miércoles, 21 de noviembre de 2018

PRISA Y LA DECADENCIA DEL IMPERIO CEBRIÁN




Un libro de muchas lecciones 

Luis  Balcarce, de 45 años, jefe de redacción de Periodista  Digital,  forma  parte de la nueva generación  de cibernautas  que, además de ser periodistas, no le temen a desentrañar los misterios de la concentración de medios, sus lógicas empresariales como grupo, sus voracidades, sus deslealtades y  la lastimosa  terminación de medios tradicionales  en manos de quienes  solo  piensan en el Business y  en la propia  ambición.

 Tampoco  le tiene miedo  a desvelar  el origen posfranquista del dúo Jesús Polanco  y Juan Luis Cebrián,  el  incompetente manejo de este último  y  el insensato endeudamiento, que llevó a Prisa  al borde  del precipicio.  Si: el mismo juan Luis  Cebrián, que las universidades y  los foros  solían invitar  a Colombia , como un  modelo.  Sin  desconocerle méritos intelectuales  y sus  numerosas obras  escritas,  su  agilidad de  palabra  y de obra, fue también  el modelo para desarmar  a un grupo  que se formó  con mucho entusiasmo;   que significó mucho  en el periodismo español;  pero que  despilfarró el prestigio  conseguido  al acaparar demasiado poder  Cebrián y a meterse en  decisiones financieras  equivocadas.[1]

Bueno es traer  a cuenta  este tipo de  libros y esfuerzos de investigación  cuando se ha  ocultado  tanto  en Colombia  -por  miedo o por sumisión-  el tema de la concentración de medios. Un tema decisivo  para  explicar por qué, por ejemplo, RCN y Caracol  (tanto la TV de Santo Domingo  como  las radiales de  SER),  son  de un contenido  tan poco investigado,  pisan  a veces  tan pocos  callos que no se hayan  pisado previamente por otros,  además  de muchas   preguntas  sin respuesta :  ¿Cómo funciona  financieramente el Tiempo de Sarmiento Angulo  en comparación con  el de los Santos?  ¿ Cuales son los  vínculos del periodismo de  Caracol  radio o la Wradio con su  dueño SER?  ¿ Le interesa realmente  El Espectador a  los Santo Domingo, o es simplemente  un  fardo  que hay que cargar?  ¿Cómo es  la telaraña del  grupo  todopoderoso  de Felipe López y  qué pasará  cuando  ya no esté?

No se trata – y vale la pena aclararlo-  de estigmatizar a unos como “malos” y a otros   como “buenos”  sino de  entender  de qué manera  se entremezclan el poder mediático, el  poder político y el poder  económico. En Colombia, la  discursividad diarreica  lleva a planteamientos generales y estériles. Por ello es   interesante y necesario  analizar  libros como  el de Luis Balcarce,  tanto desde las facultades de comunicación (bastante silenciosas en ese tema), como desde  la historia, la economía, el derecho , la sociología, la ciencia  política,  la sicología social y cualquier otra disciplina que se ocurra,  puesto que  del poder se trata.

LOS  TSUNAMI DE PRISA


¿Qué pasó en PRISA? A pesar de ser  dueña  de la Cadena Caracol radio  y de la Wradio,   el desconocimiento de  su  “desguase”  es en  Colombia  monumental.  Por invertir  en  lo audiovisual  en vez de lo digital, por estar  atrapada “en el paleolítico tecnológico que vive de las rentas  de la Editorial  Santillana, su  aún potente división de radio y el prestigio de una  cabecera poco rentable  pro mundialmente   conocida  como el  diario  El País” ( pág  18),  es un grupo que  Balcarce  considera más glacial que  global.  El autor  no sólo describe, sino que lo demuestra,  con  un  estilo muy coloquial,   pero con una impresionante cantidad de datos y de  testimonios.

La primera parte del libro es  tal vez más de interés de  lectores españoles  por  el  detalle de  protagonistas  menores.  Esa  “liquidación de existencias”  a mi modo de ver, tiene muchos sentidos, además del comercial.  Terminó en sacada de columnistas,  en  despidos masivos  e irrespetuosos  de  redactores como si fueran unos  paquetes desechables,  en  entregar  el  Grupo Prisa a unos  voraces  empresarios o capitales  buitres,  en  especulaciones   y en   peleas  interminables  entre los descendientes de  Polanco su  fundador, y   el omnipotente  Juan Luis  Cebrián, tan admirado  en Colombia.  Hoy por  fortuna, El País  está  en un retorno  a sus orígenes – el periodismo-   dirigido por una periodista de  trayectoria, Soledad  Gallego Ruiz.

Las últimas  cien  páginas del libro en cuestión  son un bocado  tristemente   ilustrativo. Después de la crisis , de lo que llama  Balcarse la  derechización  de  El  País,  en  2014 y de un episodio de  censura  al  columnista, Miguel Ángel Aguilar,  se multiplican las  "inyecciones" de dinero del mexicano Alcántara (100 millones  de euros).  Balcarce  detalla también lo  que ha sido  el baile bastante impúdico de Prisa con los  distintos Gobiernos, de PSOE o de PP,  un baile  mucho menos independiente de lo que el imaginario  cree.

