jueves, 17 de mayo de 2018

MANUAL PARA NO CAER EN LA TRAMPA PRE- ELECTORAL (I)


El libro (2002) es de German Puyana  G. y todavía vigente

Las  campañas  electorales  son una extraña mezcla de  publicidad, propaganda, desinformación, amores exagerados con  barniz de  “objetividad”, odios reconcentrados disfrazados de “imparcialidad”,  bondades y  maldades.

El maniqueísmo abunda :  “bueno” es el candidato de  sus preferencias y “malo” es el candidato  más cercanamente  opuesto a sus   preferencias. Lo mediático  disfrazado de periodismo  trata  de mimetizar  esas diferencias tajantes  entre lo que nos gusta y lo que no nos gusta,  o mejor, entre lo que les gusta y no les gusta, bajo  apariencias  de  “debate” democrático.



Este periodo  de saturación electoral,   tanto por las carreras hacia  el Congreso como ahora a la Presidencia,   no  ha sido  un debate democrático,   por varias razones. Un análisis  más  de cerca  puede servirle a Ud.  para curarse en salud y  evitar   caer en la trampa  electoral.

Dibujos de ARP y MTH
La condición, desde luego: que  se tenga un mínimo de cultura política y  una ética que  le impida  a Ud.  creer  que  la compraventa de voto es un acto de “democracia”.  O que a usted le dé lo mismo, tal vez porque  no lo ha vivido,   estar en democracia -por imperfecta  que  sea- que en  dictaduras  totalitarias. Los chilenos, los  argentinos, y los venezolanos   saben  de qué estamos hablando.


Algunas sugerencias.


1. No creer en la importancia de los “debates” : la fiebre de los debates  llegó a  tal punto que  pusieron   en competencia   simultánea unos debates  con  otras  maneras de  difundir ideas.  Así sucedió, ejemplo entre varios, con  el debate de todos los candidatos en Canal Capital,  simultáneo con  la entrevista  a  Sergio Fajardo en Hora 20. ¿mezquindad? ¿”Me importa un taco” el  otro medio?  Vaya usted a saber.

 De todos modos, los candidatos se  vieron en ascuas para asistir  a esa proliferación  de  debates  y repetitivas entrevistas.  Candidato  que no asistiera,  puntos  de menos .  ¿ Qué puntos?   No sobre lo que vaya a  proponer, sino  el hecho de que  no  asista, como   le pasó  también  a una que otra vicepresidenta. Todas, por cierto, de  excelente trayectoria.

Pero ese criterio de “mercado  debateril”,  que lleva  a confundir debate con espectáculo y con  reality,  se reflejó en el exceso de propaganda-publicidad,  reconocido aún por personas poco dadas a analizar críticamente los medios de comunicación y el periodismo. 

¿Qué nos  queda de tanta  "venta" de candidatos? ¿Ideas para   sortear  las crisis que se avecinan tanto en el  tema de posconflicto como en  nuestro desarrollo  como país? ¿ ha salido fortalecida nuestra  democracia,  se ha sacudido el abstencionismo,  hay mejores elementos para   afrontar los conflictos?

Ejercicio : Descubra usted cuales fueron los  estrategas  publicitarios    que    más  despilfarraron recursos en la dudosa "venta"de su candidato.   Descubra  a aquellos que se limitaron a mostrar plazas públicas  llenas, buscando   ángulos favorecedores ( que van de Pedro  a Duque).  Distinga  los   que   no acudieron a  medios de convicción como  el uso de los nuevos medios  ni propusieron  campañas  innovadoras.

 ¿ Recuerda  Ud.  aquel “No” , campaña de un puñado de chicos,  que le dio la victoria  a los  opositores de Pinochet? Pues no se vio una hazaña  similar en estas campañas. Más de lo mismo. Recomendada : película sobre el tema. Por internet la consigue y gratis.

2. No creer que los  debates son productos para vender otros productos. Con la falsa  autopersuación de que pautando en  los  “debates “   los empresarios contribuyen a “construir”  democracia (otra palabra de moda),   el resultado  es  poco   democrático.  ¿ por qué? Porque esa   fiebre no  depende   del  deseo de   fortalecer  la democracia, sino de  hacer el  espectáculo mediático,  como a vozor tal o cual  candidato se  lograrieros en la confusion entre vender productos y  promover ideologias.ntra de ella  que ofrezca el mayor  rating y, por lo mismo, sea más rentable para el que pauta.

