viernes, 8 de noviembre de 2019

¿POR QUÉ EL DEBATE SOBRE MOCIÓN DE CENSURA REVIVIÓ AL CONGRESO?




Foto MTH
En  algunas  ocasiones  se  ha  insistido  aquí en  el cambio fundamental que representó  para la democracia colombiana la transmisión   por televisión, en vivo y en directo, de los  debates  de  Senado  y Cámara.

 Eso le ha permitido a la ciudadanía  observar, sin intermediarios, la manera como trabajan los parlamentarios,  el desorden  que reina,  las interminables sesiones,  y  sobre todo,  el comportamiento de partidos,  senadores y representantes, lagartos  que se pasean por  el  recintos o   funcionarios  del ejecutivo que cuchichean   con  unos y otros en  busca de  apoyo, con mermelada o sin ella.

Esa visión, por lo general negativa, cambió  esta semana, y, hay que reconocerlo, por la brillante intervención de dos senadores: Roy Barreras  y Gustavo Petro.


¿QUIÉN ES  ROY BARRERAS?

Pocos personajes son  tan mediáticos como Roy Barreras y, por  su tajante  carácter , son de aquellos que   caen bien o caen mal.  Su multifacética personalidad  se puede  consultar en


¡Cómo contrasta, por ejemplo, con el expresidente Gaviria!

Roy Barreras, médico y poeta, sociólogo y filósofo,  es, sin duda, uno de los pocos humanistas que  hay en el país.  Para  quienes, como la suscrita, no  lo conocemos sino de medios, siempre tiene algo interesante, tajante y concreto que decir.

Sin duda, lo demostró de manera impecable y ordenada en el   debate que propició y que culminó con la caída del Ministro  de Defensa. 

Uno por uno, analizó  los argumentos  con los cuales era imposible  concluir algo distinto de la necesaria  caída  de  MinBotero.  Barreras puso  todos sus conocimientos  médicos  y su impecable lógica  para demostrar el falso positivo  construido y avalado por los altos  mandos y el ministro, según el cual  al  joven  campesino  Flores  Trompeta lo había matado  el ejército mientras  combatía.   No:  la verdad   demostrada fue  que  lo mataron cobardemente  disparándole  por la espalda mientras  corría, por la parcela de su padre, hacia  la casa  de su abuela para   protegerse de la insensata alevosía.

El Senador  Barreras contrastó  lo afirmado por el ejército con  la realidad implacable de  Medicina  Legal. Y lo mismo  hizo  al revelar   el resultado  del bombardeo  por el   cual  perecieron  niños y jóvenes, episodio  callado  por el ministro y algunos altos mandos, justificado  juego con falaces  y leguleyos  argumentos. ¿Por qué? Porque los  cadáveres  no pertenecen a la reserva  sumarial:  son seres  de carne y hueso, y el dolor de sus familiares  es un dolor humano intolerable.   

Frases como “la negación del otro  termina en la   aniquilación del otro” ameritan   una   reflexión, y no solo de quienes  se nutren del odio para sustentar su   patriotismo.


¿Y POR QUÉ PETRO  ES MEJOR ASÍ?

La argumentación  de Gustavo Petro en esa mismo debate demostró también por qué  es  muy inteligente y un excelente  Senador, a pesar de ser un regular  administrador.

Su modo de  expresarse, menos contundente y más tranquilo que  el de   Barreras, desplegó una  argumentación sobre la cual deberíamos reflexionar. 

Contrastó   y demostró -también  de manera impecable- la equivocada tesis  del Gobierno Duque en  relación con el Cauca. ¿Por qué? Porque afirmó con razón     que “la guerra se gana con la política”, en este caso, con la población.  Y  Duque  no ha  sabido comunicarse con los indígenas.

El control territorial, sostuvo el Senador Petro, lo mantienen las mafias  de dos maneras, además del dinero:  aterrorizando a  la población, y por la geografía del territorio. En  cuanto al gobierno, "responde a la mano tendida  con el engaño". No solo  por la fumigación, sino por la  entrega de  la población al terror de las mafias.

  “El gobierno Duque le dice a la población que  los  Acuerdos de Paz fueron un engaño, y no asiste   al diálogo  con la comunidad indígena, campesina  y negra… Profundiza así el abismo  en el territorio  en disputa”.


RECOMENDADO:

 Volver a escuchar las dos grabaciones  de los senadores  Barreras y Petro, en vez de alimentarse de tanta ligereza mediática que no hace sino  entrevistar pero que poco decanta.  En ese sentido, los  medios escritos, en particular  El Espectador, demuestran la  importancia de releer el sentido de  lo hablado.



  



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