sábado, 10 de febrero de 2018

CPB: NO SE TRATA DE...


No se trata de  cuestionar la excelente organización de la  entrega de   premios CPB,  el trabajo  del jurado,  el indudable merecimiento de periodistas  de raca y mandaca como  Hernán Peláez, el excelente columnista y escritor Arturo  Guerrero,  o la  capacidad investigativa e independiente de  Gloria  Valencia,  la foto  “vieron arder  todo lo que tenía”,  La médica Hernandez, Alberto Medina o los  estudiantes que presentaron  la  tesis de grado premiada  “Caminos  de resiliencia”, etc. etc.

No se trata de desconocer que  se postularon   643 trabajos   que muestran   el prestigio  del premio. Tampoco  se trata de olvidar que muy gentilmente  me ofrecieron ser parte del jurado, lo que  no  acepté, por razones que tienen que ver con el papel de los gremios periodísticos.

No. Se trata de  una falta de pudor en las medallas.  ¿Se puede comparar  la del  mérito periodístico Guillermo Cano con   la  creada por extraña milimetría y llamada  Enrique  Santos Castillo?  ¿ Donde  está el pudor  cuando ésta última  se entrega al  hijo Enrique Santos Calderón?  ¿ Se la merece  Alejandro Galvis, dueño  de Vanguardia  Liberal,  también por  su “reconocido trabajo periodístico”?

Se trata de inquietudes, inquietudes...




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