La entrevista de Amat en El Tiempo, tela de donde cortar |
Desde la polarización mental
que caracteriza al país y que se
pretende aplicar a todos los sectores, pareciera que
quien no está en favor de Germán Efromovich,
Presidente de Avianca, que asumió el liderazgo
mediático del conflicto laboral por parte de la empresa, está
en contra de los pilotos de Acdac y de su
Presidente, el capitán Jaime Hernández, quien asumió
principalmente el liderazgo emocional del sindicato. O
vice conversa, por supuesto.
Lo que
refleja ese conflicto es la
manera errática, irracional y poco
constructiva como se llevan a infeliz término muchos conflictos laborales
entre sindicatos y empresas.
Como se advirtió en este blog desde el comienzo, un caudillismo
mediático fue favorecido por el cubrimiento noticioso, aunque
puso en una clara posición de ventaja al señor Efromovich. No en vano la torta
publicitaria de Avianca es
tan codiciada.
¿De quien es Holding Avianca? ¿Qué derechos defiende? |
Pero la realidad de los
hechos no es sencilla ni se trata de una triste victoria como la califica el Señor Efromovich,
ni los colombianos podemos tragar
entero aquello de que “Si alguien gana con el levantamiento del
paro es Colombia. Y sus instituciones” , como
también concluye el Presidente de Avianca, en entrevista
de Yamid Amat (El Tiempo, domingo 12/10).
Sea dicho de paso, todas las entrevistas
de Yamid Amat -y esta no es la excepción- tienen la ventaja
de hacerle decir al entrevistado todo lo que
piensa, gracias a esa característica serenidad impasible como entrevistador, que lo convierte, sin
duda, en el mejor en este género en Colombia.
Porque las entrevistas de Yamid
Amat tienen tanto de largo como de ancho, mucha tela de donde cortar. Es
decir, son concreta base de análisis.
Ojalá muchos jóvenes o no tan jóvenes periodistas como Luis
Carlos Vélez aprendieran de este viejo maestro. Preguntas cortas y precisas, como aquella de “¿quien
resultó ganador al final de todo eso”? le
permiten a
los receptores decantar lo
que hay en una respuesta tan vitrinera como “si alguien gana con el levantamiento del paro es
Colombia” o que esta es “una triste victoria”. Pero ahí está una punta para que usted desenrede el ovillo.
Sin duda, volviendo a la polarización y al
cubrimiento mediático, el vitrinerismo autoritario y
terco del Presidente del sindicato
creó la impresión de que los pilotos eran
unos abusivos que pedían extravagancias, reforzándose además el imaginario según el cual el sindicalismo
es nefasto para el país.
Pero si uno se
desprende de las despistadoras polarizaciones y empieza a
analizar contenidos - por ejemplo del pliego de
peticiones- hay otros aspectos que se
deben analizar en el conflicto laboral. Es de esperar
que así lo hará la Corte Suprema en su sentencia
de ilegalidad o no de la Huelga o paro. Esperemos que no sea tan
polarizadora como lo que ha sucedido hasta ahora, y que se detentrá
en las zonas grises.
El punto central de
esas zonas grises no es agigantar el impacto
económico y momentáneo de esa huelga o paro, sino el contexto de parte y parte. Por
supuesto, la terquedad sindical y la proporción de afiliados. Pero la
empresa no está exenta de ese contexto.
Por ejemplo,
materia de análisis debe ser qué tanto afecta a los usuarios del transporte aéreo
colombiano el poder de una empresa con posición tan dominante, su estrategia empresarial de contratar
esquiroles en el conflicto laboral, amenazar
con contratación de pilotos extranjeros, manipulación mediática (con avisos de varios empleados subalternos como aquel hashtagYonoparo) que contrarían la libertad
de asociación. ¿Qué tan pacíficas son las
amenazas prepotentes de despido, desconociendo el fuero sindical? ¿
Qué tan valedera es la explicación de la
subida de las tarifas por el sistema de “revenue
Managment” en un servicio esencial de transporte que es lo que se argumenta? Es
decir, en criollo, negocio es negocio, ¿pero del servicio público esencial, qué?
Entonces, veamos algunos errores estratégicos de Germán Efromovich,
que pueden y deben al menos poner en
duda su “triste victoria”:
1. Hacernos creer
que Avianca es colombiana y confundir un rescate
empresarial eficiente (cuando la compró) con un símbolo
de nacionalidad colombiana.
2. Mostrar con demasiada evidencia
mediático-caudillista que él era dueño y
señor de Avianca y que
lo único que se hacía era cumplir la
ley.
Esa supremacía no solo es antipática sino que
minimiza a los vice presidentes
colombianos con un evidente
tinte de
altanería disfrazada de nacionalismo.
3. Someterse sin condiciones al fallo del tribunal de
arbitramento, pero más que como
defensor de la ley, con el
triunfalismo de un seguro “ganador”.
Son sus palabras: “ cualquiera que sea el fallo
judicial por ley el pliego de peticiones debe ser
analizado por el Tribunal de Arbitramento
convocado por el Ministerio del Trabajo” y “ este tribunal
tiene diez días para pronunciarse. Cualquiera
que sea el fallo judicial, Avianca lo va a respetar”. ¿Se limitarán tanto el tribunal de arbitramento como la Corte Suprema a darle toda la
razón a la empresa y a su dueño
mayoritario?
4. El error de caer en contradicciones mediáticas. Al alarmismo emocional que planteó como trágico, demonizando a los
pilotos y magnificando el impacto, decir
ahora que “somos un herido leve que sin duda
tendrá cicatrices” ( El Tiempo, a Yamid
Amat, domingo 12 de Noviembre). Y entonces, si las heridas son leves, ¿Por qué tanto escándalo?
5. CONCLUSIÓN:
EFROMOVICH ES UN “MODELO” INADECUADO DE EMPRESARIO.
EFROMOVICH ES UN “MODELO” INADECUADO DE EMPRESARIO.
Al creer que
manipularía la opinión exaltándola en contra del sindicato con un
falso nacionalismo, lo que demuestra el señor Efromovich (por cierto comprador de baldíos y de
tierras despojadas, desde “La
Dolce Vista", y "La Gloria" nombres sintomáticos), es precisamente lo
contrario.
Un empresario como Efromovich es una mezcla
comprobable. ¿De qué? De aguilucho del
poder económico global. Desde Brasil o Colombia, o
desde cualquier lugar del mundo, se posa con voracidad en cualquier sitio, con
tal de que haya rendimientos. Un empresario que pretende hacer vitrina hablándonos de sufrimiento, dolor, sacrificio empresarial, etc. etc. Pero eso sí, buscando pronunciamientos gremiales y empresariales de apoyo para
sustentar el imaginario de
desastre sobre “la crítica situación en que los dejó el conflicto
laboral”, situándose muy avispadamente por encima de derechos
fundamentales, en vez de intentar darle
una solución humana a los conflictos y a las relaciones
laborales.
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