jueves, 20 de septiembre de 2018

EL MERCADO PERSA DE UN DEBATE EN EL CONGRESO QUE SE ESFUMÓ COMO COLA DE RATÓN


Durante las siete horas,  estuve  frente a la pantalla. Fue un ejercicio de calistenia   mental, visual y  auditiva,  como quien  acepta un reto de resistencia o sacrificio. Por eso  mismo, como abuela cibernauta, no  preocupada como  antaño por  buscar  chivas u otros animales,  pude detectar cinco categorías  de parlamentarios . 


Los detalles  que los configuran no  aparecen  en  el relato  que hacen los medios y  su  periodismo reporteril,  por cierto culpabilizados   en  esta ocasión por  el “carrasquillismo”  como  responsables de todo  lo que se  dice  del Ministro de Hacienda, aunque sea verdad.

 No  cabe duda  que  en ese ambiente peculiar,  el periodismo solo  es  “bueno”  cuando  dice algo positivo del respectivo parlamentario,  es manipulable o   se considera una especie de insecto molesto que tiene un micrófono  por lo cual  los ilustres  padres  de la Paria  solo se pueden comunicar con él   diciendo frases  obvias para que las  repita como caja de resonancia.

A diferencia de los ciudadanos como yo ahora,  los periodistas  están  ocupados  en quien    dice qué  (y no en quien no dice nada) ,    en quien ataca y quien  responde,   quien insulta y a quien  se  debe – consciente o inconscientemente  -  considerar como el  guerrero que ganó el reality, perdón,  la contienda.

Esas siete horas  me sirvieron para  detectar  cinco categorías de parlamentarios , a los que usted puede agregar las categorías que  quiera, bien  sea a través de Linkedin, de  Twitter   o de Facebook.

EL PARLAMENTARIO  SOBRADO


Advierto que el titulo no es peyorativo, sino  que  señala  a quien está muy por encima del promedio de mediocridad que caracteriza los  debates  de moción de censura.

Uno,  el  senador Álvaro Uribe  Vélez.   Nuevamente, le  aportó a  su  bancada el brillo del que  ésta carece. Cuando habla, lo hace en un tono de voz pausada y como si fuera humilde. Los hombros se le encogen y su mirada  se pierde en la lontananza , como aquellas  figuras de santos.   Medievales, claro está, porque no me refiero ni al  ex presidente Juan Manuel  ni al inquieto embajador Francisco, sombras que, para  bien o para  mal, acompañan siempre a AUV.

En   su intervención, que todo  el mundo esperaba,  a Uribe la boca se le encoge de  cuando en cuando en forma de  corazón, y  va  soltando palabras y frases, inteligentes y redondeadas. O aclarando  lo que no se preguntaba:  “ el Ministro  no asesoró a alcaldes”. 

El  congresista de marras  no busca mostrar que es  sobresaliente, pero siempre  mide  el impacto  cuando  habla.   Es como  si una voz interior lo propulsara por encima de la nube de incienso, desde  luego producida por la manera silenciosa  y estática como su   bancada se convierte, cuando él habla,  en estatuas  de sal.

Aunque usted no lo crea,  como  tampoco los  poco imaginativos camarógrafos del  Congreso,  la transmisión del  debate es un aspecto  fundamental, quizás más que el mismo debate.  Nadie  se rasca o se hurga los mocos y tampoco  ahora nadie  duerme por temor reverencial a las cámaras. La puesta  en escena  es  importante y cada quien la elabora como puede. Los camarógrafos  del Congreso,  dándole el  tinte más ladrilludo.


 Esta vez, a Uribe  ya no  lo rodearon de pancartas,   como sí las utilizaron los verdes y el Polo.   En esta  ocasión, el encuadre  se componía de dos  figuras angelicales , una detrás de Uribe y  otra al lado.  Al fondo, Paloma  Valencia y  su bella  cara de  Gioconda;  a su lado, la  angelical parlamentaria  Paola Holguín,   toda vestida de  blanco. Uno no sabe muy bien  todavía  por qué está  allí. ¿ Será por el papá?

 En todo caso,   Paloma solo intervino una vez con una  desconocida voz pausada de  monja de clausura.   Muy  diferente de la inefable  Maria del Rosario  Guerra  que  se  improvisó como  cualquier Dolores Ibárruri, en su exaltada  defensa  del Ministro.   Eso si, todavía  no parece  haber encontrado bien  su papel, tal vez por el peso de su clan  Guerra, que le aplasta la personalidad.

