miércoles, 14 de noviembre de 2018

LAS ONDAS DE CARACOL Y RCN


Cuestionar la estructura oligopólica de  Caracol y RCN  o su carácter  de apéndice  de grupos económicos “cacaos”,  como lo he  hecho a lo largo de la vida,  no quiere   decir,   ni mucho menos,   que uno desprecie o  desvalorice  la labor de los periodistas que allí  trabajan.   Diferenciar lo que es la valoración de una empresa,  de sus dueños o  ejecutivos,  y la de los periodistas  que en él trabajan  es  cada vez más  necesario. Sobretodo  en casos  tan contundentes como, por ejemplo, la  catástrofe del  Grupo Prisa,  que no puede  llevar  a  desmerecer la  excelente calidad de   algunos periodistas de la redacción de El País, que  han logrado que este periódico tradicional conserve su calidad.

Las consecuencias de la estructura  oligopólica  de  los  grupos  económicos  sobre  la  desigualdad imperante en Colombia, son evidentes. Pero  demostrarlo o  seguirle  el rastro, por ejemplo, a cómo  reaccionará  el  Diario  El Tiempo  al escándalo  que involucra a  NHM, ahora fiscal , ex abogado  del dueño Sarmiento Angulo,   forma  parte  de una  apasionante  investigación sobre cómo se  ejerce el poder mediático, y cómo se combina con el poder  político y con el económico. Una historia  que ha evolucionado  de manera  casi  shakespeareana  o melodramática , como  se le quiera ver.

 Pero ni los analistas ni  los  receptores  - o usuarios como ahora se dice-   debemos desvalorizar a los periodistas   que madrugan  en la radio a las cuatro de la mañana y los reporteros radiales que, por cierto,  tienen  que moler  mucho más   que los de prensa.   No se lo merecen. A veces  me  entristece  la manera como se reacciona  en las  redes sociales  contra periodistas   y cómo el odio  o  el insulto  refuerzan el  poder intocable  de los dueños de los medios, sean grupos familiares,  económicos o “capitales buitres” .


 Tampoco puedo desconocer  las evidentes cualidades intelectuales  y  el liderazgo   de personas  como Darío Arismendi, Yolanda   Ruiz, Nestor Morales,   Julio Sanchez  y Yamid Amat ( en radio) ,  aunque no   siempre comparta   su manera de ejercer el periodismo. O Juan Gossain, cuyo excelente libro,   que comentaré en otra ocasión,   me hace lamentar que se lo tragara   la radio  pudiendo  merecer  el  premio  Nobel  si  la escritura  se lo hubiera tragado )

Pero no cabe  duda   que   durante  ese recorrido de 70 años, que  le valió a  Caracol Radio y  RCN radio el premio Ondas 2018,    esa estructura   oligopólica  no es   el paraíso que a veces se pinta,  tiene sus  picos y sus  decadencias,  pasa casi siempre después de los intereses  económicos   del grupo y es un mundo   decisivo  pero  desconocido por muchos.

Ojalá que las nuevas  generaciones  de académicos    (sociólogos, economistas,   comunicadores, historiadores )   se  interesen    por  escribir sin temores  sobre  esos  70  años galardonados.

En prensa (que no es  el  tema de hoy  como  diría  la radio) eso  ha  sucedido con El Espectador, que  ahora   languidece  en su papel de apéndice  pero  se mantiene gracias  a   la  buena  fama de los fallecidos , el entusiasmo de los  primíparos que en él  escriben, la  vocación pedagógica e intelectual  del editor  general  Jorge Cardona  y, por supuesto,  el collar de perlas  de sus  brillantes columnistas.

Espere  la próxima semana
Reseña  del  libro  “bomba”: la  verdadera historia  del Grupo Prisa  y sus  dos  diamantes,  El diario   El País y  Santillana,  de  Luis Balcarce.    




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