jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Qué hacer contra el marasmo que facilita la corrupción y para desintoxicar lo político?




Foto MTH
 Después del ilusorio descanso de las  fiestas  de fin de año, la feria  de propuestas que se  avecinan en periodo electoral va tener como caballito de batalla  la lucha contra la corrupción. Todo el mundo será santo de la causa, mientras no se  demuestre lo contrario. Es decir,  mientras no aparezcan los nuevos  Ñoños que,  predeciblemente,   van a “descubrirse”  después de las elecciones. Es decir,  cuando ya estarán cómodamente  sentados en sus sillones parlamentarios, en las alcaldías, o seguirán manejando los hilos del poder desde  las   cárceles.


 Por un Noño y un  Bernardo Elías destapados, diez  andan sueltos y con ganas. Más aún,  ya se nos anuncia que  sus familiares  tomarán  el  jugoso relevo. Y mientras los medios denuncian post morten, es decir, cuando no hay nada que hacer,  los corruptos se logran  mimetizar bajo nuevas  denominaciones o transmitiendo el poder de corromper .

Mientras tanto, cunden el desinterés,  la desilusión, el sentimiento de que alguna catástrofe se avecina y,  en  general,  incertidumbre  e impotencia  frente al futuro político y social del país.  Un clima aprovechado  por los “avispados” que siembran  miedo en las promesas de  futuro,  para  beneficiar sus intereses particulares .

Por eso,  Senadora Claudia López: con todo  respeto por su   trayectoria, la solución no está en vociferar en las sesiones  del Congreso, ni   generalizar,  tratando de ladrón a  todo el mundo. La previsible  reacción en contrario es que los “avispados" utilicen  las mismas  estrategias, es decir,  acusar de  corrupto  al gobernador de Nariño, por ejemplo. Tampoco está la solución en caudillismos  trasnochados,  sino  en medidas concretas como las que usted misma  impulsó cuando propuso un proyecto de ley  que  limitaba los excesos  y la relajación ética de los  congresistas.

No nos digamos mentiras: poco  han avanzado en materia programática  los posibles aliados que, en las ya  cercanas elecciones,  le  pueden hacer contrapeso  al  uribismo y al vargasllerismo  (es decir,   al Centro “Democrático” y  al Cambio “Radical”) o, dicho de otro modo,  a  quienes   proponen hacer marcha atrás,  propiciar la desigualdad y conservar sus privilegios.

Hay un evidente problema de egos y de caudillismo en los sectores  que no  se pueden calificar de  polarizadores.  Parecieran  no  darse cuenta  que  todo día que pase  es un día que se pierde al diluir los intentos de hacer algo distinto para remediar  el  clima de disolución  política que  afecta al país.  ¿Es acaso  tan difícil ponerse de acuerdo  en  un mínimo de medidas  evidentes y diagnosticadas, en materia de  educación, salud, infraestructura? ¿Es tan  difícil acoger  muchas propuestas ciudadanas  o de expertos en cada tema, o las  que  el sentido común aconseja? Por ahora, veamos  dos medidas concretas.

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1. Detectar  cómo se mimetiza la corrupción: La unidad investigativa  de El Tiempo ha  empezado una labor positiva , en el sentido de  analizar lo que está sucediendo   en el nivel  local y territorial,   cómo se están  moviendo los  sucesores de los “destapados”.  

Para evitar que el  tema se vuelva  de centralismo bogotano versus autonomía regional,  parece cada vez  más necesaria la presencia de líderes  locales  que  estimulen  reacciones positivas sobre lo que debe  ser la nueva   manera  de hacer política, para utilizar la expresión del otrora Nuevo Liberalismo. Y a propósito,   este no “resucitará”   como lo prometió  ahora  Juan Manuel Galán,   por dos  sencillas razones:


  • El Nuevo Liberalismo  murió hace rato y, en parte,  gracias al  ex presidente  Cesar Gaviria, cuando le sirvieron en bandeja de plata el relevo de Luis Carlos Galán.
  • La era de los delfines ha  demostrado  sus inconsistencias  y contradicciones.


Foto MTH
2. Detectar la corrupción no es quedarse raspando la olla Odebrecht.  El escándalo de Odebrecht  da para  todo. Es decir,  para tapar casi todo lo demás, a juzgar por el cubrimiento mediático y ciertas  decisiones mediáticas de  fiscal ,  Contraloría , Procuraduría y jueces.


No se trata de demeritar la labor  del Contralor Maya o los esfuerzos, todavía  demasiado mediáticos,   del procurador  Carrillo, que tienen la ventaja de su  honestidad. Tampoco  los calculados impactos  del fiscal, que se focaliza demasiado en  algunos  aspectos y muy poco en  otros. Eso si , hay que reconocer tanto al Procurador como al Contralor su empeño con resultados, cuando su  oportuna  intervención salvó  del hundimiento en el Congreso del pliego obligatorio unificado para licitaciones de contratos de obras públicas, con lo cual se le puso un primer tatequieto a los contratistas inescrupulosos que trataban de hacer lobby con algunos  parlamentarios para que no se aprobara.  De lo que se trata es entonces  de co adyudar  a los  funcionarios de control. ¿Cómo? Mediante  aliados hasta ahora poco  eficientes, muy  organizadores de  foros  sobre innovación y anticorrupción, pero poco  productores de resultados.                                                                                                                    

3. Mayor actividad es universidades  e  instituciones privadas locales. El nihilismo  y la  desazón que   parecen cundir  ahora no son  un síntoma de  progreso, sino de peligrosa impotencia. Se olvida que las  medidas  más eficientes para evitar la corrupción son quizás las más  sencillas, emanadasdel sentido común  o de las experiencias de los expertos en cada  tema, ignorados por los políticos y los medios.


 Haga la prueba : Cuando   a través de los   medios tradicionales se analiza  desde las  regiones lo que  los   medios RCN y  Caracol , tanto  de radio  como  de TV,   muestran  y escogen como “noticia” lo que a su modo  de ver   parece  suceder en Colombia, se tiene la sensación de  estar en un país distinto  de lo que sucede localmente.
Pero al mismo tiempo,  la poca  participación al menos en seguimiento  o veedurías  ciudadanas ,  tanto de las universidades como de  instituciones locales como las  Cámaras de Comercio -  es evidente.
 

¿Por qué será que los escándalos  aparecen después, cuando ya se han  comprado  las pechugas a 40.000 pesos  y se acomodaron las facturas?  Aguas arriba, la respuesta   debe  encontrarse  tanto  en la ausencia de  control ciudadano  o  de entidades privadas como  de veedores   en las  licitaciones y  las adjudicaciones.  Un tema evidentemente  ladrilludo al que pocos  se le miden . 




La transparencia   obliga  a una  mayor organización  civil  y a menos carreta  anti corrupción para  que se cumpla el proverbio  aquel según el cual  más vale prevenir que lamentar.  Eso, y no  vana palabrería, es la real participación ciudadana. 




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#EstoTieneQueCambiar

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