![]() |
El ahora apagado Centro de la Memoria |
Tres casos
ameritan reflexionar sobre el tema de la memoria histórica a cargo de
los liderazgos colombianos. Escribo en
plural. ¿Por qué? En un país deshilvanado como Colombia, la memoria histórica
dista mucho de ser un consenso nacional y, al parecer, tiene dueños.
Contrasta, por ejemplo, con el caso de Alemania, que
asumió su pasado hitleriano, no ignorándolo sino construyendo defensas
culturales para el "nunca mas" que le permitirán resistir mejor los embates, que no faltan, de la
extrema derecha, ahora en auge en Europa.
Francia, en su inmensa mayoría, considera inaceptable el antisemitismo,
lo que es otra barrera infranqueable que no pueden saltarse los Chalecos Amarillos.
De lo que se trata, en el fondo: la conciencia colectiva para que las nuevas
generaciones no olviden lo que pasó cuando ya
no existan quienes, para bien y sobre todo para mal, construyeron la
historia. Hoy se cuestiona mucho más a Churchill que inmediatamente después de la
Segunda Guerra Mundial, pero eso ni quiere decir que la monstruosa Guerra no fuera una tragedia ni
negar el papel del Británico en la paz.
![]() |
el Museo de la Memoria en Santiago |
Y en Santiago de Chile, el imponente Museo de la Memoria no es el intento de polarizar la
interpretación de la historia, sino de reparar a las víctimas e impedir que los
hechos inaceptables vuelvan a suceder.
Habrá chilenos- y de hecho lo pude comprobar en un viaje
en enero de este año a Chile- que consideren que los 20 años de la dictadura de
Pinochet fueron positivos para “organizar” al país. Señalan entre otros
aspectos que, a diferencia de otras capitales latinoamericanas, ya no se ve un
papel en la calle, hay disciplina social y la gente respeta las filas. Otros, contradictores
de esa interpretación, investigan y
escriben libros sobre cómo algunas de las
grandes fortunas de grupos
económicos actuales tuvieron su origen en enriquecimiento de militares
durante la dictadura. Otros más
criticarán que el Museo solo se refiera a las víctimas del Golpe, y a la
historia de 1973 a 1990. Pero todos consideran que negarles ese derecho a las víctimas resultaría inconcebible. Y, eso
sí, nadie pretende refutar que torturas y desapariciones existieron; y la
dirección del museo tiene controles académicos de tal manera que no pueden desviarse con
interpretaciones inaceptables como desconocer
la realidad y la verdad judicial.
Ahora, pasemos a los casos colombianos que reflejan
bien nuestra peculiar manera de entender
la Memoria Histórica.
1.EL EDIFICIO MÓNACO. Com lo recalca Pascual Gaviria,
https://bit.ly/2TT0kBr el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez se tomó la atribución de demoler el
edificio de Pablo Escobar y lo justifica para “derribar una estructura mental”
y construir otra, lo que costará $30000
millones, cifra desvirtuada por el alcalde. Es como si al Palacio de la Moneda
se lo tumbara por los malos recuerdos. ¿ Aconsejaría semejante medida un equipo de científicos sociales de la Universidad de Antioquia o fue su ego mesiánico y su
sentido individual de la memoria? De todas maneras, como sucede con el Concierto fronterizo, una vez terminado el espectáculo, lo mas importante es construir historia desde lo perdurable : el Nunca Más, que en materia de delincuencia, ahora del microtráfico, parece lejano en todo el país.
¡Por favor!
2.LA JEP Y EL SÍNDROME DE PENÉLOPE. Por supuesto, los mesiánicos en estas
materias de la MEMORIA tenían que ser políticos, a los
que poco les interesa la academia (salvo para salir en TV como bien describía Bourdieu a esos
“intelectuales”). Un ejemplar espécimen es el Senador Uribe, secundado por el
vitrinero Señor fiscal. El primero lanza la profunda propuesta según la cual a la JEP hay que eliminarla. Ambos han perdido la memoria para manipularla mejor, ambos desde posiciones
del Estado, pidiendo que el Presidente Duque
no sancione la ley reglamentaria. Ambos
olvidan que ya tanto el Congreso como la Corte Constitucional se pronunciaron y
que los dos tuvieron oportunidad de alegar lo que ahora alegan. Ambos desbaratando las
instituciones democráticas por
mezquindad. ¡Por Favor!
3.EL DIRECTOR DEL CENTRO DE MEMORIA HISTÓRICA. En este caso resultaría de mi parte
mezquino demeritar al director ahora nombrado por decreto Ducal, alegando yo evidente obsesión política o su posición sobre la ausencia de conflicto. No conozco al doctor Darío Acevedo ni sus obras como sí había leído las de Gonzalo Sanchez antes de que lo designaran. Pero ahí está el detalle- como diría Cantinflas-
y por ambos lados. Al anterior candidato, más que por su obra, lo descalificaban por
sus insultantes trinos y lo postularon,
más que por su prestigio internacional o por trabajos sobresalientes en la academia, por su
pertenencia al uribismo. En ambos casos,
dos moralejas: no se debe insultar por
las redes sociales porque eso enturbia cualquier valoración académica. Pero en cualquier cargo y más si tiene
como pre-requisito la solidez académica y la
leal representatividad de una conciencia nacional que busca la verdad como
reparación de nuestro quebrantado espíritu colectivo, no basta con ser doctor y profesor emérito: se debe contar con la
valoración positiva de sus pares y con su probada defensa de la libertad de cátedra. Y por supuesto no cuenta para el caso el elogio del ahora parlamentario Rangel. ¡Por favor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario