jueves, 20 de julio de 2017

CARTA, CALUMNIA , “POSVERDAD” Y PERIODISMO




Compare titular y lo subrayado

No  firmé  la  carta  de los periodistas,  cuyas adhesiones  siguen  por fortuna  aumentando, por  dos razones: 
  • En nuestra Colombia se es periodista salvo que alguien nos demuestre lo contrario[i]
  • En esta  etapa de mi vida,  prefiero ser, en vez de seudo periodista, una tranquila ciudadadana,abuela  cibernauta y bloguera. Pero,  eso sí, escogí ser analista  crítica  de medios  de comunicación y  del periodismo, lo cual no quiere necesariamente decir que esté en contra  de unos o de otros. Así  parecen creerlo   aquellos  que  involucro en el análisis.  Como a otros blogueros , muchos de ellos  académicos, que estamos en  la misma tarea, los medios de comunicación  tradicionales han preferido  ignorar nuestra existencia, lo que no  sucede en las bienvenidas redes sociales.
Volviendo al tema, es positivo que  por lo menos  los periodistas de todas las élites y estratos  se hayan aglutinado  en  torno  a lo que  es sin duda un hecho notorio de  calumnia,  al no haber  rectificación alguna  posterior del  Señor Uribe Vélez,  que  acusó  al señor  Daniel Samper  Ospina  de ser  un violador  de niños. No es una injuria sino una  vil calumnia.  Un delito que,  para  existir ,  espero seguirá  su curso judicial,  si el  señor Daniel Samper Ospina  cumple su promesa de  entablar una denuncia  penal por calumnia. Porque hay un  problema:  no  basta  con  el trino, la carta y la indignación a favor o en contra  de  los demás, sino que  debe tener repercusiones judiciales, como lo  analicé  en  el caso de  Alfredo  Molano.

 Después de la indignación polarizada, característica del “debate” público  en Colombia,  es posible que   los amores y los odios  bajen como espuma , y  el tema se pierda  en  el  tsunami político y  audiovisual-mediático que,  salvo contadas excepciones, manipula,  desvirtúa,  retuerce, aprovecha y disfruta  sembrando ambigüedades para no tener  que meterse en honduras  sobre el país real.[2]

Mientras  se instala  ese  término “posverdad”,  el más  ambiguo de todos, que   deja en un  segundo  plano  la solidez  de valores como  la independencia,  la polarización unta cualquier  “debate” .  Y en ese contexto, poco sirven  las constantes reacciones ciudadanas  que  se indignan  frente  la irresponsabilidad de medios, periodistas y políticos.  Porque la receta  que  se ha utilizado para  que esa  irresponsabilidad prospere es  ignorar lo que afecta  en carne propia y  despotricar  contra lo que  hace o dice el otro. 

Casos concretos :  Salud  Hernández , en el  programa de Semana en vivo  en el que participé, se siente autorizada  para  hablar  de los “excrementos “  en las redes  sociales, entre los cuales,  se supone, debo incluir lo que escribo. Esta excelente periodista no cae sin embargo en cuenta de la manera como atiza  lo que cuestiona.  A su turno,  Daniel Samper Ospina  tiene una manera particular  de entender  el humor que no  comparto pero, desde luego, considero  esencial que exista.

Eso si, prefiero  mil veces el humor paisa de Doñas Tola y Maruja.  Antes de que  Samper Ospina mezclara, con toda la creatividad que lo caracteriza,  el periodismo, el teatro,  lo yutuber,  y cuando  la suscrita  era todavía docente de la Maestría de  la Universidad de Rosario y  Semana, uno de los  estudiantes hacía  sus prácticas en  Soho.  En esta época, la revista tenía  una serie  que tituló  “odio a…”. A través del estudiante, le  propuse  al director  de Soho, Daniel  Samper Ospina, escribir  un artículo  sobre Odio a Soho.  Aceptó lo  cual muestra su liberal apertura de espíritu   (no me  refiero al partido  sino al talante) y eso dije en su momento:


Quizás  entonces valdría  la pena  ahora , en vez de polarizar y polarizarse, retomar el  tema  de la responsabilidad  social o, mejor, de la  irresponsabilidad social,  si en verdad se  pone en practica  la  buena intención de  reflexionar  sobre  los comportamientos  colectivos en Colombia, más allá de las indignadas  marchas, cartas y similares.   Porque  no se sale del paso   simplemente por  indignarse, como  lo  demuestra el siguiente recomendado.

