El libro (2002) es de German Puyana G. y todavía vigente |
Las campañas electorales son una extraña mezcla de publicidad, propaganda, desinformación, amores exagerados con barniz de “objetividad”, odios reconcentrados disfrazados de “imparcialidad”, bondades y maldades.
El
maniqueísmo abunda : “bueno” es el
candidato de sus preferencias y “malo”
es el candidato más cercanamente opuesto a sus preferencias. Lo mediático disfrazado de periodismo trata
de mimetizar esas diferencias
tajantes entre lo que nos gusta y lo que
no nos gusta, o mejor, entre lo que les
gusta y no les gusta, bajo
apariencias de “debate” democrático.
Este periodo de saturación electoral, tanto por las carreras hacia el Congreso como ahora a la Presidencia, no ha sido un debate democrático, por varias razones. Un análisis más de
cerca puede servirle a Ud. para curarse en salud y evitar
caer en la trampa electoral.
Dibujos de ARP y MTH |
La condición, desde luego: que se tenga un mínimo de cultura política y una ética que
le impida a Ud. creer
que la compraventa de voto es un
acto de “democracia”. O que a usted le
dé lo mismo, tal vez porque no lo ha
vivido, estar
en democracia -por imperfecta que
sea- que en dictaduras
totalitarias. Los chilenos, los
argentinos, y los venezolanos saben de qué estamos hablando.
Algunas sugerencias.
1. No creer en la importancia de los “debates” : la
fiebre de los debates llegó a tal punto que
pusieron en competencia
simultánea unos debates con
otras maneras de difundir ideas. Así sucedió, ejemplo entre varios, con el debate de todos los candidatos en Canal
Capital, simultáneo con la entrevista
a Sergio Fajardo en Hora 20. ¿mezquindad?
¿”Me importa un taco” el otro
medio? Vaya usted a saber.
De
todos modos, los candidatos se vieron en
ascuas para asistir a esa
proliferación de debates
y repetitivas entrevistas. Candidato que no asistiera, puntos de menos .
¿ Qué puntos? No sobre lo que
vaya a proponer, sino el hecho de que no
asista, como le pasó también a una que otra vicepresidenta. Todas, por
cierto, de excelente trayectoria.
Pero ese criterio de “mercado debateril”, que lleva a confundir debate con espectáculo y con reality, se reflejó en el exceso de propaganda-publicidad, reconocido aún por personas poco dadas a analizar críticamente los medios de comunicación y el periodismo.
¿Qué nos queda de tanta "venta" de candidatos? ¿Ideas para sortear las crisis que se avecinan tanto en el tema de posconflicto como en nuestro desarrollo como país? ¿ ha salido fortalecida nuestra democracia, se ha sacudido el abstencionismo, hay mejores elementos para afrontar los conflictos?
¿Qué nos queda de tanta "venta" de candidatos? ¿Ideas para sortear las crisis que se avecinan tanto en el tema de posconflicto como en nuestro desarrollo como país? ¿ ha salido fortalecida nuestra democracia, se ha sacudido el abstencionismo, hay mejores elementos para afrontar los conflictos?
Ejercicio : Descubra usted cuales fueron los estrategas
publicitarios que más
despilfarraron recursos en la dudosa "venta"de su candidato.
Descubra a aquellos que se limitaron a mostrar plazas
públicas llenas, buscando ángulos favorecedores ( que van de
Pedro a Duque). Distinga
los que no
acudieron a medios de convicción
como el uso de los nuevos medios ni propusieron campañas innovadoras.
¿ Recuerda Ud. aquel “No” , campaña de un puñado de chicos, que le dio la victoria a los
opositores de Pinochet? Pues no se vio una hazaña similar en estas campañas. Más de lo mismo.
Recomendada : película sobre el tema. Por internet la consigue y gratis.
2. No creer que los debates son productos para vender otros productos. Con la falsa autopersuación
de que pautando en los “debates “
los empresarios contribuyen a “construir” democracia (otra palabra de moda), el resultado
es poco democrático. ¿ por qué? Porque esa fiebre no
depende del deseo de
fortalecer la democracia, sino
de hacer el espectáculo mediático que ofrezca el mayor rating y, por lo mismo, sea más rentable para
el que pauta.
