Compare titular y lo subrayado |
No firmé la carta de los periodistas, cuyas adhesiones siguen por fortuna aumentando, por dos razones:
- En nuestra Colombia se es periodista salvo que alguien nos demuestre lo contrario[i];
- En esta etapa de mi vida, prefiero ser, en vez de seudo periodista, una tranquila ciudadadana,abuela cibernauta y bloguera. Pero, eso sí, escogí ser analista crítica de medios de comunicación y del periodismo, lo cual no quiere necesariamente decir que esté en contra de unos o de otros. Así parecen creerlo aquellos que involucro en el análisis. Como a otros blogueros , muchos de ellos académicos, que estamos en la misma tarea, los medios de comunicación tradicionales han preferido ignorar nuestra existencia, lo que no sucede en las bienvenidas redes sociales.
Volviendo al tema, es positivo que por lo menos los periodistas de todas las élites y
estratos se hayan aglutinado en
torno a lo que es sin duda un hecho notorio de calumnia,
al no haber rectificación
alguna posterior del Señor Uribe Vélez, que acusó al señor
Daniel Samper Ospina de ser
un violador de niños. No es
una injuria sino una vil calumnia. Un delito que, para
existir , espero seguirá su curso judicial, si el
señor Daniel Samper Ospina cumple
su promesa de entablar una denuncia penal por calumnia. Porque hay un problema:
no basta con el
trino, la carta y la indignación a favor o en contra de los
demás, sino que debe tener repercusiones
judiciales, como lo analicé en el
caso de Alfredo Molano.
Después de la indignación polarizada,
característica del “debate” público en
Colombia, es posible que los
amores y los odios bajen como espuma , y el tema se pierda en
el tsunami político y audiovisual-mediático que, salvo contadas excepciones, manipula, desvirtúa,
retuerce, aprovecha y disfruta sembrando ambigüedades para no tener que meterse en honduras sobre el país real.[2]
Mientras se instala
ese término “posverdad”, el más
ambiguo de todos, que deja en
un segundo plano la solidez
de valores como la
independencia, la polarización unta
cualquier “debate” . Y en ese contexto, poco sirven las constantes reacciones ciudadanas que se
indignan frente la irresponsabilidad de medios, periodistas y
políticos. Porque la receta que se
ha utilizado para que esa irresponsabilidad prospere es ignorar lo que afecta en carne propia y despotricar
contra lo que hace o dice el
otro.
Casos
concretos :
Salud Hernández , en el programa de Semana en vivo en el que participé, se siente autorizada para hablar de los “excrementos “ en las redes
sociales, entre los cuales, se
supone, debo incluir lo que escribo. Esta excelente periodista no cae sin
embargo en cuenta de la manera como atiza
lo que cuestiona. A su turno, Daniel Samper Ospina tiene una manera particular de entender
el humor que no comparto pero,
desde luego, considero esencial que
exista.
Eso si, prefiero mil veces el humor paisa de Doñas Tola y
Maruja. Antes de que Samper Ospina mezclara, con toda la
creatividad que lo caracteriza, el
periodismo, el teatro, lo yutuber, y cuando
la suscrita era todavía docente
de la Maestría de la Universidad de
Rosario y Semana, uno de los estudiantes hacía sus prácticas en Soho. En
esta época, la revista tenía una serie que tituló
“odio a…”. A través del estudiante, le
propuse al director de Soho, Daniel Samper Ospina, escribir un artículo
sobre Odio a Soho. Aceptó lo cual muestra su liberal apertura de espíritu (no me refiero al partido sino al talante) y eso dije en su momento:
Quizás
entonces valdría la pena ahora , en vez de polarizar y polarizarse,
retomar el tema de la responsabilidad social o, mejor, de la irresponsabilidad social, si en verdad se pone en practica la
buena intención de reflexionar sobre
los comportamientos colectivos en
Colombia, más allá de las indignadas marchas,
cartas y similares. Porque no se sale del paso simplemente por indignarse, como lo
demuestra el siguiente recomendado.
