jueves, 22 de noviembre de 2012

Parte 1 Parejo y las consecuencias de ser coherente


¿Por qué  Simón Gaviria es hoy  Director del Partido Liberal?
                          
Enrique Parejo es  y siempre ha sido tan  solemne  como  su atuendo y como el  apartamento en donde me recibe.  Flacura impecable, pelo  todavía negro a sus ochenta y dos años,  franqueza de su mirada, reflejan  su trayectoria interior: la  solemnidad  sí,  que  guarda  sus distancias con el interlocutor; ese sentido  de rectitud  hasta en los huesos  pero, también, la coherencia.

 Víctima  y a la vez protagonista de todos los episodios que recoge la  serie de “Pablo, el patrón del mal”, es uno de sus invisibles. Lo llaman  Pedro Chacón,  le pusieron su  apellido al personaje  poco confiable de  Virginia Vallejo  ( que se llama en la serie  Regina Parejo), y aunque  como Ministro de Justicia le  correspondió aplicar por primera  vez el tratado de  extradición  y todo lo que aquello implicaba luego del asesinato de Lara Bonilla, poco  existe en lo virtual.

  Ese  olvidado ilustre, el primero de una lista  que distorsiona lo histórico, no lo es sólo por las  exigencias del melodrama,  o por un mal chiste en cuanto a lo de la Vallejo, sino  por otras razones, que no faltan. Una de ellas, que  la guionista Juana Uribe  es la  hija de Maruja Pachón y ésta no  le perdonó que  él hubiera  hecho  comentarios adversos cuando  a ella la secuestraron y su  marido, Alberto Villamizar fue “ a tomar trago” –  con  Pablo Escobar para  negociar ( en buen  sentido de la palabra)  el rescate. A mí no me   convence  del todo  esa versión,  aunque  algo debe haber en el fondo de los inconscientes, porque en Colombia  no  se comprende  fácilmente  la crítica,  y se heredan también las posiciones adversas, cuando no los odios que se tienen las personas. Problema de los clanes y  las roscas.
   
Empezamos  con una palabra: ¿Ha habido ingratitud con él?

- No diría que haya  habido ingratitud. Mis amigos, quienes  me conocieron ,  el gobierno de la época,  los que  trabajaron conmigo en el ministerio y Luis Carlos  Galán, sobre todo , reconocieron  la labor. Lo que pasa es  que Colombia es un país sin memoria  y las cosas se  olvidan muy rápidamente. Los nuevos  acontecimientos  van  sepultando los otros, inclementes.

La palabra – inclementes- suena y retumba. Veintisiete años han pasado  de una  dura lucha En los  años 90  se cometieron  las masacres,  y los asesinatos, hace  23 años.  ¿Cómo se siente  el Dr. Parejo hoy en retrospectiva? ¿Qué ha pasado con  usted, qué ha pasado  con los  años?- le pregunto.

 -  Bueno,  conmigo no ha  pasado nada – responde  con su tranquilidad habitual–; pero al país si le ha pasado mucho. El país  - reitera-  si es peor de lo que era en la época de Pablo Escobar. Porque se dieron los falsos positivos en el gobierno de Uribe; porque el país se anestesió completamente con él, que venía  de la  Gobernación de Antioquia donde  se cometieron muchas masacres. Yo creo que los falsos positivos fueron una manifestación nueva de esa  violencia. La protagonizaron algunos  militares de manera  directa,  porque antes  eran los paras con  ayuda de los militares que iban tras  algún tipo de dádiva: les ofrecían las vacaciones o ascenso, anotación en la hoja de vida o recompensas.

En  sus ochenta  y dos  años, Enrique  Parejo  ha visto pasar a muchos  presidentes.  Piensa que Belisario Betancur inicialmente no  quería aplicar el tratado de extradición, pero con  el asesinato de Rodrigo Lara se decidió  a hacerlo   y a Parejo le correspondió  aplicarlo por primera vez, con las  circunstancias de peligro que  implicaba, como también las implicó para el olvidado  y también  de nombre Enrique, Low Murtra. Pero  volviendo  al  Parejo  de carne y hueso, sus comentarios  sobre los ex-presidentes  son parcos:

 - Belisario hizo  un gobierno medianamente  bueno, no extraordinario;  su política de paz fracasó; a Virgilio  le  tocó  arreglar el  problema de la  extradición por vía administrativa, sistema que  fue declarado inexequible por la Corte.  Un  acto de cobardía,  porque la Corte estaba amenazada y  porque acababa de  salir el país de la tragedia del Palacio de Justicia.

  En ese funesto episodio,  también  fue  protagonista de primera línea. Como  Ministro de Justicia, dejó su constancia histórica en  un excelente libro  que poco se leyó en un país que no lee. [1] A su modo de ver,  hubo un vacío de poder civil.

 En la remembranza de  los  expresidentes, el Dr.  Parejo señala que poco  conoció  al  Presidente  Barco. En el empalme, y ante los riesgos  que corría,  los dos  presidentes acordaron  enviarlo a una  embajada:
 -Conmigo, Barco  fue deferente. Cuando el atentado, volví.  Me  preguntó si estaba contento en la embajada que tenía.

Enrique Parejo no habla del atentado, (lo único que sale en la serie) ni yo tampoco.  Fue gravísimo, pero siento que no quiere que se le recuerde solo por eso, como tampoco es justo que al profesor  Low Murtra se le  recuerde  solo porque  lo  mataron en un andén cuando esperaba un taxi, digo yo.  Otro de los olvidados por la historia oficial.