¿Cual es la diferencia entre propaganda y publicidad?
Como lo sabe cualquier estudiante
de ciencias sociales, la propaganda
busca promover conceptos e ideas,
y la publicidad, promover
comercialmente productos. Ambas
estrategias son desde luego
normales en sociedades como las
nuestras ( para que no crean que estoy
en contra de ellas per sé). Pero
Ud. debe saber la diferencia
entre una y otra , concluir que cada vez están más mezcladas, y sus linderos se difuminan cada vez más , tanto para vender a candidatos como a productos, lo que quiere decir que
a usted lo consideran cada vez
más un consumidor de la política.
Ejercicio: Descubra Ud. cual fue el
mayor error de los empresarios – o del
gobierno- cuando invirtieron en espacios
de “debate”, como si el debate político de candidatos impulsara la venta
de toallas higiénicas o desodorantes .
De nuevo : analice cuales fueron los estrategas de comunicación de las campañas menos innovadores y aquellos que cayeron en la confusión entre vender productos y promover percepciones políticas en
espacios noticiosos.
3. No creer en el qué sino en el cómo: La mediocridad de los
debates y de las campañas electorales centradas en candidatos menos que en programas concretos demuestra dos
puntos de partida erróneos, que también, por cierto, se han observado en
otras campañas presidenciales como las de Clinton Vs. Trump, que poco
incidieron en el resultado final.
Los intríngulis de la manera como se busca el poder son en
ese sentido iluminantes, como
decía el columnista Klim, por cierto mucho más ingenioso que su pariente Antonio Caballero.
Primer punto de partida erróneo: creer que el periodismo es
el mas capacitado para hacer preguntas.
No se extrañe que todas las preguntas versaran sobre los
mismos temas generales, casi siempre con
los mismos periodistas de siempre. La academia solo ha estado presente para imitar la ligereza del periodismo en vez de contextualizar problemas. Un tema como la renegociación del Tratado de libre Comercio con EEUU no se puede contestar con un si o con un no, sino , como bien lo dijo Fajardo en Blu Radio, hay que evaluar primero. La moda del Si o No viene de la encuestitis y es un producto del periodismo espectáculo.
Segundo punto
de partida erróneo: en la era de lo
audiovisual, el mayor énfasis de los ”debates” se hace mediante lo audiovisual,
en particular la televisión , la radio
y la redes sociales como Twitter , facebook y similares.
Aunque no lo parezca, todos estos
medios de comunicación tienen tres puntos en común: prioridad
en el
audio y lo visual, pero sobre todo, la velocidad.
Para que Ud. no
coma cuento, las consecuencias
son evidentes: en lo audiovisual no importa tanto
lo que se diga sino cómo se dice
y cual es el “target” .
Además, el contenido pierde importancia frente a la percepción inmediata: que como iba vestido, que por qué no contesta
en forma tajante sino a
“mediastintas”, que por qué su voz es
chillona, que habla muy rápido o muy despacio, etc.
etc.
Si se trata de actividades cuasi delincuenciales en
periodo pre-electoral , lo
“in” se ha vuelto sabotear al otro, como lo hizo Trump, o francamente delincuenciales como comprar votos, como lo hacen nuestros politiqueros tradicionales aficionados al clientelismo. En ese aspecto, por fortuna, y gracias a los medios, a los audios
y a los videos, los delincuentes de cuello blanco cada
vez están más acorralados.
Ante semejante panorama, las estrategias de defensa de la democracia no deben ser con publicidad o propaganda o comunicados de la ONU, el Episcopado y similares, sino focalizando y denunciando sitios peligrosos como lo ha hecho la MOE, y como deberemos todos estar pendientes de denunciar el día de las elecciones.
Ante semejante panorama, las estrategias de defensa de la democracia no deben ser con publicidad o propaganda o comunicados de la ONU, el Episcopado y similares, sino focalizando y denunciando sitios peligrosos como lo ha hecho la MOE, y como deberemos todos estar pendientes de denunciar el día de las elecciones.