RECOMENDADO
Netflix
sigue proporcionando esos
espacios de reflexión que a veces los
propios medios de comunicación ignoran.
Como producción propia acaba de salir
un minucioso documental sobre los hilos que se mueven detrás del poder mediático, en este caso para derribarlo.
“Nobody
Speaks, trials of the free press”
es un minucioso y complejo documental
escrito y dirigido por Brian Knappenberger para Netflix. Lo de complejo implica que es
necesario verlo una y otra vez, o con
una y otra pausa, para entender los nuevos hilos del poder. Por ejemplo recurren a demandar a
medios para arruinarlos y así destruirlos, o comprarlos
silenciosamente o a través de
testaferros.
Trump elogioso de Peter Thiel |
Un documental de interesantes lecciones. No porque sea
comparable con lo que sucede en Colombia ( los
cacaos son dueños de medios y
parte de lo mediático; Daniel Samper no
es Hulk Hogan), sino por la investigación periodística
que implicó desatar las razones detrás de dos hechos . Por una parte , descubriendo cómo
el juicio al folclorico
Hulk había sido montado por un millonario, de nombre Peter
Thiel, cercano admirador de
Trump, para vengarse del
pequeño periódico digital
que destapó que era
homosexual. Y por la otra, analizando la decisión de un
grupo de periodistas que trabajaban en un
medio comprado subrepticiamente a
traves de su yerno por otro
millonario de Las Vegas , Sheldon
Anderson, dueño de casinos , y
también cercano a Trump. Los
periodistas se jugaron su
puesto y se convirtieron en
verdaderos héroes del periodismo,
publicando quienes habían
comprado su periódico, publicación
que se hizo en el mismo periódico. Obviamente,
tuvieron que renunciar o aceptar
que los echaran al día siguiente.
El
documental desata el complicado ovillo
de cómo un juicio ( Hulk vs. Gawker) de violación de la vida privada,
ganado por un excentrico luchador
y “marca” de un programa televisivo Hulk Hogan,
contra el mencionado
periódico digital ( por cierto de regular reputación y
aficionado a burlarse de las
convenciones) fue en realidad la vengativa
estrategia de un
multimillonario de Silicon Valley.
Los perjuicios para ese personajillo
que “usaba su vida sexual como parte de su imagen”, fueron
de 140 millones de dólares, que acabaron con Gowers y
sus periodistas.
“El periodismo en verdad es frágil”- dice una de las entrevistadas. Y otro expresa “ el discurso ( de opinión) aún el más desagradable, está protegido por la primera enmienda”. “Éramos
malos para Silicon Valley” – concluye el editor en jefe del
periódico digital. “ Sabía que esa
decisión terminaría con mi
carrera “- reconoce sin
vacilaciones una periodista
de Las Vegas Review- pero no
podía reparar la mancha moral de mirar hacia otro lado”
“ Se trata de decir la verdad sobre los
poderosos “ – enfatiza el periodista
Smith, a quien le ofrecieron
pagar el tratamiento de su hija
con tumor cerebral,
y que rehusó. Casos
concretos de arriesgarlo todo por valores
imperecederos del periodismo.
Queda
entonces la inquietud: desenredar el ovillo, mas allá del apoyo a Samper Ospina.
[1] Ver , por ejemplo, las declaraciones de José Félix Lafaurie, Presidente de Fedegán
e inexplicable consentido de los medios, en el
Programa Semana en
Vivo del lunes 17 de Julio . ¿Por qué
consentido de los medios? “es
que es
el único uribista de mostrar “- me dijo sobre el tema alguien con evidente
parcialidad.
[2] ¿Acallar la opinión?
Cuatro Araújos versus Alfredo Molano,
Taller de Edición Roca, 2010,
María Teresa Herran.
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