jueves, 13 de septiembre de 2018

¿NORMALIDAD DE LO INMORAL?

  


Caso Carrasquilla: falta mucha tela que cortar
 El más preocupante clima de comportamiento social en Colombia es considerar que prevalece la ley sobre la ética. Así como lo leen.

 Los consensos morales, generalmente  ambiguos,  pasan a un segundo plano   después del  derecho y  sus derivados leguleyos,  lo  que debilita tanto al derecho como a la moral,  pero, sobre todo a esta última. [1]

Lo sagrado de la vida.
Por ejemplo,  “la vida  es sagrada” como bien lo plasmó  Mockus en el Cementerio  Central de Bogotá,   se prioriza  mucho menos  que  lo  que  es o no “legal”.

 El debate público,  gracias en parte al aporte de  ciertos medios oligopólicos  y  de  un reporterismo  mediocre que solo se nutre de videos de la Policía,  no versa sobre la vida en sí- o el por qué  de la muerte violenta-.  Enfoca sus reflectores  hacia  lo que pasa en los  videos  y eso  produce miedo general: robar, matar, violar,  hechos  mostrados sin contexto   para los cuales se pide aumento de penas, como  si  esa fuera la  pócima  mágica que detiene la descomposición  social. 

Foto y obra MTH
El  tema   de los  aberrantes asesinatos de  líderes, que producirían espanto en otro país,  se diluye en un debate  estéril,   sobre si son  o no  “sistemáticos . Que si lo son,  alegamos  muchos pero  sobre todo  los familiares de las  víctimas o quienes  recordamos  con pavor  el genocidio  de la Unión Patriótica. Que no - argumentan el  fiscal y algunos "jurisperitos"- .

Pero  la realidad es que  la muerte – y   el carácter  sagrado de la vida-  a veces  importan  en Colombia  menos que  la discusión semántico-jurídica. Los   jueces encuentran argumentos para  soltar a los  capturados  in flagranti . Y un reporterismo, mal  dirigido, (que parece   necesario  analizar más a fondo por  parte de la academia)  se queda en las mismas:  nada de trabajo de campo ni de investigación, acosar  con   micrófonos  a los mismos  de  siempre, que solo   cambian de nombre. Eso si, cuentan que todo lo que hacen  va bien : ministro de Defensa, Ministra del Interior etc. etc. Así sucedió con la  implementación de los acuerdos con las FQRC, convertidos ahora en un  cuasi despelote.

Además, el énfasis de la noticia  depende  de quien  quite la vida o  ya no la  tenga por acción de otro.   No  faltará quien proponga  un  proyecto de ley o una investigación exhaustiva. Muy   pocos, en  cambio,   se indignan y actúan en consecuencia.

En cuanto a las Iglesias, y en particular la católica, pasan  de  agache. Por un Pacho de Roux,  hay  centenares de obispos,  párrocos,  que  se quedan callados o  miran como si no vieran  lo  que sucede  en su rebaño.  Por un padre Lineros,  hay   miles  que se quedan,   con cara de  santos, siguiendo  en las  tinieblas con sus prácticas  inmorales .

  Más  que  satanizar  las redes   sociales, lo que habría  que hacer es  preguntarse, una vez más, por qué  somos así. ¿Todos,  muchos  o algunos pocos? Creo que no tantos como se  inflan.

Porque ¿Serán  mayoría  los  temerosos de opinar sobre algo pero  que insultan y descalifican ( como José  Obdulio a Sandra Borda)?  ¿Serán  mayoría  los colombianos que insultan en redes sociales,  hacer un clic  sobre “me gusta”, avalar lo  moralmente inaceptable?  ¿Todos los colombianos mandan chuzar, como el  Senador  Benedetti o desde  la Presidencia de Uribe, a otras personas? No lo creo. Pero la apatía y la anomia   vuelven  a los demás invisibles, salvo cuando hay iniciativas, que ojalá se repitan.

Un  ¡basta ya!  con resultados…

 No seamos tampoco fatalistas ni concluyamos que nada cambia.   A veces,  como ha sucedido  gracias a la consulta anti corrupción, que hizo un clic  en la clase política y también en la ciudadanía, se proponen  medidas  que, en el  fondo,  son  consensos  morales   que rechazan lo inmoral.

Se llega  a acuerdos  políticos, como el de congelar   la inequidad  salarial de sueldos  extravagantes.  Gestos promovidos por la reacción ciudadana, liderados por  quienes no se creen   depositarios del bien o del mal, sino que   arrastran   la reflexión de los demás  para concluir:  ¡basta! .  El camino es culebrero, y ya surgen  del sombrero de la inmoralidad  aquellos que,   por todos los medios, tratan de frenar  esos intentos. 
¿Empujará la ética  a la potítica , en la votación de una moción de  censura? Amanecerá y veremos.


 Curiosos líderes que   ponen el dedo en la llaga moral…

Como  las "Fake News"  que  no son mas que una etiqueta para  señalar las mentiras,  que siempre han existido,  por fortuna el país  empieza  a  detectar la  otra  cara de nuestras  supuestas  virtudes. Sin querer  ni   queriendo, dos   sectores   políticos han puesto  el dedo en la llaga,  descubriendo   a si mismos y a los  demás  lo que son, y demostrando cómo   el  clima social es  productor de comportamientos “estándares” de inmoralidad. Esos  comportamientos  son los que hay que erradicar, porque  producen  el mismo clima  falta de ética muchos  sectores.
                           