¿Cual es la diferencia  entre propaganda y  publicidad?    Como lo sabe  cualquier estudiante de ciencias  sociales,  la propaganda  busca promover  conceptos e ideas, y la  publicidad,   promover  comercialmente productos.  Ambas  estrategias son desde luego  normales  en sociedades como las nuestras ( para que no crean  que estoy en contra de ellas per sé).   Pero  Ud. debe  saber la diferencia entre   una y otra , concluir que   cada vez están  más mezcladas,   y sus linderos  se difuminan  cada vez más ,  tanto para vender a candidatos  como a productos, lo que quiere  decir que  a usted lo consideran cada   vez más un consumidor de la política. 

Ejercicio: Descubra Ud.  cual  fue   el mayor  error de los empresarios – o del
gobierno-  cuando invirtieron   en espacios  de “debate”, como si el debate político de  candidatos  impulsara  la venta  de  toallas higiénicas o  desodorantes .

De nuevo : analice cuales fueron los   estrategas de comunicación de las  campañas   menos innovadores  y aquellos que  cayeron  en la confusión entre vender productos y  promover percepciones políticas en espacios  noticiosos.

3. No creer en el qué sino en el cómo: La  mediocridad de los debates  y de las campañas electorales centradas en  candidatos menos que en  programas concretos  demuestra    dos puntos de partida erróneos, que también, por cierto, se han observado    en  otras  campañas  presidenciales como las de  Clinton Vs. Trump, que  poco  incidieron en  el resultado  final.  Los intríngulis de la manera como se busca el poder  son en  ese sentido  iluminantes, como decía  el columnista  Klim, por cierto mucho más  ingenioso que su pariente  Antonio Caballero. 

Primer punto de partida erróneo: creer que el periodismo es el mas capacitado para hacer preguntas.   No se  extrañe  que todas las preguntas versaran sobre los mismos  temas generales, casi siempre con los mismos periodistas de siempre. La academia solo  ha estado  presente para  imitar la ligereza del periodismo  en vez de  contextualizar problemas. Un tema  como la renegociación del  Tratado de libre Comercio con EEUU no se puede   contestar con un si o con un no, sino , como bien lo dijo Fajardo en Blu Radio,  hay que evaluar primero.  La moda del Si o No viene de la encuestitis y es un producto  del periodismo espectáculo.

 Segundo punto de partida erróneo: en la era  de  lo audiovisual, el mayor énfasis de los ”debates” se hace mediante lo audiovisual, en particular  la televisión , la radio y   la redes sociales como   Twitter , facebook  y similares.   Aunque no lo parezca,  todos estos medios de comunicación  tienen tres  puntos en común:   prioridad en  el   audio y lo visual, pero sobre todo,   la velocidad.

 Para que  Ud. no  coma cuento, las consecuencias  son   evidentes:  en lo audiovisual no  importa tanto  lo que se diga sino  cómo se dice y cual es el “target” .

 Además,   el contenido pierde importancia  frente a la percepción inmediata: que como iba vestido, que por qué  no contesta  en forma tajante  sino a “mediastintas”, que  por qué  su voz es  chillona,   que habla muy  rápido o muy despacio,  etc.  etc. 

 Si se trata de actividades  cuasi delincuenciales en  periodo  pre-electoral , lo “in”  se ha vuelto  sabotear al otro,  como lo hizo Trump,   o  francamente  delincuenciales  como comprar votos, como  lo hacen  nuestros politiqueros tradicionales  aficionados al clientelismo.  En ese aspecto,  por  fortuna, y gracias a los medios, a los audios y a los videos,   los delincuentes  de cuello blanco cada vez   están más acorralados.  
 Ante semejante panorama, las estrategias    de defensa de la democracia no deben ser con publicidad  o propaganda  o comunicados de la ONU, el Episcopado y similares,  sino focalizando y denunciando   sitios   peligrosos como lo ha hecho la MOE, y como deberemos todos  estar pendientes de denunciar  el día de las elecciones.