Dos,  el  senador Robledo.  Jorge Enrique  Robledo Sigue  siendo  un maestro  de la exposición argumentada, que  empuña  la ironía  como  una espada.  Pocas personas inspiran tanto  respeto intelectual como él, con  su enigmática y austera  figura, así como   la manera impecable como maneja  los datos.

Sin embargo, el martes 18 de  septiembre 2018, que no resultó fecha histórica,  parecía menos preparado que en otras ocasiones.   Quizás porque buena parte de lo  que dijo ya  lo habían  dicho los medios,  sobre  todo, los Panamá  Papers   y  el columnista   Coronell.  Quizás porque previamente se desgastó peleando para que el Centro Democrático  no  se montara en el mismo  bus de citante. Pero  también ,  porque  compartió la citación con el  senador  Alexander López, que  prefirió un tono algo panfletario.  Demasiados temas,   que desenfocaron  el  motivo de la propuesta de  moción de   censura.  De todas maneras, no nos  dignamos mentiras:  ésta  no  podía   concretarse por  aquello de las sumas de parlamentarios  y se esfumó  como  por  encanto.  ¿ Por encanto, o sin encanto?

Tres .   El Senador Gustavo Petro .  También sobresalió, aunque  no era citante, porque   dio  una clave concreta  en un mar de  citas de  leyes, que parece ser  la característica mas  relevante de las sesiones del Congreso o de cualquier declaración de político que se respete.  Enumerar  leyes, decretos , resoluciones, que nadie  conoce pero  que si dan la impresión de seriedad y de saber del tema. El Senador  Petro   puso a  temblar  a uno que otro  cuando   dijo que   el Ministro  Carrasquilla si  había participado  en la   elaboración del   Plan Nacional de Desarrollo.  Una  banderilla  que sin querer queriendo  el Senador Uribe   recogió  para  citar a su   turno el articulo  del plan  para demostrar que no era cierto lo que Petro   insinuaba.  Desde  luego la audiencia interna y externa  se quedará sin  saber  quien   tiene la razón, entre otras  razones, porque no todo lo que   no consta en el Plan  es la garantía  de que no  se  pensó. 

En cambio, Petro  al  parecer  la embarró  cuando  se  ufanó  de  que él , como alcalde, había  logrado, en plena  crisis internacional, la tasa  mas  barata   del 2% para la ETB. No faltó quien  comentara que  las dos fechas  no eran comparables,  pero nadie les puso  atención.

EL PARLAMENTARIO ACURRUCADO


En la  montonera que pidió  el uso de la palabra y que ocupó  mas de las tres cuartas  partes del debate,  se observó un denominador  común: la mentalidad  acurrucada.  De lo que se trataba no  era de  aportar al debate sino de   demostrar lealtad – para   llamarla  positivamente- o   lambonería,  para   decirlo  con algún énfasis.

  A decir  verdad, el Presidente   del Congreso Macías  fue ecuánime  y justo  en  la manera de otorgar  y medir el derecho de sus colegas a intervenir.   Tal vez para hacerse perdonar  la embarrada de la toma de posesión.    De cualquier modo,   fue  evidente una relación proporcional entre el por fortuna  escaso  tiempo otorgado a la  cola  de  parlamentarios que pidieron   la palabra y la extensión de   su     discursividad.  Entre más carreta, más   babosadas.  Eso sí, flotaba en el aire  el deseo común  de que   quedara  registrada su posición.   Que  supiera el gobierno que ellos  si -  no como los castrochavistas citantes-   eran el  respaldo que  necesitaba.

  Desde las tres o cuatro primeras  palabras de cada quien  se  notaba (por supuesto  en mayoría porque  el gobierno tiene la mayoría en el Congreso)  el deseo de agradar o al ministro, o  al  jefe de  bancada que algunos llaman el innombrable,  o al presidente    Duque.  El resultado:  casi nada  se salió de lo mediocre,  de muchas alabanzas  y   mas o menos  cantidad  de flores, según  el afán de cada quien.   Solo uno o dos Senadores   gobiernistas tuvieron la osadía  de decir que,  si bien  respaldaban al  Ministro,   los citados  bonos   habían sido  un  fracaso.