 CAUDILLISMO FARQUIANO, O INSTALADOS DEL OTRO LADO :   los enfrentamientos internos    entre  miembros del  ex secretariado, viejos  jefes decadentes  de pelo  teñido que ya  deberían estar  en uso de buen  retiro, demuestran que   el  caudillismo  está  indisolublemente ligado a  la  necesidad egocéntrica  e inmoral  de  aferrase al poder. Castran  toda una  generación de posibles  sucesores  que  tendrían, sin duda, otra visión de  país.

Los Timochenkos, Márquez, Alape,  el paisa, Ramirez,  de  un lado  y , por el otro,  expresidentes Uribe  y  Gaviria, los Lafauries y Cabales ,  los  instalados   presidentes de gremios,   representan  la incapacidad de salirse del   comportamiento caudillista.  Las consecuencias :  no  crean  espacios   en los que puedan desarrollarse  nuevas generaciones    que  recojan las banderas.   Ese clima  colombiano, que seguramente  existe  en otros países,  es un clima  moral, no  jurídico . Lo  jurídico se  ha vuelto pretexto  para no hablar de moral.  Aclaro que moral  civil,  no  religiosa, que está  en muy mal estado, a juzgar por lo que se descubre en materia de algunos  comportamientos  sacerdotales.

…Y LEGULEYISMO CARRASQUILISTA- CHACONISTA.

Entonces, hay que reiterarlo: una   de las consecuencias  del clima  moral  desfavorable a la moralidad es  la tendencia  a  “normalizar” lo inmoral.

Como el Senador Macías   en  la toma de posesión de Duque, el actual presidente de la Cámara , Carlos   Alejandro  Chacón,  no   hace gala de   pudor  moral alguno cuando propone una  formula según la cual,  al reconocer   que  los salarios  de los  congresistas  son  muy altos, lo que hay que hacer  es  pagarle a los congresistas  por  sesión. Que cada quien se dedique a hacer plata por fuera de las sesiones. ¿Brillante idea?

¡Por favor!  No falta sino  que proponga un proyecto de ley en ese  sentido  lo que automáticamente  “santificaría”   comportamientos inmorales    de   gestiones en  favor propio. Y lo  increíble es que surja siquiera la propuesta.

Alguna similitud   de  enfoque puede   encontrarse en  las  explicaciones   del Ministro Carrasquilla, que considera  todas sus actuaciones legales, lo que le evita mencionar  la inmoralidad de  crear una compañía  Konfigura en  Panamá,  cuando llevaba   “ casi” un año fuera del gobierno”, y  justificar  que no  ganó dinero como  socio  suyo como “asesor”.


Con estas  explicaciones leguleyas,  el “eso no se hace”  que pertenece  al ámbito  moral,  pierde importancia en la maraña. Lo mismo puede decirse  de las   declaraciones   del  presidente del Grupo Aval,  Luis Carlos  Sarmiento Gutiérrez,  en  dos amplias páginas del periódico del que  es  dueño su papá:  nada  sabía de lo que estaba sucediendo  ni de lo que se  hacía  en  relación con Odebrecht:

nada de eso, absolutamente nada de lo que se lo acusa ( a   Jorge Elías Melo), fue conocido por nosotros. Jamás, en ningún momento, él nos informó, o nos consultó nada que se pareciera a un soborno”. 





Como nadie  sabe  nada, todo el mundo está a salvo. Y  Doña  María Lorena  Gutiérrez, ex Ministra de  Comercio exterior, 
 puede   entrar de  inmediato   por la puerta giratoria, con toda  tranquilidad de conciencia,  reemplazando   en  Corficolombiana,  sin ninguna duda moral,  a  Don Jorge Elías Melo.




UN MODELO RECOMENDADO


Para  cambiar de clima, la película   “Candelaria”   no solo  es  un  maravilloso  ejemplo de  ternura y  de arte. Su director, Johnny Hendrix, oriundo del Chocó , egresado, por cierto de la Universidad  del Valle  (pública) también.

“Yo crecí en un territorio en el que más  que aparentar  es importante ser… mis personajes  tienen la tendencia  a, sí, posiblemente ser pobres, pero nunca perder  su dignidad, nunca perderse por dinero. Ser pobre no significa ser indigno;  son “miseraltivos”…  Mi crítica… va  hacia el ser humano. Nosotros podríamos  tener la opción de ser  un  poco más equitativos o nobles, pero lo que  decidimos  es ser caníbales”.  (entrevista  en el  Nuevo Siglo,  Anadolu, septiembre  2 , pagina 24)

A lo que   agregaría que no solo hay  caníbales, sino  también  indignos por  la manera como  algunos consideran normal la inmoralidad.




[1] Recordemos que , al menos en este blog y a mi modo de ver,  la  ética es a la moral lo que la  estética  es a lo bello. En ambos casos - estética y ética-  se trata de  una reflexión del ser humano, o de los seres humanos  sobre  si mismos o   su   sociedad,  sus valores individuales o  colectivos y la manera como  los priorizan en la   vida cotidiana, en los imaginarios,  en las  relaciones  con los demás .

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