De todos modos, volviendo a las "trampas" electoreras de lo mediático, en la
era audiovisual, las audiencias solo
retienen los conceptos generales, la forma mas que el fondo. El contenido es lo de menos.
Ejercicio:
enumere los parecidos entre
candidatos opuestos como Duque y Petro
, o Petro y Fajardo; de Vargas Lleras, Petro ( respecto del caudillismo-
autoritarismo propio o del padrino-caudillo Uribe ). Las diferencias no son tan abismales como lo
hace parecer la verborrea. ¿ Qué quiere decir y como se come favorecer
(en cuatro años) las energías
“limpias” en vez del carbón y el
petróleo? ¿ Qué quiere decir
estar en favor de la educación y de la salud ? ¿Qué quiere decir que el futuro
Presidente gastará menos? ¿Servirá ese caudillismo mediádico centrado en los candidatos para el futuro progreso del país? ¿Qué quiere decir que es el presidente "que necesitanos"? ¿Cómo se construyen "grandes equipos de trabajo"?
Exija entonces que su candidato le ponga cifras a
las promesas absolutas de su utopía .
Si hace el
ejercicio del punto anterior, descubrirá
que no hay candidato que esté en contra de la protección del medio ambiente, de la prevención del cambio climático ( que
por cierto ya llegó ) , de la infraestructura
de carreteras secundarias, y
primarias, o que haya mejores
oportunidades para todos. Solo hay una verdad de Perogrullo en este campo:
ningún candidato promulga que,
si votan por él, empeorará la
situación.
Ejercicio: más que
ideales, preguntar o
averiguar como se escogerá
a los inmediatos colaboradores, con qué
criterios, y como
se garantizará una carrera administrativa por méritos no
clientelistas.
5.
No creer que la única información es la de los medios oligopólicos, de los amigos o de las redes sociales. En épocas de fiebre electoral y de mesas de trabajo periodísticas sentadas sin
investigar, ) con detectables
excepciones ( por ejemplo Daniel Pacheco en Zona Franca) poco se aprende de las entrevistas, paneles,
foros, conversaciones , tertulias,
grupos y similares. La comunicación colectiva es sobretodo entre amigos, o personas que piensan como
uno, repiten los mismos argumentos, y terminan
en insultos “ rediales” ( valga decir, a través de las redes) cuando
se buscan otros horizontes. El “debate”
de ideas es casi siempre entre
personas afines, pero los insultos llevan a desentenderse de lo que piensan los demás.
6.
No le dé validez de realidad a las
promesas y haga una evaluación de lo
“cumplido”. Para lo uno y lo otro es necesario investigar de primera fuente, es decir, leer los respectivos
programas y averiguar en cifras y resultados
cómo se hizo lo que el candidato afirma “logrado”.
Ejercicio:
Acudir a los informes académicos,
internacionales, o de prensa
escrita , bien sea en papel o en ediciones virtuales. No basarse para la evaluación para
escogencia de “su” candidato en
conceptos absolutos.
7.
Conclusión: dominar las pasiones centradas en los candidatos, en aras de la tolerancia, pero también, de una mejor aplicación de los principios de la democracia real. Amyarta
Sen hace una observación en contra de la teoría general
según la cual a los regímenes
autoritarios les va mejor que a las
democracias débiles. “ Para tratar estos temas, debemos tener particular cuidado tanto en el
contenido de lo que puede llamarse
desarrollo y la interpretación de la
democracia, ( en particular en lo
que tiene que ver con el papel del
voto y de la razón pública) “.
Ese
término “razón pública” (que por
cierto es un razonable título de la revista digital dirigida
por el académico Hernando
Gómez Buendía) implica
que el debate, en fin de cuentas, significa
que la opinión
pública debe informarse y no ser producto de la encuestitis, del espectáculo, del “me gusta” o “no me
gusta”, de la pereza mental.
(Continuará el próximo jueves)
(Continuará el próximo jueves)
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