EL PARLAMENTARIO  SORPRESA




En semejante  nivel intelectual,   hubo,  sin  embargo, una  sorpresa. La exposición  del  Senador   Rodrigo Lara  Restrepo. Debo aclarar  que, como   delfín, no  ha sido santo de mi devoción, pero en este caso   mostró   que se  había preparado .   Y  se atrevió  a correr   el riesgo de perder  puntos frente  a  su jefe  Vargas Lleras con  calificativos como  “mermelada tóxica”, o “esquema de endeudamiento  leonino” .  Y preguntó:           ¿Cuanto  ganó el intermediario?   Y agregó,  dejando la inquietud en el ambiente:  “el negocio no es  construir unos  títulos,  el  negocio es revenderlos” . 

Como   a la mayoría de los colombianos  nos  educaron con el miedo a las matemáticas,  a la montonera parlamentaria – salvo reconocidas excepciones- también  le  da  mamera  ocuparse del  intríngulis de  los  bonos Carrasquilla , como el mercado secundario, la pignoración,  los redescuentos y  otros temas financieros muy aburridores,   como  la   clave del negocio vía Panamá, y   lo  que le costó  a  Findeter el  rescate  después de los no-acueductos.


EL PARLAMENTARIO ATERRIZADO


Pero  si  de   acueductos se trataba,  solo dos parlamentarios se destacaron  entre todos los que hablaron  y repetían  como loritos  el  enigmático dato de un 85%  de resultado “positivo”. ¿ Por qué? Porque  pudieron  dar  ejemplos concretos  del tema, de los perjuicios y del meollo. 

 El parlamentario José  Polo   citó  con  detalle,  paso por paso, endeudamiento  por endeudamiento , el caso de  Ipiales,   con una  conclusión resonante:  un préstamo de  $7000 millones, produjo intereses de deuda  de  7281 millones,  tuvieron que ser   refinanciados luego por BanColombia. Usura  para los bonos Carrasquilla   fue la palabra muy  descriptiva que empleó.

La Senadora  Haydé Lizarazo,  del partido Mira.   Manifestó  su apoyo  al ministro pero por una razón  sencilla: al  municipio de donde es  oriunda, le fue bien.   Observó con razón que   suscribir esos bonos  no era  obligatorio sino decisión de los Concejos,  que  a Armenia y a  Calarcá les había  ido bien por ser cuidadoso  con la  ejecución de las  obras. 

Preguntó  lo razonable dentro de su óptica gobiernista : ¿Será  que un mes  después   de nombrado  podemos hacerle  frente a  una renuncia? Y  rubro por  rubro ( salud,  educación,  ICBF, Plan  de Alimentación Escolar)  discriminó   el  hueco fiscal de  25  billones  que  dejó, por cierto, el Ministro Cárdenas.

Nadie en el auditorio pareció reaccionar, salvo por cierto,   la  senadora  Cabal que   en este caso y  en esta  ocasión con  fríos   cabales, a diferencia de sus  habituales  destellos de odio,  también  mencionó al  susodicho hueco.

EL PARLAMENTARIO MUDO

De eso se trataba.  Que  no hablaran.  Verdes, amarillos,  rojos, azules, Uga huga.  Algunos   por disciplina, otros  asintiendo  con la cabeza cuando  sus  voceros decían algo  con lo cual estaban de acuerdo. Otros rebosantes de satisfacción  frente a los elogios  al  Ministro.  Otros, primíparos, algo asombrados  por  el transcurso interminable del debate . Otros, en fin,   calculando  si  seguían  en el  bloque de la independencia  o si le  enviaban una carta al Presidente  Duque. De eso también  se trataba.

¿CONCLUSIÓN?


La  obsesión  discursiva por los acueductos fallidos y los bonos  Carrasquilla ,  cuyas  consecuencias muchos  de los  hoy parlamentarios no fueron  capaces de  detectar  ayer en sus respectivos  departamentos,  le sirvió al ministro para  pasar   sin dejar  muchos pelos en el alambrado, como  reza el dicho popular.  Resta por ver  si el apoyo  irrestricto de Duque y los elogios parlamentarios  lo salvarán  de futuros  errores de percepción sobre lo criollo, por más  PHD que sea.

Y mientras tanto, allá afuera, un  país   rebosante de problemas...









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