De todos modos,   volviendo a las  "trampas"  electoreras de lo mediático,  en la era  audiovisual, las audiencias solo retienen los conceptos  generales,  la forma mas que el fondo. El   contenido es lo de menos.

Ejercicio:    enumere los parecidos entre  candidatos opuestos como Duque y Petro  , o  Petro y Fajardo; de  Vargas Lleras, Petro  ( respecto del  caudillismo- autoritarismo propio o del padrino-caudillo  Uribe ). Las diferencias no  son tan abismales como  lo  hace parecer la verborrea.   ¿ Qué quiere decir  y como se come  favorecer  (en cuatro años)   las energías “limpias” en vez del carbón y el  petróleo? ¿ Qué quiere  decir estar en  favor de la educación    y de  la salud ? ¿Qué quiere decir que   el futuro  Presidente  gastará menos? ¿Servirá ese caudillismo mediádico  centrado en los candidatos  para   el futuro progreso del país? ¿Qué quiere decir que es el presidente "que necesitanos"? ¿Cómo se  construyen "grandes equipos de trabajo"?

 Exija  entonces  que su candidato  le ponga  cifras a  las promesas absolutas de su utopía .  Si hace el  ejercicio   del punto anterior, descubrirá  que no hay candidato que esté en contra de  la protección del medio ambiente,  de la prevención del cambio climático ( que por cierto ya llegó ) , de la infraestructura  de carreteras   secundarias, y primarias,  o que  haya  mejores oportunidades para todos. Solo  hay una  verdad de Perogrullo en este campo:  ningún   candidato  promulga que,  si votan por él,   empeorará la situación.

Ejercicio:  más que  ideales,  preguntar  o averiguar  como se  escogerá  a los inmediatos colaboradores,  con qué   criterios,  y  como  se garantizará una carrera administrativa por  méritos no  clientelistas.
                    
5. No creer que la única información es la de los medios oligopólicos,  de los amigos o  de las redes sociales.  En épocas  de fiebre electoral y de  mesas de trabajo periodísticas sentadas sin investigar, )  con detectables excepciones  ( por ejemplo   Daniel Pacheco en Zona Franca) poco   se aprende de las entrevistas, paneles, foros, conversaciones , tertulias,  grupos  y similares.   La comunicación   colectiva es sobretodo entre  amigos,  o personas que piensan como  uno,  repiten los mismos argumentos, y  terminan  en insultos  “ rediales”  ( valga decir, a través de las redes) cuando se  buscan otros horizontes. El “debate” de  ideas es casi siempre entre personas  afines, pero los insultos  llevan a  desentenderse de lo que piensan los demás.

6. No le dé validez de realidad a  las promesas   y haga  una evaluación de lo “cumplido”.  Para lo uno y lo otro es necesario   investigar de primera  fuente, es decir, leer los respectivos programas y averiguar  en cifras  y resultados  cómo se hizo lo que el candidato afirma “logrado”.

Ejercicio: Acudir a los informes académicos,  internacionales,  o de prensa escrita , bien sea  en papel o   en ediciones  virtuales. No basarse para la evaluación para escogencia  de “su” candidato en conceptos  absolutos.


7. Conclusión:  dominar las  pasiones centradas  en los candidatos,  en aras de la tolerancia, pero también, de una  mejor aplicación de los principios  de la democracia real.  Amyarta Sen hace una  observación  en contra de la teoría  general  según la cual  a los regímenes autoritarios les va mejor   que a  las  democracias débiles.    Para tratar estos temas, debemos   tener particular cuidado tanto en el contenido de lo  que puede llamarse desarrollo    y la interpretación   de la  democracia, ( en particular  en lo que tiene que ver con el  papel del voto  y de la razón pública) “.

Ese  término “razón pública” (que  por cierto es un  razonable   título de la revista digital  dirigida  por el académico   Hernando Gómez  Buendía)  implica  que el debate,  en  fin de cuentas,   significa  que  la  opinión pública debe  informarse  y no ser   producto de la encuestitis,  del espectáculo, del “me gusta” o “no me gusta”, de la pereza mental.  

(Continuará  el próximo jueves)
















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