EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO : SOFISMAS DE DISTRACCIÓN
El “debate” sobre la
dosis personal es un claro ejemplo de cómo se
diluyen los temas fundamentales – en
este caso la congestión judicial y el
hacinamiento en las cárceles, reemplazados por
debates diarreicos, gracias al “ apoyo” de los medios de comunicación, que
los acogen como agendas prioritarias.
No pueden
faltar los “héroes” en favor y en
contra, con lo cual se cumple la estrategia comercial de
confrontación emocional. Junto con las encuestas, propician el “si” y el “no” sin argumentos de tal
manera que los “no saben” tampoco quedan ilustrados para opinar. No se cumple entonces
el presupuesto de un debate
democrático, es decir, con conocimiento de causa.
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La declaración de Chapultepec, firmada en 1994, resucitó en
enero 2013 en Bogotá, con gran bombo y platillo por
parte del Diario El Tiempo y de
Andiarios. Según la noticia, los
alcaldes y gobernadores de todo el país la firmaron.
La declaración recoge aspiraciones legítimas a la libertad de expresión, promovidas por la SIP, en defensa de los derechos humanos que tienen que ver con la
libertad de expresión y el derecho a la información. Dirigida sobre todo
a las autoridades, como sucede con no
pocas declaraciones, su
mayor reto ha sido exigir y lograr su cumplimiento.
Emanada del sector privado, no contiene mención alguna a otro problema más grave que hoy
amenaza el derecho a informar y a ser informados: la concentración
local, nacional e internacional, de
medios de comunicación.
Menos mal que existe Internet… ¡A pescar
sofismas de distracción!
Declaración de
Chapultepec
1. No hay personas ni
sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa. El ejercicio de
ésta no es una concesión de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo.
(ver glosario)
2. Toda persona tiene
el derecho a buscar y recibir información, expresar opiniones y divulgarlas
libremente. Nadie puede restringir o negar estos derechos. (¿Qué produce
la autocensura por temor al despido?)
3. Las autoridades
deben estar legalmente obligadas a poner a disposición de los ciudadanos,
en forma oportuna y equitativa, la información generada por el sector
público. No podrá obligarse a ningún periodista a revelar sus fuentes de
información. (¿Se cumple en Colombia?)
4. El asesinato, el
terrorismo, el secuestro, las presiones, la intimidación, la prisión
injusta de los periodistas, la destrucción material de los medios de
comunicación, la violencia de cualquier tipo y la impunidad de los
agresores, coartan severamente la libertad de expresión y de prensa. Estos
actos deben ser investigados con prontitud y sancionados con severidad.
(¿En qué va la impunidad de los asesinatos de periodistas?)
5. La censura previa,
las restricciones a la circulación de los medios o a la divulgación de sus
mensajes, la imposición arbitraria de información, la creación de
obstáculos al libre flujo informativo y las limitaciones al libre ejercicio
y movilización de los periodistas, se oponen directamente a la libertad
de prensa.
6. Los medios de
comunicación y los periodistas no deben ser objeto de discriminaciones o
favores en razón de lo que escriban o digan.
7. Las políticas
arancelarias y cambiarias, las licencias para la importación de papel o
equipo periodístico, el otorgamiento de frecuencias de radio y televisión y
la concesión o supresión de publicidad estatal, no deben aplicarse para
premiar o castigar a medios o periodistas.
8. El carácter
colegiado de periodistas, su incorporación a asociaciones profesionales o
gremiales y la afiliación de los medios de comunicación a cámaras
empresariales, deben ser estrictamente voluntarios. (¿En qué va la defensa de los derechos sindicales en las empresas
periodísticas?)
9. La credibilidad de
la prensa está ligada al compromiso con la verdad, a la búsqueda de
precisión, imparcialidad y equidad, y a la clara diferenciación entre
los mensajes periodísticos y los comerciales (¿Caso Pacific Rubiales?).
El logro de estos fines y la observancia de los valores éticos y
profesionales no deben ser impuestos. Son responsabilidad exclusiva de
periodistas y medios. En una sociedad libre la opinión pública premia o
castiga (¿Lo hace?).
10. Ningún medio de
comunicación o periodista debe ser sancionado por difundir la verdad o
formular críticas o denuncias contra el poder público (¿COLABORARÁ LA PRESIÓN CIUDADANA?)
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