RECOMENDADO


Netflix  sigue  proporcionando esos espacios de reflexión que a veces los  propios medios de  comunicación  ignoran.  Como producción propia  acaba  de salir  un  minucioso documental  sobre los hilos que se mueven detrás del  poder mediático, en este caso para  derribarlo.

“Nobody  Speaks,  trials of the  free press”  es un  minucioso y complejo  documental  escrito y dirigido por  Brian  Knappenberger para  Netflix. Lo de complejo implica que es necesario  verlo una y otra vez, o con una y otra pausa, para entender  los  nuevos hilos del poder. Por ejemplo   recurren a demandar  a  medios  para  arruinarlos y así destruirlos, o comprarlos silenciosamente o  a  través de  testaferros.

Trump  elogioso de Peter  Thiel
Un documental  de  interesantes lecciones.  No porque sea comparable con lo que sucede en Colombia ( los  cacaos  son dueños de medios y parte de lo mediático;  Daniel Samper no es   Hulk Hogan),  sino por la investigación  periodística  que  implicó  desatar las razones detrás de dos   hechos . Por una parte , descubriendo  cómo  el juicio  al  folclorico  Hulk había sido montado por un  millonario, de nombre  Peter  Thiel,  cercano admirador de Trump, para  vengarse  del  pequeño  periódico  digital  que  destapó que   era   homosexual.  Y por la otra,  analizando la decisión  de  un grupo de periodistas  que trabajaban  en  un medio comprado  subrepticiamente  a  traves de su yerno  por otro millonario de  Las Vegas , Sheldon Anderson,  dueño de casinos , y también   cercano a Trump. Los periodistas  se  jugaron su  puesto  y se convirtieron en verdaderos héroes del periodismo,  publicando  quienes  habían  comprado  su periódico, publicación que se  hizo en  el mismo periódico.  Obviamente,  tuvieron que renunciar  o aceptar que los echaran  al día  siguiente. 

 El documental desata  el complicado ovillo de cómo  un juicio (  Hulk vs. Gawker) de  violación de la  vida privada,  ganado  por un excentrico luchador y “marca”  de  un programa televisivo Hulk  Hogan,  contra el mencionado  periódico  digital   ( por cierto de regular reputación y aficionado a burlarse  de las convenciones)  fue en realidad la  vengativa  estrategia  de  un  multimillonario  de Silicon  Valley.  Los perjuicios  para ese  personajillo  que “usaba su  vida sexual  como parte de su imagen”,  fueron  de  140 millones  de dólares, que acabaron  con Gowers y  sus periodistas.

“El periodismo en verdad es frágil”-  dice una de las entrevistadas. Y otro   expresa “ el discurso ( de opinión)  aún el más desagradable,  está protegido por la primera enmienda”.    “Éramos  malos para Silicon Valley” – concluye  el editor en jefe  del  periódico  digital. “ Sabía  que esa  decisión  terminaría con mi carrera “- reconoce  sin vacilaciones  una  periodista  de Las Vegas Review-    pero no podía reparar la mancha moral de mirar hacia otro  lado”
“ Se trata de decir la verdad  sobre los  poderosos “ – enfatiza el periodista  Smith, a quien le ofrecieron  pagar    el tratamiento de   su hija   con  tumor  cerebral,   y que  rehusó. Casos concretos  de  arriesgarlo todo por  valores  imperecederos  del periodismo.

Queda  entonces la inquietud: desenredar el ovillo,  mas allá del apoyo a Samper Ospina.





[1] Ver , por ejemplo, las declaraciones  de José Félix Lafaurie, Presidente de Fedegán e  inexplicable  consentido de los medios,  en el  Programa  Semana  en  Vivo del lunes 17 de  Julio . ¿Por  qué  consentido de los medios?  “es que  es  el único uribista de mostrar “- me dijo sobre el tema alguien con evidente parcialidad.
[2]  ¿Acallar la opinión? Cuatro Araújos versus Alfredo Molano,  Taller  de Edición Roca, 2010, María Teresa Herran.

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