martes, 6 de abril de 2021

ASÍ LO RECUERDA RUDOLF HOMMES

(Foto MTH)

“Así lo recuerdo” 

Rudolf  Hommes

Colección  Debate. Penguin Ramdom House 

Grupo Editorial, Marzo 2021

465 páginas

Curioso:  durante  cincuenta o sesenta años,  una puede  estar en una vida  paralela con alguien ajeno.  Se entera que otra persona hizo tal o cual  cosa, tuvo tales  o cuales  amigos o amigas  conocidos de ambos,  vivió en tales o cuales  sitios vecinos,  estudió en tal o  cual colegio – el uno en el Alemán, la  otra  en el Liceo Francés  a pocas  cuadras el uno del otro y, sin embargo, nunca se cruzaron. 

 Frecuentaban tal  panadería, iban a tal o cual restaurante, lo vieron amigos o amigas en  el Goce Pagano.  Ni  el uno ni la otra  se  encontraron  más de un par de veces en algún  evento  común  y  se saludaron  quizás como se  saluda en la Bogotá cachaca, es decir, con los  labios  apretados como si costara,  o dejando  que los  ojos  se queden tan  solo un segundo  en el rostro saludado. 

En ese cruce de caminos, los  padres de una y otro tuvieron tal o cual trayectoria similar  en sus grandes o pequeños rasgos:  uno de sus progenitores  salió de Europa-  la madre de  una  desde  Francia,  el  padre del  otro desde  Alemania-. Una se alcanzó a preguntar si ese personaje  público sería de los  buenos alemanes, hoy mayoría, o de los malos  nazis ( esos que obligaron a mi  tía y a mi prima  de 8 años a caminar 800 kilómetros para no cruzarse con ellos  en Paris y que por  compasión y con riesgo  de muerte escondieron a un judío en la “chambre de bonne”  de la mansarda del edificio hasta que   se   esfumó). 

Pero a diferencia de  uno  que otro  cundiboyacense  que  pretendía  ser  nazi  en la   Sabana de Bogotá sin caer en cuenta de su ridiculez como  supe de uno en concreto y creo  además recordar  lo que  cuenta la novela “Los Informantes” de Juan  Gabriel Vásquez, la cara  de  Rudy, como lo llaman  todos,  nunca  me   hizo  dudar.   

 Y el libro donde relata  cómo reconstruye la vida su padre y su papel en la Escuela Normal Superior demuestra de manera fluida y sensacional por qué no estaba equivocada. Con  esa necesidad  que  tenemos todos de averiguar nuestros orígenes,   por esa curiosidad que  lleva a  ir más allá   de la que Hommes  llama  la ”historia Oficial” de las familias, el autor rastrea minuciosamente  el pasado de su padre  alemán con evidente maestría  literaria. Y  no se diga  más,  porque el  adecuado suspenso vale la  pena.  

    ***

Las pocas  ocasiones en que  me  enteré de la vida de Rudolf Hommes  fueron,  desde  luego,   por su trayectoria  pública  como  director de crédito público, Ministro de Hacienda,  Rector de la Universidad de los Andes, candidato frustrado a la   alcaldía  de Bogotá, escritor de artículos en  El Tiempo,   o la revista Estrategia. Por oídas, también  autor de  investigaciones económicas y rumbero de la "Perse In"  es decir, la Perseverancia  rola.

En los  detalles no incluyo, porque no  vienen al  caso, diferentes perspectivas políticas  contrarias a las mías  ( neoliberal,   impulsador de una  apertura Gavirista,  a mi modo de  ver tan apresurada  como la   manera  del presidente  Gaviria  de   apoderarse de la  herencia política  del asesinado Luis  Carlos  Galán, etc. etc.)

Ese    puzzle  -como diría   Rudolf Hommes,  que  vivió 8 años en USA,  PHD en  Administración de   empresas  de la Universidad de   Massachusetts  en   Amherst, queda   completo en el libro  “Así lo recuerdo". Incluye sus  hazañas matrimoniales,  sus deslices estudiantiles y como militante de las tres revoluciones sexuales de los setentas y ochentas ( descritas con simpático lujo de detalles), vecino de  Ubaté como niño pequeño  de ruana y alpargata,  un libro  pletórico de detalles que alcanzan a armar un buen  rompecabezas. 

  Un   libro escrito  con un  gran  sentido del humor  que, como  humorista,   empieza   con un requisito ineludible:  la capacidad  de burlarse de sí mismo y de sus  circunstancias, lo que no  se da mucho por  estos lares de egos alborotados.

Pero también  está el hombre de principios. ¿Cómo integrar a las dos  Colombias? Se pregunta   el autor cuando describe una de las dos Colombias: “la  Colombia  fría (que) no siente  empatía y es incapaz de perdonar, aferrada  a códigos estériles,  a preservar sus privilegios y a conservar sus odios?”  ( pág. 433) 

Prefiere, como yo, esa otra Colombia,  integradora. La percibe Hommes  a pesar  de  sus  descripciones  que ignoran o  dejan entrever ciertas rivalidades con personas   opuestas  como  Guillermo  Perry y  otros protagonistas. Se compensa con causas y propuestas como focalizarnos en  superar la informalidad laboral, liberarnos del exceso de   dependencias  de petróleo y materias primas, impulsar la  igualdad  en la educación y ponerle coto a lo que llama “una abismal  ausencia de liderazgo y de visión de  políticos,  técnicos  y empresarios” ( 441) . 

En otras palabras, un libro que  sorprende,  hace reír,   escandalizará  a los mojigatos  y se devora.


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