El Dr.  Parejo le respondió a  Barco  que no, que no estaba  contento, aunque conforme. Lo pasaron de Budapest a  Praga. La primavera de  los años  90, la caída del régimen  comunista, no por  el derramamiento de sangre  sino  por las manifestaciones  populares lo interesaron, aunque no parecen  haberlo  marcado  sobremanera.  Fueron años de soledad y de  angustia  con su solidaria compañera de toda la  vida, nacida también  en Ciénaga, doña Josefina.  Cuando a ella le preguntan  cómo  van las cosas, ella  responde  “sobre  ruedas, pero pasito”.

 Asi debieron transcurrir los cinco  años de  una diplomacia  serena. Durante el gobierno de Gaviria, Enrique Parejo fue trasladado a  Suiza:

- Renuncié  porque no me gustó para nada la política de sometimiento a la justicia. Me parecía que con los criminales del cartel de Medellín, con los asesinos de Luis Carlos  Galán,  no se podía  negociar absolutamente nada. Que eso  reñía con la lucha del  Nuevo  Liberalismo contra el narcotráfico. Le contesté al ministro que a pesar  de que la carta  no decía  irrevocable, desde luego que lo era.

Es un crítico  mordaz de los  eventos de la Catedral y  tampoco  le perdona  al Gobierno de  Gaviria haber  descuidado  la vigilancia  en  la  cárcel de Envigado, la llamada Catedral. 

- El propio Escobar escogió su  cárcel, en una de sus  propiedades – dice. 
 Como prueba  imbatible,  mas tarde me enviará por correo  la  copia digital del contrato de arrendamiento del  entonces  Alcalde de Envigado, Jorge Mario  Rodríguez,  con  Jaime  Giraldo Angel, entonces Ministro de Justicia.   El contrato es  con el Centro de rehabilitación  de drogadictos  Claret, en la  finca El Valle, en  la propia  vereda  la Catedral: de allí viene el  nombre de lo injustificable.

  EL ASESINATO DE GALAN 
 Incondicional de Luis  Carlos Galán, es más  crítico del desarrollo posterior del  Nuevo Liberalismo  y de su destino, que se definió con  el apellido Gaviria.
 -  Mire: Cesar  Gaviria nunca fue del  Nuevo Liberalismo-  aclara. Ingresó  a la campaña de Galán,  porque a Galán debieron aconsejarle (y nunca conversé con él de eso), que buscara un dirigente del oficialismo liberal, como lo era  Gaviria, para que facilitara la unión liberal que lo llevaría a él, a Luis Carlos Galán, a la presidencia de la republica.  Por eso lo nombró su jefe de debate.

El Dr. Parejo recuerda que  Luis  Carlos  Galán  le expresó  admirar a  Gaviria por la labor que había hecho en el Ministerio de Hacienda y de  Gobierno  de la administración de  Virgilio Barco:

 - Cuando mataron a Luis  Carlos Galán,  el país  quedó completamente  desamparado  de  cualquier posibilidad de redención. La familia de Galán  conocía el concepto que Galán tenia de Cesar Gaviria. Quizás Galán  no pensaba que Gaviria  pudiera ser  Presidente, pero le pareció buen intérprete de la política que él preconizaba de la lucha contra la corrupción y de la capacidad de Gaviria. Por eso la familia candidatizó a través de Juan Manuel  a César Gaviria...

Sin ambages  y con la  misma  tranquilidad  que lo caracteriza, comenta:
- A mí no me gustó. Yo viajé de Suiza  antes de que se consolidara la  candidatura de César Gaviria.
 Alguna vez ,la suscrita recuerda que  Gustavo   Gaviria González   padre,  sin parentesco  cercano con  Gaviria  futuro Presidente,   contó que  él había influido  en  Juan Manuel cuando lo encontró escribiendo una carta. La versión de  Enrique  Parejo es  otra:
 
- A mi regreso al país, algunos amigos del Nuevo Liberalismo me contaron que había  sido cosa del muchacho pero que la iniciativa, al parecer, provenía del diario El  Tiempo. Que  Hernando Santos había  dicho a la familia que si el Nuevo Liberalismo quería sobrevivir, tenía que apoyar la candidatura de  César Gaviria. 

  De todos  modos, en relación con este episodio, El Dr. Parejo comenta, con su  habitual  precisión:
- Eso no le  abrió las puertas al Nuevo Liberalismo,  sino a Cesar Gaviria. A mí no me gustaba César  Gaviria como candidato a la presidencia en nombre del Nuevo Liberalismo - reitera tajantemente. Creo que había otros dirigentes con más méritos, por ejemplo, Gabriel Rosas,  Patricio Samper, Iván Marulanda, entre otros.
Sigue parte 2

[1]LA TRAGEDIA DEL  PALACIO DE JUSTICIA, cúmulo de errores y abusos”, Oveja negra, julio 2010. El libro pasó  prácticamente  inadvertido   aunque  es tal vez   el mejor y más documentado   testimonio de esos  espisodios.   También escribió “ Radiografía de un prevaricato, la farsa del juicio a Samper”  Panamericana, formas e impresos, 1 edición  1999 , con la contundencia jurídica y la  precisión que lo caracterizan  

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