero me dolió que ese día habían asesinado cuatros militantes de la marcha patriótica, y sólo se escuchó un silencio cómplice.
react-text: 945 Me gusta /react-text · react-text: 949 Responder /react-text · 1 · 4 h
Comparemos entonces las dos maneras de  expresarse, la  anterior y  ésta:
react-text: 979 Sussana Restrepo /react-text react-text: 982 /react-text El toreo y las peleas de perros son espectáculos terribles contra seres vivos hasta matarlos. Eso no es arte, es pura barbarie medieval. Me decepcionas Ma. Teresa. Pensé que eras una mujer inteligente y sensible. UF.
react-text: 990 Me gusta /react-text · react-text: 994 Responder /react-text · 2 ·

La diferencia es  obvia. En este caso como en  tantos  otros (afirmaciones sobre el uribismo,  sobre el  santismo,  sobre las  FARC o sobre la  Consejería de Paz,  sobre el departamento de Córdoba  o el de Arauca,  sobre Obama o sobre  Trump, en todos los días de nuestra violencia cotidiana),  la  incapacidad de  argumentar mas allá de lo emocional  es,  parodiando a  mi maestro Sócrates, una  manera de desconocerse a uno  mismo. Y de pasar por alto  las  posibilidades de convivencia que todo ser humano posee.

Ojalá entonces que, en su sabiduría, la Corte Constitucional  entienda la máxima  "prohibido prohibir" ,  que en  tema  cultural  impide   la censura,  las restricciones impuestas por los deseos y percepciones  emocionales, y protege las libertades individuales.


RECOMENDADO: 

CASTELLS  Y  LAS OTRAS REVOLUCIONES

 A propósito  de  Trump  y de las reacciones masivas en su  contra lideradas por organizaciones de mujeres,  hacen  recordar, además de  Bauman,  al catalán  Manuel Castells, el Max  Weber de la era de la información.
[1]

Sin  duda, la rapidez de  los flujos de información y de las redes  sociales  tiene tanto de ancho como de  largo. Permite  la  reacción inmediata  e igualitaria de todos los conectados pero, a la vez,  pierde  en  profundidad de análisis lo que gana en velocidad.

En el que Manuel Castells llama  “nuevo paradigma informacional”,  se crea  una  cultura de la realidad virtual, en la que  la  gente  asume  como experiencia  real imágenes y símbolos.

 Ya  aplicada  a la  realidad  con un ejemplo  actual,  la magnitud de  la protesta social  liderada por organizaciones de mujeres  demuestra,  a la  vez ,  su  fragilidad  y su aglutinación  efímera,  a pesar de  ser  gigantesca la  manifestación,  al día siguiente  de la posesión del Presidente Trump. 

A mi modo de ver, esa  percepción – mundial- del poder  de las mujeres  es engañosa. Como son engañosas, aunque loables,  no pocas protestas que se  están  multiplicando en Colombia, como  fines en sí mismas,  como  producto de la exasperación. En particular   en el caso de los jóvenes,  sin  proyectar acciones reales de  intervención. Por  ejemplo,  como podría ser  con el voto o  en la construcción  de políticas públicas.  En  otras palabras:  protestar  puede  significar ser  manipulados por otros, sin posibilidades reales de cambio o de resultados.

Por cierto,  hay un efecto colateral: contribuyen a  la mediocridad del análisis en los medios audiovisuales.  Se menciona  el tema  como protesta, en particular  en los servicios públicos, sin  ahondar en fenómenos de corrupción o ineficiencia.

Volviendo a  Manuel Castells,   el autor pronosticó que, con el nuevo  paradigma informacional, que incidirá en todas las manifestaciones de la cultura,  los cambios  en el  nuevo milenio pasarán por  las organizaciones  sociales. Principalmente, las  de medio ambiente y  las de  mujeres (que  constituyen una nueva fuerza laboral  de características muy distintas de la de los obreros  del siglo XIX). Pero, advirtió :

“ Si las  instituciones de la sociedad, de la economía o la cultura  aceptaran realmente el  feminismo y el ecologismo, serían esencialmente transformadoras. Utilizando una vieja palabra, sería  una revolución”
 
En el caso de las mujeres,  en el siglo XXI el matriarcado también  tendrá características  diferentes y una incidencia imprevisible  en el concepto de familia, que por otro lado se empieza a notar  con la aceptación del homosexualismo y  del matrimonio entre personas de un mismo sexo. 

Se trata de nuevos poderes. Pero  hay  poderes  todavía sólidos que contrarrestan,  como el fundamentalismo religioso,  y no  solo islámico.  Como, también,  la  fuerza de lo  patriarcal preconizado por Trump,  que  busca   devolverle  a la industria  su sentido  de “América first” ,  cita  a  grandes empresarios ,  quiere  darle  a la  mujer  su  lugar tradicional  de  objeto  bello.  Y, por supuesto, los partidos,  que se resisten a desaparecer,  que se aferran a monopolizar  el sentido de “lo político”, sin cambiar realmente de estructuras.

Como lo preconizó Castells  hace  20 años,  hoy todavía el Estado  viejo y  el patriarcado  contraatacan, por lo que  la  “revolución” no será tan sencilla como parece.  Y  como conclusión , “para entender  nuestro  mundo “cita un poema de  Neruda  que  valdría la pena  recordar  en vez de empecinarnos  en peleaderas  estériles  como las  que siguieron a  la reapertura de la Plaza de  Santamaría.


El reto:  cambiar de mentalidad






[1] La era de la información  Tres tomos , Siglo XXI  editores, 1999  : I. La Sociedad Red, II.  El Poder  de La Identidad , III  Fin de milenio. Algunas frases :









 



1 comentario:

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