miércoles, 6 de marzo de 2013

DERECHO FUNDAMENTAL A VER LA PELICULA "OPERACION E"


Muy desapacible  fue la preguntadera estigmatizadora de Camila, de la W, al hermano de Clara Rojas cuando éste  dio a conocer, mediante   razones  válidas y  de interés general, su opinión en el sentido de que  los colombianos debemos ver  “Operación E” http://bit.ly/16958F6
 
 Gracias al derecho que da la libertad de expresión como elemento fundamental de la democracia,  la película  narra otra versión de un hecho público y notorio: el nacimiento en cautiverio  de un niño  de madre secuestrada por las FARC y de padre desconocido que, de no ser por  los cuidados de una familia campesina, habría  perecido.

La película no se ocupa de Clara Rojas, sino de     las    vicisitudes  de esa familia campesina que cuidó al  niño obligada por las FARC.  No hace  la apología de la violencia  sino al contrario: muestra las cruentas realidades de la guerra y del desplazamiento. Hace  buen uso de dos de los derechos  fundamentales del ser humano: creación artística y de expresión.

 El mismo  derecho tiene   el ciudadano Ivan Rojas a expresar su  opinión, que  seguramente le dará al niño, cuando sea adulto, elementos de juicio  para entender su  propia vida.
 Juzgarlo mediáticamente porque no tiene buena relación  con su hermana es, eso sí, meterse en la vida privada, además de descalificar injustamente  una opinión por razones que no tienen que ver  con esa opinión, sino con aspectos familiares.

 Cuando se trata de un  hecho público  y notorio  como el nacimiento de Emanuel y las circunstancias en  que fue devuelto a su madre, no solo no es posible evitar el análisis  de lo sucedido, sino que no se puede confundir la opinión con el morbo  que caracteriza las violaciones al derecho a la intimidad.

Violaciones, por cierto, alimentadas por  las  lógicas comerciales del rating,  en  que incurren muchas veces  los medios de comunicación  en la época contemporánea.

Sería morboso, por  ejemplo,  tratar de averiguar quién es el padre, o las  circunstancias de la procreación si la madre  no quiere  darlo a conocer.

 Pero Operación E se centra en aspectos de interés público como es la realidad de las FARC y de los raspachines;  las injusticias de una justicia que se demoró  seis años en aclarar las dudas  sobre el  llamado Crisanto, mientras que  los  medios lo estigmatizaban como  un criminal.

 Excelentes dirección,  actuación, fotografía y guión  hacen de  Operación E  una  película  que los colombianos debemos ver para evitar el unanimismo  en el análisis de  nuestra historia.

 Oponerse a su presentación en Colombia, además de ridículo desde el punto de vista  tecnológico,  es  creer que  los colombianos  somos incapaces  de apreciar, valorar, deducir, opinar y debatir.  


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