 Pero  volvamos a lo financiero. Ante la agravada  crisis económica,  en  el 2015 aparece  “ el salvador de Catar” que  inyecta  que 64 millones: el Sultán  Ghanin  al Hodaifi al Kuwri volviéndose así  accionista de SER y  El País. El  empresario Catarí  adquiere  el  8 , 17 %  del capital de  PRISA a través del  internacional Media  Grupo Ltd. ( con posada  sospechosa  en paraísos  fiscales)  (pág. 474) Eso no impidió  que,     bajo la  batuta de Cebrián, las  pérdidas alcanzaran 2.236 millones de  euros en  el 2015. ¿Ironía  o  cinismo? Señala el autor  que  Cebrián  se quejaba de los  fondos  buitres, que él mismo había  buscado , porque, criticaba,  ponen “sus intereses  por encima del interés  social” (pág 494)

 A 2018, los dueños  son  en  un  31.63 % de  españoles (Telefónica  13.058%; HSBC (6.564%) CAIXA Bank ( 84.906%) y banco Santander  (4.145). La familia Polanco  pasó del 71% de las acciones al  17% en  2917.  

Amber Capital,  un grupo  de EEUU,  controla 19.29% de PRISA y, con  un fondo español, ALIERTA,  se  empeñaron  en la difícil tarea  de sacar al costoso Cebrián. Como  ejemplo de la  manera como Cebrián  “chupó a Prisa”,  en 2011 ganó 11.2 millones de euros mientras que la compañía perdía  451 millones.  … en 2012, las pérdidas declaradas por PRISA alcanzaron los  255 millones y el salario de Cebrián se quedó en 4.6 millones “ (pág 480) … “en 2015 , Prisa ganó 5. 3 millones  de euros y su principal ejecutivo  cobró dos millones. En 2016 , PRISA declaró pérdidas de 67.9 millones y su presidente percibió un salario de 1.7 billones” ( pág. 481)

En 2015,  anota el autor,  “América Latina continuaba salvando los muebles, aportando ingresos por más del  60% del EBITEDA.” ( pág 472)

Bajo la era  Cebrián,  éste intentó además  feriar a  Santillana,   el  otro diamante del grupo Prisa,   pero – faltaba más- no lo logró.  Francisco  Pérez Gonzales y Jesús Polanco, sus creadores,   “tuvieron la visión de que el gran mercado del libro en español  estaba en el otro lado del  Atlántico” (pág 51).  Y en vez de autores  clásicos o best  sellers, le apuntaron a los libros  de primaria y  media  .  Así Santillana  creció exponencialmente : “ sobra  decir que  el éxito de Santillana en Chile  no se explica sin la generosa y desinteresada  implicación  del altos cargos del  gobierno…” ( pág 55) Lo cual es  válido  en industria   editorial, pero no lo es  en  periodismo.

 Cebrián se  jubilará en este diciembre (2018) con un  suculento  bono  de  6 millones  de Euros. No resulta  extraño que  Amber  buscara  sacarlo, lo que  Balcarce demuestra en detalle, no fue  fácil ni regalado.   Juan Luis Cebrián retiró de la presidencia  de Prisa el  17 de diciembre  de 2017 “ con  la tranquilidad del deber cumplido”. Terminó  siendo  destituido  el  25 de abril de 2018  de sus  cargos ejecutivos en El País por el Consejo de Administración, quedándose solo con el  de Presidente de Honor.

Concluye ,  Balcarce:  "el hombre que impuso  su ley  durante 40 años en Prisa,  ahora no es más  que  un jarrón chino en el organigrama  de la empresa que  le hizo  rico, temido e influyente" (pág 500).

¿Y DE COLOMBIA, QUÉ ?



El libro de  Luis Balcarce lo  deja a uno deseoso de  que  hoy  algo tan minucioso  se escriba  sobre nuestros  principales medios, apéndices de  grupos económicos o de familias políticas y/o decadentes.  Y más curiosidad despierta el tema cuando  suceden  cosas como  las relaciones entre el Grupo Aval y Odebrecht, las presiones  de  las gaseosas para  que no se  haga publicidad sobre su  impacto en la obesidad de los niños, las alianzas insospechadas, y la utilización de lo mediático como instrumento  de ambiciones y poderes.

Fui la primera, como bien lo reconocieron,  entre otros,   Jesús  Martín Barbero,  en meterme  a  analizar las  telarañas  de  los  grupos económicos  dueños de medios con el apoyo de Fescol y del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la  facultad de  Economía de  la Universidad Nacional (ver foto). Se rompía así  el mito de que la Libertad de Prensa era  solo  un  concepto  platónico,  en el que  era de mal gusto  hablar de  las cifras y las acciones,  es decir,   de las estructuras  empresariales como poder económico, que repercuten sustancialmente en la manera  como se  ejerce el derecho humano  fundamental  a informar y ser informado. 

Ya estoy  muy vieja  para emprender  aventuras  tan minuciosas  como la  de Balcarce. Pero ¿quien, o mejor, qué equipo  de investigación  se atreverá a  escribir sin tapujos ni miedos la historia concreta  y multifacética de El Tiempo, El Espectador, RCN, Caracol, Semana, el Heraldo, El Colombiano, El País de Cali  et al?









[1]  Luis  Balcarse, PRISA, liquidación de existencias,  ediciones Foca, 2018.



1 comentario:

  1. NOTA : FAVOR HACER SU COMENTARIO A TRAVES DE TWITTER O FACEBOOK . GRACIAS Y SALUDO . MTH

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