foto MTH
RESEÑA
EL PAÍS DE LAS EMOCIONES TRISTES
Una explicación de los pesares de Colombia desde las emociones , las furias y los odios.
Mauricio García Villegas
Ariel, 2020
Hay libros y personas que son "cajas de citas” sin más propósito que el de citar. Es decir, demostrar que son leídas ( las personas) y que quien cita ( a los libros) es un “intelectual” – palabra que cada vez me cae más gorda, para decirlo en lenguaje de comida chatarra.
Aclaro de una vez que Mauricio García Villegas no es creído, ni posa de intelectual. Por eso su libro “El país de las emociones tristes” es un ejercicio peculiar y agradable.
Además de ser uno de los pocos que conocen al filósofo Spinoza - ese Baruch que no está “in” ( la otra- que lo ha leído- es Isabel Barragán* ), García Villegas se propone destacar , sin injuriar, ese aspecto de odio, venganza , resentimiento, envidia y miedo que también caracteriza a nuestro país.
Y no solo el país Colombia sino lo que yo llamaría descaradamente latinoamericano , por dos razones: la monarquía española que nos tocó, y la Iglesia Católica que nos encimaron.
Con eso no quiero ni mucho menos injuriar a la iglesia sino recordar (ver cuadro) que, a diferencia de sus mayores y si en algo confiamos en las encuestas es cuando son representativas , los jóvenes de hoy creen en Dios ( 94%) pero solo un 40% cree en la Iglesia Católica un 34 % en otras iglesias. Por representativas, me refiero a que no miden intenciones sino creencias.
Tomado de :
https://www.urosario.edu.co/Imagenes/2020/Informe-Que-piensan-sienten-y-quieren-los-jovenes.pdf
****
Volvamos al libro de las emociones tristes. Sus citas son una delicia porque las frases escogidas que García Villegas va soltando y convierte en un arrebato al final, tienen el encanto de la experiencia personal del autor ( del libro) que las ha saboreado ( las frases), lo que demuestra que siente la pasión ( de leer, y no de amontonar para mostrar).
El mismo García Villegas lo confiesa : “ no pienso ser un académico puro y duro”
Así como Jesús Martin Barbero hablaba de un bienaventurado “escalofrío epistemológico”, así García Villegas muestra una sensibilidad afectuosa y cree en conjugar el verbo negociar cuando de emociones se trata.
A García Villegas le interesan los “ arreglos emocionales” porque a diferencia del “imperio del rencor” que a veces nos latiga a los colombianos como latigó a José María Obando y a Tomas Cipriano de Mosquera en el siglo XIX o como perturbó , según cuenta el autor, a los excelsos magistrados Carlos Gaviria y Eduardo Cifuentes por cuestiones de jurisprudencia, O como cuando el Che ( si, el mismo del afiche) cuando alegaba que sin odio no se puede luchar.
Dicho de otro modo: no se puede entender nuestra historia sin lo que García Villegas llama los desarreglos emocionales que en fin de cuenta, como lo explica ampliamente el autor, son los que han apartado la política de la gente.
Durante años en este blog he llamado diarreas mentales a las inteligencias desperdiciadas en peleadera. Y por eso lo llamé ( este blog) Opinar es Debatir sin pelear”. Es el punto donde sin duda nos encontramos y, creo, por haber leído algunos escritores como Montaigne y Morin. Pero también, el punto donde deberían encontrarse los colombianos. Sin duda, un esfuerzo, sobre todo para temperamentos tan explosivos como el mío y tan tiernos como parece ser el suyo y el de la mayoría de los colombianos.
Pero hace falta cambiar de modo de ser colectivo. También se requiere olvidar presupuestos poco válidos y polarizadores como “el que dijo Uribe”, o latigar* a Petro por todo lo habido y por haber ( sin siquiera averiguar qué piensa) . O este otro estereotipo según el cual las redes sociales son nefastas. Discrepo, pues encuentro en ellas la libertad que no había en los medios tradicionales-
No olvidar entonces que el medio no es el mensaje, sino el mensaje es el peleador. El poder tampoco es intentar estar de acuerdo con todo el mundo, como lo quieren ciertos presidentes ( para no citar a Duque)
Muy distinto es acostumbrarse a cuestionar y analizar. Si algo tiene que cambiar, ¡basta ya de peleaderas mezquinas entre ex presidentes, de los rabiosos ex presidentes estilo Gaviria, o silenciosos estilo Samper! ¡Basta ya! de egos soberbios estilo Santos ( o Petro? ) .
Pero nuestra patética democracia exige también reemplazar las furias por las ideas.
Para García Villegas y no pocos de nosotros, los extremos ( sobre todo los políticos) asfixian. "Cada posición extrema alimenta su contraria "- sostiene
Como bien dice al final de este libro recomendado para aprender a vivir armonía colectiva sin omitir contradicciones , donde se reencuentran la dulzura de la recién fallecida madre del autor, Baruch Spinoza, buscador de felicidad :
“lo que necesitamos es odiar menos y comprender más, domesticar las furias y aguzar el entendimiento, empeñarnos más en reducir el mal y menos en destruir a la gente mala “
Será posible cuando mucha gente cree que los otros son los malos ? Los medios de comunicación deberían empezar por dejar de obsesionarse con los polos Uribe y Petro como si fueran los únicos que determinan nuestra política y nuestro modo de pensar..
Y, de pronto, el periodismo, entre otros, debería leer un poco más, eso sí, antojándose con base en las citas y los buenos consejos que nos regala el autor.
______
*Espectador, sábado 19 de junio “ García Villegas, ínclito* ensayista”, artículo de Rabo de Ají Esteban Carlos Mejía, a mi modo de ver uno de los mejores articulistas de El Espectador. Nota: no utilizo la palabra columnista que viene de "columna" . ¡A pocas columnas que hay!
*Verbo latigar, que acabo de inventar
No hay comentarios:
Publicar un comentario